20 Oct

La Guerra Civil Española (1936-1939)

Causas y orígenes del conflicto

La Guerra Civil Española se originó por una compleja combinación de factores, incluyendo desigualdades económicas, ideologías extremistas y nacionalismos, que dividieron profundamente a la sociedad española. La amenaza del comunismo y del fascismo a nivel internacional también contribuyó a la polarización.

Dos procesos insurreccionales convergieron para desencadenar la sublevación contra la República: una conspiración cívico-militar desde 1932 y una insurrección estrictamente militar para restaurar el orden social. Generales como Sanjurjo, Mola y Franco lideraron la insurrección, con el apoyo económico de Juan March. Entre abril y julio de 1936, Mola organizó el dispositivo militar para la sublevación.

Desarrollo de la Guerra Civil

El asesinato del teniente Castillo el 12 de julio y el de Calvo Sotelo el 13 de julio agravaron la situación. El 17 de julio, Franco inició el levantamiento en África, extendiéndose a la península el 18 de julio. Los sublevados controlaron gran parte del territorio, pero no lograron tomar Madrid, Cataluña ni Levante. El golpe no concluyó el 21 de julio, dando inicio a la Guerra Civil.

España se dividió en dos bandos: los nacionales o sublevados (apoyados por partidos de derecha y la Iglesia Católica), que buscaban restablecer el orden y eliminar a los enemigos de la patria, y los republicanos (con creciente influencia de anarquistas y comunistas), que defendían la República contra el fascismo.

Durante 1936 y principios de 1937, ambos bandos desataron una ola de terror. La República, a través de comités, milicias y tribunales populares, llevó a cabo paseos y checas. Los sublevados encarcelaron y fusilaron a militares, civiles y alcaldes no afines, mientras que la represión en la retaguardia quedó en manos de requetés y falangistas.

Aunque la mayor parte del ejército y las fuerzas de seguridad permanecieron leales a la República, las tropas mejor preparadas apoyaron la sublevación. La ayuda alemana e italiana a los sublevados superó la superioridad inicial del gobierno.

El cruce del Estrecho por las tropas africanas permitió a los sublevados ocupar Andalucía y Extremadura, conectando las zonas sublevadas del norte y sur. Llegaron a Madrid, donde fueron detenidos. Los intentos posteriores de tomar Madrid (Jarama, Guadalajara) fracasaron, lo que les llevó a centrarse en el norte, ocupando el País Vasco (Guernica), Santander y Asturias. Tras las ofensivas republicanas fallidas en Aragón y Teruel, los nacionales alcanzaron el Mediterráneo. La Batalla del Ebro (1938), la más importante de la guerra, resultó en la derrota republicana y la caída de Cataluña (enero de 1939). Madrid cayó en marzo de 1939, y el 1 de abril de 1939, Franco declaró el fin de la Guerra Civil.

Internacionalización del conflicto

La Guerra Civil Española se internacionalizó desde sus inicios. Los sublevados contaron con el apoyo de Italia, Alemania y Portugal. La República, a pesar del Pacto de No Intervención, recibió apoyo de la URSS y las Brigadas Internacionales. Las razones de estos apoyos incluían conflictos geoestratégicos, intereses económicos (como el wolframio para Alemania) y razones políticas.

Evolución del poder republicano

Tras el golpe de estado, la España republicana convivió con dos poderes: el legal preexistente y el surgido de sectores populares. Casares Quiroga dimitió el 19 de julio y fue sustituido por José Giral, quien entregó armas a las organizaciones obreras, lo que llevó al derrumbe de la autoridad republicana. El 4 de septiembre, Largo Caballero formó un gobierno para detener el proceso revolucionario y frenar el avance franquista.

La debilidad del poder republicano se debía a las diferentes visiones sobre la guerra y la revolución. Anarquistas y el POUM priorizaban la revolución, mientras que otros se centraban en ganar la guerra. Esto condujo a la insurrección de Barcelona en mayo de 1937 y a la dimisión de Largo Caballero, sustituido por Juan Negrín, quien formó un gobierno con tesis comunistas. Negrín intentó negociar la paz, pero Franco se negó. Azaña dimitió en 1939 tras la pérdida de Cataluña. El Coronel Casado dio un golpe de estado en marzo de 1939 para negociar la paz, pero fracasó.

El Franquismo (1939-1975)

El Nuevo Estado

Tras la muerte de Sanjurjo, Franco se impuso como líder de los sublevados debido a su ambigüedad política y éxitos militares. Se creó la Junta Técnica del Estado como gobierno. El Decreto de Unificación de 1937 integró las fuerzas políticas que apoyaron el levantamiento en un único partido: Falange Española Tradicionalista y de las JONS, liderado por Franco como Caudillo. Se abolió la legislación republicana y se inició la construcción del «Nuevo Estado», con leyes como el Fuero del Trabajo y el sindicato vertical.

Consecuencias de la Guerra Civil

La Guerra Civil tuvo consecuencias devastadoras: numerosas pérdidas humanas, exilio de millones de personas (incluyendo intelectuales a México), dura represión a los vencidos, pérdidas económicas y disminución de la producción agropecuaria.

Características del Franquismo

El franquismo se basó en el fascismo, el nacionalcatolicismo y el tradicionalismo. El régimen se caracterizó por el partido único (Movimiento Nacional), el encuadramiento de obreros y mujeres, la concentración de poderes en Franco y la simbología fascista. La Iglesia Católica tuvo un papel importante, especialmente en la educación. El anticomunismo y el antiparlamentarismo fueron elementos clave. Socialmente, el régimen favoreció a quienes lo apoyaron en la guerra, incluyendo las clases medias rurales y grupos urbanos. El apoyo de jornaleros y proletariado fue nulo, aunque la represión impuso una actitud de acomodamiento.

Las «familias» del régimen

Franco buscó colaboradores en las «familias» del régimen: falangistas, militares, católicos y monárquicos. Los falangistas se unieron al Movimiento Nacional, dividiéndose entre «camisas viejas» y «camisas nuevas». Los militares que apoyaron a Franco permanecieron a su lado, mientras que los críticos fueron apartados. El Opus Dei tuvo gran influencia entre los católicos. Los monárquicos se dividieron entre carlistas y los que apoyaban a los Borbones. Juan de Borbón redactó el Manifiesto de Lausana, rechazado por Franco, aunque permitió que su hijo Juan Carlos I se educara en España.

Etapas del Franquismo

Primera etapa (1939-1950): Se dictaron las Leyes Fundamentales (Fuero del Trabajo, Ley Constitutiva de las Cortes, Ley de Referéndum Nacional, Fuero de los Españoles, Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado). Económicamente, se adoptó la autarquía y la intervención estatal. España se vinculó a las potencias fascistas, pero tras su derrota en 1945, sufrió aislamiento internacional. La oposición al régimen fue desarticulada.

Segunda etapa (1950-1971): El anticomunismo de Franco propició el acercamiento de Estados Unidos en 1953. España ingresó en la ONU en 1955. El Plan de Estabilización de 1959, impulsado por tecnócratas del Opus Dei, liberalizó la economía y provocó un rápido crecimiento industrial. La sociedad española se transformó, pero la apertura económica no se acompañó de apertura política. Surgieron oposiciones: sectores eclesiásticos, nacionalismos, sindicatos clandestinos y partidos políticos.

Tercera etapa (1971-1975): El debate se centró en la continuidad de la dictadura. Franco cedió la jefatura del estado a Carrero Blanco, asesinado en 1973. Carlos Arias Navarro continuó con la línea dura. Franco cedió sus poderes a Juan Carlos I en 1974. Franco murió el 20 de noviembre de 1975, dando inicio a la Transición.

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