31 Oct

La Campaña del Norte (Primavera-Verano de 1937)

Tras no conseguir conquistar Madrid, Franco buscó la conquista de la región industrial cantábrica. Los nacionalistas vascos organizaron con otras fuerzas políticas su propio ejército, improvisado, mal armado y en desventaja con las experimentadas tropas franquistas.

En marzo, el general Mola inició la ofensiva definitiva a Vizcaya, haciendo uso de aviones alemanes, bombardeando y arrasando Guernica. Así, tras la muerte de Mola el 3 de junio, el 19 cae Bilbao en manos de las brigadas navarras (nacionales); y en octubre caen Gijón y Cantabria.

En verano, el ejército republicano inició fuertes ofensivas en el frente del centro destinadas a debilitar los avances franquistas en el norte, atrayendo su atención al centro. En este contexto se produjeron la batalla de Brunete y la de Belchite, que fracasaron.

Las Ofensivas de Aragón (1938)

Tras la caída del frente del norte, el suministro bélico de los republicanos decreció por la actitud de Francia que, como otras naciones, había suscrito el Pacto de No Intervención en la contienda, que finalmente no se cumplió.

Por otra parte, Negrín (comunista), jefe de gobierno republicano, no quería rendirse a la espera de que se declarase la Segunda Guerra Mundial, que beneficiase a la República. Sin embargo, ésta llegó tarde.

A comienzos del 38, los republicanos tomaron la iniciativa de la ofensiva en Aragón. Conquistaron Teruel, pero la contraofensiva del ejército franquista hizo que la ciudad fuera recuperada por Franco. A continuación, las tropas franquistas se dirigieron al Mediterráneo y tomaron Castellón, quedando dividido en dos el territorio republicano.

En este momento, la República buscó elevar la moral de sus partidarios planeando la ofensiva del Ebro, la batalla más larga y sangrienta de la guerra, que fue ganada por los nacionales.

Al ceder las líneas republicanas, los nacionales llegaron hasta la desembocadura del Ebro, quedando Cataluña aislada de Valencia y del centro. Después de esta batalla, es obvia la superioridad de los nacionales y el desenlace de la guerra es sólo cuestión de tiempo.

La Caída de Cataluña y el Fin de la Guerra (1939)

Tras la batalla del Ebro, Franco avanza hasta Cataluña, defendida por un ejército maltrecho y bajo de moral; Franco entra a Barcelona, mientras que una enorme multitud de españoles huyen a Francia iniciando un dramático exilio. Conquistada Cataluña, la postura de la mayoría de los políticos republicanos era la de poner fin a los sufrimientos del pueblo y de los soldados con la rendición; pero Negrín, apoyado por los comunistas, es partidario de la resistencia.

Perdida la esperanza de paz, el coronel Casado se rebela contra su gobierno y da un golpe de Estado en Madrid para acabar con todos los focos de resistencia. Así, instituye una defensa cuyo cometido será pactar una rendición con Franco. El 1 de abril de 1939, Franco firma el último parte de guerra, que ponía fin a la Guerra Civil.

Reformas Sociales y Educativas

Para mejorar las condiciones laborales, se aprobó la Ley de Contratos de Trabajo, que regulaba la negociación colectiva, y la de Jurados Mixtos, a los que reconocía el poder de arbitraje vinculante en caso de desacuerdo. Otra reforma importante fue la de la enseñanza, cuyo objetivo primordial era promover una educación liberal y laica. El interés por promover el desarrollo cultural de la población llevó a la creación de las Misiones Pedagógicas, encaminadas a difundir la cultura en las zonas rurales.

La Reorganización de los Derechos

Por otra parte, el reformismo de Azaña provocó una fuerte alarma entre la derecha. De entre ellas, destacan tres medidas legales: Ley de Congregaciones Religiosas, la Reforma militar y la Ley de Reforma Agraria. A finales de 1932 se creó la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), el partido de la derecha católica tradicional, dirigido por José María Gil Robles. Al año siguiente los alfonsinos fundaron Renovación Española, partido liderado por Calvo Sotelo, que defendía abiertamente la necesidad de un golpe de Estado.

Grupúsculos de corte nacionalsocialista y fascista crearon en 1931 las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista), unidas más adelante a Falange Española, partido fundado en 1933 y dirigido por José Antonio Primo de Rivera. El general Sanjurjo protagonizó un golpe de Estado (la sanjurjada) con la pretensión de forzar el viraje de la República a la derecha, pero fracasó.

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