29 Ago
La Consolidación del Régimen Franquista: Transformaciones Económicas y Cambios Sociales
1 Consolidación del Régimen Franquista (1959-1973)
El año 1959 marcó un punto de inflexión en la historia de España. La puesta en marcha del Plan de Estabilización Económica, liderado por los tecnócratas del Opus Dei, sentó las bases para el desarrollo económico de las décadas de 1960 y 1970. La España de los sesenta era radicalmente diferente a la que emergió de la Guerra Civil, excepto en un aspecto: el sistema político apenas había cambiado.
Las transformaciones económicas desencadenaron profundos cambios sociales y de mentalidad, lo que a su vez demandaba una apertura del régimen y mayores cotas de libertad.
1.1 El Régimen Franquista: Inmovilismo Político y Apertura Tímida
A partir de 1959, con la implementación del Plan de Estabilización, los vestigios falangistas prácticamente desaparecieron, siendo sustituidos por los tecnócratas católicos. Sin embargo, desde el punto de vista político, el régimen mantuvo su inmovilismo institucional y su política represiva.
Franco supo adaptarse a algunos cambios, pero sus signos de apertura no fueron suficientes para contrarrestar el inmovilismo político frente a los acelerados cambios económico-sociales que se estaban produciendo en España desde la década de los 60.
En un intento por legitimar el régimen a través de leyes, Franco promulgó:
- Una nueva Ley Orgánica del Estado (1967), votada en referéndum en diciembre de 1966 (el segundo tras la aprobación de la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado en 1947), que diseñaba en líneas generales el futuro de España tras la muerte de Franco.
- La Ley de Prensa e Imprenta (1966), promovida por el entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga. Esta ley suprimía la censura previa y la sustituía por multas y suspensión de las publicaciones que fueran críticas con el sistema.
- La sucesión de Franco (1969). En 1947, el dictador había aprobado la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado, en la que incluía la promesa indeterminada de restauración monárquica tras su mandato. Finalmente, en 1969, se produjo el nombramiento de Juan Carlos de Borbón como sucesor, para lo cual el heredero tuvo que jurar fidelidad a la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958).
Los signos de modernidad de esta etapa también se hicieron presentes, aunque tímidamente, a través de los discursos políticos, que dejaron de hablar de»cruzad» (en referencia a la Guerra Civil) y pasaron a citar el bienestar, la paz, el trabajo y la prosperidad del pueblo español.
A pesar de estas concesiones, el régimen endureció su represión a partir de 1967, impulsado por los sectores más inmovilistas (el»búnke»), que reclamaban una vuelta al»espíritu del 18 de juli» y el abandono de cualquier conato liberal. La división en el seno de los partidarios del franquismo era notoria y se agudizó con el estallido del escándalo MATESA (1969), un fraude que realizaba una empresa favorecida por el gobierno con créditos a la exportación. El suceso fue aprovechado por el sector falangista para acusar al grupo tecnócrata de corruptos, provocando una crisis gubernamental que se saldó con el nombramiento de un nuevo gabinete en octubre de 1969, con Carrero Blanco como vicepresidente, en el que continuaban prevaleciendo los tecnócratas del Opus Dei.
1.2 Política Exterior: Acuerdos con Estados Unidos y Descolonización
En la década de los 60, se mantuvieron los acuerdos con Estados Unidos y se solicitó el ingreso en la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1962. Aunque no se logró la entrada, se firmaron varios tratados comerciales con algunos países europeos que implicaron una reducción de los aranceles para los productos españoles.
Asimismo, continuó el proceso de descolonización de las posesiones españolas en África:
- Independencia de Guinea Ecuatorial (1968).
- Cesión de Ifni a Marruecos (1969).
- Bloqueo de la independencia del Sahara Occidental por Carrero Blanco (1969), lo que tendría consecuencias negativas en el futuro.
2 Las Transformaciones Económicas: De la Autarquía al Desarrollismo
Dentro del periodo 1959-1973, podemos diferenciar diferentes fases en la evolución económica:
2.1 La Autarquía (1939-1959)
Siguiendo sus principios ideológicos, el régimen de Franco aplicó la autarquía como política económica. Se consideraba la receta necesaria para sacar a España de su atraso y convertirla en un país industrial. Se entendía que para que un Estado fuera considerado militar y políticamente fuerte, tenía que ser económicamente autosuficiente.
La autarquía se basó en tres grandes ejes de actuación:
- Reglamentación de las relaciones económicas con el exterior: Importaciones y exportaciones estaban completamente controladas, siendo necesaria una autorización administrativa para realizarlas.
- Fomento industrial orientado hacia las actividades de interés estratégico: Se impulsaron las industrias de bienes de equipo. En 1941 se fundó el Instituto Nacional de Industria (INI). Se estatalizaron los ferrocarriles (RENFE, 1941) y la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE, 1945). También se impulsó la construcción de embalses y centrales eléctricas.
- Intervención estatal en el sector agrario: Los proyectos de colonización y política hidráulica no alcanzaron los objetivos previstos. El Servicio Nacional del Trigo (SNT), creado en 1937, fijaba los precios y adquiría la cosecha de trigo. La lista se amplió a otros productos agrarios, cuyos bajos precios oficiales provocaban un descenso en la producción, al fijarse por debajo de los resultantes de la oferta y la demanda. La consecuencia fue el desabastecimiento, por lo que los años cuarenta quedaron en la memoria colectiva de los españoles como los»años del hambr».
Como consecuencia del desabastecimiento de alimentos, el gobierno tuvo que responder, desde 1939, con las cartillas de racionamiento para organizar la distribución de los productos de primera necesidad.
Entre 1950 y 1952, España obtuvo créditos de Estados Unidos para la compra de productos agrícolas, materias primas y equipamiento industrial. Con los Acuerdos de 1953, las ayudas se ampliaron.
Paralelamente, desde comienzos de los años cincuenta, se introdujeron las primeras medidas liberalizadoras, rebajándose el intervencionismo estatal y el proteccionismo a ultranza, dando los primeros pasos para incorporarse en el contexto europeo, donde se avanzaba hacia la creación del Mercado Común Europeo. En 1952 se eliminaron las cartillas de racionamiento.
2.2 El Desarrollismo Económico (1957-1973)
En 1957, España se encontraba casi en suspensión de pagos, las reservas de divisas estaban agotadas y la balanza comercial era negativa. Franco nombró ministros a los tecnócratas Navarro Rubio y Ullastres, que dieron fin a la autarquía y desarrollaron el Plan de Estabilización, con el fin de reinsertar España en el espacio internacional.
Entre las disposiciones del Plan de Estabilización destacaban:
- Devaluación de la peseta.
- Facilidades a la inversión de capital extranjero.
- Incremento de impuestos.
- Contención del gasto público.
- Limitación salarial.
Se controló el alza de precios y se evitó la bancarrota del Estado. El Plan de Estabilización tuvo aspectos negativos: bajó el consumo y creció el paro, al quebrar muchas empresas ineficientes.
López Rodó, desde la Comisaría del Plan de Desarrollo (1962) y como ministro, dirigió los nuevos programas de industrialización y modernización económica con los Planes de Desarrollo.
El I Plan de Desarrollo (1964) pretendía:
- Aumentar el comercio exterior.
- Multiplicar las exportaciones.
- Aumentar el PIB.
- Estimular el consumo y las inversiones empresariales.
Se realizaron fuertes inversiones públicas y se concedieron ayudas estatales a empresas privadas (impuestos y créditos). El plan creaba los Polos de Desarrollo y de Promoción, para atenuar los desequilibrios regionales.
En 1967 se formuló el II Plan de Desarrollo, cuyas previsiones fueron superadas por la realidad. La economía española experimentó un crecimiento acelerado, y los niveles de bienestar y consumo aumentaron. La tasa media de crecimiento anual del PIB fue del 7% (de las más elevadas del mundo). Las exportaciones se duplicaron, la producción de acero se triplicó y la fabricación de automóviles se decuplicó. Este crecimiento económico evitó tensiones sociales y sirvió para asegurar la continuidad del régimen.
A pesar de la expansión económica, el crecimiento fue desequilibrado:
- La industria y el terciario experimentaron un fuerte impulso frente al primario.
- La masiva emigración a Europa ocultó el desempleo.
- El éxodo rural alivió lo agrario.
- Pervivieron los desequilibrios interregionales: renta, concentración industrial, servicios.
3 Los Cambios Sociales
El desarrollo económico de los sesenta tuvo repercusiones demográficas, provocó cambios sociales y modificó las formas de vida y los valores de los españoles.
La modernización y europeización de la sociedad española cambiaron los valores e ideas en relación a la vida familiar, el papel de la mujer y la educación.
Otras novedades fueron la decadencia de los sentimientos católicos, la disminución de la asistencia a las misas dominicales y el brusco descenso del número de vocaciones religiosas.
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