10 Oct
LA DICTADURA DE PRIMO RIVERA.
El 13 de septiembre de 1923, Primo de Rivera,
dio un golpe de Estado en Barcelona. Los
protagonistas justificaron el acto en una situación
política y social del momento en España manifestada
en: Fracaso de la guerra en Marruecos. Críticas al rey
por la responsabilidad del desastre de Annual.
Radicalización de las manifestaciones catalanistas.
Augue do terrorismo.
El Gobierno trató de que el rey aprobase la destitución
de los generales sublevados y la convocatoria de las
Cortes. El día 14 Alfonso XII llamó a Primo de Rivera para
que asumiese el poder aceptando así el golpe de Estado.
Contaba con una amplia aceptación popular, explicable por
el elevado malestar político y social.
Los políticos conservadores, la burguesía comercial
los pequeños y medianos propietarios apoyaron la
nueva situación política. Los socialistas no se opusieron
y colaboraron hasta 1925. Solamente el Partido
Comunista y los anarquistas de la CNT se opusieron
a la dictadura. El régimen establecido por Primo de
Rivera fue esencialmente autoritario, populista y
excesivamente optimista.
El Directorio Militar (1923-25): El primer Gobierno de
la dictadura estuvo formado solo por militares.
Gobernaron mediante decretos y prestaron atención a los
siguientes aspectos: El desmantelamiento del sistema
político de la Restauración que adopta las siguientes
medidas: Suspensión de la Constitución de 1876.
Destitución de las autoridades vigentes. Reforma de la
normativa electoral (1924). Creación de los delegados
gobernativos. Elaboración de nuevos estatutos municipales
(1924) e provinciales (1925). El restablecimiento de la
orden pública. La defensa de la unidad de la patria
El fin de la guerra de Marruecos.
El Directorio Civil (1925-30): En diciembre de 1925, Primo
de Rivera decidió afianzarse en el poder, por fin la dictadura
militar y constituir un Directorio. De nuevo contó con el
apoyo del rey. Intento de una instauración de un régimen
corporativo. Tenían la idea de volver al parlamentarismo
liberal y al régimen constitucional de 1876, Primo de Rivera
pretendía instaurar un régimen político corporativo. Las piezas
básicas del nuevo sistema serían:
La organización corporativa del Trabajo, creada en 1926 con
la finalidad de regular las relaciones entre obreros y
patrones a través de los comités paritarios. La asamblea
nacional que fue constituida en 1923 y su función era elaborar
y presentar proyectos de leyes al Gobierno.
La elaboración de una amplia legislación laboral y social
con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de
los trabajadores. La potenciación del desarrollo
económico. El Directorio Civil puso en práctica una política
económica basada en el intervencionismo estatal en el
marco del capitalismo.
Las medidas adoptadas se vieron favorecidas por la
prosperidad económica mundial y la paz social. En
líneas generales, el crecimiento económico fue apreciable
aunque no solucionó problemas de fondo.
El incremento de la oposición y la caída de Primo
de Rivera. El intento del régimen hizo que las críticas
fueran más duras y que procediesen de ámbitos muy
diversos: Los republicanos que formaron en 1926 la
Alianza Republicana. Los anarquistas, organizaron
atentados frustrados contra el rey y para reforzar su
tendencia revolucionaria crearon en 1927 a FAI. Los
nacionalismos periféricos, radicalizaron su oposición
ante la persecución de sus símbolos y las lenguas.
Ante estas dificultades, en enero de 1930 Primo
de Rivera preguntó a los jefes militares si contaba
con su confianza. El dictador presentó su dimisión
como rey el 29 de enero de 1930 y fue aceptada.
Se marchó para Francia y murió allí.
Alfonso XIII encargó al general Dámaso Berenguer
la formación de un nuevo Gobierno. Su pretensión
era restablecer, de forma progresiva, el sistema
constitucional de 1876 y las libertades, y se
denomina período de dictabranda. Pero la idea de
una España republicana tenía cada vez más
partidarios. En agosto de 1930 un importante
número de personalidades políticas se reunieron en
San Sebastián y establecieron un acuerdo verbal
conocido como Pacto de San Sebastián.
La lentitud del Gobierno en realizar las reformas
necesarias para restablecer las libertades intensificó
las denuncias antimonárquicas que consideraron un
error el intento de volver al régimen de Restauración.
En diciembre de 1930 tuvieron lugar dos intentos
frustrados de establecer la república por la fuerza.
Ante esta creciente agitación política y social en febrero
de 1931 Berenguer fue sustituido por el almirante Juan
Bautista Aznar. El nuevo gobierno decidió convocar primero
elecciones municipales y después las generales. Las elecciones
municipales fueron fijadas para el 12 de abril y adquirieron un
carácter de plebiscito a favor o en contra de la monarquía.
El 14 de abril fue proclamada la Segunda República.
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