27 Mar


– Colin Clark en su obra Conditions of Economic Progress (1939) introdujo una clasificación de las actividades económicas en primarias, secundarias y terciarias, a las que más tarde se agregaron las cuaternarias y quinarias. Esta clasificación sigue siendo útil para agrupar en rubros la gran diversidad de actividades económicas que realizan los miembros de una sociedad para atender las demandas que exige el bienestar.

a. Actividades primarias, se refieren a todas aquellas que se dedican a obtener bienes a partir de recursos que están en los lugares en forma natural o que no han sido transformados previamente. Tales son los casos de la pesca, la minería, la extracción de maderas, y agropecuario. Estos recursos son tomados en forma directa, tal y como se encuentran o crecen en la naturaleza. Por ello también se les denomina actividades extractivas, en donde el recurso no sufre transformación alguna. Se caracterizan por ocupar grandes áreas.

B. Actividades secundarias:


son aquellas que tienen un valor agregado a su presentación original; es decir, se ha transformado la materia prima con carácter irreversible. Comprenden a todas las actividades asociadas a esta transformación. La manufactura puede entenderse como un paso intermedio entre la adquisición inicial de materiales desde la naturaleza hasta el consumo por la población (Rovira. 1985.22). Algunos de los productos que se obtienen de este sector, sirven de materia prima para el resto de sectores. A diferencia de las actividades económicas primarias, las manufactureras suelen localizarse cerca del mercado consumidor o donde la mano de obra, el transporte, y otras variables económicas y políticas sean las más apropiadas.

C. Actividades terciarias:


son las que se relacionan con servicios y que tradicionalmente han sido ligadas a las actividades urbanas. Comprenden el conjunto de servicios de personal, oficina y equipo de apoyo para la circulación y distribución de los bienes producidos en los sectores primario y secundario. Si las observamos dentro del contexto de la cadena de la producción y consumo de bienes, estas vendrían a ser el tercer eslabón, que se encarga de la distribución; desde aquí estos bienes podrán ser adquiridos, finalmente, por los consumidores.

d. Actividades cuaternarias,son aquellos servicios que sirven de apoyo al buen funcionamiento de las actividades económicas en general (desde las primarias hasta las terciarias). Comprenden el trabajo de asesorías, información, administración, servicios de salud, banca, finanzas y educación. Estas actividades pueden dividirse entre aquellas que se relacionan con la extracción, fabricación, transporte y venta de productos, y aquellas que se ofrecen a los consumidores.

E. Actividades quinarias:


son una subdivisión de las cuaternarias que se posicionan en un nivel superior de dirección; son más ejecutadas al nivel de jefaturas tanto del sector gubernamental como privado. Algunas personas que se dedican a este tipo de actividad son los científicos, autoridades, consultores, etc. que proveen información.
Con el fin de establecer una herramienta de investigación para entender mejor la realidad de un área, dentro de la geografía económica se ha buscado establecer ciertas teorías y modelos para poder ser capaces predecir futuros patrones de desarrollo espacial.
Entre los modelos más importantes se encuentran los de Heindrich vori Thünen, Walter Christáller y Alfred Weber. Cada uno fue desarrollad! en un contexto social, económico, cultural y político determinados y hay necesidad de ubicarse en el tiempo para entenderlos. Así, tanto von Thünen como Weber, intentaron definir un patrón espacial para la actividad agrícola e industrial, respectivamente. El primero, estableció que los productos más rentables se ubican lo más cerca del mercado para aprovechar las ventajas de un costo total de transporte menor que ofrece un corto recorrido desde la parcela al mercado. Fue el que inició la idea de centralidad al hablar de la diferenciación de usos del suelo a partir de un lugar que inicialmente se consideraba el mercado pero que luego se extendió a lo largo de rutas y hasta el nivel de la casa-habitación del agricultor (Chisholm, 1969). El segundo, estableció que la localización de una fábrica estará en función de la ubicación y tipo de materia prima y del mercado. Weber considera el costo de transporte en función del peso y distancia del material a transportar, y propuso el uso de isodapa-1 ñas (líneas de igual costo total de transporte). Christáller, a diferencia de otros geógrafos, centró su interés en establecer un patrón de localización central de actividades y de bienes en orden jerárquico. En su teoría él expone que las actividades humanas, tienen una tendencia a aglomerarse alrededor de un núcleo: el centro urbano. Allí se ofrecen diferentes bienes, cuya variedad y rango depende del tamaño e importancia del núcleo. Cada actividad tiene un número de consumidores mínimo seguido de una zona complementaria (Córdova 2002: 202).
En la actualidad, gran parte de lo estipulado en estos modelos ya no se adecúa a los patrones de desarrollo económico; quedan, sin embargo, algunos postulados que nos ayudan a entender ciertas localizaciones de actividades económicas, como por ejemplo, la localización de actividades de transformación de materias primas primarias, el efecto de distancia en la intensidad de los usos del suelo, la concentración diferencial de bienes y servicios según el tamaño de los centros urbanos, etc.. El constante cambio de los patrones de consumo, el desarrollo tecnológico, el avance en los medios de comunicación (Internet), la coyuntura sociopolítica, y la globalización, entre otros, han generado grandes retos importantes para la geografía económica. La transformación del paisaje, es cada vez más acelerada, compleja y difícil de entender. Esto hace necesario que el geógrafo, de cualquier especialidad, tenga un conocimiento holístico e integrador. Sólo así se podrán establecer aquellos patrones que permiten una proyección a futuro.

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