27 Jul

1. La Opinión Pública a Través de la Historia

1.1 Precedentes Históricos: Grecia, Roma y Edad Media

Edad Antigua

Grecia

En Grecia, la filosofía nos invita a considerar que la opinión pública ha existido desde siempre. Los filósofos griegos, como precursores de su concepción, ofrecen perspectivas diversas. Platón, en su obra República (380 a. C.), asocia la opinión (doxa) con un conocimiento superficial e inseguro, propio del vulgo, contrastándola con la episteme, el conocimiento verdadero reservado a las élites intelectuales. Aristóteles, en cambio, considera la doxa como un paso hacia el conocimiento, un producto del sentido común.

La importancia del lenguaje en la Grecia antigua, donde hablar (en Atenas) implicaba participar en la vida pública (polis), subraya la relevancia de la opinión pública en la democracia ateniense. El ágora, inicialmente un mercado, se convirtió en el espacio de reunión y debate de los ciudadanos libres, un precursor de los parlamentos y las plataformas de comunicación actuales.

Diversos autores intentaron definir o relacionar la opinión pública con otros conceptos: Protágoras la veía como la creencia en las ciudades, Cicerón como el apoyo del pueblo, Heródoto como la opinión popular, Demóstenes como la voz pública de la patria, Tito Livio como la opinión unánime y Tucídides como el sentimiento general de los pueblos.

Roma

En la cultura romana, la opinión (rumor o fama) adquiere una connotación más publicística que filosófica, haciendo referencia a la imagen pública de un individuo. Este concepto, aunque con diferente denominación, sigue vigente en la actualidad.

Roma introduce los conceptos jurídicos de derecho privado y público, y la opinión pública emerge como un nexo entre ambos. El foro romano, similar al ágora griega, se convierte en un espacio de debate y participación ciudadana.

Edad Media

Con el declive del Imperio Romano de Occidente, la Edad Media (476 d. C. en adelante) presencia el surgimiento de una sociedad feudal dominada por la Iglesia. En este contexto, surge el concepto de vox populi, el conjunto de ideas transmitidas de generación en generación, que prefigura la noción de opinión pública.

Pensadores como Juan de Salisbury, Juan de París y Tomás de Aquino defienden la sujeción del gobernante a las leyes, desafiando la autoridad absoluta. La invención de la imprenta por Gutenberg en el siglo XV revoluciona la comunicación y facilita la difusión de ideas, preparando el terreno para la Reforma Protestante y el surgimiento de una opinión pública individual.

1.2 La Edad Moderna: Desde Maquiavelo a Rousseau

Nicolás Maquiavelo, en su obra El Príncipe (1532), reconoce la importancia del pueblo para alcanzar y mantener el poder político. Aunque no formula una teoría del Estado, lo sitúa en un lugar central en su pensamiento.

La imprenta impulsa el desarrollo de la burguesía, que promueve la alfabetización y utiliza la prensa como herramienta de difusión de ideas y crítica política. Surgen nuevos espacios de debate, como los cafés en Inglaterra, que evolucionan hacia clubes y tertulias, sentando las bases de la opinión pública moderna.

Pensadores como Juan Bodino, Thomas Hobbes, John Milton, Jean-Jacques Rousseau, John Locke, Montesquieu, David Hume y James Madison contribuyen al desarrollo del concepto de opinión pública y su relación con el poder político.

1.3 Aparición del Término y Formulación del Concepto Moderno

A mediados del siglo XVIII, los fisiócratas, economistas franceses, son los primeros en esbozar una teoría de la opinión pública, considerándola un factor clave en el gobierno. Louis Sebastien Mercier de la Riviere, uno de ellos, identifica a los ilustrados como los sujetos de la opinión pública.

Las revoluciones americana (1776) y francesa (1789) marcan un punto de inflexión. La Declaración de Derechos de Virginia, la Declaración de Derechos (Bill of Rights) de los Estados Unidos y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en Francia consagran libertades fundamentales como la libertad de opinión, expresión y prensa.

Jacques Necker, ministro de finanzas de Luis XVI, utiliza por primera vez el término “opinión pública” en un contexto político en 1781, reconociendo su importancia en el gobierno. En Inglaterra, Charles James Fox, como ministro de la Cámara de los Comunes, destaca la necesidad de consultar y considerar la opinión pública en la toma de decisiones.

En conclusión, la opinión pública, como concepto y fuerza política, ha experimentado una larga evolución a lo largo de la historia. Desde sus raíces en la filosofía griega y la cultura romana, pasando por su desarrollo en la Edad Media y la Edad Moderna, hasta su consolidación como elemento central en las revoluciones del siglo XVIII, la opinión pública ha demostrado ser un factor determinante en la configuración de las sociedades y la toma de decisiones políticas.

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