22 Jun
EL TEATRO ESPAÑOL A PARTIR DE 1936 (HASTA 1975)
I. INTRODUCCIÓN: CONTEXTO HISTÓRICO Y CULTURAL.
Durante la Guerra Civil se escribe un teatro de circunstancias promovido por los dos bandos y destinado a concienciar al espectador y estimular a los combatientes; en los escenarios se mantiene un teatro comercial para el público acomodado. El fin de la guerra dejó en España un panorama desolador, penuria económica y una sociedad fragmentada. Los autores progresistas se habían tenido que marchar al exilio (Casona, Alberti) o habían muerto (García Lorca o Valle-Inclán). A estas circunstancias hay que unir el control ideológico a través de la censura, que ejerció mayor presión sobre el teatro, y la desaparición de algunos teatros en pueblos y provincias por la destrucción o falta de medios económicos.
II. TEATRO DE LA DÉCADA DE LOS CUARENTA.
En los escenarios triunfan varias tendencias dirigidas a la burguesía, que es quien puede asistir a las representaciones. Las más importantes son:
A)Teatro continuista o burgués. Se llama así porque sigue las características de la comedia de Jacinto Benavente de principios del siglo XX, es un teatro creado para entretener a la burguesía. Son obras bien construidas, escritas en tres actos, con diálogos ágiles, que abordan temas relacionados con la vida cotidiana de la burguesía y defienden las tradiciones, la familia y la religiosidad. Destacan los autores José López Rubio, aborda el tema del amor con obras como Celos del aire, José María Pemán, defensor del régimen con obras de corte histórico y costumbrista (El divino impaciente) y Joaquín Calvo Sotelo (La muralla).
B)Teatro del humor. Lo más interesante de esta década es este teatro humorístico y vanguardista que plantea situaciones inverosímiles y juegos con el lenguaje. Destacan Enrique Jardiel Poncela, propone una comicidad basada en situaciones inverosímiles (Eloísa está debajo de un almendro o Cuatro corazones con freno y marcha atrás) y Miguel Mihura, cuya obra fundamental es Tres sombreros de copa (escrita en 1932) considerada un antecedente del teatro del absurdo que se desarrollará en Europa. En ella un joven burgués se enamora la noche previa a su boda de una joven que trabaja en una compañía de variedades.
C)Teatro en el exilio. Sus principales representantes son Alejandro Casona, con un teatro poético (La dama del Alba) y Max Aub (San Juan).
III. TEATRO SOCIAL DE LOS AÑOS CINCUENTA
Son obras que llevan a escena la injusticia social reproduciendo el lenguaje de la calle y situaciones cotidianas.
Este teatro se encontró con la oposición de la censura, por lo que a menudo fue «silenciado» y no llegó a los escenarios. Las figuras más representativas fueron:
-Antonio Buero Vallejo (Guadalajara). En 1949 ganó el premio Lope de Vega con Historia de una escalera, obra que supuso el inicio del «teatro social». En su producción encontramos dramas sociales, como la obra citada; dramas simbólicos, En la ardiente oscuridad; dramas históricos, El sueño de la razón (basado en la figura de Goya) y teatro experimental, El tragaluz.
-Alfonso Sastre. Defiende un teatro que denuncie las injusticias y la situación política del país. El tema central es la necesidad de una revolución social, por ello sus obras fueron prohibidas por la censura en muchas ocasiones. En los 50, creó el T.A.S. (Teatro de Agitación Social), destaca Escuadra hacia la muerte y La mordaza.
A finales de los 50 y principios de los 60, aparece la «generación realista», con Laura Olmo (La camisa) o José Martín Recuerda (Las Salvajes de Puente San Gil). Otros optan por un teatro menos crítico como Antonio Gala (Anillos para una dama).
IV. EL TEATRO EXPERIMENTAL DE LOS SESENTA Y SETENTA.
Es un teatro de renovación que supone un acercamiento a las corrientes teatrales europeas. Son obras alegóricas, de interpretación simbólica, y que buscan la provocación y movilización del espectador a través de la violencia, el sexo… Los autores más destacados son:
– Francisco Nieva. Critica la represión moral impuesta por la sociedad tradicional y la religión, propone la trasgresión de las normas y la liberación de los instintos con personajes carnavalescos y esperpénticos.
Destaca El combate de Ópalos y Tasia o Pelo de Tormenta.
– Fernando Arrabal. Su teatro denominado «teatro pánico» estuvo prohibido en España durante la dictadura y mezcla el absurdo con el humor negro como se puede observar en Pic-Nic o en El cementerio de automóviles.
En este tipo de teatro representaron un papel fundamental los nuevos grupos de teatro independiente como
Els Joglars, La Fura dels Baus, Dagol Dagom, que vivirán su auge en los años setenta y ochenta.
V. EL TEATRO EN DEMOCRACIA (DESDE 1975). CONCLUSIÓN
Siguen triunfando los grupos de teatro independiente, además, se llevan a escena obras de autores silenciados en el franquismo, aparecen nuevos dramaturgos que abordan en tono cómico temas de actualidad (como la droga, el paro, la delincuencia). El autor más destacado es José Luis Alonso de Santos, con obras como Bajarse al moro. Por otro lado, se recobra el tema de la memoria histórica de la guerra civil ¡Ay, Carmela! de José Sánchis Sinisterra o Las bicicletas son para el verano de Fernando Fernán Gómez.
Desde los años 80 y 90, el teatro se ha convertido en una actividad subvencionada y promocionada por administraciones públicas se han creado centros como el Centro Dramático Nacional y promocionada festivales como el Festival de Teatro Clásico de Almagro. Por otro lado, desde finales de los noventa se esta viviendo el auge del monólogo y el musical.
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