27 Oct
La Romanización de la Península Ibérica
La romanización es el proceso de aculturación por el que las sociedades indígenas prerromanas adoptaron las leyes, cultura, economía, religión, idioma y costumbres romanas. Fue un proceso lento y se dio con más rapidez e intensidad en las zonas mediterráneas y en el sur peninsular. Los vehículos de la romanización fueron:
- La extensión de la vida urbana. Las ciudades eran centros comerciales donde residían los administradores privados y públicos.
- El papel del ejército romano en el que se enrolaban los indígenas.
- La concesión de la ciudadanía romana. Los romanos fueron concediendo a familias indígenas y a ciudades enteras el derecho de ciudadanía romana.
- La integración de la Península en los circuitos económicos y comerciales romanos con la construcción de calzadas que comunicaban con el resto del imperio y la creación de puertos para el comercio marítimo por el Mediterráneo.
- La extensión del latín y la desaparición paulatina de las lenguas indígenas (salvo el caso del euskera).
La Monarquía Visigoda: Leovigildo y Recaredo
En el año 409, durante la crisis del Imperio Romano, los suevos, vándalos y alanos invaden Hispania, siendo los visigodos enviados por los romanos para restaurar el orden. Tras la derrota ante los francos en 507, los visigodos establecen un reino con capital en Toledo, gobernado por una monarquía electiva que desencadena guerras civiles sucesorias. Los visigodos se convierten en una minoría dominante sobre la mayoría de hispanorromanos, reforzando su poder con la prohibición de matrimonios mixtos, la existencia de códigos legales distintos y la práctica de la religión arriana. Leovigildo levanta la prohibición de los matrimonios mixtos e intenta imponer el arrianismo como religión oficial, pero sus esfuerzos desencadenan una guerra civil. Su hijo Recaredo logra la unidad religiosa con la conversión de los visigodos al catolicismo en el Tercer Concilio de Toledo en 589. En el siglo VII, bajo el reinado de Recesvinto, se alcanza la integración legal con la promulgación del Fuero Juzgo, un código legal único para ambas comunidades. Tras la muerte del rey Vitiza, estalla una guerra civil y una facción visigoda solicita ayuda a los musulmanes, quienes invaden la Península y, después de derrotar al rey Rodrigo, la dominan durante siglos.
Al-Andalus: Principales Etapas de su Historia
La historia de Al-Andalus comienza en el año 711 con la invasión y la caída del reino visigodo. Al-Andalus se convirtió en una provincia del Califato Omeya de Damasco hasta el año 756. Abderramán I estableció el Emirato de Córdoba. En el año 929 Abderramán III se proclamó califa, rompiendo los lazos religiosos con el califa de Bagdad. El Califato de Córdoba fue un periodo de esplendor político, militar, económico y cultural. Su fragmentación llevó a la formación de taifas, vulnerables y tributarias de los reinos cristianos. La caída de la taifa de Toledo en manos cristianas en 1086 provocó la llegada de almorávides y almohades, dinastías bereberes que unificaron temporalmente Al-Andalus, pero su dominio terminó tras la derrota en Las Navas de Tolosa en 1212. El reino Nazarí de Granada (1238-1492), último Estado musulmán, sobrevivió, gracias a su diplomacia y el pago de tributos a Castilla, hasta la conquista por los Reyes Católicos en 1492.
La Reconquista Cristiana: Modelos de Repoblación
La península Ibérica fue escenario de enfrentamientos entre cristianos y musulmanes durante la Edad Media. Esta pugna se conoce como la Reconquista, término usado por los cristianos para justificar el derecho a conquistar Al-Andalus, considerando ser descendientes de los visigodos. Tras la conquista, tenía lugar la repoblación: ocupación y explotación económica de los territorios. Distinguimos cuatro tipos de repoblación:
- Presura o Aprisio (siglos VIII-X): En el norte del Duero, Navarra y Cataluña, los campesinos, dirigidos por un noble o clérigo, ocupaban la tierra libremente, creando una sociedad de pequeños propietarios.
- Repoblación concejil (siglos XI-XIII): Entre el Duero y los Montes de Toledo, valle del Ebro y norte de Levante. Se creaban concejos y ciudades con fueros que otorgaban libertades y privilegios para atraer población, configurando una sociedad de mediana propiedad.
- Repoblación en Baja Extremadura, La Mancha y alto valles del Júcar y Turia (siglos XII-XIII): Basada en repartimientos a Órdenes Militares, Iglesia y nobleza, generando grandes latifundios ganaderos.
- Repoblación del valle del Guadalquivir y fachada levantina (siglos XIII-XIV): Los reyes otorgaban grandes territorios a nobles y soldados, resultando en grandes latifundios o heredamientos, basando la estructura agraria en la gran propiedad.
Los Reyes Católicos: Unión Dinástica e Integración de los Reinos Peninsulares
Enrique IV de Castilla nombra heredera a su hermana Isabel en 1468 por el Tratado de los Toros de Guisando. Rectificó al descubrir el matrimonio secreto de Isabel con Fernando de Aragón en 1469 y declaró heredera a su hija Juana. Tras morir Enrique IV estalló una guerra civil en Castilla entre los partidarios de Isabel, con el apoyo de Aragón, y los partidarios de Juana «la Beltraneja», apoyada por Portugal. El conflicto culminó con la paz de Alcaçovas de 1479, que reconocía a Isabel como reina de Castilla. Ese mismo año Fernando II era coronado rey de Aragón. Isabel y Fernando firmaron la Concordia de Segovia, acordando que los dos tendrían los mismos poderes en Castilla y Aragón mientras viviesen. Nace así la Monarquía Hispánica, con soberanos comunes, pero concebida como una unión dinástica o familiar (Los Trastámara), no política e institucional, puesto que cada reino conservaba sus leyes, instituciones y fronteras propias. Lograda la unión dinástica entre los dos reinos más poderosos de la Península, los nuevos reyes se propusieron conseguir la unión peninsular bajo su corona. En enero de 1492 culminó la conquista del reino nazarí de Granada. En 1496 Castilla concluyó la conquista de Canarias. Finalmente, tras morir Isabel, Fernando el Católico conquistó Navarra en 1512 y en 1515 se declaró su anexión a Castilla.
Expulsión de Judíos (1492) y Expulsión de Moriscos (1609)
La expulsión de los judíos en 1492 tuvo motivaciones religiosas y políticas. La Inquisición consideraba el culto judío un mal ejemplo para los conversos, y los Reyes Católicos buscaban mayor cohesión social en sus reinos. En marzo de 1492, se decretó la expulsión de los que no se bautizaran, resultando en la salida de cien mil judíos hacia el norte de África, Flandes, Italia y el Imperio turco. En Granada, la política de atracción hacia los mudéjares causó una revuelta en 1500-1501. Tras la derrota, en 1502, se les obligó a elegir entre el bautismo o el destierro. La mayoría se convirtió al cristianismo, siendo llamados moriscos. Durante el siglo XVI, las revueltas demostraron el fracaso de su integración. La sublevación de las Alpujarras en 1568 y el creciente recelo hacia posibles colaboradores de los turcos llevaron a su expulsión en 1609, afectando a trescientos mil moriscos. Estas dos expulsiones tuvieron consecuencias demográficas serias y afectaron negativamente a la economía. Los judíos por ser económicamente muy activos y los moriscos por ser una mano de obra agraria especializada, sobre todo en Valencia y Aragón.
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