04 Dic

La Crisis de 1898: Un análisis de sus causas y consecuencias

Contexto Internacional y la Política Exterior de Cánovas

La Crisis del 98, término que engloba los acontecimientos que llevaron a la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, se desarrolló en un contexto internacional complejo. El periodo de la Restauración coincidió con la hegemonía de la Alemania bismarckiana, la división de Europa en bloques enfrentados y la expansión colonial de las grandes potencias en África y Asia.

Ante este panorama, Cánovas del Castillo adoptó una política exterior prudente, caracterizada por el recogimiento, el repliegue y la neutralidad. Su lema: «No tienen alianzas los que quieren, sino los que pueden«. Cánovas reconocía la decadencia española y la debilidad del país, tanto militar como económicamente, evitando así aventuras y conflictos innecesarios.

Este pragmatismo se refleja en el incidente de 1885 con Alemania, que pretendía ocupar las Carolinas y Palaos. Cánovas, mediante la diplomacia, logró un acuerdo: España conservó las islas a cambio de concesiones comerciales y pesqueras a Alemania.

Paralelamente, se inició tímidamente la ocupación de una franja costera del Sáhara Occidental.

El Desastre del 98: La Guerra Hispano-Estadounidense

Hacia 1895, estallaron insurrecciones independentistas en Cuba y Filipinas. Estados Unidos intervino, apoyando a los rebeldes cubanos liderados por José Martí. El objetivo estadounidense no era la liberación de Cuba, sino el dominio de la isla, rica en minas y plantaciones de azúcar (entonces, el principal productor mundial, exportando el 90% a EE.UU.).

Los intereses estadounidenses se dividían en:

  • Económicos: Control de las minas y plantaciones de azúcar cubanas.
  • Geoestratégicos: Control militar del Mar Caribe y Centroamérica.

Tras el fracaso de una oferta de compra de Cuba por 300 millones de dólares, Estados Unidos declaró la guerra a España, utilizando como pretexto el hundimiento del acorazado Maine en la Bahía de La Habana en 1898. La prensa sensacionalista de Pulitzer y Hearst avivó el conflicto con una campaña antiespañola.

La guerra fue un desastre para España. La Armada Española sufrió dos derrotas decisivas:

  • Bahía de Manila (1 de mayo): Superioridad naval estadounidense aplastante.
  • Bahía de Santiago de Cuba (3 de julio): Derrota con numerosas bajas españolas.

La superioridad tecnológica estadounidense, con buques con blindaje de acero y cañones de mayor calibre, fue determinante en el resultado del conflicto.

Deja un comentario