08 Abr

La Industria Textil en Cataluña

En Cataluña, a partir de 1770, se había iniciado una incipiente manufactura textil, con las fábricas de indianas (telas estampadas). Las medidas liberalizadoras de la producción y el mercado aseguraron el libre ejercicio de la actividad industrial y permitieron una rápida mecanización de la industria. A mediados del siglo XIX, la industria textil catalana era la punta de lanza de la industrialización española.

El Proceso de Mecanización

El proceso de mecanización supuso una notable disminución de los costes y de los precios de venta. Los precios más bajos estimularon una mayor demanda, que se vio aumentada por la protección arancelaria y la sustitución de las prendas de lana por las de algodón, una fibra mucho más higiénica y de fácil mecanización.

Consolidación y Límites de la Industria Textil

La escasez de carbón estimuló la proliferación de colonias industriales situadas en el margen de los ríos para aprovechar la energía hidráulica. La debilidad del mercado español, compuesto básicamente por un campesinado con poca capacidad adquisitiva, también representó un límite. Las industrias textiles, conocidas como «vapores», se convirtieron en un sector que exigió constantemente al gobierno la promulgación de medidas proteccionistas.

La Industria Siderúrgica

Este sector estuvo muy ligado al desarrollo de la minería de hierro y de carbón.

Primeras Siderurgias

Los primeros intentos de crear una siderurgia fueron en Málaga, aprovechando el hierro de Ojén. Esta primera tentativa fracasó por el uso de carbones vegetales ante la dificultad para adquirir carbón de coque. La existencia de yacimientos de hulla en Asturias convirtió a esta región en el centro siderúrgico de España. Sus minas de carbón favorecieron la localización de las siderurgias, y a pesar de la escasa calidad y poder calorífico de la hulla asturiana, la producción de hierro creció con rapidez.

La Hegemonía de Vizcaya

Vizcaya poseía extensas minas de hierro. Con la llegada de carbón de coque galés a Bilbao, se consolidó la industria siderúrgica en el País Vasco. El mayor poder calorífico del carbón galés y su precio más reducido comportó la pérdida de competitividad de las empresas asturianas.

La Lenta Expansión Industrial

El predominio agrícola propició que la industria agroalimentaria tuviese un papel relevante. En Valencia, los beneficios originados por el desarrollo de una agricultura de exportación estimularon la creación de industrias. Madrid también inició un cierto dinamismo industrial con la industria topográfica y editorial como sector puntero. Relacionada con el proceso de urbanización, hay que mencionar la industria del gas. También creció la industria química. Sin embargo, la diversificación industrial y el crecimiento de estas industrias no tuvo un desarrollo significativo hasta el siglo XX.

La Producción Minera

La Desamortización del Subsuelo

La Ley de Minas de 1868 inició la explotación masiva de los yacimientos españoles. El crónico endeudamiento de la hacienda española impulsó la concesión extranjera a cambio de compensaciones monetarias para el estado, una verdadera desamortización del subsuelo. Fueron importantes los yacimientos de plomo, cobre, mercurio y cinc. La mayor parte de la cantidad extraída se exportó. La extracción de estos recursos tuvo escasos efectos de arrastre sobre el conjunto de la economía española al ser explotados de manera casi exclusiva por sociedades extranjeras y exportados en su inmensa mayoría.

El Triunfo del Frente Popular

Para presentarse a las elecciones, los partidarios de izquierda (republicanos, socialistas…) se agruparon en el Frente Popular, una coalición electoral basada en un programa común que defendía la concesión de una amnistía para los encarcelados por la revolución y la aplicación de la legislación reformista suspendida por la coalición radical-cedista. La CNT no participó en el pacto, pero esta vez no pidió la abstención. Los partidos de derecha formaron distintas coaliciones, pero no lograron confeccionar una candidatura única para toda España ni redactar un programa electoral consensuado. En las elecciones, el Frente Popular se convirtió en la fuerza ganadora. La derecha tuvo buenos resultados en las dos Castillas y Navarra, mientras que la izquierda obtuvo mayoría en las grandes ciudades, en las zonas industriales y en las regiones del litoral. El nuevo gobierno quedó formado exclusivamente por republicanos, mientras que los socialistas y el resto de partidos de la coalición se comprometieron a prestarles apoyo parlamentario. Manuel Azaña fue presidente de la República y Casares Quiroga jefe de gobierno.

Medidas del Frente Popular

Fueron encarcelados unos 30.000 presos políticos y se obligó a las empresas a readmitir a los obreros despedidos a raíz de la huelga de octubre del 34. Se restableció el Estatuto de Autonomía de Cataluña y en el País Vasco y en Galicia se iniciaron las negociaciones para la aprobación de sus respectivos estatutos. El nuevo gobierno reanudó el proceso reformista.

El Inicio de la Guerra Civil Española

En 1936, un grupo de generales bajo la dirección de Emilio Mola comienzan a planificar un golpe de estado para restablecer el orden. Dicha conspiración contaba con el apoyo de las fuerzas de derecha. Ante el rumor del golpe, el gobierno trasladó a los generales sospechosos. El 12 de julio, un teniente que colabora con las milicias es asesinado. El 14 de julio, un grupo de izquierdas asesina al dirigente Calvo Sotelo. España queda dividida en dos zonas debido a la sublevación que triunfó en la España interior pero fracasó en las grandes ciudades, comenzando así una guerra civil que duraría 3 años.

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