11 Ene

Pueblos Prerromanos y Colonizaciones Históricas

En la península ibérica, los primeros asentamientos conocidos fueron los de los tartesios (siglos IX-V a.C.). Esta sociedad jerarquizada tuvo como rey más destacado a Argantonio. Las referencias a esta cultura provienen de Herodoto, quien describió sus relaciones comerciales con los griegos, y de hallazgos arqueológicos en Huelva (minas de plata), Sevilla (Tesoro de Carambolo) y Cáceres (Tesoro de Aliseda). Los tartesios desaparecieron en el siglo V a.C., probablemente absorbidos por los íberos. Los íberos se extendieron por la zona del río Ebro, de donde toman su nombre. Eran un conjunto de pueblos con una cultura común, influenciados por fenicios, griegos y tartesios. Su organización política se caracterizaba por monarquías en el sur, acuñación de moneda y una sociedad jerarquizada. Destacan restos como la Dama de Baeza y la Dama de Elche.

Paralelamente, los celtas, de origen indoeuropeo, ocuparon el norte de la península. A diferencia de los íberos, los celtas vivían en tribus gobernadas por aristocracias guerreras y construían castros (murallas defensivas). Las colonizaciones históricas incluyeron a los griegos, quienes fundaron Gadir (Cádiz) en el 800 a.C., estableciendo una factoría comercial e introduciendo el alfabeto y el trabajo del hierro. Posteriormente, los cartagineses tomaron el relevo, creando colonias en Ibiza y Cartagena (Cartagonova). Los cartagineses entraron en conflicto con los romanos en las Guerras Púnicas, especialmente la segunda (218-201 a.C.), donde Publio Cornelio Escipión derrotó a Aníbal, permitiendo la expansión romana. Los griegos también fundaron Rosas y Emporión, dedicándose al comercio, acuñando moneda e introduciendo cultivos como el olivo y la vid, y animales domésticos como el asno y la gallina.

Conquista y Romanización

La conquista romana se dividió en tres etapas. La primera (218-123 a.C.) se inició con las Guerras Púnicas y se centró en el control del sureste y la lucha contra los íberos. Se produjeron las Guerras Lusitanas (154-137 a.C.), donde Galba luchó contra Viriato, y las Guerras Celtíberas (154-133 a.C.), con el asedio de Numancia por Escipión Emiliano. En el 123 a.C., se ocuparon las Baleares. La segunda etapa se vio frenada por la guerra civil romana entre César y Pompeyo. La tercera etapa (29-19 a.C.) culminó con la conquista de toda la península, liderada por Augusto, quien estableció legiones permanentes en León y Astorga. La península se dividió en Ulterior y Citerior, y luego en Lusitania, Bética y Tarraconensis. Posteriormente, Tarraconensis se dividió en Tarraconensis, Gallaecia y Cartaginensis. El Edicto de Vespasiano (72 d.C.) otorgó a las ciudades hispanas el estatuto de municipio latino, oficializando la romanización. Las ciudades se clasificaron en estipendarias (pagaban impuestos) y colonias (con privilegios). Los romanos eran politeístas, pero el Edicto de Milán (313 d.C.) admitió el cristianismo, que se convirtió en religión oficial con el Edicto de Tesalónica (380 d.C.). El legado romano incluye el acueducto de Segovia, el derecho romano, el latín y figuras como Trajano, Adriano, Teodosio, Séneca y Lucano.

Invasiones Bárbaras y Reino Visigodo

En el 409, Alarico I saqueó Roma y estableció su reino al sur de Francia. Entre 479 y 554, la capital visigoda fue Tolosa, pero la presión de los francos los obligó a trasladarse a la península, donde sometieron a otros pueblos y expulsaron a los vándalos. Los suevos pactaron con los visigodos, manteniendo sus tierras a cambio de sumisión. Atanagildo estableció la capital en Toledo. Leovigildo unificó el territorio y la política, y Recesvinto unificó la legislación con el Liber Iudiciorum. En 711, los musulmanes derrotaron a los visigodos, cuyo último rey fue Don Rodrigo. El gobierno visigodo se basaba en un rey y varias instituciones: el officium palatino, el aula regia y el concilio de la iglesia. El paso del arrianismo al catolicismo se produjo en el III Concilio de Toledo (589). En la cultura visigoda destacan San Leandro, que creó una escuela en Sevilla, y San Isidoro de Sevilla, autor de Historia de los reyes godos y Etimologías.

Evolución Política: Conquista, Emirato y Califato de Córdoba

En 710, tras la muerte del rey visigodo Witiza, Don Rodrigo fue elegido rey, lo que provocó una guerra civil. Akila, hijo de Witiza, pidió ayuda a Tarik, gobernador musulmán del norte de África, quien desembarcó en 711, derrotando a Don Rodrigo en la batalla de Guadalete. En 715, los musulmanes habían conquistado la península, excepto las montañas del norte. La conquista se realizó mediante la violencia o acuerdos de sometimiento. En la primera etapa (711-756), el emirato era dependiente del califa. En 722, se produjo la escaramuza de Covadonga, que dio esperanzas a los cristianos. Los musulmanes llegaron hasta Poitiers, donde fueron frenados por Carlos Martel. En 756, el emir se independizó del califa debido a conflictos internos y a la revolución abasí. Abderramán I huyó a la península, se hizo con el poder y se declaró emir independiente. Córdoba se convirtió en la capital. En 929, Abderramán III se proclamó califa, acabando con las luchas internas, frenando a los cristianos en Valdejunquera, conquistando Ceuta y construyendo Medina Azahara. Su sucesor, Al-Hakam II, destacó por su pacifismo. El tercer califa, Hixam II, delegó su poder en Almanzor, quien murió en la batalla de Calatañazor (1002). En 1031, una guerra civil dio paso a los reinos taifas.

Al-Ándalus: Crisis del Siglo XI, Reinos de Taifas e Imperios Norteafricanos

Los reinos taifas fueron pequeños reinos en los que se dividió el Califato de Córdoba. Pagaban parias a los cristianos para evitar invasiones. La primera etapa de los reinos taifas (1031-1086) fue interrumpida por la entrada de los almorávides, quienes obtuvieron una victoria en Sagrajas (Badajoz). Los almorávides se retiraron a África en 1145, y volvieron las taifas hasta 1147, cuando los almohades entraron en la península. En 1212, los almohades fueron derrotados en la batalla de las Navas de Tolosa por Alfonso VIII. Los almohades gobernaron hasta 1232, cuando retornaron las taifas hasta 1238, siendo invadidas por los cristianos. El reino nazarí de Granada se mantuvo entre 1238 y 1492 gracias a las luchas internas de los cristianos y al pago de parias.

Al-Ándalus: Organización Económica y Social

La economía de Al-Ándalus mejoró con técnicas de regadío y nuevos cultivos como el algodón y la caña de azúcar. Se potenciaron la orfebrería, el vidrio, el cuero, la industria textil y la construcción naval. Se crearon rutas comerciales por el Mediterráneo y Europa, como la ruta del oro de Sudán a Córdoba. El dinar de oro y el dirham de plata se convirtieron en monedas valiosas. La sociedad era diversa, con árabes como minoría dirigente, bereberes en cargos militares, eslavos como expertos financieros y militares, y judíos como grandes economistas. La mayoría cristiana se dividía en muladíes (cristianos convertidos al islam) y mozárabes (cristianos no convertidos). La sociedad se dividía en la jassa (aristocracia), el ayan (burguesía) y la amma (masas populares). La mujer tenía una situación de inferioridad.

Al-Ándalus: Legado Cultural

Córdoba fue el centro cultural europeo, con 100.000 habitantes. Destacaron filósofos como Maimónides, Avempace y Averroes. En literatura, Ibn Abd Rabbihi escribió El collar. Ibn al-Qutiya fue un historiador. Avicena fue un recopilador de saber médico. Las aportaciones musulmanas incluyen la lengua árabe, el sistema de numeración hindú y la enciclopedia médica y quirúrgica.

La Mezquita y el Palacio en el Arte Hispano-Musulmán

El arte hispano-musulmán evolucionó entre los siglos VIII y XV. La mezquita de Córdoba, construida por Abderramán I, es el edificio más representativo. En la arquitectura civil destaca Medina Azahara, construida por Abderramán III. El palacio de la Alhambra en Granada destaca por su armonía entre entorno natural y arquitectura, con el palacete de Comares y el palacio de los Leones.

Los Reinos Cristianos en la Edad Media: Primeros Núcleos de Resistencia (Siglos VIII-X)

La campaña bélica se dividió por reinos. El Reino Astur comenzó con la escaramuza de Covadonga (722), liderada por Don Pelayo. La capital se trasladó de Cangas de Onís a Oviedo en 739 por Alfonso I. En el siglo VIII, intentaron expandirse por el Ebro, pero lo lograron en el siglo IX. Alfonso II (791-841) encontró los restos del apóstol Santiago, creando el Camino de Santiago. En el siglo X, la capital se trasladó a León. García I cambió la capital a León. Almanzor avanzó recuperando terreno, pero la victoria asturiana se dio en la Batalla de Simancas por Ramiro II. El reino se dividió en Reino de Galicia (Ordoño I) y Condado de Castilla (Fernán González). El Reino de Pamplona comenzó en 778 con la victoria en Roncesvalles contra Carlomagno. En 905, comenzó oficialmente el Reino de Pamplona con Sancho Garcés. En 943, García Sánchez I (Navarra) se casó con Andregoto Galíndez (Aragón). Sancho Garcés III acumuló todos los reinos cristianos y se autoproclamó “Rey de las Españas”, dividiendo sus territorios entre sus hijos. El Reino de Aragón comenzó con Aznar Galíndez en 808. En 943, se unió a Navarra. Ramiro I fue el primer rey de Aragón. En el siglo IX, se formaron los condados catalanes. En el siglo X, Carlomagno los conquistó y creó la marca hispánica. Vifredo unificó los condados, con Barcelona como capital. Borrel II se independizó de los carolingios en 948. En 1137, Cataluña y Aragón se unificaron mediante el matrimonio de Ramón Berenguer IV (Barcelona) y Petronila (Aragón).

Los Reinos Cristianos en la Edad Media: Principales Etapas de la Reconquista

La Reconquista se divide en tres etapas. La primera (711-1035) comenzó con el desembarco musulmán y predominó la defensa cristiana. Se produjeron las escaramuzas de Covadonga y Roncesvalles. La segunda etapa (1035-1238) se caracterizó por la ofensiva cristiana, retomando territorios del Ebro, el Tajo y el Guadiana. En 1212, se produjo la batalla de las Navas de Tolosa, que expulsó a los almohades. Se firmaron los tratados de Tudillen y Cazola. La tercera etapa (1238-1492) redujo a los musulmanes al reino nazarí de Granada. Se firmó el tratado de Almizrra (1244). La reconquista se paralizó por problemas internos, pero en 1492 se tomó Granada, con la capitulación de Boabdil en Santa Fe.

Los Reinos Cristianos en la Edad Media: Formas de Ocupación del Territorio y su Influencia en la Estructura de la Propiedad

Durante esta época, se dio un régimen feudal, con la propiedad en manos de la nobleza y el clero. Para la repoblación, se utilizaron diferentes modelos. En la plana de Vic (siglo IX), se usó el aprisio-pressura y la carta-puebla. También se crearon monasterios. En la cuenca del Duero (siglos IX-X), la repoblación fue dirigida por el rey mediante el método de pressura, dando lugar a campesinos libres. En el centro, se organizaron concejos con fueros propios. En Castilla, hubo escasez de repobladores y se dieron latifundios, mientras que en Aragón se dio el caso contrario. Surgieron las órdenes militares (Alcántara, Calatrava) para la defensa y repoblación.

La sociedad se dividía en nobleza, clero, burguesía y campesinado. La nobleza se dividía en alta (ricos hombres en Castilla, barones en Aragón) y baja. El clero se dividía en secular y regular, y en alto y bajo clero. El campesinado era la mayoría de la población, con situaciones de libertad o servidumbre. La burguesía se dedicaba a la artesanía y el comercio. En los siglos XII y XIII, hubo revueltas para tener delegados en las cortes y autonomía en los concejos. Del siglo XIV al XV, se dieron conflictos internos entre el patriciado y el común.

Diversidad Cultural en los Reinos Cristianos en la Edad Media: Cristianos, Musulmanes y Judíos

El desarrollo cristiano se dio en torno a los monasterios. La mayor fusión cultural se dio en el este, con influencia musulmana. Se realizaron traducciones árabe-latín. El castellano se convirtió en el idioma oficial. Surgieron el Mester de Clerecía y el Mester de Juglaría. En la Escuela de Traductores de Toledo (siglo XI), se tradujeron textos antiguos. Surgieron las primeras universidades no religiosas (Palencia, 1212). El Camino de Santiago fue una ruta clave en la difusión cultural. Destacaron Alfonso X el Sabio, que declaró el castellano como lengua oficial y escribió las Cantigas de Santa María y el Código de las Siete Partidas, y Ramon Llul. En los siglos XIV-XV, los judíos sufrieron persecución y fueron expulsados en 1492, aunque algunos se convirtieron al cristianismo. Los expulsados se denominaron sefardíes.

Los Reinos Cristianos en la Edad Media: Manifestaciones Artísticas

El arte fue básicamente religioso y didáctico. Se extendieron cinco corrientes: dos externas (románico y gótico) y tres internas (asturiano, mozárabe y mudéjar). El arte asturiano (siglos VIII-IX) empleó arcos de medio punto y bóvedas de cañón (Santa María del Naranco). El arte mozárabe (siglo X) utilizó materiales pobres y arcos de herradura (San Miguel de Escalada). El románico penetró con la orden de Cluny por el Camino de Santiago, caracterizado por muros macizos, arcos de medio punto y bóvedas de cañón (monasterio de Ripoll, San Isidoro de León). El gótico (siglos XIII-XIV) buscó la luminosidad y la verticalidad, con arcos ojivales, bóvedas de crucería y vidrieras (catedral de León). El mudéjar (siglos XII-XV) tuvo influencias cristianas y musulmanas, utilizando el ladrillo y formas decorativas islámicas.

Los Reinos Cristianos en la Baja Edad Media: Organización Política e Instituciones de Castilla y de la Corona de Aragón

A partir de 1037, con Fernando I, Castilla se convirtió en Castilla y León. La unión definitiva se dio en 1230 con Fernando III. Alfonso X escribió las Siete Partidas, pero perdió poder con la nobleza. Alfonso XI impulsó la idea en 1348. En 1369, se inició la dinastía de Trastámara con Pedro I. Juan I fue derrotado en Aljubarrota (1385). Enrique IV murió en 1474. Las instituciones castellanas incluían al rey, el mayordomo, el notario, el consejo real, la chancillería y las Cortes. La Corona de Aragón comenzó en 1137 con el matrimonio de Ramón Berenguer IV y Petronila. Jaime I conquistó por el Mediterráneo. En 1410, se extinguió la dinastía reinante. En 1412, Fernando de Antequera (Trastámara) fue elegido sucesor. Sus sucesores fueron Alfonso V, Juan II y Fernando II. Las instituciones aragonesas eran descentralizadas, con menos poder para el rey. Las instituciones más importantes fueron las Diputaciones del General, la Justicia Mayor y las Cortes Generales.

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