23 Ene
1. Siglo XVII Europa
El siglo XVIII, también llamado «siglo de las luces», marca el límite histórico entre el Antiguo Régimen y los comienzos de la Edad Contemporánea. En las primeras décadas tiene lugar la denominada «crisis de la conciencia europea», una revisión del pensamiento religioso y político imperante hasta el momento. Se inicia, así, un movimiento reformista, la Ilustración, que perdurará a lo largo del siglo. La Ilustración se inicia en Francia. Es un movimiento intelectual y renovador que exalta la razón como único medio para guiar a los pueblos hacia el progreso y la felicidad. Sus bases son la crítica universal y la experimentación. Entre sus teóricos destacan los franceses Voltaire, Montesquieu y Rousseau. Los ilustrados recopilan, además, todo el saber conocido en una obra magna, la Enciclopedia, publicada en Francia en 1751 por Diderot, D’Alembert y el propio Rousseau. Entre las reformas ilustradas destacan:
- A) Instauración del despotismo ilustrado como forma de gobierno. El lema «todo para el pueblo, pero sin el pueblo» supone que son los gobernantes los que aplican las reformas desde arriba.
- B) Desarrollo de la teoría del bienestar social, apoyada en una burguesía cada vez más asentada. A ello contribuyen los descubrimientos científicos (la máquina de vapor, la electricidad….) que mejoran el nivel de vida.
- C) Implantación de la filosofía y la ciencia como saberes fundamentales. Al mismo tiempo, se desarrolla un fuerte anticlericalismo.
2. Literatura española siglo XVIII
La literatura se convierte en vehículo de transmisión de las ideas ilustradas; es una literatura racional y de carácter didáctico, guiada por el principio del «buen gusto». La mesura y la razón triunfan frente a la imaginación de épocas anteriores. Los ilustrados españoles demuestran una gran preocupación lingüística. Se cuida la sencillez de la lengua frente a los excesos barrocos, se protege el idioma ante la entrada desmesurada de extranjerismos de influencia francesa y se incorporan vocablos nuevos, pertenecientes al ámbito de los descubrimientos y de la ideología imperante (hipótesis, polémica, fenómeno social, etcétera).
3. Corrientes estilísticas
El siglo XVIII español no es homogéneo; las distintas corrientes estilísticas existentes así lo demuestran:
- Posbarroquismo. A comienzos del siglo XVII predomina una literatura heredada de la tradición barroca, pero agotada en su sentido y forma. Los poetas imitan a Góngora, aunque carecen de su genio creador. Aparece entonces el movimiento denominado rococó, un Barroco menor, refinado y elitista.
- Neoclasicismo. Es el estilo que mejor define la literatura ilustrada, y supone una vuelta al mundo clásico grecolatino. Las reglas y la imitación de la naturaleza son sus bases; el sentimiento está proscrito. Leandro Fernández de Moratín y José Cadalso son los autores más destacados.
- Prerromanticismo. Sin abandonar el espíritu reformador, en las últimas décadas del siglo aparecen manifestaciones literarias que rechazan la normativa neoclásica y ensalzan los sentimientos frente a la razón. Es el inicio de una nueva literatura que se desarrollará en el siglo XIX. Algunos autores ilustrados, como Jovellanos o Cadalso, se dejan llevar por los nuevos rumbos estéticos.
4. La crítica
La crítica fue muy utilizada en la época para satirizar vicios o costumbres. Uno de los máximos representantes de la sátira social fue José Cadalso, que escribió una de las obras más importantes de este género: Cartas marruecas. Mediante el género epistolar, y a través del punto de vista de tres personajes (un español y dos árabes), Cadalso revisa los temas más preocupantes de la sociedad española del momento: la falsa erudición, la historia del Imperio español, la libertad de las mujeres… Entroncado con Quevedo y Gracián por su fina ironía, Cadalso será un claro antecedente de Mariano José de Larra.
5. La prosa
La prosa es una de las formas expresivas más cultivadas en la literatura del siglo XVIII. Aparece unida al afán didáctico de la época, y en ella también se pueden distinguir las distintas tendencias de las que venimos hablando. En la primera parte del siglo aparecen vidas de santos, sermones, libros históricos o narraciones de carácter popular con un lenguaje barroco. El autor más destacado es Diego de Torres Villarroel (1694-1770).
6. El teatro neoclásico y el teatro prerromántico
El teatro sigue siendo el género literario de mayor importancia social. Con un poderoso influjo, el teatro del siglo XVIII se convirtió en una verdadera escuela pública; por eso, desde el escenario, se difundieron las ideas reformistas y pedagógicas. Los ilustrados se rebelaron contra la influencia de la comedia del Siglo de Oro, que se seguía representando e imitando, sobre todo, a Calderón de la Barca. Los ataques a este tipo de teatro fueron continuos. Es famosa la polémica sobre teatro, establecida a lo largo de esta centuria, entre reformadores y tradicionalistas.
6.1 Teatro neoclásico
El teatro neoclásico propiamente dicho nace hacia la mitad del siglo. Vinculado a las ideas ilustradas, está dirigido a la clase media y tiene una finalidad claramente didáctica. Sus principales características son:
- Total separación de géneros para evitar confusión.
- Sometimiento a la regla clásica de las tres unidades: una sola acción, que se desarrolla en un solo lugar y en un tiempo máximo de 24 horas.
- Finalidad didáctica: empleo de temas útiles para la sociedad con un planteamiento de enseñanza práctica.
- Planteamiento verosímil, acorde o parecido a la realidad.
- Estructuración de la obra en tres actos.
6.1.1 La tragedia
La tragedia neoclásica, que toma como modelo la griega o la francesa más cercana, aborda temas de la Antigüedad clásica o de la historia nacional, e intenta crear una tradición basada en héroes nacionales que puedan convertirse en ejemplos para la comunidad. Por lo general, se trata de obras que respetan las unidades clásicas y que están escritas en versos endecasílabos.
6.1.2 La comedia
La comedia es el género teatral típicamente ilustrado, Nicolás Fernández de Moratín con La petimetra e Iriarte con El señorito mimado hicieron incursiones en la comedia neoclásica.
6.2 Teatro prerromántico
En la década de los setenta del siglo XVII llegan al teatro español ecos de una comedia de origen francés llamada «lacrimosa» que apunta a aspectos prerrománticos en el tono, el tema y los personajes Jovellanos cultiva este género con El delincuente honrado. La obra tiene una finalidad didáctica criticar la dureza de las leyes que castigan a los duelistas con la pena de muerte; pero a ello se une un afán por despertar la vena sensible del espectador Los sentimientos de los protagonistas, que sufren, lloran y se desesperan, conmueven al público.
6.3 Mujeres dramaturgas ilustradas
María Rosa Gálvez (1768-1806) ha comenzado a ser reconocida en las últimas décadas como la mejor dramaturga de su siglo y autora de gran capacidad creativa. Su familia adoptiva gozó de una magnífica posición, por lo que recibió una educación esmerada. A partir de 1801 comenzó a publicar y a estrenar sus obras en Madrid. Cultivó la comedia, la tragedia y el sainete. Entre sus comedias destaca La familia a la moda. De corte neoclásico, en ella respeta las tres unidades y critica a la aristocracia improductiva. En sus tragedias gustó de ambientaciones exóticas y tramas novelescas. Sobresale la novela Safo. Entre sus sainetes hay que mencionar el titulado Un loco hace ciento. Rosario de Acuña (1850-1923) fue noble, escritora, pensadora y periodista española Ya en su época se la consideró como una luchadora por la igualdad social de la mujer. Entre sus obras destaca El padre Juan, donde denuncia los falsos valores de la religión católica sometida a las instituciones. Frente al fanatismo, nos presenta a unos héroes que encaran la razón, la justicia y la bondad. La obra, estrenada en 1891 en Madrid, constituyó un auténtico escándalo entre los sectores más conservadores de la sociedad. Escribió también poesía (Sentir y pensar) y ensayos (La casa de muñecas).
1. El siglo xix
Contexto histórico y social. El siglo xix es una época de importantes transformaciones. Tras la Revolución francesa (1789) se inicia una paulatina desintegración del Antiguo Régimen. La burguesía sustituye a la nobleza; en las ciudades se instalan grandes industrias, lo que trae como consecuencia una gran expansión demográfica y la aparición del proletariado. Las ínfimas condiciones de trabajo provocan graves convulsiones sociales. Las ideas liberales se abren paso e imperan los gobiernos constitucionales parlamentarios que defienden la soberanía popular (el poder reside en el pueblo y este lo ejerce a través de unos representantes elegidos por sufragio universal) y abogan por las libertades individuales de pensamiento y expresión. Es, también, la época de los nacionalismos, que acrecientan un sentimiento patriótico que desencadena a la defensa de las peculiaridades lingüísticas, culturales e históricas de los pueblos.
2. El siglo xix en España
En España, esta es una época de intensas tensiones políticas, lo que, unido al estancamiento económico, los pronunciamientos militares y la falta de adelantos técnicos, desemboca en un claro retraso con respecto a Europa. El siglo se inicia con la guerra de la Independencia contra Napoleón Bonaparte (1808). Durante la contienda, se redacta la primera Constitución liberal en las Cortes de Cádiz (1812), pero Fernando VII, hijo de Carlos IV, la deroga a su regreso a España e implanta un período absolutista. A la muerte del rey (1833). España se divide en dos bandos, lo que provoca una guerra civil: la guerra carlista entre los partidarios de Isabel II, hija de Fernando Vil, y los seguidores de don Carlos, hermano del rey. Isabel Il sube al trono en 1843. En 1868 una revolución popular destrona a la reina y se proclama una nueva constitución. La crisis político-social se agudiza y, tras el breve reinado de Amadeo I de Saboya, se proclama la I República. Esta etapa conflictiva se cierra con el período de la Restauración de la mano de Alfonso XII, hijo de Isabel II. En esta última época se alternan pacíficamente en el poder liberales y conservadores. A finales del siglo (1898) se pierden los últimos restos del Imperio español: Cuba y Filipinas.
3. El Romanticismo
Es un movimiento cultural que se desarrolla en Europa en la primera mitad del siglo xix y supone una revolución estética e ideológica. Se inicia en Alemania e Inglaterra a finales del siglo XVIII, entre sus precursores destacan el alemán Goethe y el poeta inglés Young. Los románticos protestan contra los valores impuestos y los problemas políticos y sociales del momento, haciendo de la libertad su bandera. Entre sus características destacan:
- Individualismo: el hombre señala sus propios fines. El artista expresa sus emociones con un egocentrismo exacerbado: se cree el centro del mundo y se produce una clara exaltación del yo.
- Culto a la libertad: el individuo proclama su libertad individual frente a la sociedad. Se rechazan las reglas sociales y artísticas. Pero esta liberación tiene su precio: un hondo sentimiento de vacío y soledad que lleva al romántico al desasosiego interior, al pesimismo y a la insatisfacción, lo que se ha denominado «el mal del siglo».
- Rebeldía y contradicciones: el romántico busca una felicidad imposible y choca con la realidad. En su huida, mira hacia el pasado o hacia países exóticos.
- Nacionalismo: frente al universalismo de la Ilustración, el romántico proclama el nacionalismo político; cada país y cada región ensalzan sus costumbres y sus valores tradicionales. Hacia 1850 el Romanticismo concluye en casi todos los países europeos.
4. La literatura romántica
Para el romántico, la literatura es una vía para transformar la sociedad; en ella plasma sus ideales y sentimientos personales.
5. La poesía romántica
Es el género más adecuado para expresar la actitud romántica: la rebeldía ante el mundo y la expresión de los sentimientos más íntimos. Los temas poéticos más frecuentes son la libertad, los sentimientos principalmente, el amor, lo satánico y sobrenatural, la muerte, lo exótico y lo legendario. En cuanto a los aspectos formales, aparecen nuevos ritmos acentuales que confieren una gran musicalidad a los poemas, y se alternan estrofas de distintos metros y medidas. El lenguaje es culto y retórico. Se distinguen dos tipos de poesía:
- Poesía épica o narrativa recoge temas de la tradición o la historia nacional, adopta un tono heroico y rehabilita el romance. Entre sus creadores sobresalen el duque de Rivas con El moro expósito y José Zorrilla con Cantos de trovador, un conjunto de leyendas entre las que destaca buen juez, mejor testigo.
- Poesía lírica: expresa los sentimientos y los conflictos más profundos del poeta, y se convierte en la expresión más emblemática del Romanticismo.
6. La prosa romántica
En la prosa romántica se desarrollaron tres géneros: La novela histórica, El cuadro de costumbres y El artículo periodístico. A partir de los años cuarenta, se reservó un espacio para la novela por entregas, que gozó de gran popularidad.
7. El teatro romántico
El drama romántico nace en Alemania con Schiller. En España, el primer ejemplo es La conjuración de Venecia, de Martínez de la Rosa, que se estrena en 1834. La obra de Zorrilla Traidor, inconfeso y mártir, de 1849, se considera la última obra del género.
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