18 Jul

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

Factores de la Llegada de la Dictadura

Desde 1917, el régimen de la Restauración se encontraba sumido en una crisis definitiva:

  • Inestabilidad: En los años siguientes fue muy difícil formar mayorías estables en el Parlamento, lo que ocasionó numerosas crisis de Gobierno a pesar de formar «gobiernos de concentración».

  • Aumento de la conflictividad social: Huelgas generales de jornaleros, escisión en el PSOE con el surgimiento del PCE, pistolerismo patronal y reacción armada de los anarcosindicalistas, etc. La derecha denominó a estos años el «trienio bolchevique» por el temor a la revolución social. El jefe de Gobierno, Dato, fue asesinado en 1921.

  • Desastre de Annual: En ese año se produjo el «Desastre de Annual», lugar de Marruecos al oeste de Melilla en que perdieron la vida 12000 soldados españoles. El juicio posterior con la apertura del «expediente Picasso» incrementó el desprestigio de los militares.

Evolución del Régimen Dictatorial

El Directorio Militar

Primo de Rivera -que afirmaba que su gobierno sería una etapa transitoria- suspendió la Constitución y los partidos políticos y sindicatos. Todo el poder quedó en sus manos como dictador, rodeado de un consejo asesor de generales. El gobierno se ejercía mediante decretos y los gobernadores civiles fueron sustituidos por militares. Por otra parte, fue suspendida la Ley de Mancomunidades y se estableció un régimen centralista estricto. Medidas de gran trascendencia fueron la promulgación de un Estatuto Municipal (1924) y un Estatuto provincial, que otorgaban entidad jurídica y la necesaria capacidad de gestión económica a ayuntamientos y diputaciones, fundamentales para el desarrollo urbano y de infraestructuras.

Primo procedió a la creación de un partido político adicto, la Unión Patriótica (1924), integrado por las élites conservadoras.

La burguesía apoyó sin reservas al nuevo régimen e incluso la UGT le prestó cierta colaboración. En los tres primeros años se llevó a cabo una política de saneamiento económico, atracción de inversiones y obras públicas, favorecida por la expansiva coyuntura económica internacional. Tuvieron lugar intentos de reforma fiscal con la pretensión de imponer el impuesto sobre la renta y controlar el fraude fiscal, pero la resistencia de la burguesía fue muy fuerte ante medidas que consideraban socializadoras.

En el exterior, el éxito más notable fue el desembarco de Alhucemas en 1925, en una operación conjunta del ejército español y el ejército francés, y con participación de la armada, la aviación y la infantería, que supuso el control de una amplia zona de Marruecos, tras la derrota de Abd el Krim.

El Directorio Civil

Tras el éxito de Alhucemas, Primo se sentía apoyado por la opinión pública y buscaba la consolidación de su régimen. En esta etapa colaboraron en diversos ministerios representantes de la burguesía, como el Conde de Guadalhorce y José Calvo Sotelo -que ya había sido director general en Hacienda en la etapa anterior, quienes impulsaron la ejecución de obras públicas, saneamiento de la Hacienda y la creación de algunos monopolios estatales o privados en servicios públicos (CAMPSA, Fosforera, Telefónica, etc). Su política económica, apoyada por la gran patronal y el sistema financiero y bancario, se caracterizó por el intervencionismo, la regulación extrema de la vida económica y una actitud nacionalista y proteccionista muy acusada, y se caracterizó por los siguientes rasgos:

  • Se reguló por primera vez la política hidráulica creando las Confederaciones Hidrográficas y acometiendo la construcción de embalses.

  • Plan de Firmes Especiales que supuso construcción de tramos importantes de carreteras. E intervención en los ferrocarriles con una reordenación general del sistema.

  • Promulgación de la Ley de Creación y Desarrollo de Empresas industriales y Comité regulador de la Producción Industrial.

  • Creación del Ministerio de Economía Nacional, al final del período (1929).

  • En el plano fiscal, Calvo Sotelo intentó llevar a cabo la imposición del impuesto sobre la renta y, aunque no lo logró, sí en cambio introdujo medidas contra el fraude.

A pesar de que en la agricultura prácticamente no hubo reformas significativas, sí se produjeron notables mejoras en los incentivos y mejoras de la industria que promovieron:

  • Un incremento muy notable de la producción minera e industrial que casi se duplicó

  • Una importante diversificación energética e industrial: la energía eléctrica hidráulica llegó al 25% del total nacional, disminuyendo el porcentaje de carbón. Los hidrocarburos también alcanzaron en torno al 10% en 1930.

  • El cemento y el acero triplicaron su producción por la demanda de las obras públicas, redes viarias, ferrocarril y el desarrollo inmobiliario y urbano.

  • Otros subsectores, como el sulfúrico o, en general, la industria química, bienes de equipo, maquinaria, automoción, etc., experimentaron crecimientos muy notables contribuyendo a una notable modernización y diversificación industrial en detrimento de las’industrias tradicionales de bienes de consumo -alimentaria y textil, sobre todo-.

Un indicador del cambio económico fue la disminución en los años veinte desde el 56% al 46% de la población activa agrícola y el aumento en seis puntos (hasta el 28%) de la población activa industrial.

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