06 Dic
Introducción
Nos encontramos frente a un texto de carácter periodístico, concretamente de índole expositivo-argumentativo, ya que la autora, Elvira Lindo, expone una tesis y la apoya con varios argumentos. Pertenece al género de opinión, y al subgénero del artículo. La autora se expresa con subjetividad en el texto, publicado en el periódico El País, de clara vocación democrática y europeísta, el día 7 de marzo de 2012. Entre las funciones del lenguaje encontramos aquellas que caracterizan a los textos de opinión: la función expresiva, ya que el grado de subjetividad es alto; la función representativa, pues la autora pretende hacer llegar un mensaje al lector; y la función apelativa, ya que Elvira Lindo intenta influir en la conducta de los lectores con la intención de que reflexionen sobre la situación de desigualdad entre hombres y mujeres en la actualidad.
Tema y Tesis
El tema que se nos plantea en el texto es la reivindicación de la igualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos. Elvira Lindo manifiesta los aspectos fundamentales que las mujeres desean mejorar, tanto laborales, a la hora de igualar los sueldos a los de los hombres o sus puestos directivos, como el trato de igual consideración y respeto, valorando los méritos de igual manera que a los de los hombres.
La tesis que defiende la autora la encontramos en el último párrafo del artículo, cuando finaliza añadiendo: «quiero que la mujer ocupe en una misma posición de igualdad el lugar que le corresponde en todos los aspectos y sectores de la vida pública». Por tanto, la tesis de Elvira Lindo es inductiva, ya que parte de ideas particulares para llegar a una conclusión.
Argumentación y Estructura
La autora, para apoyar su tesis, se ayuda de argumentos en los que predomina el argumento de experiencia personal, ya que Elvira se apoya en el hecho de que lo ha vivido, por ejemplo, cuando dice: «Con 31 años de experiencia laboral a mis espaldas creo que voy aprendiendo a sintetizar lo que quiero», y también se apoya con bastantes argumentos de ejemplificación, por ejemplo, cuando dice: «Quiero, por ejemplo, que los directivos de los medios de comunicación…», «Quiero que se respete la maternidad…», «Quiero que en el trabajo se nos trate con igualdad…», «Quiero que el sentido común…», «No quiero que los sindicatos, centros laborales dependientes…». Además, usa algún argumento de autoridad como es el caso de: «el documento escrito por el filólogo Ignacio Bosque…».
El texto, estructurado externamente en 4 párrafos de desigual extensión, se organiza internamente en 3 apartados. El planteamiento de la estructura se desarrolla en la primera frase del texto, informándonos de que tras sus 31 años de experiencia laboral aprende a sintetizar lo que quiere. Seguidamente, comienza el desarrollo del texto, llegando al tercer párrafo, en los cuales la autora expone los motivos de la situación de desigualdad entre hombres y mujeres en el mundo laboral, añadiendo lo que quiere que se haga para combatir eso. Se finaliza con la conclusión y la tesis de la autora, que se corresponde a las dos últimas líneas del texto, deseando así, que la mujer ocupe la misma posición laboral que le corresponde como al hombre.
Análisis Lingüístico
Para dar cohesión al texto, se recurre al uso de varios campos semánticos que consolidan el tema y le dan unidad; como principal está el trato hacia las mujeres en el mundo laboral: «chulería, desprecio, paternalista, condescendiente»; los puestos de trabajo: «sindicatos, directivos, filólogo»; y la prensa: «la información, el editorial, las columnas».
Siguiendo con el nivel léxico-semántico, en el texto predominan sustantivos y adjetivos que expresan el aparente enfado de la autora ante la situación actual de la desigualdad entre la mujer y el hombre en el mundo laboral. Como sustantivos abundan con diferencia los abstractos, por lo que aportan más lejanía al texto como pueden ser: «años, desprecio, trato, condescendiente, paternalista»; aun así, observamos algunos sustantivos concretos como son: «hueco, centros laborales, documento».
Como adjetivos, en el texto podemos hallar gran abundancia de adjetivos especificativos, ya que aportan objetividad al texto, por tanto algunos de ellos son: «trato condescendiente, ilustre, mediocre, plural, masculino, vida pública y privada». El uso del léxico se caracteriza por la agresividad, claridad y simplicidad, sin duda para llegar a un público amplio al que se dirige Elvira Lindo, para llegar al mayor número de personas posibles y, concretamente, para que las mujeres se sientan identificadas, si bien encontramos algunos cultismos como: «columnas, sueldos, ilustre, plural». Asimismo, encontramos algunos sinónimos como: «hombres, masculino, varones»; y antónimos para contraponer las ideas que pretende resaltar la autora: «hombre, mujer», «femenino, masculino», «público, privado».
Vemos que el texto en sí, es similar, ya que siempre se compara el trato de la mujer en el mundo laboral con el del hombre en todo el texto. Encontramos anáforas como: «quiero que…», «quiero que…». En cuanto a los morfemas verbales de persona y número, cabe destacar el hecho de que hay varias formas en primera persona del singular, pues se trata de un texto en el que la autora expresa sus deseos de igualdad de forma reiterativa. Por ello, el «Quiero» que da título al texto aparece en otras seis ocasiones en el artículo, casi siempre en posición anafórica, como se afirma anteriormente.
Otras formas en esta misma persona son: «creo, voy aprendiendo». Aparece también, al final del texto, un verbo en primera persona del plural: «deseamos», con el que la autora se incluye a sí misma en el colectivo de mujeres, por lo que se identifica con todas sus lectoras. Todo ello nos indica que, como decíamos al principio, la autora está expresando sus deseos, manifestando diversas peticiones en su nombre y, en realidad, en el de todas las mujeres. Este hecho explica que la mayor parte de las formas verbales restantes pertenezcan al modo subjuntivo, que es el modo con el que se expresan las acciones deseadas, no reales. Así, son formas del presente de subjuntivo: «se respete, se nos trate, contagie». Y son formas del pretérito imperfecto de subjuntivo: «igualaron, se considerara». La diferencia entre unas y otras tiene que ver con si la autora cree que es más o menos posible que se cumplan esas acciones que desea o quiere ver realizadas. Semánticamente, muchos de esos verbos expresan acciones que tienen como objetivo a las mujeres y que tienen que ver con el trato, igual o desigual, que reciben en la sociedad. En conclusión, podemos decir que las formas verbales que aparecen en este texto son un claro indicio de la subjetividad del mismo y, en concreto, de la expresión del deseo, anhelo por la autora, de la igualdad entre hombres y mujeres en nuestra sociedad.
En cuanto a la oración predomina fundamentalmente la modalidad enunciativa. Por lo que se refiere a la estructura sintáctica, estas son sobre todo oraciones compuestas como medio para expresar pensamientos complejos: «Son tan fundamentales los aspectos que las mujeres deseamos mejorar que, frecuentemente, estar incluida en un plural masculino que se entiende como genérico me importa bien poco». Por consiguiente, podemos añadir que el lenguaje que se utiliza en el texto es denotativo, ya que puede entenderlo cualquier tipo de público, por tanto, es un texto divulgativo.
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