03 Nov

España en el Reinado de Alfonso XIII (1898-1930)

Problemas en Marruecos (1898-1923)

A finales del siglo XIX, la presencia española en Marruecos aumentaba, siendo uno de los últimos países libres de África. Francia, dueña de Argelia y protectora de Túnez, buscaba expandirse hacia Marruecos. Tras el desastre de 1898, las aspiraciones coloniales españolas en África se vieron frustradas.

En 1904, se firmó el primer acuerdo franco-español, y en 1906, la Conferencia de Algeciras otorgó a ambos países un protectorado conjunto. La política africana española se basaba en tres pilares: el peso del desastre de 1898, la tradición histórica en el norte de África y la rivalidad colonial anglo-francesa. La presencia francesa y la posible intervención alemana impulsaron la campaña de Marruecos.

La minería del hierro y la construcción de ferrocarriles influyeron en la intervención española. Desde 1904, la presencia española fue pacífica, pero esto cambió en 1909 con la Guerra de Melilla y la Semana Trágica. Tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918), Francia amenazó con instalarse en la región, sin respetar los pactos con España. El fin de la guerra también impactó en Marruecos, y en 1919, el gobierno español inició una toma de posiciones desde Ceuta y Melilla. Fernández Silvestre provocó el Desastre de Annual en 1921, una nueva frustración colonial para España.

El Directorio Militar (1923-1925)

Primo de Rivera suspendió el sistema parlamentario, la Constitución de 1876 y los partidos políticos. Los tribunales militares ganaron poder sobre los civiles. Gobernadores civiles fueron sustituidos por militares, y las diputaciones y ayuntamientos fueron disueltos. Se restringieron derechos y libertades, prohibiendo huelgas y controlando reuniones. El Directorio Militar abordó los problemas más graves:

  • Orden Público: Restableció la seguridad pública, buscando asociar la dictadura con la paz.
  • Marruecos: A pesar de su inicial postura de abandono, la imposibilidad de acuerdo con los rifeños llevó a la adopción de medidas militares. El Desembarco de Alhucemas en 1925 fue su mayor logro.
  • Nacionalismo: Prohibió el uso de la lengua y bandera catalanas en actos públicos, suspendiendo la enseñanza del catalán.

El Directorio Civil (1925-1930)

El gobierno mantuvo suspendida la Constitución, legislando por decreto. España experimentó un auge económico, en paralelo al de Europa. Se creó la Organización Corporativa Nacional en 1926, con asociaciones laborales que sustituirían a los partidos políticos. Se buscó solucionar el conflicto entre patronos y obreros, impulsando legislación laboral y medidas populistas. En 1927, se reunió una Asamblea Nacional consultiva, no electa, obstaculizando el regreso a la normalidad constitucional.

Situación Socioeconómica (1920-1930)

El eje de la actuación fue el intervencionismo proteccionista estatal. Se invirtió en carreteras y ferrocarriles, coincidiendo con la expansión del automóvil. La dictadura favoreció a la burguesía industrial con un proteccionismo que buscaba la nacionalización de la industria. La Ley de Protección Industrial de 1926 aisló la economía española, protegiendo a la industria nacional. Se desarrollaron proyectos hidráulicos, como las Confederaciones Hidrográficas.

La II República (1931-1939)

Proclamación y Modelo Político

La República trajo esperanza, democratización y modernización. En abril de 1931, la izquierda accedió al poder tras unas elecciones que provocaron la caída de la monarquía. El 14 de abril se proclamó la II República, recibida con entusiasmo en Extremadura. Se formó un Gobierno Provisional, presidido por Alcalá Zamora, que solucionó la proclamación de la República Catalana y convocó elecciones a Cortes Constituyentes. En junio, republicanos y socialistas obtuvieron la mayoría.

La Constitución de 1931

Elaborada por una comisión presidida por Jiménez de Asúa, la Constitución fue aprobada el 9 de diciembre de 1931. Se formó un nuevo gobierno republicano-socialista, liderado por Azaña y Alcalá Zamora.

El Triunfo del Frente Popular (1936)

En las elecciones de febrero de 1936, la derecha se presentó desunida y la izquierda, unida en el Frente Popular, obtuvo la victoria. Azaña formó gobierno, decretando amnistía, impulsando la autonomía y profundizando la reforma agraria. Azaña fue elegido presidente de la República y Quiroga, presidente del Gobierno. La agitación social aumentó, con huelgas, ocupaciones de tierras y enfrentamientos. El gobierno se vio presionado por los sindicatos UGT y CNT, y temía un golpe de estado. El 17 de julio, la guarnición de Melilla se sublevó, iniciando la Guerra Civil. Franco, desde Canarias, voló a Tetuán para liderar el ejército de África.

La Cuestión Agraria en Extremadura

En Extremadura, la República fue recibida con entusiasmo. La propiedad de la tierra estaba dominada por latifundios, con la mayoría del campesinado como yunteros. El paro y el subempleo eran alarmantes, debido a la desigualdad en la distribución de la tierra y la oposición de los terratenientes a la República. La República implementó medidas como la prohibición de expulsar arrendatarios, reducción de rentas, salario mínimo de 5,50 pesetas y jornada laboral de 8 horas. Sin embargo, estas medidas fueron insuficientes y provocaron movilizaciones campesinas. Las medidas de Azaña en 1932 permitieron el asentamiento de más de 30.000 campesinos, pero la llegada de la derecha al poder en 1933 las anuló.

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