24 Nov

Contaminación Atmosférica: Una Visión Detallada

La contaminación atmosférica se define como cualquier condición atmosférica en la que ciertas substancias alcanzan concentraciones lo suficientemente elevadas sobre su nivel ambiental normal como para producir un efecto en el ser humano, los animales, la vegetación o los materiales.

Los contaminantes químicos se denominan primarios cuando proceden directamente de la fuente emisora, y secundarios si se producen como consecuencia de las transformaciones que experimentan los contaminantes primarios en la atmósfera.

La cantidad de contaminantes atmosféricos que origina una determinada actividad humana (fuente emisora) se conoce como emisión. La cantidad de contaminantes atmosféricos que puede llegar a un receptor (por ejemplo, a un ser humano), tras su paso por la atmósfera, es la inmisión.

De todos los contaminantes, una parte considerable va a parar al mar y el resto se reparte por los distintos países según los vientos dominantes, la orografía y la posición geográfica.

Lluvia Ácida: Formación y Consecuencias

La lluvia ácida se produce por la liberación de óxidos de nitrógeno y azufre procedentes de vehículos, industrias y centrales térmicas que usan combustibles de baja calidad. Los contaminantes pueden ser trasladados a grandes distancias por las corrientes atmosféricas, sobre todo cuando son emitidos a la atmósfera desde chimeneas muy altas, lo que disminuye la contaminación en las cercanías, pero la traslada a otros lugares.

En la atmósfera, los óxidos de nitrógeno y azufre son convertidos en ácido nítrico y sulfúrico, que vuelven a la tierra con las precipitaciones de lluvia o nieve (lluvia ácida) o en forma de partículas sólidas con moléculas de ácido adheridas (deposición seca). La lluvia normal es ligeramente ácida, por llevar ácido carbónico que se forma cuando el dióxido de carbono del aire se disuelve en el agua que cae. Su pH suele estar entre 5 y 6. Sin embargo, en las zonas con la atmósfera contaminada por estas sustancias acidificantes, la lluvia tiene valores de pH de hasta 4 o 3 y, en algunas zonas en que la niebla es ácida, el pH puede llegar a ser de 2, es decir, similar al del zumo de limón o al del vinagre.

Daños provocados por la deposición ácida

a) Ecosistemas acuáticos

  • Disminución de especies en lagos y ríos.
  • El pH inferior a 4 produce la muerte de peces, anfibios, plantas e invertebrados. Esto fue observado en lagos y ríos de Suecia y Noruega, entre los años 1960 y 1970.

b) Ecosistemas terrestres

  • Produce la “muerte de los bosques”. En los árboles provoca pérdida de color, caída de las hojas y muerte.
  • En el suelo aumenta la acidez y los transforma en improductivos.

c) Edificios y construcciones

  • Produce corrosión de los metales y descomposición de materiales de construcción como la caliza y el mármol, provocando el mal de la piedra que afecta a edificios, estatuas y monumentos.

Destrucción de la Capa de Ozono: Causas y Soluciones

El ozono presente en la atmósfera tiene muy importantes repercusiones para la vida, a pesar de que se encuentra en cantidades muy bajas. Cuando está presente en las zonas de la atmósfera más cercanas a la superficie (ozono troposférico) es un contaminante que suele formar parte del smog fotoquímico. El ozono de la estratosfera juega un importante papel para la vida en el planeta al impedir que las radiaciones ultravioletas lleguen a la superficie. Uno de los principales problemas ambientales detectados en los últimos años ha sido la destrucción de este ozono estratosférico por átomos de cloro libres liberados por los CFCs (clorofluorocarburos) emitidos a la atmósfera por la actividad humana.

El incremento de átomos de cloro en esta zona de la atmósfera está originado, principalmente, por los CFCs, utilizados en la fabricación de frigoríficos, goma espuma, extintores, aerosoles, y como fumigantes en la agricultura (bromuro de metilo), etc. Estos compuestos se han ido acumulando en la atmósfera, donde las radiaciones ultravioletas rompen las moléculas de CFC liberando los átomos de cloro responsables de la destrucción del ozono. El cloro atómico actúa como catalizador, por lo que un solo átomo puede atacar cientos de miles de moléculas de ozono.

La disminución de la concentración de ozono es especialmente acusada en la Antártica, donde todos los años, en los meses de septiembre a noviembre, coincidiendo con la primavera antártica, se produce el «agujero» de ozono. Esto provoca una importante disminución en la concentración de ozono en toda la zona de alrededor, y parte de América del Sur, Nueva Zelanda y Australia quedan bajo una atmósfera más pobre en ozono que lo normal.

Las radiaciones solares que pasan a través de estos «agujeros» contienen una proporción de rayos ultravioleta considerablemente mayor que las radiaciones normales. Estas radiaciones podrían llegar a producir un incremento en cánceres de piel y otras enfermedades. Cuando la evidencia científica del daño causado por los CFCs se fue haciendo unánime, la industria aceptó la necesidad de desarrollar nuevos productos para sustituirlos y los gobiernos llegaron a acuerdos internacionales (Montreal, 1987; Londres, 1990 y Copenhague 1992) para limitar la fabricación de esos productos dañinos para el ozono.

En la actualidad se puede considerar que el problema está en vías de solución. Si las previsiones hechas en los últimos años se cumplen, la concentración de cloro en la estratosfera alcanzó su máximo a finales del siglo pasado y a partir de entonces empezará a disminuir hasta volver a su nivel natural a finales del próximo siglo.

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