29 Oct

Un Mundo de Grandes Ciudades

En las últimas décadas, se ha acelerado la urbanización en el mundo de manera que la proporción de población urbana ya supera en su conjunto a la población rural. El crecimiento de las ciudades da como resultado un mundo muy urbanizado cuyos rasgos más característicos son:

  • Grandes concentraciones urbanas de millones de habitantes.
  • Ciudades con altos niveles de desarrollo tecnológico, pero también con grandes desigualdades sociales y problemas ambientales.
  • Ciudades que compiten, a escala mundial, por tener un lugar preferente en la clasificación de ciudades.
  • Ciudades multiculturales.

La forma de cómo crecen las ciudades es distinta según los países y regiones del mundo.

Las Ciudades en los Países Desarrollados

En los países desarrollados las ciudades han sufrido un estancamiento, una pérdida de densidad, porque la población se traslada a vivir a las afueras de la ciudad o a ciudades medianas. Por ello se ha producido un crecimiento muy notable de las áreas metropolitanas. Este camino en las formas de poblamiento ha transformado el paisaje urbano. De las ciudades compactas se ha pasado a una urbanización continua de territorio donde es muy difícil determinar dónde empieza y dónde acaba la ciudad. Se observa un paisaje continuo formado por un complejo sistema de espacios edificados, carreteras, parques…

Las Ciudades en los Países en Vías de Desarrollo

En los países menos desarrollados, el fenómeno urbano tiende aún a reunir población, hay un gran contraste entre el mundo urbano concentrado en la gran ciudad y el mundo rural que predomina en el resto del país. Las grandes ciudades presentan elevadas densidades de población e incluyen extensas áreas de urbanización espontánea a través de la construcción de chabolas u otras edificaciones precarias. En estas zonas es donde se instalan las masas de población procedentes del campo, que llegan a la ciudad en busca de trabajo. De hecho, las ciudades más pobladas del planeta se encuentran en el Tercer Mundo; son las llamadas megaciudades, que son grandes concentraciones urbanas que superan los diez millones de habitantes. En estas megaciudades, que coinciden con la capital del país, forman parte a su vez de concentraciones urbanas, donde ejercen un papel dominante como Río de Janeiro.

Los Límites entre lo Rural y lo Urbano

En las áreas metropolitanas el límite entre la ciudad y el campo no es una línea definida. La ciudad avanza sobre el campo y se origina un área donde se mezclan áreas urbanas y rurales; se trata de una zona muy dinámica y cambiante, que puede recibir distintos nombres: ciudad difusa, área periurbana o franja rur-urbana.

Usos y Funciones en la Ciudad Difusa

En el territorio de la ciudad difusa se organizan las actividades en función de la metrópoli y que difícilmente, podría localizarse dentro de la ciudad propiamente dicha: urbanizaciones, polígonos industriales… Se trata de una especie de difusión de las funciones y actividades tradicionales de la ciudad que ahora se desarrollan sobre un territorio más extenso y de límites variables, de ahí que se hable de ciudad difusa.

Causas de la Ciudad Difusa

El crecimiento de la ciudad difusa se debe básicamente al elevado precio del suelo de la gran ciudad y ha sido posible, en gran parte, gracias al desarrollo del transporte privado (automóviles, furgonetas) y al aumento de las infraestructuras viarias (autopistas, carreteras) que facilitan el acercamiento a la ciudad de ciertas áreas rurales. Esta aproximación campo-ciudad convierte en habitual que las personas vivan en un lugar y que el trabajo y los espacios de ocio se localicen en lugares situados a cierta distancia de donde residen.

Repercusiones de la Ciudad Difusa

Si no se lleva a cabo una planificación urbanística adecuada, las repercusiones del modelo de crecimiento de la ciudad difusa pueden llegar a ser muy negativas por las siguientes razones:

  • Elevadísimo consumo del suelo: la expansión de la ciudad lleva a ocupar continuamente territorio nuevo.
  • Incremento de los servicios: aumenta la necesidad de infraestructuras de alumbrado, agua, gas, desplazamiento…
  • Constante movilidad: Las personas viven en un lugar y trabajan, estudian y se divierten en otros. Esta fragmentación de sus actividades les obliga a numerosos desplazamientos, con el consiguiente gasto energético y de tiempo.
  • Desarrollo de un modelo social más individualista: La dispersión de las actividades en un territorio tan amplio dificulta la interacción entre las personas, ya que se hace más difícil tener puntos de encuentro. Además, las urbanizaciones de casas adosadas (unifamiliares) o chalés aislados contribuyen a reforzar este modelo social más individualista.

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