13 Jul
CAPITULO 2: Los Clásicos
Mejoras en la Fábrica: Taylor. Oficinas: Fayol.
Administración eficiente: La definición de eficacia alude a la consecución de un objetivo, la eficiencia en cambio se refiere a la obtención de un objetivo con un menor costo. Las corrientes científicas del pensamiento administrativo generaron una importante mejora en los niveles de productividad a partir de la organización del trabajo en la fábrica (Taylor) y en las oficinas (Fayol).
Administración Científica.
Taylor:
Consideraba al obrero como un ser haragán e indolente, incapaz de realizar aportes inteligentes a la tarea que debía desempeñar. Su concepción de la motivación, homo economicus, define al individuo motivado por el miedo al hambre y la necesidad de dinero para sobrevivir, presto a responder con esfuerzos recibiendo compensas salariales y premios a la producción.
Creía que eran atribuibles a la dirección los derroches de las materias primas y la ineficiencia de la mano de obra. Él había advertido que los operarios aprendían sus trabajos observando a sus compañeros, lo cual daba lugar a diferentes maneras y métodos para realizar la misma tarea. Él decía que siempre había un método más eficiente y una herramienta más adecuada para realizar cada tarea, recomendaba realizar un estricto estudio de tiempos y movimientos antes de definir la manera en que debía realizarse cada tarea, para luego estandarizar el método. “métodos científicos”.
Otro pensamiento fue que el principal propósito de la administración era obtener la mayor prosperidad para el empleador, así como para el trabajador.
Lo mejor era el pago a destajo, el pago por pieza producida.
Sostenía que al reducirse el costo como consecuencia de la mayor eficiencia se podría trasladar la mejora disminuyendo el precio, con lo cual aumentaría la cantidad de personas en condiciones de acceder al producto.
Los cuatro principios fundamentales
Fueron para instrumentar sus ideas:
- Desarrollar para cada elemento del trabajo del obrero una ciencia que reemplace los antiguos métodos empíricos.
- Seleccionar científicamente y luego instruir, enseñar y formar al obrero, mientras que en el pasado este elegía su oficio y se instruía a sí mismo de la mejor manera, de acuerdo con sus propias posibilidades.
- Cooperar cordialmente con los obreros para que todo el trabajo sea hecho de acuerdo con los principios científicos que se aplican.
- Distribuir equitativamente el trabajo y la responsabilidad entre la administración y los obreros. La administración asume todo el trabajo que exceda la capacidad de los obreros, mientras que en el pasado casi todo el trabajo y la mayor parte de la responsabilidad eran confiados a ellos.
Un ejemplo de aplicación práctica de los principios que había enunciado relata una experiencia en el análisis del transporte de lingotes de hierro de alrededor de 45 kg cada uno que se realizaba en Bethlehem Steel Company. Donde Taylor y sus ayudantes observaron a los 75 hombres que se ocupaban del transporte con un rendimiento promedio de 11,5 t por día y por persona, y llegaron a la conclusión de que, correctamente realizada la tarea, el rendimiento debía ser de 47,5 t por día y por persona. Contrataron a un holandés para confirmar su estimación, que recibía como retribución 1,15 dólares diarios y se le ofreció realizar una experiencia que llevaría su salario a 1,85 siempre que pudiera realizar la tarea en forma estrictamente estandarizada. Finalmente el operario alcanzó la marca de 47,5 t diarias. Taylor atribuyó el hecho a que la selección de personal para la tarea en cuestión no había sido convenientemente realizada y llegó a escribir que una de las cualidades que debe poseer un obrero que quiera transportar lingotes de hierro como una ocupación regular es que sea tan torpe y flemático que se parezca en su contextura mental más a un buey que a cualquier otra cosa, o sea que no pretendía contratar al mejor operario sino aquel que reunía características más adecuadas para la tarea a realizar.
Conceptos básicos.
La mejor forma de realizar la tarea, y las herramientas más adecuadas debían, según Taylor, surgir a partir de un estudio de métodos y tiempos, que él lo denominaba científico.
Su método de estudio pasaba por realizar un análisis con el objeto de dividir las responsabilidades, que recaen sobre la administración de la empresa, en tanto que el control y asistencia al trabajador corresponden al nivel de supervisión, quedando al obrero la responsabilidad de realizar la tarea.
El análisis del trabajo, esto es la división de una tarea en varias más simples, para realizar un entrenamiento rápido y efectivo. Después se realizaba un estudio de tiempos y movimientos, para saber cuál es el tiempo promedio para realizar una tarea. Lograba eliminar movimientos improductivos, seleccionar al personal más adecuado para cada tarea, maximizar el nivel productivo, distribuir mejor las tareas y motivarlo a producir más a través del pago a destajo.
Ventajas: reducción del costo, disminución de la dificultad y costo de la capacitación, obtención de un mayor grado de homogeneidad en el producto final.
La supervisión funcional implica la especialización en los niveles de supervisión: tienen autoridad funcional sobre un mismo subordinado en distintos temas, en forma relativa y parcial. Supone una autoridad dividida y distribuida.
La idea es que un obrero que realiza tareas correspondientes a distintas actividades debe ser supervisado por un jefe que se especialice en dichas tareas.
Solo se motivaba con incentivos económicos. Las condiciones de trabajo son una condición fundamental, había una relación entre las mismas y el grado de productividad alcanzado.
Principios de la administración científica.
Taylor sostenía que el criterio personal del obrero, la improvisación y la actividad empírica debían ser reemplazados por métodos científicos y la planeación del método. Debía seleccionarse a los obreros en forma científica teniendo en cuenta sus condiciones y luego entrenarlos para producir de acuerdo con el método científico utilizando máquinas y herramientas especialmente adaptadas y dispuestas en forma racional dentro del ámbito de la fábrica.
El control de las tareas permitía asegurar que las mismas se efectuaran de acuerdo con las normas establecidas. Las atribuciones y responsabilidades debían ser distribuidas adecuadamente. El trabajo debía ser descompuesto en movimientos elementales y cronometrado para eliminar los movimientos innecesarios e improductivos.
Las funciones de planificación y ejecución debían ser separadas y asignadas a especialistas. La producción debía ser planeada y era necesario motivar al personal.
Aportes de la administración científica.
Se alude a su mecanicismo, a que solo se ocupó del aspecto industrial, a su concepción del poder y de la autoridad demasiado rígida y, por consiguiente, la consideración del obrero como un elemento pasivo, a la ausencia de la comprobación científica y al enfoque normativo que adoptó; se ignora la vida social del obrero. No tenían en cuenta las condiciones sociales y económicas.
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