01 Sep

La Sublevación Militar y el Inicio de la Guerra

La sublevación: El general Emilio Mola, apoyado por parte de la derecha y del mundo de los negocios, preparó una sublevación militar en diferentes guarniciones militares adictas (el propio Emilio Mola en Navarra, Francisco Franco en Canarias-Marruecos, Manuel Goded en Baleares y Gonzalo Queipo de Llano en Sevilla), pretendiendo un golpe de Estado rápido y contundente contra la Segunda República.

La sublevación se inició en el protectorado de Marruecos, en Melilla el 17 de julio de 1936, al mando del general Yagüe, que se armó contra el gobierno de la República, mientras el general Francisco Franco llegaba desde Canarias para ponerse al mando del levantamiento. El 18 de julio de 1936 se levantaron parte de las guarniciones de diversas capitales de la península, pero con resultado muy diverso.

Apoyo Internacional y las Brigadas Internacionales

Inglaterra y Francia: Las Brigadas Internacionales fueron la única ayuda de la República, con voluntarios civiles antifascistas sin demasiada experiencia militar, pero disciplinados que vinieron bajo el lema: “España será la tumba del fascismo”, venían de Francia e Inglaterra principalmente, llegaban a Albacete (base de entrenamiento) para su formación militar y después se dirigían a los frentes integrados en el ejército republicano. Contaron con unos 60.000 miembros que influyeron positivamente en la moral republicana, pero fueron muy diezmadas, disolviéndose a finales de 1938. La URSS tardíamente ayudó a la República aportó cuarenta mil soldados y material bélico que fueron en parte financiados con las reservas de oro del Banco de España.

La División en el Bando Republicano

Faltaba una dirección política única, tras la dimisión de Santiago Casares Quiroga, se puede hablar de dos poderes: por un lado, el nuevo gobierno de José Giral, y por otro, los comités revolucionarios organizados por partidos obreros y sindicatos.

Los primeros intentos de construir un gobierno de guerra centralizado se realizan en septiembre de 1936 con la llegada de Francisco Largo Caballero al gobierno, formando un gabinete integrado por republicanos, socialistas y comunistas, y posteriormente anarquistas. El gobierno de Largo Caballero estimuló la formación de milicias populares quedando integradas en el Ejército Popular de la República.

Enfrentamientos frecuentes entre los grupos que defendían la revolución (CNT-FAI, POUM), y los que defendían que primero había que ganar la guerra, lo que dependía de un mantenimiento del régimen republicano para conseguir ayuda de las democracias europeas (PCE y republicanos). Los enfrentamientos terminaron en mayo de 1937, con combates en Barcelona (Sucesos de Mayo) entre ambos grupos. En esa lucha fue detenido y asesinado el líder más prestigioso del POUM, Andreu Nin. A causa de los sucesos de Barcelona, cayó el gobierno de Caballero, formándose uno nuevo dirigido por el socialista Juan Negrín a partir de mayo de 1937.

El Bando Sublevado y la Falange

Falange…economía: El bando sublevado, a diferencia del republicano contó con una fuerza aglutinante, el ejército, capaz de oponerse a cualquier intento divisor. Contaba en su seno también con La Falange, con un creciente protagonismo. En julio de 1936 se creó en Burgos la Junta Técnica de Defensa Nacional, presidida por el general Manuel Cabanellas, encargada de las labores de gobierno en la zona sublevada. Se procuró concentrar el poder para dirigir la guerra. Franco fue elegido jefe del Gobierno del Estado concentrado en su persona el mando único.

Consecuencias Económicas de la Guerra

La guerra fue una verdadera catástrofe económica. Un dato revela su magnitud: la renta nacional y per cápita no recuperará el nivel de 1936 hasta la década de 1960. Estos fueron los principales elementos de esa catástrofe económica:

  • La destrucción del tejido industrial del país.
  • La destrucción de viviendas, comunicaciones, infraestructuras.
  • El aumento de la deuda externa y pérdida de las reservas de oro del Banco de España.

Todos estos elementos conducirán a una larga y dura posguerra, donde predominará la escasez de alimentos y la consiguiente hambre prolongándose casi dos décadas.

El Legado de la Guerra: Niños de la Guerra, Exilio y Represión

Niños guerra: La Guerra Civil dejó una terrible huella en la sociedad española. Respecto a las víctimas se han dado cifras muy diferentes: calculándose aproximadamente entre 400 y 500 mil fallecidos en el frente, o por la represión, el hambre y las epidemias, además habría que añadir los no nacidos por el retroceso de la natalidad. Otro elemento clave fue el exilio y la persecución republicana, ya durante el conflicto, los «niños de la guerra» fueron evacuados a países extranjeros, pero el gran éxodo tuvo lugar en enero y febrero de 1939. En conjunto, se calcula que hubo unos cuatrocientos cincuenta mil exiliados y represaliados.

Consecuencias Políticas y Sociales

La guerra tuvo importantes consecuencias políticas, ya que la victoria franquista supuso la creación de un nuevo Estado dictatorial, que perduró hasta 1975, en torno al general Franco. La guerra supuso una verdadera fractura del país entre vencedores y vencidos. Las cárceles franquistas se llenaron de personas acusadas por delitos políticos. Al acabar el conflicto, más de 250.000 personas ingresaron en prisiones o en campos de trabajo forzado. El gobierno de Franco también introdujo la depuración entre los sectores de la administración o del funcionariado: burocracia, ejército, policía, profesores, maestros y jueces. Varias generaciones marcadas por el sufrimiento de la guerra y la represión de la larga posguerra.

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