13 Dic

La Fundación de Antonio Buero Vallejo

1. Introducción

El dramaturgo Antonio Buero Vallejo es considerado una figura capital dentro del teatro posterior a la Guerra Civil, tanto por la calidad técnica de sus obras, como por los aspectos renovadores que en ellas podemos encontrar. El drama que nos ocupa, La Fundación, se estrena en 1974, momento en que Buero Vallejo ya contaba con una reconocida y dilatadísima trayectoria dramática (Historia de una escalera, El tragaluz, La doble historia del doctor Valmy o El sueño de la razón), siempre con el apoyo y beneplácito de público y crítica.

Con esta obra, Buero Vallejo pretende provocar una catarsis en el espectador y que este reflexione sobre el cruel mundo de la prisión, la cárcel, la tortura, la delación y la muerte. Buero realiza una reflexión crítica sobre el hombre contemporáneo y la sociedad en la que le ha tocado vivir, y ataca ese mundo y esa sociedad que anulan la personalidad y causan alienación.

Aunque Buero fue preso político tras la Guerra Civil (y eso se note en todo el texto), su intención es superar el ámbito de lo particular para reflexionar sobre lo universal: su denuncia no se limita a la situación concreta tratada en la obra, sino que pretende cuestionar aspectos esenciales de la condición y la vida humanas.

2. Técnicas y recursos dramáticos

Las acotaciones son elementos primordiales, pues está destinado a ser representado y no leído. En esta obra encontramos acotaciones largas y muy detalladas que nos indican gestos, movimientos, decorado, objetos teatrales, efectos de luz y sonido, vestimenta, etc.

  • Efectos de inmersión: Son los recursos de participación que intentan incorporar al espectador a la escena, introduciéndolo en el mundo interior del personaje. En La Fundación, el autor nos hace ver la realidad desde el punto de vista de Tomás, por eso es el único personaje que permanece en escena durante toda la representación. El espectador participa de la locura del protagonista y solo descubre la realidad a medida que a este se le va revelando. Son efectos de inmersión todos aquellos elementos que van transformándose a lo largo de la obra: sillones que son sustituidos por petates, la escoba del principio que se convierte en “un escobajo viejo y sucio”, las sábanas que desaparecen, la vajilla, la indumentaria, la Fundación, los trabajos de los personajes, etc. Incluso el plan de fuga que desconocemos porque tampoco Tomás lo sabe.
  • Elementos simbólicos:
    • La música: La obra comienza y termina con la pastoral de la obertura de Guillermo Tell. Una pastoral es una composición que tiene como tema la vida idealizada de los pastores. La audición inicial introduce al espectador en el locus amoenus que está también representado en el paisaje que se ve a través del ventanal y crea el ambiente propicio para la alucinación; la del final, sugiere al espectador que, una vez acabada la obra, les espera otra Fundación (la vida como un sueño, como una “inmensa ilusión”, dirá Asel), cuyas mentiras tiene que desmontar para alcanzar la libertad. Cuando el espectador sale a la calle sabe que la tragedia puede volver a empezar. Solo tiene que elegir entre permanecer en la mentira, en la ilusión de otra Fundación, o luchar contra ella y alcanzar la verdad. Esta repetición de la composición musical proporciona una cierta estructura circular a la obra.
    • La pintura: Tiene como fin sugerir al espectador que algo raro está pasando (Tomás lee Terborch en lugar de Vermeer). Después de pasar por varios pintores (Vermeer, Velázquez, Goya…) llega a Turner, el maestro de la luz y además considerado enfermo mental en su época. La pintura de este autor es para Tomás “un arco iris de nubes, de rocas, de frescas aguas…” lo mismo que el paisaje que se ve por la ventana: una evasión.
    • La luz: Tiene un simbolismo doble: a) por un lado es la vida de los personajes. Así aparece cuando se llevan a Tulio, momento en que la luz se apaga (“¿Le quitarán la luz a Tulio?”, “¿Nos van a apagar la luz?”); b) el mundo idealizado por Tomás, de tal manera que, cuando él va adquiriendo la cordura, la luz se va haciendo más cruda y aparecen penumbras (“En el chaflán (…) subsiste la extraña penumbra gris”, Parte Segunda, primera acotación). Al final, en la tercera aparición de Berta, cuando Tomás le ordena que se esconda en el baño y luego es incapaz de justificar su desaparición: “El paisaje (y con él la luz exterior) se va oscureciendo casi hasta la negrura”.
    • Otros símbolos: La fundación, que representa la realidad falseada, deformada e idealizada por la mente de Tomás para evadirse de su terrible realidad; el ventanal y el paisaje simbolizan la libertad y el futuro; el retrete descubierto, la dignidad humana pisoteada; y los hologramas, la confusión entre lo que percibimos como real y lo que resulta ser una pura ilusión. El ratón con el que aparece Berta simboliza al propio Tomás (se llama igual que él) y su subconsciente.

3. Personajes

Once personajes “visibles”: los cinco condenados, Berta, los cuatro carceleros y el preso muerto. Fuera de escena están otros personajes: los demás presos y los familiares aludidos.

  • Tomás: Joven escritor que ha sido detenido cuando repartía unas octavillas, padece una enfermedad mental en la que se refugió al no poder soportar el peso de su culpa. Bajo la presión de la tortura delató a sus compañeros y por eso están ahora condenados a muerte. En esa locura cree vivir en una fundación becado con sus compañeros para investigar. En su caso, para escribir una novela. En el fondo de su subconsciente queda algo de lucidez y, a veces, la razón quiere aflorar: percibe el mal olor, se extraña de que los camareros cierren la puerta.
  • Asel (ingeniero-médico): Personaje complejo, es el mayor del grupo. Es ingeniero y por esta razón planea la fuga de la cárcel excavando un túnel. Tomás, en su locura, lo transforma en médico: es el que lo cuida y el que ha propuesto la terapia para que Tomás vuelva a la realidad. Comprensivo y solidario con sus compañeros, conforme avanza la obra confiesa que fue delator y eso costó al menos una vida. Por esta razón, cuando sabe que va a ser torturado y que puede volver a delatar, se suicida, expiando así su culpa.
  • Tulio (fotógrafo): La primera impresión que tenemos de este personaje resulta engañosa. Al principio, hablando con Berta, Tomás lo considera “el más antipático de mis compañeros”. Y así lo vemos nosotros a lo largo de la primera parte (no olvidemos que tenemos su misma perspectiva). Está nervioso, es contrario a seguirle la corriente a Tomás, y hasta agresivo. En realidad, es comprensivo, soñador y acaba identificándose con él más que ninguno, incluso también tiene una novia de la que le habla. Este proceso de “rehumanización” hace que su muerte sea más cruel.
  • Max (tenedor de libros-matemático): A diferencia de Tulio, se nos presenta en un principio como el más comprensivo, dispuesto a participar en la ficción creada en torno a Tomás. Al final de la obra se descubre que es un “vulgar soplón” por lo que Lino le da muerte arrojándolo al vacío.
  • Lino (tornero-ingeniero): Impulsivo, brusco (intenta decirle la verdad a Tomás de forma violenta), pasivo en un principio, acaba matando a Max.
  • Berta: Hay que diferenciar dos Bertas:
    • Por una parte, la que es fruto de la imaginación de Tomás. Sus cuatro intervenciones evidencian las dudas que empiezan a surgir en su subconsciente:
      1. Declara que aborrece la fundación y que hay que salvar al ratón.
      2. Vuelve a aparecer sin hablar cuando Tomás cree estar viendo en un libro de arte unos ratones enjaulados, como ellos mismos.
      3. Tomás le pregunta: “¿Por qué la Fundación es tan inhóspita?”.
      4. Lleva el ratón muerto en la mano. Al desaparecer, Tomás ha adquirido la cordura. Representa, pues, la parte lúcida de Tomás. Además, llevan el mismo número, A-72. Es un desdoblamiento de Tomás, la voz de su propio subconsciente que le intenta hacer recordar dónde está. Todo lo que Berta expresa es lo que Tomás empieza a intuir.
    • Por otra parte, la Berta real, la de su encuentro en el locutorio. Tomás la describe vestida con un traje viejo y llorando. Deducimos que Berta llora por la situación de Tomás y porque ve que ha perdido la cabeza.

4. Lugar, tiempo y acción

Lugar

Un único espacio aunque, como sabemos, se va transformando a lo largo de la representación. Es muy importante en el proceso psicológico de Tomás ya que el paso de la locura a la cordura se refleja en el cambio de escenario. Por otro lado, Buero, conscientemente, omite el lugar real en el que se desarrolla la acción. Se trata de “un país desconocido”. Esto ocurre por doble motivo: evita la censura y le sirve para criticar cualquier país en donde la forma de gobierno esté presidida por la represión, la violencia o la tortura.

Tiempo

Debemos distinguir entre el tiempo de la acción dramática y el tiempo histórico. En lo que se refiere a aquel, la primera parte transcurre en un día (mañana – primer cuadro, poco antes de comer – y tarde – segundo cuadro, esa misma tarde, cuando miran el libro de arte -); la segunda, tres días después (cuando los presos acaban de cenar). En el último cuadro, han pasado pocos días o quizás uno solo. No lo dice. Hay, pues, elipsis temporal. Toda la obra comprende cuatro días o poco más, tiempo mínimo imprescindible para poder explicar de manera verosímil el proceso mental que experimenta Tomás. Las analepsis (recuerdos de algunos personajes como Tulio o Asel) explican la situación presente: la denuncia de Tomás, la condena a muerte… Además, existe un tiempo aludido cuya duración es imposible establecer. En la primera parte el hombre lleva muerto seis días y en la segunda Lino dice que un amigo ha visto a Max hablando con un carcelero más de una vez. El tiempo histórico no aparece marcado. Igual que ocurre con el espacio, y por las mismas causas, a Buero tampoco le interesaba situar su obra en una época concreta, aunque el espectador piensa inmediatamente en la dictadura.

Acción

En la obra encontramos dos tramas:

  • La primera es el proceso mental de Tomás por descubrir la verdad de su situación. La acción va ocurriendo de manera lenta porque lento es ese proceso del personaje de pasar de la ficción a la realidad. Esta trama ocupa toda la primera parte y prácticamente todo el primer cuadro de la segunda, que es cuando se descubre la verdad. Los únicos momentos de tensión dramática son el descubrimiento del cadáver por los carceleros y la marcha de Tulio para su ejecución.
  • La segunda trama, el proyecto de fuga a través de un túnel, es más dinámica. De ella hay algún indicio en la primera parte: “Terminar está dentro de tu plan”, dice Tulio a Asel; Max se sorprende y pregunta: “¡Ah! ¿Conque hay un plan?”. Más adelante, Asel le dice a Max que espera que los lleven a las celdas de castigo. En la segunda parte esta trama adquiere más importancia que la primera. Los hechos se suceden creando una cadena que desemboca en el final: desconfianza porque no les aplican el castigo normal; sospecha de que pueda haber un delator entre ellos; Asel comunica al fin a Lino y Tomás su plan; suicidio de Asel; muerte de Max. Es el momento de máxima tensión dramática.

Estas dos tramas se entrecruzan. El eslabón entre ambas es Asel: prepara el plan de dejar al Hombre muerto en la celda para aumentar la dieta de Tomás y así lograr su recuperación (trama primera) y confía que, como consecuencia de este hecho, sean llevados a las celdas de castigo. La obra comienza in medias res y termina de forma abierta: no sabemos si Tomás y Lino van a la celda de castigo desde donde podrían fugarse o los conducen a la muerte.

5. Temas

Social y existencial.

  • La apariencia frente a la realidad, tema de la tradición literaria que vemos ya en el Quijote. Tiene relación con la mentira/verdad o con la locura/cordura. Apariencia = locura = mentira (1ª parte) / Realidad = cordura = verdad (2ª parte). Algún símbolo de la obra demuestra que la frontera entre la apariencia y la realidad es muy débil y nos hacen pensar hasta qué punto lo que nuestros sentidos perciben es real o pura ilusión. Es el caso de los hologramas (imágenes ópticas proyectadas en el aire) que se confunden con la realidad: Tulio cuenta cómo una vez persiguió un holograma pensando que era su novia.
  • La búsqueda de la verdad por parte de Tomás. Cuando la obra empieza, todo aparece idealizado: una habitación confortable, un paisaje idílico a través de un gran ventanal, mucha luz… No obstante, hay algunos elementos que no concuerdan con este escenario y que Tomás percibe (el mal olor que sale del aseo, el hombre enfermo que no come nada, el hecho de que coma bien y se sienta débil…). Esto significa que, en medio de su mentira, Tomás busca la verdad desde el comienzo. La consecuencia que se desprende en la obra es la siguiente: hay que buscar la verdad, la realidad, y desprenderse de la mentira y actuar, porque esa es la única manera que tiene el hombre de salvarse, de redimirse (“Duda cuanto quieras, pero no dejes de actuar”, dice Asel). Al final de la obra, Tomás alcanza la lucidez, la cordura, y actúa. Es así como podrá salvarse. El final abierto de la obra implica un camino de esperanza: el verdadero final depende de nosotros mismos, de nuestra lucha para alcanzar un mundo mejor. Cuando el hombre no puede enfrentarse a la verdad se refugia en ensoñaciones o en la locura como medio de supervivencia. Es el caso de Tomás. La lucidez final del personaje parece demostrar la siguiente tesis de Buero: el hombre debe afrontar los aspectos más duros de su situación real, por amargos que estos sean.
  • Reflexión sobre la condición humana. La Fundación pretende que el público medite sobre la realidad social del momento en un doble sentido: a) la realidad política bajo regímenes totalitarios que ejercen su autoritarismo a través de la tortura, la privación de libertad, la condena a muerte; b) la tiranía ejercida por una sociedad de consumo que se refugia en los bienes materiales para intentar enmascarar lo negativo de la existencia humana (insolidaridad, injusticias, torturas, muerte). En este sentido, esta “Fundación” representa, entre otras cosas, todas aquellas ataduras de las que apenas somos conscientes. Se trata, en definitiva, del tema de la libertad y la esclavitud.
  • La denuncia de la violencia: La tortura, la represión ideológica o la pena de muerte. Buero condena el uso de esa violencia gratuita (la tortura), aunque piensa que en algunas sociedades hay que luchar (“violentar condiciones”, dice en una entrevista) para lograr una sociedad mejor. En la primera parte de la obra, Asel apuesta por una “violencia sin crueldad” para cambiar el mundo; en la segunda parte, Tomás le dice a Lino en relación con su comportamiento con Max: “Si no acertamos a separar la violencia de la crueldad seremos aplastados”.
  • Tema existencial: La cárcel como metáfora de la vida humana, en donde vivimos permanentemente amenazados con la muerte. En realidad, lo que pretende transmitirnos el autor es que, al igual que los presos de la cárcel, todos estamos condenados a muerte (filosofía existencial). El destino trágico del ser humano aparece simbolizado en los ratones.
  • Tema de la amistad, la solidaridad y la lealtad, encarnados en Asel.
  • La culpabilidad (víctimas y verdugos): Los cinco personajes que viven en la Fundación-cárcel son víctimas de un sistema opresivo (el verdugo) que los ha condenado a muerte. Sin embargo, alguno también tiene culpa: los que han delatado a sus compañeros (Asel en el pasado y Tomás en el presente), y otro, Lino, acaba convirtiéndose a su vez en verdugo y, por lo tanto, culpable, al tirar a Max al vacío. No obstante, en la obra se establecen grados de culpabilidad: mientras la acción de Asel y Tomás es justificable porque lo hicieron bajo la presión de la tortura, la de Max no la tiene, ya que lo hizo para obtener favores personales y paga su culpa con la muerte. Esta culpa se hace extensible a toda la sociedad, ya que el que tolera la represión, el que no denuncia las injusticias y no lucha se convierte en cómplice.

El lector de Julio Verne de Almudena Grandes

1. Introducción

El lector de Julio Verne, publicada en 2012, es la segunda novela de la serie “Episodios de una guerra interminable”, un ambicioso proyecto de Almudena Grandes compuesto por seis novelas independientes que narran momentos significativos de la resistencia antifranquista en un periodo comprendido entre 1939 y 1964, y cuyos personajes principales interactúan con figuras reales y escenarios históricos. El espíritu y el modelo formal, así como la elección del título, homenajean a los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.

El protagonista de la obra es Nino, un niño de nueve años que ejerce, a su vez, de narrador de la historia. Nino, hijo de un Guardia Civil, vive con su familia en la casa cuartel de Fuensanta de Martos, un pueblecito de la Sierra Sur en la provincia de Jaén. La novela narra la historia de este niño que, leyendo libros de Julio Verne, aprendió cuál era la realidad de la España rural de finales de los años 40.

2. Temas de la novela

El lector de Julio Verne es una «novela de aprendizaje» o bildungsroman, género literario que se centra en el crecimiento (físico y moral) del protagonista, que pasa de la infancia al principio de la novela a la edad adulta al final de la obra. El tema principal de ese tipo de novelas es la evolución del personaje central, que a menudo se encuentra en conflicto con el mundo exterior, sea su familia, la sociedad, etc.

  • La amistad y el amor. El despertar a la madurez del niño protagonista viene acompañado de la figura clave de Pepe el Portugués, un guerrillero que reside clandestinamente en Fuensanta, entre 1947 y 1949, y que se convierte en guía espiritual y modelo de comportamiento para Nino. Otra figura fundamental en la evolución del protagonista es doña Elena, una maestra retirada, que vive en un cortijo en el monte donde tiene una biblioteca pequeña y clandestina. Esta empieza a darle clases de mecanografía, aunque las tendrá que abandonar porque sus padres no pueden pagarlas. Los libros de doña Elena, la amorosa relación discípulo-maestra que entabla con ella, y la amistad de Pepe el Portugués convertirán a Nino en un niño diferente y lo formarán como una persona muy distinta de la que estaba destinada a ser.
  • La posguerra. La Guerra Civil y sus secuelas. La situación que recrea la novela es dramática, la España rural de la primera posguerra; desde los ojos de un niño asistimos a toda la barbarie que constituyó la dictadura franquista y se exalta a un pueblo que, además de a la miseria, tuvo que sobrevivir heroicamente al miedo, a la tortura y a la permanente amenaza de muerte. La escritora madrileña se sitúa del lado de los perdedores, pero estos no son únicamente los republicanos; casi tan perdedores como ellos son unos cuantos personajes que, por ideología, empleo o azar, como el padre del protagonista, se dan cuenta de que a veces han de actuar de manera injusta o arbitraria, o quienes asisten sin poder impedirlos a los excesos de la autoridad. Algunos aspectos que muestran en la obra la tragedia que se vivió en España en esta época:
    • La represión. Las torturas. Las ejecuciones. Durante toda la dictadura, especialmente en los años cuarenta, se ejerció una represión brutal contra la población que siguió apoyando la causa republicana; se libró una guerra secreta entre los guerrilleros antifascistas del monte y las autoridades militares de los pueblos; quienes se oponían al régimen o mostraban cualquier actitud contraria al mismo fueron perseguidos sin cuartel. La represión se ejerció de manera brutal contra las mujeres, mujeres como Catalina la Rubia, Fernanda la Pesetilla, o la mujer de Cencerro, que tuvieron que sobrevivir en condiciones muy duras, sometidas a constantes torturas; para ellas es peligroso vestirse de luto cuando muere un familiar o confesar que están embarazadas de sus maridos que están en la guerrilla. También se les prohíbe cualquier actividad que les permitiría vivir con algo de dignidad, como hacer la recova o recoger el esparto; por eso Antonio riñe a su mujer por haber comprado huevos de la recova a Filo.
    • El enfrentamiento entre dos bandos. En la novela se muestra la forma de vivir y de actuar de los dos bandos enfrentados:
      • La Guardia Civil. Para evitar las sublevaciones armadas recurría a medidas extremas amparándose en leyes que aumentaban el rechazo de la población, como la ley de fugas. Pero, para Almudena Grandes, es igualmente víctima del régimen opresivo vigente, constituyendo las batidas un acto de obediencia a órdenes que generan gran angustia entre la familia de los guardias, que esperan sufriendo su regreso.
      • La guerrilla. Representa la oposición al régimen franquista. Tuvo que enfrentarse a la guardia civil y a numerosos delatores. En la novela se incluyen varios personajes que representan la oposición a la dictadura. Unos vivían en la clandestinidad, como Pepe el Portugués, y otros llevaban doble vida, como el sargento Sanchís.
    • El terror y el miedo. La valentía y la cobardía. El verdadero protagonista de la novela, según manifiesta la propia autora, es el miedo, un miedo brutal, responsable de que casi todos los vecinos del pueblo tengan una doble vida, porque ninguno se atreve a mostrarse tal y como es. Entre otros, se materializa este miedo en Pepa, la hermana menor de Nino, que no puede dormir a causa de los gritos que oye por las noches, y que obliga a su hermano a mentirle y a cantarle para volver a conciliar el sueño. El terror se aplicó de una forma tan feroz que produjo muestras de casi todas las variedades de la heroicidad y la valentía; en la novela existen grandes hechos heroicos, como la muerte de Cencerro, o la confesión de su mujer sobre quién era el padre del hijo que estaba esperando sabiendo las consecuencias que se derivarían de este acto; y hechos heroicos más cotidianos, como el de las viudas que tienden ropa negra cuando ocurre algo malo a la guerrilla. Pero también produce ejemplos de cobardía y de traición por parte de algunos personajes, como los rebeldes que estaban dispuestos a vender a Cencerro por dinero o los guardias civiles que miran para otro lado o se emborrachan para no asumir sus actos.
  • La metaliteratura o literatura dentro de la literatura. Se alude al argumento de obras concretas, como Los hijos del capitán Grant, La isla del tesoro o de algunos Episodios Nacionales, y se rinde homenaje a algunos escritores, especialmente a Julio Verne y a Galdós. El primero, además de figurar en el título de la novela, es el autor que despierta las ansias de leer del protagonista y uno de los grandes autores de novelas de aventuras, género en el cual también se puede inscribir esta obra. El segundo, como ejemplo de autor realista a quien debe tanto El lector de Julio Verne y la serie a la que esta pertenece. Se muestra cómo la lectura enseña pautas de comportamiento y nos hace mejores de lo que éramos en un principio. Los libros le abren a Nino una puerta a un mundo desconocido, dándole una visión más amplia de la vida y ayudándolo a pensar de manera independiente sobre los asuntos que ocurren a su alrededor.
  • La educación. Almudena Grandes retrató detalladamente a dos maestros de escuela en El lector de Julio Verne que representan dos formas totalmente diferentes de educar. Una es doña Elena y el otro, don Eusebio. Elena es una profesora abierta e inteligente que enseña a Nino a escribir a máquina, pero, al mismo tiempo, le explica poco a poco cómo es la vida y la historia y le ayuda a pensar de manera independiente. El otro es don Eusebio, el maestro del pueblo, que no permite que sus alumnos se expresen con libertad y actúa de forma injusta cuando alguno le dice lo que piensa, como hace con Elías el Regalito.

3. Análisis de los personajes

El lector de Julio Verne está protagonizada por Nino, pero esta historia central se va enriqueciendo con otras tramas secundarias que narran la dramática situación que viven otras personas del pueblo. Llama la atención la gran cantidad de personajes y la abundante utilización de motes para referirse a ellos (Comerrelojes, el Portugués, Cencerro, Cabezalarga, Mediamujer, Cuelloduro, Rodillaspelás, Fingenegocios, Putisanto, Canijo…), algo muy característico de los pueblos, que aporta una vena cómica, además de verosimilitud.

Personajes principales

  • Nino, el protagonista. Nino es un niño, inspirado en Cristino, un amigo de Almudena Grandes, cuyo futuro es incierto: está predestinado a seguir los pasos de su padre y ser guardia civil, pero, por sus condiciones físicas y por su forma de pensar, esto va a ser inviable. Al entender el deseo de su padre sobre su futuro, Nino se siente culpable por no haber crecido tanto como este esperaba. Aunque crece físicamente tan despacio que no puede dar la talla para ser un guardia civil, su mente se presenta más precoz que la de los amigos de su edad. Este niño tiene un destino asignado, está preso en una realidad odiosa, mientras desea una forma de vida totalmente diferente, como la de Cencerro o la de Pepe el Portugués. Por eso, al final elige independientemente luchar contra la dictadura – como sus amigos y los del monte – con la finalidad de hacer avanzar el país. Por otro lado, tiene el corazón dividido entre el amor por su padre y su admiración por los guerrilleros, aun a sabiendas de que es una pasión prohibida porque son los enemigos de su padre. Este dilema marcará toda su infancia.
  • Pepe el Portugués. Es un hombre misterioso del que no se revela directamente su condición de miembro de la clandestinidad hasta que se despide para siempre de Fuensanta de Martos, y no sabemos su nombre real hasta el fin de la novela, a pesar de que se trata de uno de los protagonistas. Transmite la información a los guerrilleros, utiliza su casa como un punto de apoyo, desorienta a los guardias civiles, y, cuando acaba el franquismo, se presenta como candidato a las elecciones democráticas. Como amigo y modelo de Nino, establece buenas relaciones con él e influye mucho tanto en su carácter cuando sea adulto como en la elección de su camino. Al chico le sorprende lo diferente que es de los demás hombres del pueblo, alguien totalmente libre de ataduras; para el pequeño, representa la independencia en su estado más puro.
  • Doña Elena. Es la profesora de Nino, una maestra jubilada que destaca por su humanidad y por anteponer la amistad a la mera transmisión de conocimientos. Se narra en la novela que Elena se casó, tuvo dos hijas y que, en la actualidad del relato, vive con su nieta en Fuensanta de Martos. Posee una amplia biblioteca que hace las delicias de Nino. Además, es una mujer con una vasta cultura. Da clases de mecanografía, taquigrafía, francés e inglés, pero también habla con el niño sobre temas de historia y acerca de la situación actual. Entre los libros existentes en la biblioteca se encuentra la obra de Benito Pérez Galdós, que Nino lee ávidamente, para escándalo de su profesor, don Eusebio, que considera al autor demasiado revolucionario. Don Eusebio es un cobarde, mientras que doña Elena es una de las heroínas de la novela. Ella y sus libros serán un elemento fundamental en la evolución de Nino.

Otros personajes

  • Los guardias civiles. La mayoría obedecen órdenes, pero no sienten ningún placer en ello, al contrario. Ejercen su poder, pero una parte de ellos se rebela contra las torturas, las persecuciones y los escarmientos que ejercen sobre los «enemigos». Aparecen como instrumentos de la represión, pero, al mismo tiempo, como otras víctimas más del régimen opresivo vigente. Algunos miembros relevantes de este grupo son:
    • Don Salvador, conocido por el sobrenombre de Michelín, es teniente del Ejército de Tierra y la máxima autoridad militar en el pueblo. Para Nino, el origen de la mayoría de los actos llevados a cabo en el cuartel, y especialmente los de Michelín, es la cobardía.
    • La doble vida: Sanchís y Antonio, el padre de Nino. Son los dos guardias civiles que presentan mayor complejidad porque, a través de ellos, es difícil distinguir la legalidad de la clandestinidad. Sanchís es un republicano que actúa perfectamente como guardia civil fiel y de fuerte carácter, mientras que Antonio es un guardia civil que, durante esos años, no deja de vacilar sobre lo que debe hacer.
      • Sanchís, a pesar de su buena apariencia, no es una persona agradable para los vecinos. Todos le tienen más miedo que a cualquier otro guardia y no les gusta su actitud soberbia y su mal carácter. Sin embargo, Nino descubre en él un lado tierno y humano en la escena en la que le está pintando las uñas a su mujer. Más adelante se desvela que es él quien tiene contacto con los del monte y que protege los intereses de los maquis. Cuando es descubierto, opta por suicidarse, en vez de entregarse o huir (último acto de amor por Pastora, su mujer, aunque de poco sirve su sacrificio, ya que más tarde se nos informa de que igualmente es represaliada).
      • El padre de Nino, Antonio, también forma parte de los guardias civiles “amables” y tiene sus propias contradicciones, pero solo de forma interna, porque no se atreve a manifestar lo que opina más que a su mujer. Se ha convertido en guardia civil por casualidad en esa época convulsa, a pesar de que algunos de sus familiares son duros luchadores antifranquistas. La decisión tomada le resulta cada vez más dolorosa. Nino admira a su padre porque se da cuenta de que no es feliz, de que está de alguna manera atrapado en un destino que no es el que él ha querido y, junto con su admiración por Cencerro, toma la determinación de que no va a seguir sus pasos y de que nunca va a ser guardia civil.
  • La guerrilla. Los maquis. Algunos miembros importantes de este grupo:
    • Cencerro, sobrenombre de Tomás Villén Roldán, es el líder más famoso de los guerrilleros de Jaén Oriental; su figura se glosa a través de los relatos legendarios, que dejan gran huella en el pequeño Nino y provocan que sienta una fuerte admiración por él.
    • Al contrario de la veracidad histórica de Cencerro, Elías el Regalito fue creado por la autora como el sucesor de Cencerro. Antes había sido un buen estudiante que le gustaba mucho a su profesor y en el que había puesto muchas esperanzas. Por razones familiares – los suyos eran de ideología republicana -, se va al monte. En realidad, a pesar de la muerte física de Cencerro, las leyendas y el espíritu de este líder sobrevivieron para estimular a sus compañeros a seguir luchando. Elías solo es uno de los numerosos hombres que prosiguen su lucha contra el régimen franquista.
  • Las sufridas gentes del pueblo. Reflejan las condiciones de vida en la España de posguerra en muchos pueblos de España. Además de a la miseria, tuvieron que sobrevivir heroicamente al miedo, a la tortura y a la permanente amenaza de muerte. Aun así, son capaces de pequeños actos heroicos, como cantar una canción prohibida, ayudar a los guerrilleros o, en el caso de las mujeres, tender ropa negra cuando un guerrillero era asesinado. Aunque la obra presenta un universo esencialmente masculino, es importante resaltar que las mujeres de Fuensanta de Martos resisten heroicamente a todo; en especial, las mujeres de los “rojos”, que tienen prohibida cualquier tipo de actividad que les permita vivir dignamente (la recova, el esparto o la pleita). Un grupo de mujeres víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura, de características muy variopintas, son las Rubias: Catalina y sus tres hijas. Aunque la tragedia vivida la convirtió en una mujer amargada, mantiene su valentía. De entre sus hijas sobresale la pequeña, Filo, que acabará escapándose de España con Elías el Regalito tras quedarse embarazada de él sin estar casada.

4. Tiempo y espacio

4.1. El tiempo

4.1.1. El tiempo externo

La historia transcurre en una época trágica de la historia de España, una época de represión feroz del primer franquismo contra los vencidos en la guerra civil española. El ambiente que se respira en la novela está impregnado de miedo, sufrimiento, disimulo y del esfuerzo de unas familias por sobrevivir ante el terror impuesto por el bando vencedor. La narración se sitúa en el Trienio de Terror, entre 1947 y 1949. Aunque la historia se alarga más allá de la dictadura y abarca hasta 1

977 gracias a la 4ª parte. 4.1.2. EL TIEMPO INTERNO -En cuanto al orden del discurso, toda la novela constituye una extensa analepsis (“flash back”) o vuelta atrás en la que el personaje protagonista, ya adulto, recuerda tres años de su infancia: -Las tres primeras partes siguen un orden cronológico, se sitúan en años consecutivos: la 1ª parte, en 1947, cuando Nino tiene 9 años; la 2ª, en 1948 y la 3ª, en 1949. Pero, aunque la narración es lineal, son frecuentes las analepsis para aclarar sucesos o presentar antecedentes de los personajes; por ejemplo, cuando se relata la historia de Sanchís o la de doña Elena o cuando el Portugués, le cuenta en 1948 a Nino la historia de la familia de su padre y de su madre ( Pepe vuelve atrás 9 años para rememorar el asesinato del abuelo o de los tíos de Nino durante la guerra civil). También hay abundantes prolepsis (anticipaciones de hechos que van a ocurrir posteriormente); por ejemplo, cuando Nino avanza que el hecho de saber escribir a máquina le será más productivo en el fututo de lo que su padre podía sospechar o cuando hace referencia en 1947 a doña Elena, cuando no la conoce hasta 1948, aspectos que solo puede saber Nino cuando es mayor y no cuando los está narrando. Otro recurso presente en la obra es el de las escenas yuxtapuestas, aquellas en las que de forma paralela nos ofrecen dos narraciones que ocurren al mismo tiempo; es el caso de la escena en la que se mezclan los gritos de los detenidos que Nino y Pepa escuchan con la canción que él le canta. -De la 3ª parte a la 4ª se produce una elipsis (salto temporal) de 11 años: de 1949 en que se sitúa la 3º parte cuando Nino tiene 11 años se salta a 1960 cuando está a punto de cumplir 23. Se inicia con el encuentro entre Nino y Maribel, una camarada del partido que acabará siendo su mujer. Conocemos los hechos más importantes de la vida de Nino durante esos 11 años gracias a una nueva analepsis en la que él se los resume a Maribel. Los acontecimientos posteriores se van narrando mediante nuevas elipsis: 1964: boda; 1973: encarcelamiento; 1976: amnistía; 1977: reportaje en televisión con la liberación de presos entre los que reconoce a Pepe, el Portugués (ahora, Camilo) y su 1ª conversación después de 28 sin saber de él. Por último tienen lugar las primeras elecciones democráticas a las que se presentan Nino y Pepe (cuyo nombre real era José Moya) por el Partido Comunista, aunque ninguno de los dos consigue escaño. -Con respecto al ritmo temporal, la 4ª parte es muy diferente a las otras tres: es mucho más rápida debido a los constantes saltos temporales que hacen que se cuenten en muy pocas páginas 17 años de la vida de Nino; mientras que cada parte de las anteriores relataba un solo año de forma mucho más detallada y más amplia, con muchas otras tramas vinculadas a la trama principal protagonizada por el niño. 4.2. EL ESPACIO El relato de los hechos en los tres primeros capítulos se ambienta en Fuensanta de Martos, un pequeño pueblo de la Sierra Sur de Jaén, en plena represión de los guerrilleros que poblaban estos lugares. La autora reconstruyó el espacio rural con unas bellísimas descripciones, pero lo hizo tomando como referencia lo que su amigo Cristino, persona en la que se basa el personaje de Nino, le contó de su infancia. Ella, en realidad, no conocía Fuensanta, pueblo andaluz en el que podrían estar representados todos los pueblos de España reprimidos por la dictadura franquista. El capítulo 4º se desarrolla en un ambiente urbano (Granada), pero los espacios físicos no se describen con el detalle que se muestra en las tres primeras partes y tiene menor importancia. Por otro lado, muchos de los espacios adquieren un valor simbólico y se presentan de manera subjetiva a través de la mirada del protagonista. De esta forma existe una contraposición entre dos mundos: el monte, símbolo de la libertad al margen de la norma establecida, donde le gustaría vivir a Nino y el pueblo, donde está el cuartel en el que viven los represores, pero también los habitantes del pueblo, algunos de los cuales protegen a los maquis. Ambos están íntimamente relacionados. El aprendizaje de la vida, la vivencia del monte en el que tiene que sobrevivir, marcan para siempre a Nino, como afirma en la 4ª parte, ya adulto y viviendo en Granada. De los espacios interiores que contribuyen decisivamente a la evolución que experimenta Nino destacan dos que contrastan en muchos aspectos: la casa cuartel donde vive, y otro situado más allá del cruce, la casa de doña Elena. -La casa-cuartel Para los guardias civiles y sus familias es el único lugar en el que pueden sentirse seguros; pero Nino la siente como una cárcel, sobre todo aquellos días que, por haber ocurrido algo grave, sus padres los mantienen encerrados impidiéndoles incluso salir al patio. Las condiciones de la casa cuartel, sus paredes como papel, permiten a Nino descubrir conversaciones que no debería haber oído, como cuando su padre expresa su decepción por lo poco que crece su hijo, pues así no podrá ingresar en la guardia civil; este hecho condicionará su niñez porque le atormenta decepcionar a su padre y por otro le angustia tener un destino prefijado que él no quiere. Además en la casa cuartel es imposible no escuchar y no saber lo que un niño nunca debería conocer, porque son demasiadas las noches en las que los gritos de los detenidos no dejan dormir a Nino y a su hermana pequeña. Noches en las que él le contará, al igual que Dulce, su hermana mayor, hiciera con él antes, que es una película, que esos gritos no son reales, y la dejará que se acurruque a su lado mientras canta para ella hasta que se quede dormida. -La casa de doña Elena La casa de doña Elena representa el territorio de la libertad, de la rebeldía y del conocimiento. Nino quedará maravillado al descubrir el tesoro guardado en la humilde vivienda: una biblioteca de más de trescientos volúmenes, algo realmente extraordinario en esa época y en ese lugar, y que para el chico equivale a la felicidad. A los contrastes entre espacios que han aparecido hasta ahora (rural en las tres primeras partes/urbano en la 4ª; entre espacios con alto valor simbólico – el monte/el llano, la casa cuartel/la cosa de doña Elena y el molino donde vive Pepe, el Portugués), habría que añadir el contraste entre la Andalucía interior (la sierra sur de Jaén) / y la Andalucía costera, tal como se muestra al comienzo de la novela. Frente al frío del invierno en la sierra, la costa conserva la luz, las flores y la belleza, pero también la miseria en la que viven sus gentes, que no pueden recurrir a todo lo que el monte ofrece para sobrevivir. 5.- ESTRUCTURA Y PUNTO DE VISTA NARRATIVO 5.1. LA ESTRUCTURA -La estructura interna de la obra es bastante compleja ya que alrededor de la trama principal, la protagonizada por Nino, hay otras muchas historias que no por ser secundarias dejan de tener vital importancia en el cambio que se opera en el protagonista. Junto con la historia de Nino y la de su pequeño núcleo familiar en una casa cuartel de la Guardia Civil, se cuenta la de todos esos hombres que se echaron al monte, como Cencerro, y, ligada a ellos, la de esas víctimas silenciosas, sus mujeres, que tuvieron que sacar a sus familias adelante, completamente solas, como Catalina, la Rubia. -La estructura externa es aparentemente más sencilla ya que la obra consta de 4 partes claramente diferenciadas; un análisis del contenido de las mismas nos permite agruparlas en dos grandes bloques: Bloque I: formado por las 3 primeras partes situadas en años consecutivos de la inmediata posguerra -1947, 1948 y 1949, fechas que figuran como títulos de cada parte- y en la infancia de Nino: cada una de ellas recoge un año de su vida, según va cumpliendo 9, 10 y 11 años, y la evolución que va experimentado al abrigo de la lectura y de sus relaciones de amistad con Pepe y doña Elena. Este bloque es el que constituye una auténtica novela de aprendizaje o Bildungsroman. -PARTE I: 1947 En 1947 se producen algunos hechos decisivos para su crecimiento físico y moral. Conoce a Pepe, El Portugués. Al chico le sorprende lo diferente que es de los demás hombres del pueblo, alguien libre de ataduras, y, sin dejar de admirarlo, se convierte en su amigo. Para el pequeño, que en este punto de la novela no sabe la verdad sobre él, representa la independencia en su estado más puro. La influencia de este personaje será decisiva en la vida de Nino; así como la lectura, a partir de la obra de Julio Verne que encuentra en su casa, Los hijos del capitán Grant. Enfrentamientos entre guerrilleros y guardias civiles que Nino, como hijo de guardia civil, conoce por el gesto y los comentarios que oye de su padre. Se suceden las persecuciones, los asesinatos, las detenciones, las torturas en la casa-cuartel que les llegan a Nino y a su hermana Pepa a través de las finas paredes de la casa cuartel. Conoce la historia de un guerrillero mítico, Cencerro, que despierta su admiración, aunque piense que está traicionando a su padre. Dada la baja estatura de Nino, tiene pocas posibilidades de entrar en la guardia civil; por ello su padre toma la determinación de que aprenda a escribir a máquina. Este hecho le cambiará la vida. Otras historias que se mezclan con la trama principal: la de Filo, la Rubia; la de Miguel Sanchís y Pastora; la de don Eusebio y Elías, el Regalito, el nuevo Cencerro. -PARTE II: 1948 Algunos hechos destacados que ocurren este año: Siguen las represalias y las torturas en la casa cuartel (a Filo y a Fernanda, la Pesetilla), de las que Nino y su hermana Pepa son testigos indirectos. Conoce a doña Elena. El padre de Nino decide que sea ella quien le dé clases de mecanografía en secreto dado su pasado de “roja” y su relación con las Rubias. Este personaje es decisivo para la evolución de Nino; a través de las lecturas que ella le propone y de sus conversaciones con ella, el muchacho aprenderá a pensar con libertad y se cuestionará muchas cosas, algunas le llevarán a enfrentarse con el maestro, don Eusebio. Además Elena le enseñará taquigrafía y francés. Descubre que su padre ha matado a Fernando, el Pesetilla, aplicando la ley de fugas. Pepe, el Portugués, con sus explicaciones, conseguirá que llegue a entenderlo y a perdonarlo. Además lo empuja para que reflexione sobre la clase de persona que quiere ser él de mayor. Otras historias que se desarrollan: la de las hijas de Michelín, Marisol y Sonsoles, las Mediomujer; la de Catalina, la Rubia, y su familia; la de doña Elena y sus hijas; la de la familia del padre, de la madre de Nino y del alcalde Vitalicio. -PARTE III: 1949 Se inicia en las navidades de 1948. El 14 de enero se celebra el undécimo cumpleaños de Nino: cuando su padre lo mide, descubre que ha crecido; aun así le confiesa que no quiere ser guardia civil. Se descubre que Miguel Sanchís, uno de los guardias civiles más temidos, es, en realidad, un guerrillero; después de asesinar a un delator, se suicida. La versión oficial nada tiene que ver con la realidad: celebran el funeral con todos los honores y extienden la noticia de que murió en defensa de la patria. Nino se indigna ante este hecho y le dice la verdad a Pepe para que se la transmita a Pastora. Nino decide ayudar a los guerrilleros que intentan huir a Francia engañando al teniente Michelín con la colaboración de su padre y de Curro. Despedida entre Nino y Pepe, quien le llama “camarada”, con todo lo que esto significa. Otras historias que enriquecen la trama principal: la de Joaquín Fingenegocios y Antonio Cuelloduro; la de Elías y Filo; la de Pastora. Bloque II: Actúa a modo de epílogo y se observan muchas diferencias con respecto al bloque I: es mucho más breve; se desarrolla en los últimos años de la dictadura y los primeros de la democracia cuando Nino ya es adulto, está cerca de cumplir 23 años. Se centra en una única trama, la de Nino, que al final conecta con la de Pepe, el Portugués. Ya no hay aprendizaje, ni evolución del protagonista. La historia se cuenta con un ritmo vertiginoso gracias a los constantes saltos temporales y a la analepsis (flash-back) con la que se resumen de forma muy rápida los acontecimientos de la vida de Nino que se han saltado. -PARTE IV: Esto es una guerra y no se va a acabar nunca. Se desarrolla 11 años después del final de la 3ª parte. La historia que se cuenta abarca desde 1960 hasta 1977, cuando se producen las primeras elecciones democráticas; aunque se amplíe el tiempo para contar hechos sucedidos antes de 1960. Hechos principales: Encuentro de Nino con una camarada del partido con la que acabará casándose. Trabajo en la universidad y vida en la clandestinidad. Años de encarcelamiento y salida de la cárcel. Reconocimiento de Pepe, el Portugués, como uno de los prisioneros que sale tras la proclamación de una amnistía ya muerto Franco. Ese mismo día contacta con su amigo de la infancia. 1977: ambos se presentan a las elecciones, pero no resultan elegidos. 5.2. EL PUNTO DE VISTA DE LA NARRACIÓN La historia está contada en 1ª persona por un narrador protagonista; se cuenta a través de los ojos de un niño con todos los inconvenientes y todas las ventajas que puede tener un narrador infantil. Ese fue el gran reto que se encontró la autora, como ella misma reconoce. La de Nino es una mirada inocente, desnuda de todo prejuicio, como la de cualquier niño; por eso su voz es la de un testigo fiable y de excepción, pues no manipula ni distorsiona lo que ve; y hace que la dura realidad que vive nos llegue de una forma más cruda y conmovedora. La historia se cuenta desde la perspectiva que tenía Nino de niño, pero desde la edad adulta, como lo muestran algunas anticipaciones de acontecimientos futuros que encontramos a lo largo de las tres primeras partes de la novela. Solo así se puede comprender la omniscencia de Nino, el que conozca muchos sucesos, que en el momento en que ocurren no podría haber conocido; por ejemplo, el final de la historia de Pastora. El hecho de que el narrador sea el hijo de un guardia civil resulta bastante original y da una dimensión más dramática a la historia porque se convierte en testigo indirecto de los gritos y lamentos de los torturados conviviendo diariamente con la violencia que, como niño, no entiende y rechaza. Otros recursos relacionados con el punto de vista que se utilizan: Diálogos, con voces de otros personajes, insertos en la narración sin seguir las fórmulas tradicionales (verbos dicendi, uso de la raya,…): «Y cuando la señorita Ascensión nos pagó por fin, hay que ver, Pepe, qué caro te vendes, no sé cómo puede gustarte vivir tan solo, en el molino, sin alternar en el pueblo, no sé, sin venir al baile ni cultivar amistades, con la cantidad de solteras guapas y agradables que hay por aquí…, seguí riéndome con él» Soliloquios reflexivos en 1ª persona: se usan para reflejar algunos pensamientos de Nino con palabras textuales que no se atreve a formular en voz alta, a su padre por ejemplo: » Eso tendríais que hacer, matar a tanta gente que sus cadáveres lo cubrieran todo, lo pudrieran todo, y en España no se pudiera respirar, nadie podría volver a andar por las calles ni a cultivar los campos, y cuando las aguas de los ríos tiñeran el mar de rojo, y sólo entonces, por fin estaría claro, pero de momento aquí estamos todos, ellos y nosotros, de momento, aquí vivimos todos, ellos y nosotros, aquí vives tú y aquí vivo yo, que ya no sé de quién soy, pero sé que haré lo que me parezca.» O inmersos en el diálogo, en el que se mezcla lo que dice con lo que realmente piensa: “- Muy bien, padre -adiós a los coches de carreras, adiós a una casa como el molino viejo, adiós a los trucos de los hombres solos que no se casan nunca -. Me parece una idea buenísima. (…)”

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