26 Ene

La humedad es un elemento nocivo para toda obra de construcción, pues genera problemas que ineludiblemente se transforman en costos económicos al tener que asumir gastos energéticos, costos de reparación o reemplazo.

¿Qué es la impermeabilización?

Es el proceso que permite prevenir las filtraciones e infiltraciones de humedad desde y hacia una estructura.

Un exceso de humedad puede generar en una edificación factores estéticos negativos, molestias y trastornos a sus ocupantes, problemas de salud producto del desarrollo y proliferación de diferentes organismos, como virus, colonias bacterianas, hongos, etc. También puede generar graves daños en los materiales de construcción, pérdida del aislamiento térmico y fallas estructurales de la obra.

Tipos de Impermeabilización

La impermeabilización se divide en dos grandes grupos:

  • Impermeabilización en masa.
  • Impermeabilización superficial.

Impermeabilización en Masa

Consiste en disminuir la permeabilidad de morteros y hormigones, que por su naturaleza son materiales porosos. Esto se logra mediante la incorporación de aditivos hidrófugos en la masa de morteros y hormigones durante su fabricación.

Impermeabilización Superficial

Esta se logra disminuyendo la permeabilidad superficial de las estructuras al aplicar capas o láminas impermeables sobre la superficie.

Permeabilidad e Impermeabilidad

Permeabilidad es la capacidad de un material para permitir que un fluido lo atraviese sin alterar su estructura interna. Se dice que un material es permeable si deja pasar a través de él una cantidad apreciable de fluido en un tiempo dado, e impermeable si la cantidad de fluido es despreciable.

Para ser permeable, un material debe ser poroso, esto es, debe contener espacios vacíos o poros que le permitan absorber fluido. No obstante, la porosidad en sí misma no es suficiente: los poros deben estar interconectados de algún modo para que el fluido disponga de caminos a través del material.

¿Cómo Lograr un Hormigón Impermeable?

  1. Agregar aditivos hidrófugos que obturan los poros de la masa de morteros y hormigones, logrando disminuir su permeabilidad.
  2. Incorporar aditivos plastificantes y superplastificantes que permiten aumentar la docilidad de los morteros y hormigones, reduciendo la cantidad de agua y, por lo tanto, su permeabilidad.
  3. Aumentar las dosis de cemento, ya que el cemento, por ser un polvo muy fino, permite sellar los espacios vacíos y disminuir la permeabilidad.
  4. Emplear la menor relación agua-cemento posible, disminuyendo la cantidad de agua que puede exudar y, por lo tanto, generar porosidad.
  5. Aumentar el contenido de granos finos, lo que permite sellar los espacios vacíos.
  6. Aumentar el tiempo de amasado, para que los materiales absorban mejor el agua libre, disminuyendo la cantidad de agua que puede exudar y, a su vez, la permeabilidad.
  7. Buena colocación para disminuir los espacios vacíos como fisuras, grietas y nidos.
  8. Buen curado, lo que permite disminuir los riesgos de fisuras por retracciones térmicas e hidráulicas.

Tipos de Impermeabilización Superficial

Los tipos de impermeabilización superficial se pueden clasificar de acuerdo con los materiales empleados:

  • Basados en resinas de siliconas.
  • Basados en resinas acrílicas.
  • Basados en pastas cementicias.
  • Basados en materiales asfálticos.
  • Basados en alquitranes.
  • Basados en elementos termoplásticos.

El hombre busca y encuentra protección en las obras que edifica. Pero debe, a su vez, protegerlas contra toda una serie de influencias perjudiciales y peligrosas.

Amenazas para la Conservación de las Construcciones

Exteriormente

  • Los efectos de la intemperie.
  • Las sustancias nocivas contenidas en el aire.
  • La humedad y el agua existentes en el subsuelo.
  • Las trepidaciones y ruidos.
  • El incendio y la caída de rayos.

Interiormente

  • Escapes o inundaciones de agua (procedente de instalaciones sanitarias o de la instalación de agua caliente).
  • Exceso de humedad en el aire ambiente y en varios elementos constructivos.
  • Trepidaciones y ruidos en el propio edificio.
  • Incendio y explosión.

La aparición de nuevas necesidades y una enorme expansión en el mercado de la construcción, acompañadas de un acusado retroceso simultáneo en la capacidad de las nuevas generaciones de artesanos, obligaron a racionalizar y tecnificar el proceso de la construcción. Así surgieron nuevos procedimientos, distintos de los tradicionales sancionados por el tiempo, pero también muy exigentes en cuanto a esfuerzo, y nuevos materiales, y con ellos el peligro de nuevas imperfecciones y nuevos daños. La prevención y eliminación de unas y otros compete a la Física de la construcción. Sin conocimientos de esta ciencia y de sus investigaciones resulta ya imposible resolver los problemas que plantea la protección de las construcciones.

Protección contra la Humedad

La mayor parte de los desperfectos que se producen en las construcciones son atribuibles a la acción nociva de la humedad. Ésta perjudica la buena conservación de las partes y de los elementos de la obra y disminuye su protección térmica. Los problemas de la protección contra la humedad, por consiguiente, consisten en preservar las obras del contacto con la humedad o impedir el efecto nocivo inmediato de la humedad sobre las partes de dichas obras o los materiales que las integran y en completar y aumentar la protección térmica.

Desperfectos Producidos por la Humedad

El grado en que la humedad puede influir en las construcciones depende de las propiedades de los materiales y de la forma como están empleados. La causa de los daños, en los materiales tanto pétreos como vegetales, reside en la capacidad o aptitud de absorción de su estructura porosa y eventualmente en la solubilidad de sus componentes sólidos.

Los materiales de construcción metálicos son víctimas de la corrosión. Por su naturaleza, rara vez la humedad por sí sola es un peligro inmediato si no va acompañada de otros fenómenos. Obliga, por consiguiente, a la adopción de medidas de precaución.

La humedad en paredes y techos puede traducirse en la mojadura de los mismos, la consiguiente destrucción de yesos, enlucidos y el deterioro de alfombras o tapicerías; pone en peligro maderas y metales y estropea los géneros o mercancías almacenados. También da origen a eflorescencias en la piedra y el mortero y fomenta el desarrollo de gérmenes de enfermedades y de diferentes clases de hongos y moho. Si las heladas alcanzan las partes de obra impregnadas de humedad, el aumento de volumen del agua contenida en poros y grietas al helarse puede, tarde o temprano, conducir a la destrucción de los materiales y comprometer la duración y estabilidad de la obra. A estos daños se agrega siempre la elevada pérdida de calor (con el consiguiente mayor consumo de combustible) que ocasionan los elementos humedecidos que delimitan los locales. Al impregnarse de humedad un material de construcción, el aire es expulsado de los poros del mismo y sustituido por el agua, que además sufre en ellos un proceso de evaporación. Como el agua tiene una conductividad térmica 25 veces mayor que el aire, cuando el material tiene poros minúsculos, la impregnación de humedad aumenta considerablemente la conductividad del material y disminuye en igual medida su protección térmica.

Esto se deja sentir al máximo al humedecerse los materiales aislantes. Es conveniente que al proyectar alguna protección contra la humedad en una construcción se procure al mismo tiempo la conservación o el aumento de su protección térmica.

Los perjuicios antedichos se producen tanto en los materiales pétreos como en los de origen vegetal; en las maderas sucede, además, que según su contenido de humedad se hinchan y resquebrajan. Las piezas constructivas de madera, los muebles, los pavimentos y los revestimientos de paredes pueden torcerse y alabearse; detrás de los armarios adosados a paredes exteriores puede formarse moho, siendo su peor consecuencia que, en tal caso, hay que temer la putrefacción y el crecimiento de fungosidades del tipo del merulio. Así como los repetidos cambios de humedad y sequedad estropean la madera, la que está completamente sumergida en agua de manera permanente dura mucho tiempo y se conserva durante siglos, como se comprueba en los pilotes de roble sumergidos hace más de mil años en el agua subterránea sosteniendo antiguas construcciones.

La conservación de muchos metales, especialmente el acero normal usado en construcción, queda directamente amenazada por efecto de la humedad, de materias nocivas contenidas en el aire y de la unión con otros metales más nobles. El elevado grado de aprovechamiento de, por ejemplo, elementos sustentantes de acero, sólo es posible a condición de que estén protegidos cuidadosa y permanentemente contra la corrosión.

Clases de Humedad

El agua y la humedad pueden ocasionar perjuicios en las obras de las maneras siguientes:

Humedad que penetra en el edificio desde el exterior:

  • Humedad de las precipitaciones, agua superficial, filtraciones de agua, humedad del terreno, agua del subsuelo, agua en capas, agua a presión.

Humedad que se halla ya en el edificio:

  • Humedad de construcción; humedad permanente.

Humedad que se produce en el edificio:

  • Procedente de agua de servicios, de agua de condensación.

Conceptos

Humedad procedente de precipitaciones: lluvia y nieve que caen directamente sobre la obra.

Agua superficial: procedente de lluvias y otras precipitaciones, agua de fusión de hielos y nieves y que corre por la superficie del suelo o brota del mismo después de haberse infiltrado.

Agua de fusión: agua procedente de las nieves o hielos en fusión.

Agua de infiltración: agua infiltrada en el terreno al correr por su superficie y encontrar capas de terreno inclinadas o verticales por entre las que penetra y se incorpora al agua subterránea.

Humedad del terreno: la humedad contenida en el terreno procedente de la aspiración que éste produce en el agua subterránea y que también puede ser ocasionada por lluvias y otras precipitaciones (aguas superficiales).

Agua subterránea: Es el agua que llena las cavidades de las capas del terreno y de las rocas. Cuando se abren perforaciones o zanjas, forma una superficie libre que se denomina nivel del agua subterránea. Según la naturaleza de los terrenos, existen casi siempre corrientes de agua subterránea (p. ej. en las zonas montañosas) que pueden alcanzar importantes velocidades. Debajo de las aguas subterráneas suelen existir capas de terreno impermeable, que son las que impiden que el agua vaya colando más abajo en el interior del terreno. En los sitios en que el agua subterránea brota de la superficie de la tierra se producen fuentes o manantiales.

Agua en capas o estratos: el agua subterránea se halla a veces en varias capas superpuestas del terreno (pisos o capas de agua) separadas por otras capas impermeables.

Agua a presión: es el agua subterránea, el agua en capas o el agua superficial que ejerce presión sobre los elementos de la obra situados dentro del terreno.

Humedad de la obra: es la humedad introducida en los elementos de la obra junto con los materiales de construcción y con su puesta en obra (albañilería, hormigonado, enlucido).

Agua de utilización: la que se emplea en locales que la requieran, como cocinas, baños y lavabos; agua para regar y para limpiar.

Humedad del aire: humedad contenida en el aire en forma de vapor de agua, en estado de agregación gaseoso e invisible.

Humedad de saturación: cantidad máxima de vapor de agua (en g/m3) que en estado de agregación gaseoso y en función de la temperatura puede contener el aire (y también los elementos constructivos) sin que se condense en forma de niebla o de precipitación.

Humedad relativa del aire (grado de humedad del aire): relación expresada en % entre el contenido de vapor de agua existente en el aire a una determinada temperatura (humedad absoluta en g/m3) y el contenido de vapor de agua que como máximo podría tener el aire a esta temperatura (humedad de saturación en g/m3).

Punto de rocío: temperatura a la cual el contenido (absoluto) de humedad del aire llega a la saturación. Si prosigue el enfriamiento por debajo de este punto, el exceso de humedad se condensa en forma de niebla y de precipitación.

Rocío: humedad del aire que se condensa de forma visible sobre elementos constructivos y sobre los objetos cuando la temperatura de éste desciende por debajo del punto de rocío. El nombre de «exudación», bastante extendido, es físicamente incorrecto, puesto que no se trata de ningún proceso de permeabilidad.

Agua de condensación: Este concepto en la actualidad es cuestionado.

Según las reglas de la física teórica, la condensación sólo se presenta en los gases. Ni el aire ni el vapor de agua son gases puros. En base a estas ideas, para referirse a la formación de agua, tanto en la superficie como en el interior de elementos constructivos, ya sólo se habla de formación de agua de rocío.

Humedad permanente práctica (humedad de equilibrio): es el grado de humedad de un material (medido en % de peso o de volumen) que subsiste en la estructura interna del mismo tras secar la humedad de la obra en las condiciones ambientales de temperatura y humedad del aire. En función de la porosidad o densidad del material y del efecto combinado de difusión del vapor de agua, condensación, evaporación y capacidad de absorción capilar, se establece un equilibrio higroscópico fluctuante, llamado también “humedad propia”.

Humedad del Terreno

En el terreno casi siempre hay humedad. Las aguas pluviales infiltradas, las aguas procedentes de las capas subterráneas que ascienden por aspiración o capilaridad y que la fuerza de adhesión mantiene junto a los elementos de una construcción o en el terreno de cimentación, penetran por capilaridad en los materiales porosos, aunque no exista presión alguna del agua contra ellos. Las aguas infiltradas remansadas y las aguas subterráneas ejercen una presión sobre los elementos de construcción que están en contacto con ellas, presión que sólo puede ser contrarrestada con medidas de gran alcance.

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