12 Nov

PRIMERA COPA DEL MUNDO: URUGUAY 1930

La decisión de la FIFA de celebrar la primera Copa Mundial de la FIFA™ en Uruguay no suscitó el entusiasmo general, ya que Europa estaba inmersa en una crisis económica y la participación en un Mundial celebrado en otro continente hacía necesario un largo desplazamiento por mar. Además, para algunos clubes suponía no poder contar con sus mejores jugadores durante dos meses, un problema que todavía existe en la actualidad.

La organización de la primera Copa Mundial de la FIFA™ fue muy diferente de las actuales: no hubo fase clasificatoria, las trece selecciones participantes fueron invitadas por la organización y el sorteo se celebró cuando todos los equipos ya se encontraban en Uruguay. 

Francia se enfrentó a México en el partido de apertura y logró una victoria por 4-1, pero la primera final de una Copa Mundial enfrentó a la selección anfitriona y a sus vecinos de Argentina. Tras ir perdiendo por 2-1 al final de la primera mitad, Uruguay logró imponerse por 4-2 y adjudicarse la copa diseñada por el escultor francés Abel Lafleur.

La primera Copa Mundial de la FIFA™ y las primeras leyendas del fútbol

Aunque el fútbol nació oficialmente en 1904 con la fundación de la FIFA, no fue hasta 1924 y los Juegos Olímpicos de París cuando alcanzó realmente proyección internacional. Allí, por primera vez, equipos de otros continentes se enfrentaron a las selecciones europeas. El torneo tuvo un éxito sin precedentes: 50.000 espectadores acudieron a la final, que terminó con la victoria de Uruguay sobre Suiza. Sin embargo, en 1928, muchas naciones decidieron no asistir a los Juegos Olímpicos de Amsterdam, y quedó claro que había llegado el momento de crear un torneo de fútbol independiente, especialmente a la vista del crecimiento del fútbol profesional. El 26 de mayo de 1928, en Amsterdam, el congreso de la FIFA votaba el nacimiento de un nuevo torneo, que se organizaría en 1930 y estaría abierto a todos los países miembros. El 18 de mayo de 1929, el congreso de Barcelona decidió que Uruguay sería la primera nación anfitriona de una Copa Mundial de la FIFA™.

En su calidad de campeona olímpica, y en vista de que en 1930 se celebraban los cien años de su independencia, se consideró apropiado elegir a Uruguay como nación organizadora del primer torneo. Aunque la noticia fue acogida con agrado en todo el mundo futbolístico, muchos países europeos se mostraron reticentes a cruzar el Atlántico, un viaje largo, agotador y costoso, por lo que un gran número de federaciones europeas incumplió su promesa de participación. Dos meses antes de la fecha prevista para el inicio del torneo, ninguna nación europea había confirmado su asistencia. Gracias a los esfuerzos personales de Rimet, por lo menos cuatro delegaciones partieron el 21 de junio de 1930 desde Villefranche-Sur-Mer: Bélgica, Francia y Rumanía viajaron en el navío «Conte Verde», mientras Yugoslavia lo hizo en el «Florida». Llegaron a Río de Janeiro el 29 de junio y, finalmente, recalaron en Montevideo el 4 de julio.

Un rotundo éxito deportivo

La primera Copa Mundial de la FIFA™ sólo atrajo a trece naciones: cuatro europeas, ocho latinoamericanas y un equipo representante de Estados Unidos. Sin embargo, sobre el terreno de juego, la calidad del fútbol desplegado fue muy alta y, aunque el público esperaba ver un dominio del fútbol sudamericano, los europeos no fueron meros comparsas, como lo atestigua el caso de Francia, que venció a México por 4-1 y a punto estuvo de vencer a Argentina, tras una épica batalla, aunque cayó derrotada por 1-0. El colegiado, que había pitado el final del partido seis minutos antes, finalmente, y tras numerosas protestas, hizo volver a los jugadores al terreno de juego, aunque algunos de ellos ya estaban en la ducha.

Primera final, primera leyenda

Unos días más tarde, en el espectacular estadio del Centenario (con capacidad para 100.000 espectadores), saltaban chispas mientras la hinchada local esperaba para presenciar la final sudamericana entre Uruguay y Argentina. En el descanso, los uruguayos perdían por 2-1, pero lucharon hasta la extenuación para lograr tres goles y terminar venciendo por 4-2. El Presidente de la FIFA, Jules Rimet, entregó el trofeo «Victoire aux Ailes d’Or», una estatua de 30 cm de altura, fabricada en oro y con un peso de 4 kg, al capitán uruguayo, José Nazassi. Las celebraciones se prolongaron en Montevideo durante varios días y varias noches y el día después de la victoria, el 31 de julio, se decretó fiesta nacional. ¡Ya estaba en marcha el torneo más prestigioso del fútbol mundial y había quedado oficialmente proclamado el carácter universal de este deporte!

EL MEJOR MUNDIAL: MÉXICO 86

México fue la sede de la decimotercera Copa Mundial de la FIFA™ y se convertía así en el primer país que organizaba la competición en dos ocasiones. Sin embargo, si los mexicanos se adjudicaron el campeonato fue sólo tras la renuncia de Colombia, la primera opción, que, en 1983 anunció que no podía hacer frente a la organización del torneo de fútbol más importante del mundo.

A pesar de que una serie de terribles terremotos precedieron al Mundial, los estadios no se vieron afectados, por lo que se decidió seguir adelante con los preparativos. 

Brasil quedó eliminada en cuartos de final, en la tanda de penaltis, ante Francia, que, a su vez, se despidió de la competición en las semifinales, al caer derrotada ante Alemania Occidental.

Maradona, que marcó dos goles contra Inglaterra (uno con la mano, que el argentino calificó, orgulloso, de «mano de Dios», y el otro, uno de los mejores tantos de la historia) y otros dos contra Bélgica, puso a Argentina en la final, donde la albiceleste venció a Alemania Occidental por 3-2, ante la presencia de los 115.000 espectadores que abarrotaban el estadio Azteca.

Maradona, todo un espectáculo

Un durísimo golpe en forma de violento terremoto, que acabó con la vida de 20.000 personas, estuvo a punto de privar a los mexicanos de la celebración que tanto tiempo llevaban esperando, pero, al final, decidieron seguir adelante.

La decimotercera Copa Mundial de la FIFA™ terminó con la consagración de Argentina y de su principal organizador, Diego Armando Maradona. Francia, por su parte, tras una brillante actuación frente a Italia y después de que su juego alcanzara cotas extraordinarias ante los brasileños, vio interrumpida su trayectoria en las semifinales, a manos de Alemania, igual que en 1982.

Veinticuatro selecciones participaron en la fase final, como ya ocurriera cuatro años antes en el Mundial de España. Sin embargo, esta vez fue diferente, ya que en la segunda ronda se aplicó el sistema de eliminación directa. Al quedar fuera tan sólo ocho equipos, la fase inicial deparó muy pocas sorpresas. La primera de ellas, no obstante, la protagonizó Marruecos, que se convirtió en el primer país africano que se clasificaba para la segunda ronda de una fase final de la Copa Mundial de la FIFA™.

Como ya había ocurrido en 1982, los franceses se ganaron muchos adeptos gracias a su espectacular juego, y su legendario y universalmente admirado centro del campo de cuatro hombres, formado por Platini, Giresse, Tigana y Fernández, causó estragos incluso entre las defensas mejor organizadas.

La campeona del mundo cae derrotada ante Francia

Los galos pusieron de manifiesto su gran clase al desbancar a Italia, campeona del mundo vigente, en su partido de la segunda fase (2-0), antes de derrotar a Brasil, en Guadalajara (con algo de suerte, pero con una gran dosis de talento), en uno de los mejores encuentros de todos los tiempos. Los hombres de Tele Santana tiraron dos veces al palo y desbordaron con frecuencia a Michel Platini y a su equipo, que acabó ganando gracias a la gran actuación de su portero, Joel Bats (entre otras hazañas, le paró un penalti a Zico a 12 minutos del final). Después de imponerse en una tanda de penaltis de infarto (1-1 al final del partido y 4-3 después de los penaltis), Francia se plantó en las semifinales, donde, como ya ocurriera cuatro años antes en España, sus sueños de gloria mundialista quedaron frustrados por un combinado alemán que llegó al encuentro más descansado.

Alemania, eterna participante en las finales, volvió a tropezar en el último obstáculo. En 1982 había quedado eliminada por la Italia de Paolo Rossi y, esta vez, se vio superada por muy poco (3-2) por la Argentina de Diego Armando Maradona, que se encontraba en plena forma tras derrotar por 2-0 en las semifinales a una aguerrida selección belga. La victoria de Argentina fue tan merecida como inesperada, ya que el país contaba con un combinado sólido, pero falto de inspiración. La maestría de Maradona prácticamente bastó para que su país se alzara con el trofeo mundial. Como no podía ser de otra forma, su brillante juego y sus proezas ante la meta contraria (cinco goles) le reportaron el título de Mejor Jugador del Torneo. La única mancha en su expediente tuvo lugar en cuartos de final, contra Inglaterra, cuando marcó un gol con la mano. Un hecho aislado que no fue suficiente para empañar la fiesta en Argentina, donde treinta millones de personas salieron a la calle para celebrara la victoria definitiva.

EL PEOR MUNDIAL: CHILE 62

El Mundial del 62 fue un hito para Chile que organizó el evento poco después de sufrir un sismo que devastó el sur del país. En el libro «1962, el mito del Mundial chileno», el periodista Daniel Matamala plantea la tesis de que ese máximo orgullo es «la peor de la historia».

¿Cómo se sustenta esta idea? El responsable de la publicación explicó que realizó una comparación estadística basada en distintas variables como goles anotados o asistencia a los estadios, y ello ubicó a Chile 1962 en el último lugar de un ranking que lidera Brasil 1950.

«No es una opinión personal, cualquiera puede tener la suya y es muy válida. El esfuerzo que hice fue dar un paso más allá y tratar de buscar datos estadísticos al respecto, y eso es en el fondo lo que está publicado en uno de los capítulos del libro, y que puede ser llamativo», relató.

Pero el texto no sólo plantea que el Mundial de 1962 es el más malo. También echa por tierra algunos mitos como la frase «porque no tenemos nada, queremos hacerlo todo», del entonces presidente del comité organizador de la Copa, Carlos Dittborn, que reporta como falsa.

La publicación llega a menos de un mes del inicio del Mundial de Sudáfrica, cuando el país futbolero de Chile no habla de otra cosa que de lo que pueda hacer el equipo dirigido por el argentino Marcelo Bielsa.

En este contexto Daniel Matamala ya se ganó epítetos como «oportunista» y «antipatriota».

SUDÁFRICA 2010

La Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010™ (FIFA World Cup South Africa 2010™, en inglés) fue la XIX edición de la Copa Mundial de Fútbol. Dio comienzo el 11 de junio y finalizó el 11 de julio, siendo la primera vez que este torneo se disputó en África y por quinta ocasión en el hemisferio sur.

204 de las 208 asociaciones nacionales adheridas a la FIFA se inscribieron para participar en el proceso de clasificación, realizado entre mediados de 2007 y fines de 2009, para poder determinar a los 32 equipos participantes en la fase final del torneo, superando la marca de 197 participantes del torneo anterior.1

El campeonato estuvo compuesto de dos fases: en la primera, se conformaron ocho grupos de cuatro equipos cada uno, avanzando a la siguiente ronda los dos mejores de cada grupo. Los dieciséis clasificados se enfrentaron posteriormente en partidos eliminatorios, hasta llegar a los dos equipos que disputaron la final en el estadio Soccer City de Johannesburgo.

Previo al torneo, Sudáfrica realizó una inversión millonaria para poder estar en condiciones de recibir uno de los eventos deportivos más importantes del planeta. Cerca de 2 millones de entradas fueron puestas a la venta para asistir a los 64 partidos,2 a disputarse en 10 estadios ubicados a lo largo de todo el país, de los cuales la mitad eran nuevos. Como preparación del evento, el país anfitrión organizó previamente la Copa FIFA Confederaciones 2009 en las ciudades de Puerto Elizabeth, Bloemfontein, Johannesburgo, Pretoria y Rustenburg.

A este Mundial regresaron varias selecciones tras muchos años de ausencia: Corea del Norte, que no participaba desde 1966, Honduras y Nueva Zelanda desde 1982, Argelia desde 1986, y Grecia desde 1994. A estos equipos se les unieron Eslovaquia y Serbia, aunque selecciones de estas dos últimas naciones habían participado en anteriores citas mundialistas, pero representando a países hoy desintegrados; Checoslovaquia en caso de la primera, y Yugoslavia y posteriormente Serbia y Montenegro en caso de la segunda.

Durante la primera ronda se anotaron 101 goles, la menor cantidad conseguida durante la fase de grupos desde que los participantes son treinta y dos. Las selecciones de la Conmebol se convirtieron en las principales dominadoras de esa fase, pasando sus cinco equipos a la segunda, con sólo una derrota en quince partidos jugados. Por otro lado, Europa y África decepcionaron: seis de los trece equipos europeos y sólo uno de los seis africanos pasaron a la siguiente fase. Dentro de los eliminados destacaron los dos equipos finalistas del mundial anterior, Italia y Francia, además de Sudáfrica, que se convirtió en la primera selección anfitriona en la historia que no logra pasar a la segunda etapa.

En segunda ronda, Sudamérica continuó con su racha clasificando un equipo por cada una de las llaves, pero en cuartos de final sólo sobrevivió Uruguay, que clasificó a semifinales junto a tres europeos: Alemania, España y Países Bajos. España consiguió así su primera participación en semifinales, teniendo en cuenta que en 1950, a pesar de finalizar en la cuarta posición, la última instancia consistió en una liguilla. Finalmente, a pesar de que cinco de los diez primeros clasificados pertenecen a la Confederación Sudamericana, los tres ocupantes del podio fueron selecciones provenientes de la Unión de Asociaciones Europeas.

Todo el torneo estuvo marcado por importantes errores arbitrales que influyeron en el desarrollo de varios partidos,3 incluida la propia final.4

Tras la consagración de España, este mundial fue el primero jugado fuera de Europa en el que se proclamó campeón un equipo europeo, además de que fue la primera vez desde 1998 en que ganó un equipo sin copas mundiales anteriores en su palmarés, así como la primera vez desde 1978 en que dos equipos sin copas mundiales se enfrentaron en la final, y la primera vez desde 1962 en que Europa y Sudamérica no se alternan el campeón mundial, ya que en la edición anterior el campeón también fue europeo.

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