18 Nov

1. Las consecuencias económicas de la guerra

Cuando el conflicto terminó, se enfrentaban a grandes problemas: enormes costes financieros. Se recurrió a otras fuentes de dinero: reservas de oro, emitir masivamente deuda pública, aumentar el papel moneda en circulación y pedir créditos a otros países. Estas medidas tuvieron graves efectos económicos. La excesiva creación de dinero dio paso a la depreciación de las monedas y a una rápida alza de los precios. Los estados se endeudaron, y se sumó la deuda exterior, principalmente con Estados Unidos.

1.1. Consecuencias económicas de los tratados de paz

Impusieron fuertes indemnizaciones a los países vencidos y fragmentaron los grandes imperios de Europa central y oriental, con lo cual se desmantelaron grandes espacios económicos unificados. Alemania perdió importantes regiones mineras e industriales y sobre ella recayeron gran parte de las reparaciones de guerra. La falta de entendimiento entre Europa y Estados Unidos sobre las deudas entre los aliados y el pago de las reparaciones de guerra que debían afrontar los países derrotados. Los aliados no consiguieron llegar a un compromiso para resolver conjuntamente las deudas y las reparaciones alemanas. Mientras los estadounidenses reclamaron la liquidación de las deudas y se negaron a proporcionar ayuda financiera para la reconstrucción, los aliados europeos (Francia) exigieron a los vencidos las indemnizaciones por los daños causados.

2. El declive de Europa y el auge de Estados Unidos

2.1. Cambios en la industria y el comercio

En el plano industrial, decayó el peso económico y financiero de Europa, y Estados Unidos se convirtió en la primera potencia industrial del mundo. En el comercio, Europa fue perdiendo mercados en ultramar, y la balanza comercial de Estados Unidos le llevó a acumular casi la mitad de las reservas de oro mundiales.

2.2. Cambios financieros

Los préstamos que Estados Unidos concedió a Europa durante la guerra cambiaron su posición de país deudor a país acreedor. El dólar desplazó a la libra como principal moneda internacional, y la bolsa de Nueva York se convirtió en el centro financiero mundial. Estados Unidos adoptó un comportamiento peligroso en sus préstamos.

3. Felices años veinte

Los signos más evidentes de la prosperidad norteamericana de los años 20 fueron:

  • Las grandes ganancias de los empresarios y la creciente inversión bursátil e inmobiliaria.
  • Los salarios altos de la población en general, que les permitían acceder a nuevos artículos.
  • El gran desarrollo del consumo, favorecido por novedosos sistemas de ventas con créditos, cuotas y publicidad. Así se impulsó la industria de aparatos electrodomésticos como radios, heladeras, lavarropas, aspiradoras y motocicletas, entre otros.
  • La creciente difusión de vehículos y maquinaria agrícola en general. Tractores, cosechadoras, camionetas y automóviles fueron ejemplos característicos de la prosperidad norteamericana.

3.1. La desigual distribución de la renta

La mejora de la capacidad adquisitiva de los trabajadores no fue suficiente para absorber el aumento de la producción; en pocos años, el fenómeno de la sobreproducción empezó a ser un problema para la economía estadounidense. La agricultura fue el sector más perjudicado por la prosperidad de la década de 1920.

4. La fiebre bursátil

La revolución de los consumidores vino acompañada por un aumento de las inversiones bursátiles. Inicialmente, este auge bursátil fue resultado de la buena situación de las empresas y sus favorables perspectivas de futuro. Pero el alza de las cotizaciones dio paso a una burbuja especulativa: el convencimiento entre los inversores de que cuanto antes compraran, mayor sería la ganancia que obtendrían. El interés por la Bolsa llegó a pequeños inversores, muchos de los cuales pidieron préstamos para comprar acciones. En un primer momento, pensaron que podrían devolverlos vendiendo parte de las acciones, que a su vez eran adquiridas por otros pequeños inversores, también a crédito. El problema se inició en 1929, cuando el valor de las acciones empezó a descender.

5. Las causas de la Gran Depresión

Una serie de factores transformaron la crisis bursátil en una recesión de una gravedad y una duración desconocidas hasta entonces.

  • En primer lugar, hay que señalar la sobreproducción industrial, cuyas primeras muestras eran ya evidentes antes del hundimiento de la Bolsa. Así, diversos indicadores de la actividad industrial, como la venta de automóviles, mostraban que el ritmo de crecimiento estaba desacelerándose en Estados Unidos con anterioridad a 1929; por tanto, la economía probablemente hubiera entrado en recesión sin el desplome bursátil.
  • En segundo lugar, la crisis de liquidez como consecuencia del crack de la Bolsa favoreció la expansión de la crisis. La caída de las acciones generó una cadena de impagos y provocó el cierre de muchas industrias y entidades bancarias. Además, la necesidad de liquidez forzó la retirada de inversores de Europa y la cancelación de muchos créditos a países exportadores de alimentos. A su vez, el deseo de vender a cualquier precio los bienes ya producidos aceleró el descenso de los precios (deflación).
  • En tercer lugar, la caída del consumo provocada por el paro y el convencimiento de que la situación económica iba a empeorar agravó todavía más la situación. Varias causas influyeron en este descenso del consumo: la disminución de la capacidad adquisitiva de aquellos que habían perdido en Bolsa y se vieron afectados por la crisis de liquidez, el temor a ser despedido del trabajo, la caída de los precios agrarios o el endeudamiento provocado por la adquisición de bienes duraderos en años anteriores.

6. Los mecanismos de expansión de la crisis

Los mecanismos de expansión de la crisis fueron varios:

  • El descenso de los precios de los productos norteamericanos puso en serias dificultades a las empresas del resto del mundo, que no podían competir con ellos.
  • El retroceso de la demanda redujo drásticamente sus importaciones, perjudicando a los países exportadores del resto del mundo.
  • Los problemas de la banca americana comportaron un drástico descenso de sus préstamos e inversiones en Europa. Además, los inversores estadounidenses repatriaron muchos de sus capitales, lo cual provocó la extensión de la crisis bancaria en el viejo continente.
  • Aunque algunas entidades europeas cerraron en 1930, la situación empeoró en mayo de 1931 con la quiebra del Creditanstalt, principal banco de Austria.
  • En el Reino Unido, la recesión no fue tan grave, pero el gobierno inglés tuvo que suspender la convertibilidad de libras en oro en septiembre de 1931, lo cual provocó una devaluación de la moneda del 30 %. Muchos países hicieron lo mismo para abaratar las exportaciones y tratar de contrarrestar el aumento de la competitividad de los productos británicos.

6.1. El hundimiento del comercio

La causa principal de la reducción del comercio fue el aumento del proteccionismo en los principales países, lo cual hundió el comercio internacional. La caída del comercio comportó la expansión de la crisis a los países exportadores de alimentos y materias primas de América Latina y Asia, cuyas ventas cayeron enormemente. La disminución de sus ingresos les impidió devolver los préstamos y les obligó, a su vez, a reducir su demanda a los países industrializados para buscar el superávit comercial. Una vez más, la crisis nutría la crisis.

7. La crisis bancaria e industrial

El sistema bancario fue uno de los primeros afectados debido a que, por un lado, el hundimiento bursátil hizo que los deudores no pudieran devolver sus préstamos y, por otro, la mayoría de los bancos habían aceptado acciones de la Bolsa como garantía de los préstamos. El miedo a la quiebra de los bancos asustó a la población, que acudió masivamente a retirar los efectivos de sus cuentas, pero las entidades financieras no pudieron reponer los depósitos bancarios a sus titulares por falta de recursos monetarios. Todo ello desató la crisis bancaria: más de 4000 bancos quebraron, y miles de estadounidenses perdieron todo lo que tenían. Para superar las dificultades, los bancos redujeron enormemente la concesión de créditos para la industria y el consumo. Esto agravó aún más la coyuntura, al impedir a muchas empresas y familias mantener el consumo. El pesimismo y la falta de confianza en una rápida mejora de la situación comportaron una drástica reducción de las inversiones industriales porque se dudaba de que los productos a fabricar pudieran encontrar comprador. La ruina de los inversores bursátiles y la disminución del crédito provocaron el descenso del consumo, lo cual agravó la sobreproducción que estaba latente desde hacía algunos años. En pocos meses, los stocks aumentaron considerablemente, y los precios disminuyeron un 32 % entre 1929 y 1932. El subconsumo y la caída de las inversiones indujeron la crisis industrial. El desempleo agravó aún más la contracción de la demanda: millones de parados sin ingresos dejaron de consumir, por lo que descendió de nuevo la producción industrial y agraria.

8. Los caminos para la recuperación

8.1. La propuesta keynesiana

Keynes argumentó que el principal problema de la economía era la falta de demanda ante la caída de la inversión. Sin demanda, los empresarios no tenían incentivos para aumentar la producción y, a través de ella, el empleo. Por tanto, ante el derrumbe de la inversión privada, proponía que el Estado incrementase el gasto público, fundamentalmente en actividades como las obras públicas, que emplean a muchos trabajadores. El gasto del Estado generaría déficit público, pero eso no constituiría un problema porque ese gasto inicial, transformado en salarios y bienes, creaba nueva demanda sobre otros sectores (multiplicador keynesiano). Así, al impulsarse la producción total, el Estado podría incrementar los ingresos por impuestos y reducir, o incluso anular a medio plazo, el déficit público inicial.

8.2. El New Deal de Roosevelt

El intento de recuperación asociado habitualmente a las teorías de Keynes es el denominado New Deal, un plan económico para superar la crisis y paliar sus efectos sociales puesto en práctica por el presidente americano Franklin Delano Roosevelt tras su victoria electoral en el año 1932. Las medidas más importantes del New Deal trataron de luchar contra el descenso de los precios:

  • Agricultural Adjustment Administration: un organismo encargado de reducir la producción agraria y recuperar los precios.
  • Public Works Administration: organismo que construyó infraestructuras como centrales hidroeléctricas.

Roosevelt estableció un rígido control estatal sobre los bancos con el objetivo de impedir una crisis especulativa y bancaria. Creó un seguro federal para garantizar las cuentas de los pequeños inversores en caso de quiebra bancaria. Una ley para la mejora de las condiciones de los trabajadores que reconoció la libertad de sindicalización en las empresas y el derecho a la negociación colectiva de los salarios. Se estableció un salario mínimo y un máximo de horas de trabajo semanales. Se aprobó la Seguridad Social, por la cual el gobierno federal se implicaba en la provisión de las prestaciones básicas de desempleo y de asistencia a las personas mayores sin recursos. Una buena parte de los empresarios criticó el intervencionismo del Estado. Esta desconfianza empresarial hizo que las inversiones privadas fuesen bajas. La política de Roosevelt contribuyó a la estabilización de la economía, aunque sin llegar a una nueva etapa de crecimiento que sí llegó con el estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939, que incentivó el desarrollo de la industria armamentística en Estados Unidos y su papel de proveedor de los aliados europeos.

Deja un comentario