Humanismos en los siglos XIX y XX

Corrientes principales

Durante los siglos XIX y XX, se desarrollaron dos grandes corrientes de humanismo:

• Humanismo antropocéntrico: Esta corriente afirma que el hombre es autor y fin de sí mismo. Mediante el ejercicio de su libertad, «construye» la realidad en la que habita.
• Humanismo cristiano: Este humanismo encuentra su inspiración en la fe cristiana y busca un equilibrio entre el respeto a Dios y al hombre.

Principales autores

Ludwig Feuerbach (1804-1872)

Nacido en Baviera, Feuerbach estudió teología con la intención de ser pastor protestante y profesor, pero no lo consiguió. Vivió sus últimos años en el anonimato y murió en 1872.

Ideas fundamentales ateas:

• Dios es una proyección que el hombre hace del conjunto de perfecciones y deseos de felicidad que no logra alcanzar.
• La religión es una proyección de la conciencia humana que busca su felicidad.
• Cuando el hombre descubra que no hay más dios que él mismo, recuperará las riquezas enajenadas por la religión.

El sentido de la vida según Feuerbach:

El hombre alcanzará la felicidad cuando se encuentre a sí mismo prescindiendo de la religión y de Dios.

Juicio crítico:

Es imposible demostrar que no existe más realidad que la que podemos percibir de forma sensible. El pensamiento de Feuerbach nos previene contra la idea de reducir a Dios a la medida de nuestros deseos.

Karl Marx (1818-1883)

Nacido en Tréveris (Alemania), Marx estudió en las universidades de Bonn y Berlín. Se trasladó a París, donde se dedicó a la acción social y revolucionaria. Posteriormente, vivió en Bruselas y finalmente en Londres, donde murió en 1883. Entre sus obras destacan: Manifiesto del Partido Comunista y El Capital.

Ideas fundamentales de su pensamiento:

• Marx constata que el hombre necesita de la naturaleza para satisfacer sus necesidades, y que esta puede satisfacerlas.
• El trabajo humano es la actividad social por medio de la cual el hombre transforma la naturaleza para satisfacer sus necesidades.
• Según cómo se realice el trabajo, surgen diferentes modelos de sociedad.
• La burguesía posee la propiedad privada de los medios de producción, lo que genera desigualdad y alienación.
• Las religiones, en especial el cristianismo, contribuyen a esta desarmonía, pues promete futuros mejores al proletariado y legitima la propiedad privada de la burguesía.

Soluciones:

Marx propone el comunismo como modelo social en el que no existe la propiedad privada de los medios de producción y, por tanto, no hay clases sociales.

Sentido de la vida:

El hombre quiere ser feliz y su felicidad está en el cambio de las estructuras socioeconómicas.

Juicio crítico:

La experiencia nos enseña que no basta el cambio de estructuras económicas para que el hombre encuentre la felicidad. Por otra parte, las razones de Marx nos previenen sobre determinadas formas de vivir la fe separada de la vida. También es cierto que a veces se ha podido utilizar la religión como «opio del pueblo»; sin embargo, esto es un error humano. El Dios de la Biblia defiende al explotado.

Jacques Maritain (1882-1973)

Filósofo francés, discípulo de Bergson, se convirtió al catolicismo y se esforzó por superar el idealismo moderno mediante el personalismo cristiano. Entre sus obras destacan: Siete lecciones sobre el ser, Humanismo integral y De Bergson a Tomás de Aquino. En su humanismo, acentúa la naturaleza trascendente del hombre que le impulsa hacia Dios; por consiguiente, el hombre es criatura de Dios, no debe ser desconocida ni aniquilada, ha de realizarse plenamente en Dios.

Sentido de la vida:

Para Maritain, el sentido de la vida del hombre es realizarse en Dios.

Juicio crítico:

El humanismo cristiano no agota todo lo que es el Evangelio revelado por Cristo, el cual nos dice que el hombre es:

• Imagen de Dios
• Hijo de Dios
• Redimido por Cristo
• Templo del Espíritu Santo

Emmanuel Mounier (1905-1950)

Filósofo francés, fue el iniciador del personalismo y de un movimiento de reflexión sobre la acción del cristianismo en la sociedad y en la política. Entre sus escritos destacan: El manifiesto al servicio del personalismo y El personalismo. Elaboró un sistema de pensamiento centrado en el hombre como persona en su dimensión comunitaria. El hombre es un ser dotado de naturaleza racional, de esta brota la libertad: prerrogativa por la cual el hombre domina sus actos. Así pues, libertad significa ante todo responsabilidad. La naturaleza racional, la libertad y la responsabilidad llevan a concebir al hombre como un haz de relaciones. Para poder realizarse, el hombre se realiza perfeccionando el mundo. Para realizarse plenamente como persona, el hombre se realiza en calidad de diálogo, de intercambio, de comunión con sus semejantes. Si al hombre le faltara la trascendencia, sufriría lesiones gravísimas en su ser, ya que la persona se quedaría a medio camino de su realización.

Sentido de la vida:

Es realizarse como persona alcanzando la plena realización en Dios y, por consiguiente, la plena felicidad.

Albert Camus (1913-1960)

Nacido en Mondovi (Argelia) en 1913, escritor y ensayista más que filósofo, fue considerado uno de los más importantes literatos de la posguerra. Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1957 y murió en 1960. Entre sus obras destacan: El mito de Sísifo y La peste.

Ideas fundamentales:

• Camus saca a la luz el eterno problema del sentido del mal, del dolor y de la muerte.
• Profundiza en la existencia del mal presente en el mundo, pero huye de cualquier solución religiosa.
• Camus no se resigna a lo absurdo. Rechaza un mundo en que los inocentes sufren y cree que es posible evitarlo: una opción decidida por los humillados, en favor de la justicia, haciendo todo lo posible por el bien de los demás, sin esperar un dios trascendente o recompensa por ello.

Sentido de la vida:

«La vida del hombre tendrá sentido si se hace solidario ante la tragedia humana, pero rehusando la fe».

Juicio crítico:

Las causas del sufrimiento humano pueden ser las leyes de la naturaleza o las acciones de las personas. Pedir a Dios que evite este sufrimiento es pedirle que esté constantemente haciendo milagros, violando las leyes de la naturaleza o suprimiendo la libertad de las personas. Un mundo y unos hombres convertidos en títeres de Dios carecerían totalmente de valor.

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