13 Ene
1ª Fase (1945-1962)
Durante esta etapa EE. UU. y la URSS compitieron por extender su influencia en Europa, Medio Oriente, América Latina y los nuevos Estados de Asia y África. Las principales crisis de estos años fueron el bloqueo de Berlín (1948-49), la fase final de la guerra civil china (1946-49), la guerra civil griega (1946-1949), la guerra de Corea (1950-53), la guerra del Sinaí (1956), la construcción del Muro de Berlín (1961) y la instalación de misiles soviéticos en Cuba (1962) Hungría 1956: el intento de huir del comunismo en Europa. Tras la muerte de Stalin en 1953 no se suavizó el dominio que la URSS ejercía sobre sus aliados de la Europa del Este, sino que se continuó reprimiendo cualquier huelga, protesta o revuelta que se produjese en Europa oriental. El mejor ejemplo de esta política fue la intervención en Hungría en 1956 para acabar con una revuelta anticomunista. Los tanques soviéticos invadieron Budapest y restablecieron la situación anterior. Más de 200.000 húngaros se exiliaron a Occidente. Los países del bloque occidental no intervinieron, por lo que esta crisis supuso el reconocimiento y la consolidación del reparto de esferas de influencia en el continente europeo.
2º Fase. La distensión (1962-1979)
Los problemas económicos que evidenció el bloque oriental llevaron a la URSS a disminuir sus intervenciones militares. La excepción fue la invasión de Checoslovaquia, que en 1968 puso fin a la Primavera de Praga. EE.UU., por su parte, padeció el escándalo Watergate, que forzó la renuncia del presidente Richard Nixon, y la derrota en la guerra de Vietnam. Esta última debilitó su influencia en los países del Tercer Mundo, que constituyeron el Movimiento de Países No Alineados. Estas crisis forzaron a las superpotencias a plantearse una coexistencia pacífica, que se plasmó en la firma de acuerdos que limitaron sus arsenales nucleares.
3ª Fase (1979-1985)
La coexistencia pacífica llegó a su fin en 1979, cuando la URSS invadió Afganistán y apoyó tanto a la Revolución Islámica como a la Revolución Sandinista, que derrocaron a los gobiernos prooccidentales de Irán y Nicaragua, respectivamente. El presidente estadounidense Jimmy Carter reaccionó incrementando los gastos militares y boicoteando los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980. Su sucesor, Ronald Reagan, enunció la doctrina Reagan, que postuló el derecho de su país a derrocar a los gobiernos comunistas y a enfrentarse a los soviéticos en cualquier lugar del mundo. Basándose en estos postulados, Reagan invadió Granada (1983), bombardeó Libia (1986), dio asistencia a las guerrillas islámicas que luchaban contra los soviéticos en Afganistán y apoyó a los contras nicaragüenses.
El fin de la Guerra Fría (1985-1989)
La escalada militar estadounidense no pudo ser contestada por la URSS, cuyos gastos militares representaban el 25 % de su PIB en 1980. Esta situación, sumada a la disminución de sus divisas debido a la baja de los precios internacionales del petróleo, puso en crisis a la economía soviética. Los esfuerzos del nuevo líder comunista, Mijaíl Gorbachov, para reducir los gastos militares culminaron en las cumbres internacionales de Ginebra (1985), Reikiavik (1986) y Washington (1987), durante las cuales acordó con Reagan la disminución de los respectivos arsenales nucleares. Pero la apertura hacia Occidente y la distención entre las superpotencias tuvieron como efecto secundario el desplazamiento de los gobiernos socialistas de Europa oriental. Finalmente, en 1989 tuvo lugar la Cumbre de Malta, durante la cual Gorbachov y el sucesor de Reagan, George Bush, anunciaron el fin de la Guerra Fría.
Características de la II Guerra Mundial
Una economía de guerra: alteró la economía mundial y busca adaptar la producción y los recursos al uso militar. La siderúrgica fue imprescindible en la producción de acero, de carros de combate, aviones, la industria química, la producción de explosivos etc. Los gobiernos controlan el sistema productivo y no tuvo muy mucha importancia y la iniciativa privada de los tiempos de la paz. Hubo una incorporación de mujeres y ancianos y niños en el sistema productivo y el mercado negro floreció.
Una guerra total: se caracterizó por ser total donde se buscó la absoluta aniquilación, participaron militares y civiles. Hubo una fuerte condición ideológica y moral, se trataba de una guerra entre potencias del bien y el mal por ejemplo uno de los objetivos era aterrorizar la población civil y forzar la capitulación del tercer Reich.
Las armas: surgieron nuevas armas y las que habían sido utilizadas anteriormente tuvieron novedades de carácter ofensivo y móvil, por ejemplo, el carro de combate, el avión, los tanques, los cuales sus cañones fueron dados de mayor calibre, vendajes más gruesos y resistentes. La aviación sirvió para trasladar unidades de destrucción de objetivos militares y civiles. En el caso de la guerra en el mar, los alemanes utilizaron mucho los submarinos que fueron fuertemente protegidos. Aparecieron las bombas volantes V V2 lanzadas por los alemanes sobre Londres.
Tácticas y logística: la Segunda Guerra Mundial revolucionó estrategias basadas en la construcción de fortificaciones y trincheras. El ejército alemán utilizó unidades acorazadas poniéndolas en colaboración con la aviación. La blitzkrieg o la guerra relámpago, se caracterizaron por la gran movilidad, rapidez, la sorpresa y la alta concentración de fuego, también se emplearon grandes cantidades de divisiones desplegabas por extensos frentes, que requirieron el abastecimiento de combustible, la munición y repuestos. El sistema productivo se puso al servicio de las necesidades de la guerra y para contrarrestarlo se crearon servicios de contraespionaje y se propagaron campañas de intoxicación con información falsa, destinadas a confundir y desmoralizar al enemigo. Por otro lado la mujer se incorporó a los cuerpos auxiliares.
Características guerra fría: No fue un enfrentamiento armado directo, sino que constituyó una amenaza permanente de conflicto entre los dos bandos. Cada uno de los bloques se organizó mediante tratados de cooperación, ayuda mutua y apoyo militar. El bloque occidental integró la OTAN y el bloque oriental, el Pacto de Varsovia y el Consejo de Ayuda Mutua Económica (COMECON). El sostenimiento por parte de EE.UU. de los gobiernos de los países del bloque occidental se basó en la doctrina Truman, que buscaba detener la expansión del comunismo a nivel mundial. Implicó una fuerte escalada armamentista, ya que tanto EE.UU. como la URSS acumularon armas nucleares con capacidad para destruir todo el planeta. La demostración del poder y la capacidad destructiva de los Estados en pugna se manifestó en constantes ensayos nucleares y en la exhibición de sus respectivos arsenales en desfiles militares y demostraciones patrióticas. El equilibrio entre las superpotencias se sostuvo en el temor de un conflicto nuclear que provocara la mutua destrucción. Esto llevó a que en las sociedades occidentales se desencadenara un fuerte temor a una guerra nuclear. El momento de máxima tensión mundial fue la Crisis de los misiles en Cuba (1962). El enfrentamiento entre las potencias se manifestó en la participación directa o indirecta en conflictos entre otros países, especialmente de Asia y África. Por ejemplo, la Guerra de Corea (1950-1953), la Guerra de Vietnam (1955-1975) y la Guerra del Yom Kipur (1973). El enfrentamiento entre los bloques se evidenció en otras áreas como la ciencia, la cultura y la tecnológica. Una de estas manifestaciones fue la carrera espacial, una competencia por la exploración y conquista del espacio exterior. Al interior de ambos bloques, el conflicto se sostuvo a través de enormes aparatos de propaganda. Para las potencias eran tan importantes los logros obtenidos como su comunicación, ya que los éxitos de sus misiones se percibían como triunfos de un modelo sobre el otro.
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