25 Abr
TEMA 12. DOMINIOS Y PAISAJES AGRARIOS EN ESPAÑA
LOS CONDICIONANTES DEL PAISAJE AGRARIO
Además de los condicionantes de tipo físico: relieve, clima, suelo, agua,..Los condicionantes humanos son esenciales.
Demográficos: cultivos intensivos ( si hay mucha población para alimentar) o se abandonan las tierras menos productivas ( si hay poca población)
Técnicos: La introducción de maquinaria, abonos, fertilizante y plaguicidas.
Sociales: diferencia entre el Sur (latifundios) y el norte (minifundios).
Económicos: Existencia de propiedades privadas o colectivas. En España predomina la propiedad privada.
Históricos: El paisaje agrario se ha ido transformando a lo largo de la historia con la introducción de técnicas de irrigación, nuevos cultivos, etc.
Políticos: Dependen de las pautas establecidas por la U.E. Y la PAC para nuestra agricultura.
DOMINIOS Y PAISAJES AGRARIOS
La diversidad de los componentes naturales, los diferentes usos del suelo y el distinto modo de ordenación del espacio originan dominios y paisajes agrarios específicos.
El dominio atlántico :
La España atlántica: relieve montañoso y clima húmedo con temperaturas suaves que favorecen el desarrollo de la vegetación natural (bosques y suelos pardos).
La producción ganadera aporta la principal contribución a la producción final agraria.
Los paisajes agrarios atlánticos presentan una acusada fragmentación parcelaria con multitud de terrenos de íntimo tamaño. Predominan minifundios y los regíMenes de explotación directa.
Aprovechamientos agrarios dedicados a la alimentación humana (patatas, hortalizas) y animal (maíz), y los forestales. Su especialización es la ganadería vacuna.
El dominio mediterráneo interior:
El interior peninsular ofrece gran diversidad paisajística ( influencia del clima mediterráneo).
Los aprovechamientos agrícolas están dominados por los cultivos de secano.
La cuenca del Duero es asiento de minifundios y mediana propiedad sobre un parcelario muy fragmentando.
Explotación cerealista (trigo y cebada) y ganadería ovina.
La superficie de pastos y de barbechos ha disminuido de forma progresiva ganadería con espacios de menor amplitud agrícola).
La explotación cerealista ha alcanzado un elevado grado de mecanización, al tiempo que se han extendido cultivos de regadío, como la remolacha, el maíz o la alfalfa.
Sobre la amplitud de las llanuras manchegas destacan tres grandes grupos de aprovechamientos :
La ganadería ovina: producción lanera y quesera tradicional.
La cerealicultura: en retroceso ante el avance del girasol.
El viñedo: confiere su fisonomía agraria a La Mancha.
El oeste peninsular: Iberia silícea. Los suelos silíceos son poco fértiles y producen cosechas moderadas en los cuales han constituido sobre ellos las explotaciones agrarias de dehesa.
Predominan los latifundios.
En las zonas de los suelos más ricos aparecen los cultivos cerealistas y de plantas industriales.
En las extensas áreas convertidas en regadío surgieron numerosos cultivos nuevos, como las hortalizas, el arroz, el tabaco, etc.
El valle del Ebro comparte rasgos agrarios con la España interior, aunque ofrece unos caracteres especiales:
en altura: desde las montañas hasta el fondo de la depresión.
en longitud: desde el nacimiento del Ebro hasta su desembocadura, de donde resulta una mezcla de influencias y diversidad de paisajes mediterráneos.
En la cuenca alta alternan los caracteres propios de la España atlántica húmeda y de la mediterránea seca, coexistiendo espacios agrícolas, ganaderos y forestales.
En la depresión del Ebro: la montaña es ganadera y la depresión, agrícola.
En el sistema extensivo predomina la cebada y en el intensivo, los cultivos de regadío
En la propiedad abundan los cultivos de remolacha, forrajes y hortalizas y, en algunas comarcas, una importante intensificación de frutales y de ganadería.
El dominio mediterráneo litoral :
Baja altitud sobre el nivel del mar con veranos calurosos e inviernos templados(escasas precipitaciones).
Es una franja litoral entre el mar y las montañas, y solo se adentra hacia el interior a través de las depresiones del Guadalquivir y del Ebro. Caracterizado por el dinamismo del espacio agrario, por la coexistencia de actividades no agrarias sobre el espacio rural y por el alto grado de intensidad de sus aprovechamientos. Ofrece diferencias considerables en toda su longitud:
Cataluña tiene un terrazgo de reducida extensión y sus paisajes agrarios son muy intensivos y especializados. Fuerte retroceso de los cultivos de secano y notable desarrollo de la ganadería estabulada e industrial, de los cultivos hortofrutícolas y de la vid.
El Levante acoge un regadío de elevados rendimientos y es el asiento de la huerta tradicional. Junto a las producciones hortícolas, destacan los cítricos, los frutales y el arroz. La agricultura está cediendo sus suelos tradicionales para otros usos y desplazándose hacia tierras de peor calidad, pues los gastos de acondicionamiento de las nuevas explotaciones son menores que las plusvalías obtenidas por la venta de las antiguas parcelas como suelo urbanizable.
En Andalucía distinguimos paisajes orientados en franjas desde Sierra Morena hasta el mar:
Cinegético-forestal de las montañas, particularmente en Sierra Morena, que perdíó su tradicional utilidad ganadera a partir de los años 60 y quedó configurada como un espacio de cotos al amparo de la repoblación forestal y del régimen del espacio protegido del que goza.
Las campiñas béticas son el espacio cerealista por antonomasia. Hoy acogen amplias superficies de girasol y otras plantas industriales. Intensamente humanizadas, son asiento de grandes cortijos, denominación que se refiere tanto a la explotación como al hábitat.
El paisaje del olivar conforma una franja continuada sobre todo el subbético, presentándose con caracteres de exclusividad sobre el espacio.
Las hoyas y las depresiones interiores acogen el regadío y un policultivo muy variado (cultivos tradicionales: cereales y plantas industriales: tabaco y remolacha).
El litoral alberga, desde los cultivos subtropicales hasta los enarenados bajo el gigantesco mar de plástico que se interpone entre el Mediterráneo y las cordilleras
Canarias
Superficie agraria muy reducida por la naturaleza volcánica de las islas y se sitúa en las zonas bajas y laderas donde se han construido terrazas.
Agricultura de exportación (por falta de agua y favorecidas por el régimen térmico) de plátanos, patatas y tomates y ganadería caprina.
OTROS PAISAJES AGRARIOS
Paisajes agrarios que tienen un gran dinamismo, pues encontramos en ellos :
Zonas de agricultura competitiva.
Secanos especializados en algunos cultivos.
Zonas con escasas actividades agrícolas y dedicadas a actividades recreativas, turísticas o segundas residencias.
Paisajes en crisis: se han ido despoblando y que se están abandonados. Muchos paisajes afectados por crisis agrarias o reestructuración productivista se han ido deteriorando.
Entre estos paisajes encontramos: Huertas cercanas a pueblos, regadas por ríos y arroyos, que conforman el paisaje y que tienen unos elementos a respetar como son los cultivos, manantiales, albercas, molinos, casas,…se convierten, por tanto, en elementos paisajísticos de gran valor que integran elementos culturales.
Las huertas cercanas a centros urbanos lo valorizan, pues con frecuencia encontramos en ellos vertederos.
Los paisajes agrarios de montaña, de gran extensión y variables condicionamientos, también se encuentran en crisis la mayoría de las veces porque los productos obtenidos en ellos no tienen muchas probabilidades económicas.
El litoral se ha desvastado con las construcciones turísticas y urbanas y en algunos casos se ha reconvertido en paisajes agrícolas intensivos.
El paisaje de olivar de montaña, propiamente andaluz. En torno a él se ha creado una cultura importante, tanto para la economía como para la vida de los andaluces. Sin embargo, en algunas zonas, por abandono, se han ido adehesado, aprovechándose para la ganadería y con poca recogida de aceituna.
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