11 Nov

CRP: El Problema del Conocimiento

Kant se enfrenta a tres problemas fundamentales en su Crítica de la Razón Pura (CRP):

  1. Determinar las condiciones y características para que un conocimiento pueda ser considerado verdadero.
  2. Analizar si la metafísica cumple con dichas características.
  3. Romper el vínculo que la filosofía establecía entre metafísica y ética.

Kant toma como modelo los juicios de las ciencias (juicios sintéticos a priori). Los juicios sintéticos son aquellos que se elaboran gracias a la experiencia y amplían nuestro conocimiento. Los juicios a priori poseen universalidad y necesidad, características que no se pueden obtener solo a partir de la experiencia.

Juicios Sintéticos a Priori

Son juicios que la mente elabora sobre algo y se expresan en frases que vinculan un sujeto y un predicado mediante un verbo. Se elaboran a partir de la sensibilidad y amplían el conocimiento sobre algo que se desconocía. Adquieren las características de universalidad y necesidad cuando el ser humano incorpora elementos ajenos al objeto percibido, que son condiciones naturales de pensar y sentir. Los elementos a priori son el espacio-tiempo en la formación de intuiciones sensibles y las categorías para establecer conocimiento. Todo lo que aspire a expresar verdades debe ser expuesto en juicios sintéticos a priori.

Kant señala que todo conocimiento posible está formado por un conjunto de elementos: unos llegan al ser humano del mundo exterior a través de los sentidos, y otros son incorporados por el sujeto, pero son ajenos al objeto mismo (a priori).

Dogmatismo

El dogmatismo se produce cuando la metafísica impone sus argumentaciones y olvida que todo conocimiento debe someterse a crítica.

Noúmeno + y –

En sentido positivo, el noúmeno no es posible porque no tenemos intuición intelectual de él. En sentido negativo, el noúmeno es un límite, el límite de lo que puede ser conocido.

Metafísica

La metafísica es el conjunto de proposiciones o juicios acerca de realidades que están más allá de la experiencia. Nunca podrá alcanzar las condiciones y exigencias del conocimiento porque pretende ser un conocimiento totalmente a priori, ajeno a la experiencia. Al no cumplir con las reglas del conocimiento, debemos situarla en otro campo, como la orientación moral del ser humano.

Estética Trascendental y Fenómeno

Kant se ocupa de la forma en que los seres humanos intuyen sensiblemente el conjunto de cosas que se reciben del mundo. Lo llama intuición sensible, que es, por una parte, la existencia de objetos y cosas en el mundo que entran en contacto con nuestros sentidos; y por otra parte, un conjunto de condiciones ajenas a los objetos, pero propias del ser humano. Estas condiciones son a priori, es decir, independientes de los objetos y de las informaciones que nos dan. Son las que hacen que reconozcamos los objetos materiales, que tengan un sentido y una organización.

Cuando confirmamos la existencia de un objeto, resulta que a ese mismo objeto le hemos impreso naturalmente una serie de condiciones ajenas a él, por las que le damos un reconocimiento, un significado y una interpretación. Kant llama ‘materia’ a la parte sensible y ‘forma’ a las condiciones que hacen posible su percepción. La forma es a priori y corresponde a las condiciones que el sujeto impone al objeto para transformarlo en algo coherente y organizado. Es como si el sujeto adaptara el conjunto de estímulos que recibe del exterior y les imprimiera un orden que permitiera identificarlo y reconocerlo, haciéndolo inteligible.

El objeto reconocido por la sensibilidad recibe el nombre de fenómeno. La experiencia es el proceso de reconocimiento de los fenómenos y es la síntesis de una materia elaborada bajo una forma. Las condiciones a priori que posibilitan la experiencia son el espacio y el tiempo, que no son cosas ni objetos, sino formas de la intuición sensible. Además, el espacio y el tiempo son condiciones para la formación de juicios sintéticos a priori en la matemática.

Fenómeno y Noúmeno

Aparece la distinción entre fenómeno y noúmeno, que se diferencia, siempre dentro de la ‘Estética trascendental’, por su toque de trascendentalidad y vendría a ser como ‘la cara oculta’ del fenómeno. El fenómeno es ‘lo condicionado’, mientras que el noúmeno es ‘lo incondicionado’. El fenómeno es ‘la cosa en sí’ configurada espacio-temporalmente, es decir, sometida a las condiciones humanas que hacen posible la percepción sensible de algo, mientras que la cosa en sí es lo que ella misma es.

El noúmeno se contrapone al fenómeno cuando las categorías se ocupan de algo trascendente y no formado en la intuición sensible. El fenómeno es trascendental, mientras que la cosa en sí y el noúmeno son trascendentes.

Kant ya ha probado que la ciencia tiene que estar basada en fenómenos y que la metafísica, por ocuparse de ensoñaciones nouménicas, no puede ser considerada ciencia. Kant no se detiene ahí y hace una nueva propuesta: diferenciar entre noúmeno positivo y negativo:

Noúmeno Negativo

Kant señala que la utilidad negativa de la CRP es impedir que la razón traspase los límites de la experiencia y, por lo tanto, negar cualquier posibilidad de conocimiento a lo que no esté elaborado trascendentalmente. Solo los fenómenos, que son a priori del espacio y tiempo, pueden llegar a ser ciencia; pero a su vez son ‘la materia’ en la que el pensamiento aplica las categorías. Nada que esté soportado por cosas en sí puede tener un estatus de conocimiento verdadero. El ‘conocimiento teórico’ tiene que estar limitado a los fenómenos, por lo que la CRP impide que se traspasen esos límites; y en ese sentido es una labor negativa. Esa utilidad negativa es, en realidad, una importante utilidad positiva porque impide que la razón se introduzca en el territorio moral.

Noúmeno Positivo

La utilidad positiva de la CRP se complementa con la idea de noúmeno positivo, ya que es el planteamiento adecuado de un territorio donde no son necesarias las pruebas ni las demostraciones. En este territorio, la razón no tiene que demostrar nada, sino exponer sus opiniones. El problema de la ética consistía en que se la hacía depender de un entramado metafísico. La metafísica explicaba el mundo, establecía principios y consecuencias, y finalmente deducía una serie de valores morales. Independizar el territorio moral del dominio de la metafísica se convierte en una utilidad positiva porque deslinda las posibilidades del conocimiento, señala el planteamiento equivocado de la metafísica anterior y finalmente separa metafísica y ética. La crítica se convierte en positiva cuando, traspasados los límites de la experiencia y la trascendentalidad, se lleva a un territorio de valía para el ser humano.

Metafísica, Crítica e Ilustración

La Ilustración fue el resultado de la maduración de la mentalidad científica que empezó a desarrollarse en Europa a finales del siglo XVI. La ciencia fue el modelo para los ilustrados; ciencia que se soporta en la experiencia y que iba contra el dogmatismo de los metafísicos y que pretendía someter todo conocimiento a su crítica, que para los ilustrados consistía en aportar pruebas y demostraciones.

La metafísica no había sido elaborada bajo los enfoques que los ilustrados consideraban adecuados, ya que no tenía un soporte experimental; y además era dogmática y no resistía los ataques de la racionalidad empirista y positivista. La obra de Kant es el intento de hacer ver que la metafísica tenía que cambiar de rumbo: o abandonar su tarea y quedar en el olvido, o hacerse un tribunal para examinar la trascendentalidad de los conocimientos, o trasladar sus pensamientos al territorio de los ideales humanos.

Analítica Trascendental

Es el momento de la construcción del conocimiento a partir de los fenómenos, que son convertidos en ideas y conceptos, que es lo que se puede considerar como la formación de conocimiento. Kant otorga esta misión al entendimiento. Para el ser humano, el conocimiento se concentra en la elaboración de un juicio, que es la manifestación de que existe (o no) una conexión entre varias cosas. Todo el conocimiento humano es una serie de juicios que lo que hacen es relacionar cosas entre sí. Realizar juicios es comparar la conveniencia que existe entre dos objetos y poder afirmar o negar algo de la relación que entre ambos se establece. Esa capacidad de juzgar es innata en el ser humano y propia de la racionalidad.

El conocimiento es un saber que comprueba si a una cosa le corresponden otras propiedades; pero además, es un saber que necesita que esas correspondencias sean universales y necesarias para que sus logros se conviertan en leyes de la naturaleza. Conocer es establecer una relación entre diferentes fenómenos, expresándola en un juicio que tenga las características de estar basado en la experiencia y que amplíe el conocimiento, y que además, lo expresado sea universal y necesario.

Categorías

Ese es el objetivo de la analítica trascendental: si hay juicios, es porque existe una capacidad humana que pueda realizarlos; tiene que haber alguna cualidad racional propia del ser humano y ajena a los fenómenos que sea capaz de elaborarlos. Kant denomina a tal facultad: las categorías, que nos habilitan para realizar juicios y poder aplicar a la realidad nuestra capacidad de reconocer y dar significado a los objetos y fenómenos. Esas categorías son a priori porque son independientes de la experiencia.

Cuando la mente recibe el fenómeno elaborado en la intuición sensible, lo convierte en una idea general. Cuando esa idea ya está en la mente, la naturaleza del ser humano la compara con otras que ya tiene, y al compararlas forma juicios. Partiendo de una tabla de juicios, Kant establece 12 tipos posibles. De cada una de las distintas categorías se obtiene el correspondiente juicio y así es como podemos emitir juicios de cantidad, de cualidad, de relación entre las cosas y hablar de su posibilidad de ser o no.

Solo cuando las categorías se aplican a fenómenos se produce conocimiento. Esto quiere decir que todo conocimiento viene limitado a su aplicación empírica. También quiere decir que si la facultad de pensar actúa por sí misma, se incurre en la ilusión trascendental al creer que puede opinar sobre cualquier cosa imaginada, al margen de la experiencia. De esta manera es posible entender el proyecto kantiano de superación del empirismo y racionalismo: en el conocimiento hay que partir de la experiencia. Todo conocimiento humano está expresado en juicios sintéticos a priori. Para la formación de conocimiento científico, las categorías siempre se tienen que aplicar sobre fenómenos de la experiencia. La organización de categorías se formula en un sistema de principios del conocimiento. Cuando las categorías no se aplican a nada, su resultado será un ente imaginado.

Kant se centra en averiguar y explicar el funcionamiento de los niveles del conocimiento. La metafísica no elabora sus propuestas del modo indicado, sino que cree que puede abarcarlo todo y además resulta que la metafísica no aporta conocimiento alguno. La metafísica ha sido un intento de la razón.

Dialéctica Trascendental

Kant acomete la exposición del paso que lleva desde el ‘entendimiento’ al territorio de la razón, que trabaja con categorías. Si para el entendimiento se habla de conceptos, para la razón se habla de ideas. Establecidos ya los límites y las condiciones a priori, solo queda comparar ese modelo con cualquier otro conocimiento y ver si cumple las mismas condiciones.

La metafísica no cumple con las mismas condiciones que se exige a las ciencias para construirse como un saber fiable y seguro: la metafísica no se apoya en fenómenos, sino en noúmenos. En la dialéctica trascendental, Kant realiza un estudio de las ideas de la filosofía tradicional, mostrando la imposibilidad de que sus planteamientos tengan el mismo rigor que la ciencia. La metafísica actúa rechazando cualquier aporte de la experiencia y alejándose de ella, por lo que no ha podido construir su discurso de acuerdo a los juicios sintéticos a priori.

La razón humana tiene una tendencia natural y espontánea a buscar explicaciones absolutas y definitivas de todas las cuestiones. En los seres humanos hay una tendencia natural a generalizar y a buscar conclusiones finales, lo que les hace precipitarse en ilusiones metafísicas, creyendo que siempre se puede ir más allá. En el humano, el conocimiento se origina en la experiencia, pero se aleja de ella sin darse cuenta, abandona sus referentes y continúa especulando porque la facultad de pensar no tiene límites. Todo eso es equivalente a decir que la razón cree que puede por sí misma establecer un conjunto de verdades que actúan como principios y decidir en base a ellos, sin tener que recurrir a un tribunal que juzgue sus posibilidades y valore sus resultados. El resto del conocimiento se derivaría de ese conocimiento a priori. La finalidad de la metafísica es alcanzar un perfecto conocimiento de todo, que estableciera el conocimiento de toda realidad y que además se pudiera aplicar en el vivir diario; al conocer algo a la perfección se podría definir, se conocerían sus causas y consecuencias.

Comparación entre Kant y Descartes

No es difícil comparar a Kant y Descartes, ya que son dos autores modernos, lo que significa que vamos a encontrar en ambos la pregunta: ¿Qué puedo conocer?

Primacía del Sujeto

Un primer punto en común es la primacía del sujeto de conocimiento en la realidad. Para Descartes es el cogito, el “yo pienso”, el principio indubitable a partir del cual poder deducir toda la realidad, la única realidad de la que no puedo dudar una vez que he aplicado la duda metódica.

Kant, de la misma manera, pone el sujeto de conocimiento como punto de partida de la reflexión filosófica en su giro copernicano: solo puedo saber qué puedo conocer sabiendo lo que el sujeto pone previamente en el conocimiento. Así, en los dos autores el sujeto tiene primacía ontológica. La investigación de lo real parte del yo.

Ideas de Substancia, Alma y Dios

Si para Descartes la idea de substancia es una idea innata que se refiere a algo real, para Kant es solo una categoría del entendimiento que tiene una funcionalidad a la hora de establecer determinados juicios sobre la realidad. Para Kant, la categoría de substancia nos permite conocer siempre y cuando sirva para unificar lo que proporciona la experiencia sensible. Es, por lo tanto, una categoría del entendimiento, y no algo realmente existente como pensaba Descartes.

Lo mismo ocurre con las ideas de Alma y Dios. Si para Descartes, Alma y Dios son sustancias realmente existentes de las que podemos tener conocimiento y que sirven para fundamentar toda la verdad, para Kant, al contrario, no son más que tres ideas de la razón que nos permiten pensar en la totalidad de lo que existe, pero que, tomadas en sí mismas, no nos proporcionan conocimiento de ningún tipo como pensaba Descartes. Así, Kant invalida las demostraciones de la existencia de Dios que sostenía Descartes, ya que de la mera idea de algo no puedo deducir automáticamente su existencia.

Kant: Síntesis entre Racionalismo y Empirismo

Kant representa la síntesis entre el Racionalismo y el Empirismo. El Racionalismo tenía como maestro fundacional a Descartes, por lo que establecer una comparación entre Kant y Descartes es fundamental para comprender la filosofía kantiana.

La Duda

La duda de Descartes es una duda metódica, una duda en la que subyace una confianza absoluta en la capacidad del ser humano para encontrar un fundamento primero del conocimiento que sea plenamente evidente y en el que no quepa albergar ninguna duda sobre su veracidad. Descartes confía en la razón y en la capacidad de ésta para conocer el mundo tal y como es.

Kant distingue entre los usos de la razón y somete a crítica tanto los usos como la capacidad de la razón para conocer la realidad. Descartes duda de todo menos de la evidencia racional del cogito. Kant funda su teoría del conocimiento en la determinación de los límites de las capacidades cognitivas del ser humano y, en especial, de la razón pura.

Método y Cientificidad

Descartes sostiene que si partimos de una verdad inicial y tenemos un método seguro, llegaremos deductivamente a conclusiones necesariamente verdaderas. La cientificidad del conocimiento en Descartes estriba en la posibilidad de deducción correcta a partir de premisas verdaderas utilizando el método adecuado.

Por el contrario, en Kant, la cientificidad se encuentra en la posibilidad o imposibilidad de emitir juicios sintéticos a priori, es decir, juicios cuyo predicado no sea reducible analíticamente al sujeto, pero que no tenga que recurrir a la experiencia sensible.

Categorías y Estructuras Trascendentales

Para Descartes, nociones tales como causalidad, sustancia o identidad forman parte de la forma que tenemos de conocer la realidad como de la realidad misma. Por el contrario, para Kant, estas nociones y otras se encuentran en la estructura trascendental del sujeto. La diferencia entre Descartes y Kant es que para Descartes los seres humanos conocemos las cosas tal y como son, mientras que en Kant las relaciones de causalidad o las sustancias son fruto de las estructuras trascendentales en las que nuestro conocimiento se organiza a sí mismo.

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