23 Jun

Generación del 27

Introducción

La estabilidad política y el desarrollo económico durante los años 20 propiciaron la aparición de nuevas formas artísticas; sin embargo, los años 30 estarán marcados por la crisis económica y social. En 1931 es proclamada la Segunda República en España, régimen inestable y dividido que finaliza con el alzamiento militar y la Guerra Civil Española (1936-1939), que terminará con esta etapa de esplendor cultural. En este contexto histórico convulso se desarrollará la Generación del 27, Edad de Plata del arte español, unión de tradición y vanguardia.

Desarrollo

Origen del término

El término Generación del 27 se emplea para referirse a un destacado grupo de poetas escalonados desde Salinas hasta Altolaguirre, así como a otros artistas coetáneos de otras disciplinas (Dalí, Buñuel, Manuel de Falla). Su nombre proviene del homenaje a Góngora en 1927 y será una generación unida por la amistad y un mismo deseo de pureza y renovación lírica. El vínculo de los poetas del 27 se vio estrechado además por las siguientes coincidencias: los puntos de encuentro (la Residencia de Estudiantes de Madrid, el Centro de Estudios Históricos y los cafés madrileños), su participación en la compañía teatral La Barraca (acercamiento de la cultura al pueblo) y su colaboración en revistas literarias (Revista de Occidente y La Gaceta Literaria).

Rasgos literarios

Los rasgos literarios más destacables del 27 son la influencia de las vanguardias (especialmente el surrealismo), que los lleva a rechazar lo establecido y a buscar nuevos contenidos y formas, y la influencia de la tradición literaria culta (Garcilaso de la Vega, San Juan de la Cruz, Quevedo y Bécquer) y popular (romancero, canción popular), con Góngora como modelo creador de un lenguaje único y metafórico.

Temas

Los temas más destacables de la Generación del 27 son:

  • La modernidad, centrada en la gran ciudad y las contradicciones del mundo moderno opuesto a la naturaleza.
  • El amor, tratado en ocasiones como deseo insatisfecho o plenitud inalcanzable.
  • El compromiso político y social, a través de creaciones de carácter político, especialmente durante la Guerra Civil.
  • El exilio y desarraigo, que centrarán la obra de los autores en la patria perdida, el caos y el sinsentido de la inexistencia tras la guerra.

Etapas

A pesar de la evolución dispar de los poetas del 27, se puede dividir la generación en tres etapas:

  • Hasta 1928, donde se manifiesta la influencia de las vanguardias y Góngora en el impulso renovador y el hallazgo de imágenes y perfección formal, respectivamente.
  • Desde 1928 hasta la Guerra Civil se recuperan los contenidos humanos, sociales y políticos y se incorporan técnicas del surrealismo.
  • Tras la guerra y el exilio de la mayoría de autores, republicanos, la generación se dispersará y cada autor seguirá sus rumbos poéticos personales.

Autores y obras

Los autores más importantes en el ámbito de la poesía de la Generación del 27 son:

  • Rafael Alberti. Su poesía es variada en tonos y estilos. Destaca en su etapa neopopularista Marinero en tierra (1924), en la neogongorina y vanguardista Cal y Canto (1929) y en la surrealista Sobre los ángeles (1929).
  • Vicente Aleixandre. Miembro de la RAE y Nobel de Literatura en 1977, pasa por tres etapas:
    • Poesía pura: Espadas como labios (1930-1931) y Sombra del paraíso (1939-1943).
    • Poesía surrealista: Historia del corazón (1945-1953).
    • Poesía antropocéntrica: Poemas de la consumación (1968).
  • Dámaso Alonso. Aúna la labor crítico-docente con la investigadora y creadora; destaca Hijos de la Ira (1944).
  • Manuel Altolaguirre. Creador de poesía intimista, destacan Las islas invitadas (1926) y Poemas de América (1955).
  • Luis Cernuda. Reúne sus libros bajo el nombre de La realidad y el deseo (1964).
  • Gerardo Diego. Sigue simultáneamente la línea tradicional y vanguardista (Manual de Espumas y Fábula de Equis y Zeda).
  • Jorge Guillén. Máximo representante de la poesía pura recogido en Cántico y Clamor. Cada uno representa un ciclo poético y son cara y cruz.
  • Federico García Lorca. Evoluciona desde la sencillez de sus primeros poemas (Impresiones y paisajes), pasando por la fuerza del Romancero Gitano (1928) y alcanzando la vanguardia en Poeta en Nueva York (1940) y su obra Impresiones y paisajes publicada con once años.
  • Emilio Prados. Abarca tanto neopopularismo andaluz como surrealismo. Destacan Canción del Farero (1926) y Memoria del olvido (1940).
  • Pedro Salinas. Poeta de amor por excelencia, escribe la trilogía amorosa formada por La voz a ti debida (1933), Razón de amor (1936) y Largo Lamento (1939).

La novela, en crisis por la falta de posibilidades del canon realista-naturalista a principios del siglo XX, tiene como máximo representante a Jardiel Poncela, quien crea con el humorismo ramoniano y ofrece una presentación dislocada de la trama y los personajes, sorprendiendo al lector con páginas en blanco, juegos con el formato y cambios tipográficos. También cultivan estas novelas Mauricio Bacarisse, Antonio Espina, Pedro Salinas y Benjamín Jarnés.

La necesidad de renovación dramática produce un teatro diferente a partir de 1926, abarcando esta época desde el estreno de Tic-Tac de Claudio de la Torre hasta el de Escaleras, de Gómez de la Serna.

En 1927 Federico García Lorca estrena Mariana Pineda en verso, a la que siguieron tres farsas en prosa (Amor de Don Perlimpín con Belisa en su jardín, La zapatera prodigiosa y El retablillo de Don Cristóbal); en su etapa neoyorquina y surrealista escribe Así que pasen cinco años y El público. El teatro de Lorca que triunfa son sus tragedias rurales: Yerma, Bodas de Sangre y La casa de Bernarda Alba. Lorca pinta personajes desgarrados por hondas pasiones que llevan a tragedia.

El primer estreno de Rafael Alberti es El hombre deshabitado, marcadamente surrealista. De su exilio destacan Noche de Guerra en el Museo del Prado y El adefesio.

Conclusión

La concesión del Premio Nobel en 1977 a Vicente Aleixandre fue, en cierto modo, la confirmación de la importancia de todo un grupo que ha dado a la lírica española una nueva edad de oro.

No debemos olvidar a las “SinSombrero”, mujeres pensadoras y artistas de esta generación (Maruja Mallo, Marga Gil, María Zambrano o María Teresa León).

Sus aportaciones han quedado al margen de las antologías y manuales de arte aunque desarrollarán una actividad constante y destacada en campos tan variados como: literatura, pintura, filosofía o escultura.

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