23 Jun
El Regeneracionismo y los Intentos de Reforma
A finales del siglo XIX, el Regeneracionismo, una corriente de pensamiento que se había extendido tras la crisis del 98, denunció los vicios del sistema dominado por una oligarquía y realizó una serie de propuestas para la modernización de España. Tanto liberales como conservadores se propusieron realizar una revisión del sistema político, modificando lo imprescindible y adaptándolo a algunas de las demandas de la sociedad española.
Los Gobiernos de Maura y Canalejas
Cuando Alfonso XIII accedió al trono en 1902, al frente de los partidos dinásticos se encontraban dos líderes: Antonio Maura (Partido Conservador) y José Canalejas (Partido Liberal).
En el gobierno conservador, Maura (1907-1909) puso en marcha reformas pero sin alterar las bases del régimen. Su intención era la «revolución desde arriba» para evitar la «revolución desde abajo». Las principales medidas adoptadas fueron:
- Ley de Administración Local, que contemplaba una mayor autonomía para las corporaciones locales y provinciales.
- Política de intervención estatal y protección de la industria nacional.
- Medidas sociales, como la creación del Instituto Nacional de Previsión (INP), la Ley de Descanso Dominical, la Ley de Accidentes de Trabajo, la Ley sobre las Condiciones de Trabajo de Mujeres y Niños, y la Ley de Huelga.
Por su parte, Canalejas (1910-1912) emprendió el intento más importante de regeneración del sistema para lograr su democratización. Esta política sería el equivalente a la «revolución desde arriba» de Maura. Intentó la secularización del Estado, promulgó la Ley de Mancomunidades (Cataluña fue la única región que constituyó la suya), impulsó la reducción de la jornada laboral en las minas, la prohibición del trabajo femenino nocturno, la supresión del impuesto de consumos y la Ley de Reclutamiento, que acababa con la práctica clasista de la redención en metálico.
El asesinato de Canalejas en 1912 a manos de un anarquista interrumpió el proceso de reformas y marcó el final de los intentos de regeneración interna del sistema político de la Restauración.
La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
Justificación y Apoyos del Golpe de Estado
El 13 de septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, protagonizó un golpe de Estado que puso fin al régimen constitucional. En su manifiesto, Primo de Rivera justificó su acción alegando la necesidad de salvar a España de la corrupción política, la crisis social y el peligro del comunismo y el separatismo.
Diversos factores explican el apoyo que la dictadura obtuvo de diversos sectores:
- Descontento del ejército tras el desastre de Annual (1921) en Marruecos.
- Auge de los nacionalismos periféricos y ascenso de republicanos y del movimiento obrero.
- Contexto internacional marcado por el triunfo del fascismo en Italia con Benito Mussolini.
El golpe contó con el apoyo del rey Alfonso XIII, la burguesía (especialmente la catalana), un sector del PSOE liderado por Francisco Largo Caballero, y la UGT. La falta de oposición organizada facilitó el triunfo de la sublevación.
Etapas de la Dictadura
La dictadura de Primo de Rivera se puede dividir en dos etapas:
El Directorio Militar (1923-1925)
Con el lema «Menos política y más administración», el Directorio Militar se caracterizó por la suspensión del régimen constitucional, la prohibición de partidos políticos y sindicatos, la limitación de derechos y libertades, y la persecución de anarquistas. La dictadura se benefició de una coyuntura económica internacional favorable.
El Directorio Civil y el Fin de la Dictadura (1925-1930)
Tras la pacificación de Marruecos y la mejora de la situación social, Primo de Rivera intentó perpetuarse en el poder mediante la creación de un nuevo régimen con un partido único (Unión Patriótica), una Asamblea Nacional Consultiva y una carta otorgada. Sin embargo, la falta de apoyo político y las crecientes críticas y protestas forzaron la dimisión de Primo de Rivera en enero de 1930.
La Caída de la Monarquía y el Advenimiento de la Segunda República
Tras la dimisión de Primo de Rivera, Alfonso XIII intentó restaurar la monarquía constitucional. Sin embargo, los gobiernos del general Dámaso Berenguer y del almirante Juan Bautista Aznar-Cabanillas, conocidos como la «dictablanda», fueron incapaces de revertir la crisis del sistema.
La oposición a la monarquía se organizó en torno al Pacto de San Sebastián (1930), que agrupaba a republicanos, nacionalistas y socialistas. Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 dieron la victoria a la Conjunción Republicano-Socialista en las principales ciudades, lo que precipitó la salida del rey del país y la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931.
La Segunda República se iniciaba con el objetivo de llevar a cabo profundas reformas políticas y sociales, pero se enfrentaba a una difícil coyuntura económica internacional y a las tensiones internas que marcarían su desarrollo.
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