01 Abr
PREGUNTA 1.-
La filosofía de Nietzsche fue influenciada por varias corrientes de pensamiento, y estas influencias se reflejan en su obra de diversas maneras. Las principales corrientes que influyeron en Nietzsche fueron:
El Romanticismo
Nietzsche compartía con el Romanticismo su desconfianza hacia la razón y su énfasis en las pasiones y los instintos. En su pensamiento se observa una afirmación del vitalismo y del valor único del individuo, algo característico del Romanticismo. Dos figuras clave del Romanticismo que influyeron en Nietzsche fueron Arthur Schopenhauer y Richard Wagner.
La Filosofía de Arthur Schopenhauer
Schopenhauer concebía la realidad como una fuerza irracional a la que llamó voluntad. En su obra El mundo como voluntad y representación, Schopenhauer sostiene que la vida está dominada por deseos inalcanzables que generan sufrimiento. Nietzsche tomó de él la idea de la voluntad, pero en lugar de verla como una condena al sufrimiento, la transformó en su concepto de voluntad de poder, que impulsa al individuo a superarse y afirmar la vida.
El Pensamiento de Heráclito
Nietzsche estudió la filosofía griega y sintió una gran admiración por Heráclito, quien defendía la idea del devenir, es decir, que la realidad está en constante cambio.
Esto se refleja en la crítica de Nietzsche a la metafísica tradicional, que buscaba verdades absolutas y permanentes, mientras que él defendía la multiplicidad y transformación de la realidad.
La Cultura Trágica Griega
Nietzsche veía en la tragedia griega una manifestación del equilibrio entre dos fuerzas: lo apolíneo (orden, razón, medida) y lo dionisíaco (desenfreno, instinto, caos).
En su obra El nacimiento de la tragedia, sostiene que la cultura occidental perdió esta armonía y se inclinó demasiado hacia lo racional, lo que llevó a la decadencia.
En conclusión, Nietzsche tomó del Romanticismo su énfasis en la pasión y la individualidad, de Schopenhauer la idea de la voluntad (pero transformada en voluntad de poder), de Heráclito la noción del cambio constante, y de la tragedia griega la dualidad entre lo apolíneo y lo dionisíaco. Estas influencias se reflejan en su obra como una crítica a la racionalidad excesiva y una afirmación de la vida y el individuo.
La Tragedia Griega y la Dualidad Apolíneo-Dionisíaca
La tragedia griega era una muestra artística que reflejaba una forma de entender la vida. Estaba asociada al culto del dios Dioniso, dios del vino y el desenfreno (el exceso, la pasión, la penumbra, lo irracional, indefinido y difuso), pero también muestra aspectos del dios Apolo, relacionado con la armonía y el equilibrio (lo claro, lo nítido, lo definido que nos permite individualizar o distinguir unas realidades de otras).
Estas dos fuerzas se manifiestan en el arte, siendo lo apolíneo en la pintura y escultura y lo dionisíaco en la música.
Nietzsche y la Crítica al Positivismo y la Gnoseología Occidental
Para los positivistas, la ciencia era la única vía para acceder al conocimiento, única forma de alcanzar la verdad. Frente a esto, Nietzsche pensaba que la ciencia era una forma más de describir la realidad. De hecho, pensaba que el arte y la música ofrecen maneras mucho más directas, intuitivas y describen mejor la realidad individual y cambiante. El conocimiento no debe entenderse como descubrimiento de una verdad escondida detrás de las apariencias. El arte es una forma de conocimiento mucho más rica y valiosa que la ciencia porque nos proporciona una imagen renovada que expresa mejor el devenir. Nietzsche era partidario del perspectivismo gnoseológico, según el cual es imposible encontrar una verdad absoluta. No existe ninguna verdad absoluta porque el conocimiento depende del punto de vista. La gnoseología occidental se empeñó en la búsqueda del concepto. La ontología está basada en el dualismo platónico sobre la realidad. Platón creía que el mundo de las esencias era la auténtica realidad y el mundo de los sentidos una copia imperfecta. Pero cometió un terrible error, según Nietzsche, porque no existe un mundo ideal, inmutable y trascendente, no hay más realidad que la que podemos captar con los sentidos.
La Crítica de Nietzsche a la Democracia, el Socialismo y el Cristianismo
La democracia, una herencia del cristianismo (trata de la misma manera a todos). Este es un sistema nivelador que convierte a los seres humanos en animales de rebaño, en pequeñeces y uniformiza, borrando las diferencias que separan a los superiores de los inferiores, por lo que rechaza la democracia por tratar a todos de la misma manera cuando en realidad hay una diferencia entre los que se atreven a vivir intensamente y los demasiado débiles para ello. Éste rechaza el socialismo, porque lo veía como una ideología que buscaba imponer la igualdad entre los seres humanos (cosa contraria a su manera de ver la democracia). Argumento: relacionaba la democracia y el socialismo con el cristianismo (ambas ideologías eran una continuación de los cristianos). Para él, esos valores representaban una forma de resentimiento de los débiles hacia los fuertes. Esto se acentuó con el cristianismo, que llevó a cabo una inversión de valores. Para los cristianos, lo bueno es la humildad, la resignación… y los peores pecados son la pasión, el disfrute de los placeres… con esto, los débiles se impusieron ante lo fuerte, invirtiendo los valores.
Nietzsche lo combatió realizando una transvaloración de los valores, donde lo bueno es lo que impulsa e intensifica la vida y lo malo lo que la debilita.
Voluntad de Poder y la Afirmación de la Vida
Deseo de incrementar la plenitud vital para vivir de una manera más auténtica e intensa, es decir, sí a la vida. Está impulsado por la voluntad de poder, persigue el éxito, asumiendo riesgos y peligro. Esto se relaciona con la propuesta vitalista, ya que esta nos invita a adoptar nuevos valores y manera de vivir. Y en relación con la ética, la voluntad de poder establece valores basados en la afirmación de la vida, todo aquello que intensifique esta voluntad sería bueno y lo que dificulte su desarrollo malo y en su ética este propone una trasvaloración de los valores, donde lo bueno es aquello que se intensifica y lo malo lo que la reprime.
Las Tres Metamorfosis: Del Camello al Superhombre
Ninguna de las personas que existen tiene la fuerza suficiente para asumir la idea de eterno retorno. Quien pudiera vivir como si cada instante fuera a repetirse, estaría sobrepasando las capacidades humanas y sería alguien sobrehumano. Este aún no ha aparecido porque se trata de una transformación interior que nos haga ser capaces de tomar las riendas de nuestra vida con conciencia y firme decisión. El proceso desde el hombre hasta el superhombre requiere de 3 transformaciones (3 metamorfosis):
El camello: representa el espíritu doblegado por los valores contrarios a la vida que ha impuesto el cristianismo. Está arrodillado y lleva una carga que no le permite vivir con plenitud. De aquí solo se puede salir transformándose en león.
León: representa la libertad y ruptura de lo anterior. Sustituye “el tú debes” por “el yo quiero” y no es capaz de crear valores nuevos. Es necesaria una última transformación (niño).
Niño: es un sí a la vida. La etapa final, en la que el individuo crea sus propios valores y vive con inocencia y creatividad.
Esta doctrina representa la culminación de su crítica a la cultura occidental y su propuesta vitalista. Es la respuesta a la crisis de valores provocada por la muerte de Dios y el nihilismo que deja a la humanidad sin un propósito claro.
El Eterno Retorno como Prueba Vital
A lo que se refiere es que cada decisión personal y cada instante vital tiene un valor extraordinario. Si tienes una vida plena, rica… no te importaría volverla a vivir del mismo modo. Si tu vida es triste, mediocre… no lo harías. Por tanto, se trata de una prueba mental en el que podemos comprobar cómo estamos viviendo.
Pienso que se trata de una metáfora para hacer que el individuo tome conciencia del valor de cada momento de su vida.
El eterno retorno refuerza su crítica a la cultura occidental y su propuesta de afirmación total de la vida. Además, con él, rompe el concepto lineal del tiempo del cristianismo (ve la historia como un proceso con un inicio y un final). En cambio, Nietzsche propone una visión cíclica donde la vida no tiene un propósito último, sino que se repite y debe ser asumida tal como es.
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