28 Mar

La historia de España en la antigüedad y la Edad Media está marcada por diversos periodos y culturas que dejaron una huella imborrable. Desde la dominación romana hasta el esplendor del Califato de Córdoba, pasando por el Reino Visigodo, este territorio ha sido escenario de importantes transformaciones.

Las Guerras Púnicas y la Llegada de Roma

La primera etapa está marcada por las Guerras Púnicas entre Roma y Cartago. En la Primera Guerra Púnica (264-241 a.C), Cartago pierde Sicilia tras su derrota. Los cartagineses deciden entonces saquear la Península Ibérica y planifican repartirse los territorios, pero el conflicto surge con Sagunto, desencadenando la Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C). Aníbal declara la guerra a Roma y, tras varias victorias, llega hasta las puertas de la ciudad. Escipión decide atacar Cartago, obligando a Aníbal a regresar a África.

La Expansión Romana en Hispania

En la segunda etapa se produce la expansión romana en «Hispania». El río Ebro servía como punto medio. Hubo guerras contra lusitanos y celtíberos, quienes defendían su libertad y resistieron tenazmente. Numancia (Soria) es un claro ejemplo de esta resistencia.

Guerras Civiles en Roma e Hispania

La tercera etapa se caracteriza por las guerras civiles en Roma, que marcarán el fin de la República. Hispania, a la vez que participa como aliado, también intenta conquistar territorios, aunque generalmente apoya al bando perdedor.

Las Guerras Cántabras y la Consolidación Romana

Finalmente, tienen lugar las Guerras Cántabras (29-19 a.C). Augusto logra someter a los cántabros, aunque estas zonas serán las menos romanizadas de la Península.

El Reino Visigodo

Tras la hegemonía romana, llegaron los visigodos, un pueblo germánico. Los romanos los mantuvieron vigilados en la Península, siendo los bárbaros más romanizados. Tras la caída del Imperio Romano de Occidente en el 476 d.C., los visigodos toman el relevo y desarrollan la Monarquía Visigoda (476-711). La primera capital fue Toulouse hasta el 507, cuando fueron derrotados por los francos en la batalla de Vouillé, trasladando la capital a Toledo.

Instituciones Visigodas

Las principales instituciones visigodas fueron:

  • Introducción de la idea de la elección de un rey en asambleas de nobles y representantes de la iglesia, los llamados Concilios de Toledo.
  • Unificación del territorio por el rey Leovigildo (571-586), quien eliminó a otros grupos bárbaros.
  • Consolidación del poder religioso a través de los Concilios de Toledo.
  • Conversión del arrianismo al catolicismo por Recaredo en el Tercer Concilio (586), convirtiendo a todo el reino al catolicismo. Los obispos pasaron a formar parte del gobierno.
  • Desarrollo del Fuero Juzgo por el rey Recesvinto, que afectaba tanto a hispanorromanos como a visigodos.

La Invasión Musulmana y Al-Ándalus

Los musulmanes, aliados de los witizanos, avanzaron hacia Toledo, siendo frenados inicialmente por los francos. En 705 llegaron al norte de África y entraron en contacto con los visigodos. La crisis monárquica produjo una gran inestabilidad, facilitando una conquista rápida debido a la disposición de los invasores a realizar tratos pacíficos. Surgieron los mozárabes y los muladíes. Los primeros invasores fueron los bereberes dirigidos por Tariq, seguidos por los árabes liderados por Musa y Balch, quienes buscaban sofocar los enfrentamientos por el reparto de tierras.

El Emirato y el Califato de Córdoba

Inicialmente, se estableció el Emirato dependiente de Damasco (711-756), desde donde se ejercía el califato. Este emirato se debilitó debido a enfrentamientos internos entre etnias. Posteriormente, se formó el Emirato independiente (756-929), dominado por la familia Omeya. Abderramán I escapó de Damasco en 755 y se ocupó tanto de la política como de la religión. Fue amenazado por los francos, quienes fueron derrotados en Roncesvalles. Finalmente, se instauró el Califato de Córdoba (929-1031), como solución a los problemas exteriores e interiores. Abderramán III se proclamó califa en 929, deteniendo el avance de los cristianos por el norte y llevando a cabo campañas en el norte de África, conquistando Ceuta, Melilla y Tánger.

La Civilización en Al-Ándalus

La civilización musulmana mantuvo las rutas comerciales y las reglamentó, estableciendo gremios, almacenes (alhóndigas), zocos y mercados. La agricultura floreció, introduciendo técnicas de regadío y cultivando árboles frutales y plantas exóticas como el azafrán y el arroz. La sociedad estaba dividida por la religión: musulmanes (árabes, bereberes, sudaneses y eslavos) y no musulmanes, quienes pagaban tributos por su religión. Dejaron un legado cultural con influencias griegas, bizantinas, persas e indias. Se introdujo el ajedrez y la quinta cuerda del laúd (Ziryad). El árabe era la lengua oficial, pero se estableció una triglosia: árabe clásico, dialectal y el romance hablado por muladíes y mozárabes. Existieron emires y califas eruditos que realizaron importantes aportaciones históricas y geográficas.

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