17 Sep
Ideología Política: 1era Presidencia
Liberalismo: 6 principios del liberalismo económico:
- Propiedad privada de los medios de producción y cambio.
- Libertad de mercados en régimen de competencia.
- Libre contratación de trabajo.
- Desarrollo del comercio exterior bajo un sistema de libre cambio.
- Libre circulación del capital para asegurar el desarrollo de la producción.
- Estado económico.
Política Económica:
- Economía en crisis con hiperinflación.
- Menem siguió los principios del Consenso de Washington (no cumplió varios de los puntos propuestos y tuvo un gran déficit fiscal).
- Con la aprobación de la Ley de Reforma del Estado, privatizó varias empresas estatales como Telefónica, ENTEL y Aerolíneas Argentinas.
- Se desreguló la economía, reduciendo cuotas, prohibiciones de importaciones y se estableció la libertad de precios. Con el aumento de impuestos se aumentó la recaudación fiscal.
- 1989: 2da hiperinflación.
- Plan Bonex: confiscó los depósitos a plazo fijo y los cambió por bonos de largo plazo en dólares. Restringió fuertemente la emisión monetaria.
- Ley de Convertibilidad: el Banco Central de la República Argentina estaba obligado a respaldar la moneda argentina con sus reservas, en una relación en la que el dólar equivalía a 1$.
Crecimiento del PBI: este aumento estuvo dividido por el incremento del sector de servicios, mientras que el PBI industrial se contraía y la economía se privatizaba.
Disminuía la capacidad de la economía de emplear mano de obra y cerraban establecimientos industriales.
El desempleo y subempleo volvieron a crecer durante la crisis de Tequila.
Pacto de Olivos:
El 14 de noviembre de 1993 se sella el Pacto de Olivos en un encuentro realizado en la residencia presidencial de Olivos entre Carlos Menem y Raúl Alfonsín. Acuerdan las bases de una reforma constitucional que permitirá la reelección del primero, la elección directa con posibilidad de una reelección, la elección directa del jefe del gobierno y la creación del Consejo de la Magistratura.
El acuerdo fue repudiado por el resto de los partidos opositores y gran parte del radicalismo, cuya credibilidad pública siguió cayendo, gracias a lo cual el novedoso Frente Grande pasará a ser la segunda fuerza en las elecciones de convencionales constituyentes.
Campaña Política:
«Síganme, no los voy a defraudar». Era el lema del justicialista Menem durante su campaña electoral, en la que no faltaron las promesas del «salariazo» y la «revolución productiva». Su propuesta sedujo a los argentinos y lo llevó a una victoria en las elecciones de 1989.
El gobierno estaba sumamente desprestigiado por la hiperinflación y Ángeloz hablaba de ajustar y reducir los gastos del Estado. Cierta tranquilidad motivada por la estabilidad económica hizo posible que el justicialismo se impusiera con comodidad en las elecciones parlamentarias de 1991 y 1993.
Movimiento Piquetero:
El movimiento piquetero nace por la falta de empleo a causa de la privatización de empresas estatales. La consecuencia directa de las privatizaciones fue que, al pasar de manos estatales al ámbito privado, perdieron su rol social.
Ante esta situación, donde no se cumplían las promesas de crear puestos de trabajo por parte del Estado, es aquí donde empiezan los primeros piquetes como protesta social.
Sindicalismo:
Con la llegada de Menem al poder en 1989, se terminará de consolidar un modelo de acumulación. Así, pese a que durante su campaña había prometido llevar a cabo un «salariazo», una vez electo no dudó en iniciar un inédito proceso de reformas neoliberales, un programa de reducción del Estado.
Se alineó con Álvaro Alsogaray, a quien colocó como asesor de la presidencia.
A pesar de esto, que permitirá a los grupos económicos consolidar un proceso de concentración y centralización del ingreso, el presidente logrará mantener el respaldo de los sectores más perjudicados por la política de los trabajadores. En efecto, estos no encontrarán una oposición unificada en el campo popular.
Final:
Reformada la Constitución Nacional, Menem obtuvo la posibilidad de ser reelecto. En 1994 tuvo lugar un hecho sumamente grave para la administración menemista y para la sociedad argentina en su conjunto.
El 18 de julio un coche bomba destruyó la sede de AMIA. El ataque dejó un saldo de 85 personas muertas y 300 heridas.
La investigación judicial de ambos atentados fue severamente cuestionada, en tanto que se denunció la escasa acción del poder ejecutivo ante ambos hechos.
Sin embargo, nada evitó que el presidente abandonara sus propósitos electoralistas.
En las elecciones de mayo de 1995, los candidatos en la contienda electoral fueron Carlos Menem y Carlos Ruckauf, Massa y Hernández por la UCR, y Bordon y Chacho Álvarez por el Frente País Solidario (FREPASO), una nueva fuerza política formada por partidos de izquierda.
El PJ se impuso obteniendo el 49,9% de los votos, seguido por el FREPASO y la UCR.
La segunda presidencia de Menem estuvo atravesada por serias dificultades y conflictos que desgastaron su poder.
En la economía, la intensidad de la recesión fue en aumento, mientras que el ajuste, el endeudamiento externo y la desocupación se incrementaban.
El cuadro empeoró con el hallazgo del cuerpo calcinado del periodista Cabezas en 1997, que quedó ligado a efectivos de la policía y Yabrán.
El deterioro de la imagen del gobierno se agravaba.
En las elecciones de 1999, el gobierno de Menem estaba desgastado.
Las denuncias sobre la corrupción gubernamental (como la venta ilegal de armas a Perú y Ecuador), la voladura de la fábrica militar de Río Tercero, Córdoba, y el deterioro cada vez mayor de la economía, así como los elevados índices de desocupación y miseria, terminaron por menguar el apoyo popular al mandatario justicialista.
Paralelamente, había aumentado el peso de la Alianza para la Producción, el Trabajo y la Educación, una agrupación política que reunía a la UCR, al FREPASO y otros partidos opositores.
En 1999, la Alianza con la fórmula De la Rúa y Álvarez obtuvo el 48,5% de los sufragios, contra el 38,09% del binomio peronista constituido por Duhalde-Ortega.
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