19 Ene

La Guerra de la Independencia Española

Ante la evidencia de la invasión francesa, el descontento popular estalló: el 2 de mayo de 1808 se inició una insurrección en Madrid, donde destacaron los capitanes Daoíz y Velarde. La revuelta fue sofocada por las tropas napoleónicas al mando del general Murat. Los días siguientes, los levantamientos antifranceses se extendieron por todo el país. En la noche del 2 al 3 de mayo, un centenar de prisioneros fueron fusilados, hecho inmortalizado por Goya, en la montaña de Príncipe Pío y en la Moncloa.

José I Bonaparte, intentando presentarse como el regenerador de España, convocó en Bayona a un centenar de eclesiásticos, nobles, militares y otras personalidades para elaborar una constitución. Esta nunca entró en vigor, resultando en la aprobación del Estatuto de Bayona, una carta otorgada.

José I Bonaparte intentó gobernar con el apoyo de los ilustrados, algunos de los cuales se unieron a su causa, conocidos como «afrancesados«. Estos creían que el cambio dinástico era una oportunidad para implementar reformas necesarias. Sin embargo, José I nunca ejerció un gobierno efectivo, ya que las decisiones más importantes las tomaba su hermano Napoleón.

La mayoría del país se opuso a los franceses, lo que llevó al pueblo a asumir la soberanía, formando Juntas Locales. Estas evolucionaron a Juntas Provinciales y finalmente a la Junta Suprema Central, constituida por dos representantes de cada una. La Junta residió primero en Aranjuez, luego se retiró a Sevilla y finalmente a Cádiz, donde se disolvió en enero de 1810, cediendo el poder a un Consejo de Regencia.

Fases de la Guerra

a) Primera fase (junio – noviembre de 1808)

Esta etapa se caracterizó por el protagonismo español, culminando con la victoria de Bailén el 19 de julio de 1808. Tras esta derrota, José I tuvo que abandonar Madrid y el ejército francés se replegó más allá del río Ebro.

La derrota de Bailén tuvo una doble repercusión: estratégica y propagandística. Por primera vez, un ejército napoleónico fue derrotado en campo abierto, con 19.000 prisioneros, de los cuales unos 14.000 fueron confinados en la isla de Cabrera, donde muchos murieron de hambre y sed.

En este momento se creó la Junta Suprema Central y una Junta militar para dirigir las operaciones militares.

b) Segunda fase: El apogeo francés (noviembre de 1808 – primavera de 1812)

Desde noviembre de 1808 hasta enero de 1812, Napoleón dirigió personalmente una nueva campaña militar en España, reinvadiendo el país con una Grand Armée de 250.000 hombres. Logró controlar la mayor parte del territorio, especialmente ciudades como Burgos, Madrid y Zaragoza, venciendo con facilidad a los ejércitos españoles y al británico liderado por John Moore.

La Junta Suprema tuvo que refugiarse en Cádiz y sufrió un prolongado asedio. Sin embargo, las tropas francesas nunca controlaron el mundo rural debido a la acción de las guerrillas.

c) Tercera y última fase (primavera de 1812 – agosto de 1813)

Desde 1812 hasta el final de la guerra, el imperio napoleónico comenzó a tener problemas en Europa, y los españoles retomaron la iniciativa con el apoyo de Inglaterra y Portugal.

La batalla de Arapiles, cerca de Salamanca, marcó el inicio del fin de la dominación francesa, y José I abandonó definitivamente Madrid. La batalla de Vitoria en 1813, junto con las batallas de Irún y San Marcial, permitió expulsar a los franceses de España.

El 11 de diciembre de ese mismo año, asediado en su propio territorio, Napoleón firmó el Tratado de Valençay, por el que restituía la Corona de España a Fernando VII.

Consecuencias de la Guerra

Los efectos de la guerra fueron desastrosos para España:

  • Demográficas: Se calcula que hubo medio millón de muertos, una cifra considerable para un país con unos once millones de habitantes en 1808.
  • Culturales: Ciudades como Zaragoza, Gerona o San Sebastián quedaron arrasadas; en otras se destruyeron edificios y monumentos artísticos; una parte importante de las obras artísticas fueron robadas por los franceses.
  • Económicas: El comercio colonial cayó en picado. El ritmo de crecimiento industrial se perdió, con máquinas y manufacturas destruidas. El campo quedó arrasado, con pérdida de cosechas y cabezas de ganado. Además, la Hacienda Pública quedó aún más arruinada.
  • Políticas: La guerra afectó al proceso de independencia de la América española. Ante el vacío de poder, los criollos tuvieron la oportunidad de sustituir a las viejas autoridades y organizar sus propias Juntas, dando inicio al proceso de emancipación de las colonias.

Deja un comentario