25 May
Introducción: El Legado del Islam en España
La religión islámica, originada en la Península Arábiga con Mahoma, se expandió rápidamente. En el año 711, aprovechando la decadencia de los visigodos, los musulmanes llegaron a la costa andaluza, iniciando un periodo de dominio en la Península Ibérica que se extendería por casi ocho siglos, hasta 1492.
Tras la invasión musulmana, gran parte de la Hispania visigoda quedó bajo la influencia del islam. La conquista fue rápida (711-716), y su objetivo no era ocupar el territorio en su totalidad, sino controlar puntos estratégicos mediante guarniciones militares. Su avance hacia el norte fue detenido por los francos en la batalla de Poitiers (732).
Mientras tanto, un grupo de visigodos se refugió en la Cordillera Cantábrica. Liderados por Don Pelayo, lograron resistir a las tropas musulmanas.
La Evolución Histórica de Al-Andalus
2.1. El Emirato Dependiente de Damasco (711-756)
En el año 711, Tarik, lugarteniente de Muza, al mando de tropas bereberes, cruzó el estrecho de Gibraltar y derrotó al rey visigodo Don Rodrigo en la batalla de Guadalete. Posteriormente, Tarik avanzó hacia Toledo. En tan solo cinco años, con refuerzos, los musulmanes conquistaron Hispania. Al-Andalus se convirtió en una provincia más del califato Omeya de Damasco, con Córdoba como capital y un emir o gobernador al frente del territorio.
2.2. El Emirato Independiente (756-929)
A mediados del siglo VIII, la rebelión del clan abasí en Damasco puso fin al poder de la familia califal Omeya. Los abasís trasladaron la capital a Bagdad (actual Irak). Abderramán I (756-788), miembro de la familia Omeya que logró escapar, se refugió en el norte de África y en el año 756 se apoderó del gobierno de Al-Andalus. Se proclamó emir (príncipe), rompiendo así la dependencia política con el califato abasí. Abderramán I también inició la construcción de la mezquita de Córdoba.
2.3. El Califato de Córdoba (929-1031)
Abderramán III (912-961) logró superar la grave crisis que atravesaba Al-Andalus, poniendo fin a las revueltas y luchas internas. En el año 929, se proclamó califa de Córdoba, líder político y religioso de todos los musulmanes, rompiendo así la dependencia del califa de Bagdad. Abderramán III restauró la unidad del Estado islámico y estableció la hegemonía de Al-Andalus sobre la Península Ibérica, convirtiendo a los reinos cristianos del norte en sus tributarios y vasallos a cambio de paz.
Durante su reinado, Abderramán III impulsó la cultura andalusí, buscando convertirla en un referente en el mundo árabe e islámico. En esta etapa, también destaca la figura de Al-Mansur (Almanzor), primer ministro de Hixem II, quien gobernó como un dictador, fortaleció el ejército con más contingentes bereberes y dirigió campañas contra los cristianos. Tras la muerte de Almanzor en el año 1002, el califato entró en un periodo de crisis marcado por las luchas internas.
En el año 1009, estalló una revolución en Córdoba que culminó en 1031, cuando una asamblea de notables decretó el fin del califato.
2.4. Los Reinos de Taifas (1031-1090)
Tras la caída del califato en 1031, Al-Andalus se fragmentó en pequeños reinos llamados taifas, debilitando el territorio. Las taifas se vieron obligadas a buscar apoyo en los reyes cristianos, pagando tributos (parias) a cambio de paz o ayuda militar. En este contexto, destaca la conquista de Toledo en 1085 por parte de Alfonso VI, rey de Castilla y León.
Este hecho generó pánico en el Islam peninsular, llevando a los reyes de taifas a pedir ayuda a los almorávides, un pueblo asentado en el norte de África. El emir Yusuf derrotó a Alfonso VI en la batalla de Zalaca (Badajoz).
2.5. Las Invasiones Africanas (1090-1236)
Los almorávides, una confederación de tribus bereberes defensoras del radicalismo religioso, habían establecido un Estado en el norte de África. Tras su victoria sobre Alfonso VI en Toledo, los almorávides acabaron con las taifas, unificaron Al-Andalus y frenaron el avance cristiano. Sin embargo, no pudieron contener completamente el avance cristiano, y su celo por la ley islámica provocó el declive de su imperio y el surgimiento de los segundos reinos de taifas.
Los almohades, que habían reemplazado a los almorávides en el norte de África, conquistaron las taifas andalusíes hacia 1203 y establecieron un nuevo imperio con capital en Sevilla. Los almohades lograron frenar el avance cristiano, venciendo a Alfonso VIII, rey de Castilla, en la batalla de Alarcos. Sin embargo, fueron derrotados en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), lo que debilitó al Estado almohade y condujo al surgimiento de las terceras taifas independientes. Todas las taifas, excepto la de Granada, fueron conquistadas por los reyes cristianos.
2.6. El Reino Nazarí de Granada (1236-1492)
El Reino Nazarí de Granada abarcó las actuales provincias de Granada, Málaga y Almería, y parte de Jaén y Cádiz. Fue fundado por Muhammad I, quien estableció la dinastía nazarí. En sus inicios, el reino colaboró con los reinos cristianos. Sin embargo, a finales del siglo XV, la unión de los reinos de Castilla y Aragón con el matrimonio de Isabel y Fernando (los Reyes Católicos), junto con los problemas internos del reino de Granada, facilitaron su conquista y anexión a Castilla. Boabdil, el último monarca de Al-Andalus, entregó la ciudad en enero de 1492.
La Crisis del Sistema Canovista y el Regeneracionismo
El inicio del siglo XX en España estuvo marcado por la crisis del sistema político de la Restauración, conocido como sistema canovista. La pérdida de las últimas colonias en 1898 (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) desencadenó un movimiento intelectual conocido como Regeneracionismo, liderado por figuras como Joaquín Costa, Ortega y Gasset. Los regeneracionistas abogaban por un análisis profundo de las causas de la decadencia española, como la corrupción política, el caciquismo, el atraso económico y el analfabetismo, y proponían soluciones para superar estos problemas. Joaquín Costa resumía su propuesta con la frase:»Escuela, despensa y cien llaves al sepulcro del Ci».
El programa regeneracionista fue adoptado por diversas fuerzas políticas con diferentes ideologías:
Regeneracionismo Conservador
El partido conservador había buscado el sustituto de Cánovas en 1897 en Francisco Silvela, quien
llevó a un político que será la pieza clave de este regeneracionismo conservador: Antonio Maura,
presidente del gobierno entre 1904-1905 y 1907- 1909. Maura pretendía:
• Concienciar a la población de carácter conservador de su condición ciudadana,
buscando la creación de una masa conservadora y católica que compensase las masas obreras.
• Conectar a la clase política de la monarquía con la realidad social, llevando a
cabo propuestas para acabar con el caciquismo y el control de los municipios por parte de los
caciques, para reformar las condiciones laborales y mejorar las asistenciales creando el
Instituto Nacional de Previsión, germen del Ministerio de Trabajo, y creando los ministerios de
Instrucción Pública y de Agricultura, desgajados del de Fomento.
• Incorporar otras fuerzas políticas, hasta ahora excluidas, con carácter moderado.
•Realizar una política de prestigio internacional, interviniendo en Marruecos, y
reconocido en su integridad en la Conferencia de Algeciras de 1906.
Maura y la crisis de 1909:
Maura llamará a filas para la guerra de Marruecos a los “reservistas”, de los que muchos de ellos,
por su edad, estaban casados, con hijos y con trabajo. Las organizaciones obreras protestaron y
emplearon la huelga general como medida de presión. Destacó por su virulencia la de
Barcelona, que se convirtió en un motín popular, que duró alrededor de una semana (“semana
trágica”), hubo cerca de 80 muertos y más de 2000 detenidos. La revuelta se extendió por
Sabadell, Tarrasa, Reus, Badalona, etc., zonas de importante actividad obrera.
En la revuelta de Barcelona convergieron dos problemas anteriores:
-El catalanismo. Había cobrado especial importancia política, por lo que Maura había
intentado atraerlos hacia la monarquía y el sistema turnista (noviembre de 1905). En esas
mismas fechas se publicaron unas caricaturas en la revista nacionalista “CU-CUT” que ofendían
a la patria y a las fuerzas armadas, a lo que los militares respondieron. El presidente del gobierno,
Eugenio Montero Ríos, no pudo actuar contra los militares por contar éstos con el apoyo del
42
rey, y presentó su dimisión. En su lugar fue investido Segismundo Moret, quien aprobó la “Ley
de Jurisdicciones”, por la que se remitía a tribunales militares los delitos contra el ejército y la
patria. La reacción del catalanismo fue crear una coalición de partidos antidinásticos llamada
Solidaritat Catalana -desde los nacionalistas hasta los carlistas, movimientos obreros y
republicanos-, todos contra el gobierno centralista. Alejandro Lerroux, fundador del Partido
Republicano Radical destacó por su influencia sobre las clases obreras.
-El movimiento obrero: predominantemente anarquista, había empezado a emplear la huelga
general como herramienta de lucha contra el estado y el capitalismo. En 1902 hubo una
huelga general en Barcelona y alrededores. En 1907, los obreros de Barcelona crearon una
federación de asociaciones obreras llamada Solidaridad Obrera, que se extendió por toda
Cataluña, y fue el cauce organizativo de las asociaciones obreras.
La represión ordenada por Maura contra los autores de la revuelta, llevó a la ejecución de cinco
penas de muerte en el “proceso de Montjuic”. Las protestas, incluso internacionales, tuvieron
repercusión en España. Maura dimitió en octubre de 1909 y cedió el gobierno a los liberales.
Se rompería el equilibrio de los partidos turnistas y comenzaría el declive del sistema que llevaría
a la crisis de 1917.
-Regeneracionismoliberal
Tras la caída de Maura, formó gobierno Segismundo Moret, quien, fue desplazado por José
Canalejas, que ocupó el gobierno entre 1910 y 1912. Su actuación política fue la siguiente:
• Canalejas revisó los planteamientos políticos de los liberales, aceptando el
intervencionismo estatal en la economía, emprendiendo reformas sociales, y fomentando la
democracia en elsistema de la Restauración suprimiendo el caciquismo y el fraude electoral.
• En la cuestión religiosa, Canalejas pretendió controlar las actividades de la Iglesia, lo
que provocaría la ruptura de las relaciones diplomáticas con el Vaticano en 1910. Por medio de
la Ley del Candado impidió el establecimiento de nuevas órdenes religiosas en España.
• Canalejas mantuvo la línea de Maura de atracción de los nacionalistas catalanes de la
Lliga Regionalista. Puso en marcha la Ley de Mancomunidades.
• En Marruecos, Canalejas ordenó las ocupaciones de Larache, Alcazarquivir y Arcila.
Para no tener necesidad de llamar a los reservistas, estableció en 1912 el servicio militar
obligatorio. Tras la muerte de Canalejas se formalizó el acuerdo con Francia para crear el
protectorado sobreMarruecos.
•Reprimió duramente la sublevación republicana de 1911 y la huelga de ferroviarios de
1912.
En 1912, el 12 de noviembre, Canalejas fue asesinado en Madrid por el anarquista Manuel
Pardiñas, como reacción a la política represiva de Canalejas contra las huelgas obreras. La muerte
de Canalejas dejaba al partido liberal sin líder, lo que desencadenó una crisis interna por la
sucesión. Al mismo tiempo provocó también inestabilidad en el turnismo al no poderse renovar
la estabilidad que existió con Cánovas y Sagasta en las personas de Maura y Canalejas.
Deja un comentario