19 Jun

La Fundación

Argumento

La acción se desarrolla en una habitación elegante y funcional en la que conviven cinco individuos de brillante cualificación profesional: un médico, un matemático, un fotógrafo, un ingeniero y, el más joven de todos, Tomás, un novelista que es quien abre la obra dialogando con su novia, bióloga que trabaja en un laboratorio anejo. Son felices allí: un encargado y su ayudante se ocupan de sus menores necesidades; únicamente un persistente mal olor que sale del retrete y la presencia de un enfermo les causan cierta inquietud. Cuando llegan sus compañeros se aprecia la hostilidad hacia él por parte de Tulio, mientras Asel trata de evitar el enfrentamiento. Lo que se va adivinando es que la conducta de Tomás resulta cada vez más rara tanto para sus compañeros como para el espectador. La parte primera termina al descubrirse que el enfermo llevaba varios días muerto, de ahí el olor pestilente. Los empleados se lo llevan en medio de amenazas hacia los cinco personajes. La parte segunda nos presenta la misma habitación deslucida por completo; del mismo modo se irá produciendo poco a poco en la mente de Tomás el descubrimiento -podría hablarse de la “toma de conciencia”- de la verdadera situación: la Fundación es una cárcel, ellos son condenados a muerte; por la ventana solo se ven rejas, pasillos y otras celdas. En seguida se llevan a Tulio. En el diálogo, cada vez más acalorado entre los restantes personajes, se van desvelando sus miserias: están detenidos porque Tomás les delató tras ser torturado, luego se intentó suicidar; al impedirlo Asel, enloqueció; Asel tampoco resistió a la tortura en el pasado y entre ellos ahora hay un traidor. La obra nos presenta a cinco personajes varones en escena. Son cinco inquilinos de un centro de investigación moderno, al que llaman “la Fundación”. Así es al principio, pues vemos una confortable habitación con vistas hermosas. Pero ese espacio escénico se va transformando a medida que avanza la obra en la celda de una prisión, cuyos ocupantes son condenados a muerte. ¿Qué ha sucedido? La respuesta se encuentra en nuestro punto de vista: los espectadores vemos a través de Tomás, uno de los presos, que ha sido torturado y ha delatado a sus compañeros de celda; éste, obsesionado por la culpa, para seguir viviendo sin hundirse, ha optado por negar la verdad e instalarse en una mentira; de ahí que crea estar en una fundación y no en una cárcel. Por ello, en la primera parte de la obra las palabras y conductas de los otros personajes nos parecen incomprensibles.

Temas fundamentales

Dura reflexión sobre la condición humana; locura, dicotomía apariencia/realidad; alegato contra la violencia, crueldad, tortura y represión.

Significado

La Fundación encierra, al menos, un doble significado:

  • Político y literal: una meditación sobre la libertad y la esclavitud: sobre la opresión que los regímenes totalitarios ejercen sobre los individuos que no se pliegan a sus estrictos códigos de comportamiento.
  • Simbólica y permanente: en una línea existencial podemos considerar que la vida es también una cárcel sórdida e interminable en la que permanecemos secuestrados bajo la amenaza omnipresente de la muerte a la espera de que el Ser Supremo o el caprichoso azar decida arrancarnos de nuestro habitáculo terreno.

Técnicas y recursos dramáticos

Es necesario tener en cuenta la importancia que tienen las acotaciones en el texto, ya que las transformaciones que ocurren en el escenario tienen singular significación para comprender el desarrollo de la obra. Además, tienen especial importancia algunos recursos como la música, ya que la obra comienza y acaba con Guillermo Tell de Rossini. Esta música, al comienzo, crea el ambiente adecuado para la presentación de una alucinación; mientras que al final deja el camino abierto a la esperanza y a la aparición de nuevas situaciones que afectan al espectador. El llamado efecto de inmersión implica una superación de la objetividad “narrativa”, ya que el espectador sólo puede acceder a la historia siguiendo la voluntad del autor, que manipula la acción dramática hasta conseguir que nos sintamos identificados con el protagonista aun sin ser conscientes de ello, ya que “vemos” a través de sus ojos a pesar de que no lo sepamos hasta muy avanzada la obra. Podríamos decir que el espectador es “engañado” por el autor que lo hace participar, en cierta medida, de la enajenación del protagonista, ya que el público ve lo que ve Tomás, y sólo descubre la realidad a medida que éste la descubre. Sólo al final del cuadro primero de la segunda parte, el escenario se presenta como lo que de veras es: la celda de una cárcel, y a partir de este momento el espectador descubre que su percepción de lo que estaba ocurriendo en el escenario era tan falsa como la del protagonista: también el espectador ha creído que era “real” algo que es ficticio.

Análisis de los personajes

Cada uno de los personajes principales de La Fundación contiene un gran valor simbólico:

  • TOMÁS es quien soporta todo el peso de la obra y gracias a él los lectores o los espectadores conocen el significado pleno del drama. Tomás nunca abandona la escena. Cree residir en una moderna fundación, becado junto a sus compañeros para desarrollar investigaciones varias (o, en su caso, escribir una novela). Poco a poco, y nosotros con él, irá percibiendo la dolorosa realidad. Recupera el juicio por completo al final de la obra.
  • ASEL es uno de los personajes más complejos del teatro de Buero. Al igual que Tulio, ha superado, como hombre de acción, los límites de los “activos” y, como los “contemplativos”, es capaz de soñar con un mundo mejor e intentar transmitir sus deseos a los demás. Asel es quien impulsa la acción dramática: es él el que ha ideado la terapia para que Tomás vuelva a la realidad, y es él quien ha preparado el proyecto de fuga. Pero además, Asel confiesa en la segunda parte que él también ha delatado a sus compañeros en el pasado y eso costó, al menos, una vida. Finalmente, la máxima tensión dramática de la obra llega cuando Asel decide suicidarse para no hablar y hacer posible aún la fuga de sus compañeros Tomás y Lino. La actitud final de Asel, al igual que la de Tulio, parecen contagiadas por la fantasía de Tomás, como si de un proceso de “quijotización” se tratase. Asel afirma dos veces que el paisaje que veía Tomás es verdadero. El propósito de esto es sugerirnos que debemos soñar con ese mundo idílico, que debemos luchar por esa aspiración a algo absoluto e imposible, tal como han hecho siempre los “contemplativos” en las obras de Buero.
  • TULIO es, en un principio, colérico, caracterizado por su hosquedad e intransigencia. Pero todo queda compensado por su personalidad soñadora. Tulio se nos presenta con una primera impresión engañosa, ya que al principio se muestra reacio a seguirle la corriente a Tomás, pero acaba siendo el que en mayor grado se identifica con él al final de la historia, por lo que, dada su humanidad, su ejecución resulta más dolorosa.
  • MAX está caracterizado por su bajeza moral ya que se entrega a fáciles compensaciones a cambio de una traición.
  • LINO, apático en un principio, hombre de acción más tarde es el que mata a Max.
  • BERTA es un personaje atípico, fruto de la imaginación de Tomás. El verdadero sentido de los diálogos de Tomás y Berta no puede ser entendido por el público hasta el final de la obra. Se trata de un desdoblamiento de la personalidad de éste, un reflejo subconsciente que experimenta los primeros atisbos de la realidad.

Lugar

La obra mantiene la unidad de lugar, ya que toda la acción transcurre en un único espacio, aunque este varíe su configuración a lo largo de la obra, al pasar de ser la habitación confortable de una fundación a la celda de una cárcel.

Tiempo

En la obra no hay indicaciones temporales muy precisas, pero los cuatro “cuadros” en que se divide transcurren, sin saltos cronológicos internos, en pocos días. En la primera parte, el primer cuadro tiene lugar una mañana poco antes de comer. El cuadro segundo transcurre esa misma tarde. En la segunda parte, el tercer cuadro se desarrolla tres días después, cuando los presos acaban de cenar. En el último cuadro han pasado pocos días, quizá uno sólo. Toda la obra comprende, pues, cuatro días o poco más, tiempo mínimo imprescindible para poder explicar el proceso mental que experimenta Tomás. Este es el tiempo de la acción dramática, pero la historia abarca un tiempo más amplio. A medida que los diferentes elementos del escenario van recuperando su condición carcelaria; es decir, a medida que el protagonista va aproximándose a la realidad, se suministran al espectador los datos referentes al tiempo pasado y que explican la situación presente: la delación de Tomás, la condena a muerte, etc.

Acción

La acción comienza in media res, sin poner al espectador en antecedentes sobre la locura de Tomás o la verdadera condición de sus compañeros. Termina de forma abierta, con los carceleros llevándose a los 2 supervivientes sin que sepamos ni nosotros ni ellos, si los conducen al paredón o a las celdas de castigo, donde podrían intentar la fuga.

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