20 Ago
Introducción a la Ética de Aristóteles
Aristóteles inicia su ética con la pregunta fundamental: ¿Cuál es el fin último de todas las actividades humanas?
Aristóteles, con su enfoque teleológico, plantea que todo tiende a un fin (telos, según los griegos). Este fin se percibe como bueno y deseable para todos los hombres que lo buscan. Esta finalidad coincide con el bien propio de cada cosa y la lleva a cumplir su autorrealización.
La Búsqueda de Fines y la Jerarquía de los Mismos
En toda acción, el hombre se propone algo. Los fines de la actividad humana son múltiples; algunos hombres solo poseen fines superiores (riqueza, salud, satisfacción y placeres que pueden proporcionar). Estos fines se encuentran relacionados entre sí jerárquicamente, subordinados unos a otros, ya que hay fines más importantes que otros.
En ocasiones, el hombre se plantea fines contradictorios, y es entonces cuando surge la necesidad de establecer un orden entre ellos. Para alcanzar este orden, es necesario tener un fin último, algo que se desee por sí mismo y al cual se subordinen todos los demás, ya que si todo se hiciera con vistas a otra cosa, se actuaría en el vacío.
El Fin Último: La Felicidad (Eudaimonia)
Para Aristóteles, el fin último es la felicidad, la eudaimonia, un término griego que se acerca a su definición, ya que se refiere a un bien que se desea por sí mismo y no por otra cosa, algo impostergable e insubordinable.
La felicidad se interpreta de diversas maneras. Algunos la basan en las riquezas, los honores y los placeres. Para Aristóteles, estos no son los verdaderos caminos hacia la felicidad, ya que no pueden ser buscados o queridos por sí mismos, sino que son medios para alcanzarla.
La Felicidad y la Política
La felicidad es el objeto primero y fundamental de la ciencia política. Solo haciendo referencia a ella se puede determinar lo que deben aprender o hacer los hombres en su vida personal, en la comunidad o en la polis (organización y participación en la vida política).
Para Aristóteles, el hombre es un ser político por naturaleza (zoon politikon). No puede vivir fuera de una comunidad, con otros. Los lazos de filiación solo los encuentra en la polis, donde se organiza mejor buscando leyes, normas e impuestos que beneficien a todos. Todos los hombres son responsables de la polis, no solo el político.
La Racionalidad como Característica Distintiva
Los hombres son capaces de deliberar gracias a su característica distintiva: la racionalidad, mediante la cual logran decidir la mejor forma de vida.
¿En qué Consiste la Felicidad para Aristóteles?
Para Aristóteles, las riquezas son solo medios para alcanzar la felicidad para aquellos que no desean más que dinero. También plantea que la ambición por la riqueza embrutece al hombre, quitándole tiempo libre para participar en la vida política. Además, la riqueza y su acumulación generan desigualdad social, y la organización social debe tender al equilibrio; por lo tanto, no todos los hombres pueden ser felices si existen quienes poseen más que otros, ya que no es socialmente justo.
Para Aristóteles, la búsqueda del honor no es algo propio del hombre ni algo que se haga con el propósito de la autosuficiencia, sino que depende de los demás, ya que el hombre que busca ser honorable busca serlo por los demás y no por sí mismo.
Aristóteles plantea que la felicidad debe ser el resultado del correcto desempeño de lo que es propio del hombre.
¿Cuál es la Función Propia del Hombre?
Aristóteles plantea que todo ser viviente tiene un alma. Compara al hombre como ser vivo con las plantas y los animales; los tres se caracterizan por la nutrición y la reproducción, y el hombre y los animales se caracterizan por los sentidos. Sin embargo, lo propio del hombre es la razón.
La felicidad para Aristóteles es la actividad del alma racional del hombre. El hombre es un ser compuesto por alma y cuerpo, y a su vez es político.
Teoría del Alma
Aristóteles divide el alma en dos partes:
- Alma racional: Razona propiamente.
- Alma irracional: No piensa, solo obedece.
El alma posee una parte apetitiva, que le permite desear, lo que demuestra que puede ser gobernada por la parte racional. Es decir, la parte racional es la parte gobernadora del alma. Así, el hombre solo será feliz según la función que le es propia: vivir según la actividad de la razón, y esta vida según la razón es la virtud.
La virtud también forma parte del alma (porque el hombre virtuoso es quien desea escuchar y obedecer a la razón) y a su vez es un hábito del hombre.
Así, el estudio de la felicidad se transforma en el estudio de la virtud. El hombre es feliz si se determina con virtud, es decir, conforme a la razón. Hay dos formas de vida conformes a la razón:
- Vivir guiado o gobernado por la razón.
- Vivir dedicado a la razón.
La Virtud
Existen dos tipos de virtudes:
- Virtudes éticas: Son las que resultan de aplicar la razón a la vida.
- Virtudes intelectuales: Requieren de la vida dedicada al ejercicio de la razón; hacen referencia al hombre contemplativo.
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