09 Nov
La Conquista Romana de la Península Ibérica y el Proceso de Romanización
La conquista de la Península Ibérica se desarrolló en diferentes etapas entre el año 218 a. C., cuando comenzó la intervención romana en la península en el contexto de las guerras púnicas contra Cartago, y el año 19 a. C., cuando se adueñaron de los territorios del norte peninsular. Este proceso se puede dividir en cuatro fases:
- Victoria de Roma sobre Cartago y conquista del Mediterráneo.
- Sometimiento de los pueblos del interior (conquista de Aragón y las mesetas Norte y Sur).
- Guerras civiles en Roma (conquista de Galicia).
- Sometimiento de los pueblos del Norte.
El dominio romano se prolongó hasta la caída del Imperio a finales del siglo V d. C.
La Romanización
La romanización fue un proceso histórico mediante el cual la población indígena de Hispania asimiló los modos de vida romanos. Sus características principales fueron:
Economía
Se explotaron recursos como metales (oro y plata), esclavos (habitantes sublevados contra los romanos) empleados en minas y latifundios, y también recursos agrícolas. La agricultura se basaba en la tríada mediterránea (trigo, vid y olivo). Introdujeron el arado romano, los regadíos, artesanía, salazones, cerámica, etc. También el uso de monedas y una red de comunicaciones (las calzadas) para estimular el comercio.
Sociedad
Se introdujo un estatus ciudadano. En un nivel superior estaban los senadores y caballeros, con grandes fortunas y magistraturas provinciales. Después, la aristocracia local con negocios ricos y magistraturas locales. Por debajo, trabajadores libres, campesinos, soldados, etc., y los esclavos en explotaciones agrícolas y minas.
Administración
Se creó una civilización urbana, con nuevas ciudades como centros administrativos, piezas esenciales del poder político, mercantil y la vida social. Por encima de las ciudades estaban las provincias, y a partir del siglo I, el conventus como subdivisión de la provincia.
Cultura
Se introdujo progresivamente el latín (sustrato de las lenguas romances), subsistiendo el vascuence. También el Derecho romano, base del Derecho moderno. Literariamente, hubo figuras como Séneca. En cuanto a la religión, existía tolerancia religiosa con los cultos indígenas semejantes a los romanos. El cristianismo se impuso con el emperador Teodosio.
La Monarquía de los Reyes Católicos y su Expansión Territorial
Con la unión dinástica de Isabel y Fernando se pasó de la monarquía feudal a la autoritaria. A pesar de la unión, Aragón y Castilla mantenían sus fronteras, leyes y particularidades, con la Inquisición en común. Castilla desempeñó el papel hegemónico por su mayor extensión, población y riqueza. Los Reyes Católicos pretendían fortalecer la autoridad real y crear un Estado autoritario moderno, ejerciendo el poder personalmente. Para lograrlo, modernizaron el Estado: sometieron a la nobleza y al clero, crearon un ejército permanente, controlaron el territorio con los corregidores, establecieron la Santa Hermandad para la vigilancia, aumentaron los ingresos fiscales de Castilla, y disminuyeron el peso de las Cortes.
Expansión Territorial
La expansión territorial se basó en tres motivos:
- Unificar la península: conquista de Granada, el Rosellón y la Cerdeña, Navarra, y política matrimonial con Portugal.
- Política antrifrancesa en Italia: matrimonios con la casa de Borgoña y un heredero inglés para cercar el reinado francés.
- Conquista del Norte de África: continuar la Reconquista y crear una zona de protección (Melilla, Orán, Bugía, y Canarias), que derivó hacia América al buscar un camino a la India.
La Reconquista y los Primeros Reinos Cristianos
La Reconquista es el periodo histórico que va desde la batalla de Covadonga (722) hasta la toma de Granada (1492), durante el cual los reinos cristianos del norte se apoderaron del territorio musulmán. La repoblación es la ocupación humana y organización administrativa del territorio conquistado. Los primeros reinos, por orden de surgimiento, fueron: Asturias, León, Navarra y la Marca Hispánica. De las luchas entre Navarra y León surgieron Castilla y Aragón, y de León, en el siglo XIII, Portugal.
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