30 Ene
Jorge Manrique (JM) nació en Paredes de Nava (Palencia) en 1440, en el seno de una familia noble. Su padre era el caballero Rodrigo Manrique, Condestable de Castilla y Maestre de Santiago. Su tío, Gómez Manrique, se distinguió también por el cultivo de las letras, particularmente el teatro.
JM vivió una época turbulenta, durante la cual se produjeron varios conflictos civiles en Castilla. Fueron los años finales del reinado de Juan II de Castilla y el reinado de Enrique IV. Interesado por la política, el poeta participó en varios sucesos de armas. Fue hecho prisionero en el ataque a la ciudad de Baeza, y murió en 1479 frente al castillo de Garci Muñoz (Cuenca), defendiendo los derechos de la reina Isabel al trono de Castilla frente a los partidarios de Juana ‘la Beltraneja’.
La Obra Poética de Manrique
Aparte de su obra más famosa, Las Coplas, JM escribió un conjunto de poemas menores sobre temas amorosos y burlescos. Escritos generalmente según los convencionalismos de la poesía cancioneril, estos poemas carecen de la sinceridad y de la hondura que han hecho de Las Coplas una obra clásica.
Los poemas menores de Manrique se caracterizan por su artificiosidad y conceptualismo. Su recurso estilístico principal es el poliptoton o derivación, figura que consiste en repetir diversos derivados de una misma palabra.
Las Coplas fueron escritas en 1476, a raíz de la muerte de don Rodrigo Manrique, padre del autor. En ellas, JM da cauce al sentimiento de dolor que la muerte de su padre provocó en él. Pero Las Coplas trascienden lo personal para convertirse en un genial ejemplo de síntesis entre lo particular y lo general. Junto a la expresión conmovida del dolor personal, Las Coplas ofrecen una reflexión trascendente sobre la fugacidad de la vida y el poder inexorable de la muerte.
La Muerte como Tema Literario
Las Coplas tienen tras de sí una larga tradición de literatura funeraria, constituida por elegías y plantos (lamentaciones por la pérdida del ser querido). En España, esta tradición empezó, curiosamente, con el planto que el Arcipreste dedicó a ‘Trotaconventos’ en el Libro del Buen Amor y continuó más allá de Las Coplas. Así, en La Celestina, FdR pone en boca de Pleberio un planto por la trágica muerte de su hija Melibea.
Las Danzas de la Muerte
Junto a plantos y elegías hubo en el siglo XV un género especializado en el tema de la muerte: las danzas macabras o danzas de la muerte. En estas danzas, de estructura dramática, la muerte invita sucesivamente a bailar con ella a los representantes de diversos sectores sociales, mientras repasa su vida.
Las danzas de la muerte fueron muy cultivadas en todo el occidente europeo. En España su mejor ejemplo fue la Danza General de la Muerte, en la que la muerte llama a su danza macabra a distintos personajes, desde el Papa y el Emperador hasta el Escudero y el Labrador. La muerte se presenta así como un poder igualador de las clases sociales.
El propósito fundamental de la Danza General de la Muerte es moral: se trata de avisar a los hombres acerca de lo breve y fugaz de su paso por la tierra. Pero al mismo tiempo cumple una función crítica social en la medida en que denuncia los excesos y las injusticias de los poderosos.
La Muerte y la Fama
El culto a la muerte en la literatura del siglo XV parece contradecirse con la mentalidad vitalista de una época que anuncia ya el Renacimiento. Sin embargo, tanto la escultura funeraria como la literatura elegíaca tienen un objetivo vital: pretenden prolongar la memoria de la persona más allá de la muerte. Quiere esto decir que el lamento de JM por la muerte de su padre es un modo de que el maestre siga viviendo en la memoria de las gentes, en virtud de sus cualidades morales y de sus hechos memorables. Manrique, que conocía a la perfección la tradición literaria de la muerte, supo dar a esta tradición una impronta original.
Organización de Las Coplas
El texto de Las Coplas presenta una disposición ternaria, es decir, está dividido en 3 partes, tal como era corriente en la Edad Media debido al simbolismo mágico del número 3. Este simbolismo proviene de la Biblia y de él se valió Dante para su Divina Comedia.
- Primera parte: está constituida por diversas reflexiones sobre la fugacidad de la vida terrenal, poniendo énfasis en la condición mortal y pasajera del hombre.
- Segunda parte: se refiere a la vida de la fama, y en ella se ejemplifican las reflexiones hechas en la primera parte con una serie de casos ilustres (reyes y nobles del tiempo de Manrique).
- Tercera parte: versa sobre la vida eterna, y contiene una profunda meditación sobre la muerte.
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