13 Nov
Conflictos internos: Comunidades y Germanías
Con Carlos I, la corona española quedó en manos de la dinastía de los Austrias. El rey llegó a España en 1517. El nombramiento de nobles extranjeros para los altos cargos, como el de Utrecht como regente del reino, y su partida para ser coronado emperador en 1520 tras haber convocado cortes para obtener fondos para el viaje, provocaron la sublevación de las principales ciudades castellanas. En estas, el poder municipal fue sustituido por comunidades, integradas por artesanos, comerciantes y miembros de la baja nobleza y el bajo clero. Entre sus reclamaciones destacan: el regreso de Carlos a España, la exclusión de extranjeros de cargos políticos… El conflicto se radicalizó y se convirtió en rebelión antiseñorial, por lo que la nobleza, hasta entonces al margen, unió sus fuerzas a las del rey y los comuneros fueron derrotados en Villalar (1521). A pesar de su victoria, Carlos prestó más atención a los asuntos castellanos.
El movimiento de las Germanías (1519-1522) se inició en Valencia y se extendió a Murcia y Mallorca. Desde el principio tuvo un carácter social. El rey había confirmado a los artesanos el permiso para formar una Germanía en caso de ataque de los piratas berberiscos. Tras reunirse en junta, proponen la reducción de los privilegios de los nobles; el conflicto se radicaliza hasta llegar a la rebelión cuando muchos nobles abandonan las ciudades ante la llegada de un brote de peste y las germanías se hicieron con el poder municipal. El Ejército imperial, con el apoyo de la nobleza, acabó con la rebelión.
La monarquía hispánica de Felipe II. La unidad ibérica.
Felipe II solo recibió una parte de la herencia paterna, pues Carlos, consciente de la dificultad de gobernar tan distintos territorios, dejó el título imperial y la corona de Austria a su hermano Fernando. A pesar de ello, Felipe reunirá en su persona un imperio mayor que el de su padre, porque a los territorios de Castilla y de Aragón añadió Portugal y su imperio ultramarino, herencia que recibió a través de su madre, Isabel de Portugal. En 1578 murió el rey de Portugal sin descendientes, por lo que el heredero legítimo era Felipe II, lo que significa la unión dinástica de ambas coronas y, por tanto, la unidad ibérica. Felipe II decidió la invasión de Portugal, que encargó al Duque de Alba, y las Cortes portuguesas proclaman rey a Felipe II en 1581. Tras la abdicación de su padre, asentó su Corte en Madrid. Esto le alejó de sus posesiones europeas y fue dotando a su monarquía de un carácter más hispánico. Sus colaboradores más próximos eran castellanos en su mayoría, y su política internacional y sus matrimonios tuvieron más en cuenta los intereses de Castilla.
La política exterior de Felipe II se inspiró en los mismos principios que la de su padre: defensa del catolicismo y lucha contra los turcos (Batalla de Lepanto, 1571). Pero surgieron nuevos problemas, como la sublevación de los Países Bajos y la rivalidad con Inglaterra. El escaso éxito de esta política y su alto coste llevaron a Felipe II a la bancarrota en tres ocasiones. Al finalizar su reinado, España estaba arruinada y exhausta, y su imperio se encontraba al borde de la desintegración.
El modelo político de los Austrias. La unión de reinos
La monarquía debía gobernar territorios con diferentes leyes, instituciones y tradiciones, mientras que seguían existiendo poderes paralelos al de la corona, como el de la nobleza, la iglesia, las ciudades o las cortes. En ambas cuestiones, los Austrias van a afirmar su autoridad mediante un progresivo control de estos poderes.
- La nobleza será sustituida en las tareas de gobierno por hombres formados en las universidades, y en las acciones militares por ejércitos mercenarios. Irá poco a poco convirtiéndose en una nobleza cortesana. Al mismo tiempo, la necesidad de ayuda militar del Papa permitirá un mayor control sobre la Iglesia.
- Las Cortes dejarán de reunirse a medida que se dispone de otros recursos, como la plata de América o los créditos de los banqueros, y los concejos de las ciudades estarán cada vez más controlados por los corregidores reales.
- En cuanto al sistema de gobierno, se forma por: El Consejo de Estado, presidido por el rey, se ocupa de asuntos de política exterior y cuestiones de estado. Los Consejos Territoriales de Castilla, Aragón, Italia, Indias, Portugal y Flandes. Los Consejos asesores: que tenían competencia en todos los reinos, como el Consejo de Estado, Hacienda o Inquisición, Órdenes Militares. En el ámbito territorial, la diversidad era grande, aunque algunas instituciones eran similares en varios territorios: Los virreyes y las Audiencias. Pero cada uno de estos territorios tenía sus propias leyes e instituciones.
Economía y sociedad en la España del siglo XVI
Se dio en la península ibérica una etapa de crecimiento demográfico y económico. La población se incrementó y se amplió el espacio de cereales y viñedo a costa de bosques, aunque la ganadería siguió siendo la base de la economía castellana. Las actividades artesanales seguían siendo escasas. La demanda de productos aumentó en parte debido a los colonos americanos; además, la conquista americana permitió el intercambio de productos agrarios. El oro y la plata fueron las mayores riquezas que se extrajeron de América. Los nuevos territorios supusieron una importante fuente de ingresos para Castilla. Pero España lo desaprovechó y quedó relegada, mientras que otros países como Francia, Inglaterra y Holanda iniciaban su despegue económico. Los gastos de las guerras acabaron provocando la ruina de la Hacienda real y el endeudamiento. Subieron los precios y, a mediados de siglo, comenzaron a aparecer los primeros síntomas de crisis.
Se mantuvo la sociedad estamental tripartita de la Edad Media (nobleza, clero y pueblo llano), destacando la diferenciación de un grupo de nobles: los Grandes de España, una élite instituida por Carlos I tras su coronación como emperador; su número aumentó con el tiempo, gozaban de ciertos privilegios y desempeñaban altos cargos militares y diplomáticos. También se generalizó el requisito de la limpieza de sangre para acceder a determinados cargos. Mientras que en los países protestantes mejoraba la consideración del trabajo de artesanos y mercaderes, en España eran estimadas incompatibles con el honor.
Cultura y mentalidades. La Inquisición
España se movió entre el espíritu humanista del Renacimiento y la ortodoxia de la Contrarreforma. Paralelo al desarrollo artístico, se produce un desarrollo de la cultura que llega al humanismo renacentista, en el que tuvo una gran influencia Erasmo de Rotterdam y que se desarrolla en las nuevas universidades, como la de Alcalá de Henares y la de Salamanca, y crece el número de alumnos universitarios. La política internacional de Carlos I y la expansión ultramarina estimuló la atención a los problemas de las relaciones internacionales, destacando el dominico Francisco de Vitoria como uno de los creadores del derecho internacional. Las conquistas también contribuyeron al desarrollo de la navegación, la geografía y las ciencias naturales.
Pero el triunfo de la Reforma protestante en territorios europeos provocó un cambio de actitud mental. La sociedad española se convirtió en la más rígida defensora de la ortodoxia católica. Teólogos españoles que asistieron al Concilio de Trento adquirieron gran protagonismo, como Alfonso Salmerón o Melchor Cano. Se fundó la Compañía de Jesús, que representaron el espíritu frente a los protestantes y que desarrollará una labor misionera en América. La Inquisición se convirtió en un instrumento contundente contra el protestantismo. En 1553 publicó el primer Índice de libros prohibidos y, cinco años más tarde, se instauró la censura. Cualquier manifestación de heterodoxia podía llevar a la cárcel. En Sevilla y Valladolid hubo dos brotes de protestantismo en torno a grupos de intelectuales y nobles; les detuvieron y fueron ejecutados. El mismo Felipe II acudió al auto de fe celebrado en Valladolid para manifestar su oposición frente al protestantismo. Aun así, la Inquisición era una institución apreciada por el conjunto de la sociedad.
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