31 May

ACTIVIDADES INDUSTRIALES, LA PESCA Y EL COMERCIO

El fallido proceso de industrialización en la Galicia moderna

Algunos autores ilustrados hablaban de Galicia como un ejemplo de territorio con un tejido industrial sólido, capaz de satisfacer las necesidades más inmediatas de la población campesina: materiales de labranza, construcción…. Es decir, una actividad industrial para el consumo interno de Galicia que podría llevar a niveles más altos del propio territorio gallego o incluso para territorios más amplios fuera de la Península. Contamos con la presencia de tejedores, canteros, industria cerámica,etc. Por lo que estamos ante un sector que atiende necesidades inmediatas y abierto a un comercio exterior.

Buena parte de esta industria es de perfil doméstico (también hay de concentración en menor medida, no es todo doméstico) y existió́ una cierta protoindustrialización a finales del XVIII con problemas para competir con el comercio exterior, por lo que no dio el paso a convertirse en un proceso de industrialización consistente. A finales del XVIII la industria en Galicia presenta problemas al no ser competitiva, entonces aquellos inversores no buscan nuevas técnicas, sino que al ver que fracasan sus negocios se van a la compra de tierras para vivir de rentas agrarias (por eso se conoce como el fallido proceso de industrialización). Las desamortizaciones de tierras serán un recurso para buscar una solución menos arriesgada.

Sectores industriales: METALURGIA

Existe una industria más tradicional heredera de época medieval con algún desarrollo de época moderna, pero destacamos algún ensayo de industria metalúrgica protagonizado por el marqués de Sargadelos. Este fue el intento de construir una industria metalúrgica con capitales y nuevos recursos técnicos. Lo más habitual era lo que conocemos como pequeñas ferrerías, con 3 tipos diferentes:

  • –  Ferrerías donde se trabaja el mineral y se elaboran las piezas metálicas.

  • –  Los martinetes, mazos o machucos son el siguiente escalón, donde se transforman las piezas del metal para el tercer paso. Los mazos son instalaciones que sirven para laminar el hierro y se encuentran en O Courel, Betanzos y Mondóñedo, sin embargo

    en las fraguas vemos una mayor dispersión.

  • –  Las fraguas son el tercer paso, donde se elaboran los objetos (clavos, artilugios

    metálicos…)
    En Galicia hay 18 ferrerías en sentido estricto a mediados del XVIII, pero hay que tener en cuenta que en otros lugares, por ejemplo País Vasco, había alrededor de 200. En Galicia, se encuentran en el interior de Lugo y Ourense, ya que tienen que estar en un lugar donde haya materia prima próxima. Los propietarios de estas ferrerías no son de particulares, sino de hidalgos, ya que se necesita una base económica importante para mantener estos establecimientos. El sistema de arrendamiento funciona a través de ferrones.

    Estas industrias metalúrgicas en algunas ocasiones exportan hierro a Castilla, León… Pero a veces también se importa(lo que parece contradictorio). Esto se debe a los problemas de comunicación interna, que hacen más fácil traer el hierro desde Vizcaya que desde algún punto del interior de Galicia.

    Para entender el intento de modernización de este sector tenemos que hablar de Raimundo Ibáñez, un personaje que representa el prototipo de emprendedor que invierte en modernización y en poner en marcha cualquier tipo de iniciativas, por lo que participa con otras personas en iniciativas de carácter comercial y empresarial (actividades textiles, lino…) A finales del XVIII comienza a plantear los altos hornos aunque no se llegan a implantar hasta 1794, tendrá́ a casi a 400 personas trabajando y contará con la protección y el apoyo institucional de la monarquía (su cliente más importante será la corona y el ejército).

    La fábrica seguirá́ funcionando hasta los años 70 del siglo XIX. Uno de los problemas de la actividad industrial es que contó́ con la oposición de los notables del entorno y de parte de la población campesina, a veces empujados por los notables (una instalación de tales dimensiones suponía una mano de obra que procedí́a del campo, por lo que los notables de la zona no veían con buenos ojos que parte de la población campesina se dedicaran a la actividad industrial). Hay que tener en cuenta que para calentar el horno se necesita madera y carbón, lo que también ayudó a una mayor resistencia campesina al usar tierras comunales. Si los campesinos protestan es por la pérdida de los aprovechamientos tradicionales.

    Sectores industriales: ACTIVIDAD TEXTIL

    A continuación veremos algunas industrias con concentración de recursos:

    • –  El arsenal de ferrol servirá́ como núcleo para activar el establecimiento y desarrollo

      de industria textil en sentido más contemporáneo.

    • –  La fábrica de lonas y jarcias de Sada a partir de mediados del XVIII estará́

      controlada por la realeza para activar la industria de Ferrol.

    • –  Otra actividad industrial textil es la Real Fábrica de mantelería de A Coruña,

      donde se trabaja con productos de lujo (poca demanda).

      Lo más relevante va a ser la industria textil vinculada a los lienzos de lino. Su importancia proviene del volumen de producción y de la integración mercantil, es decir, toda esta producción doméstica también estaba pensada para el comercio exterior. Esto es un buen punto de partida para una posible industrialización. Podemos ver que la introducción de telares depende de las áreas, por ejemplo, en Santiago o Padrón encontramos una mayor concentración. Hasta bien entrados en el Siglo XVIII es un sector que realmente cubre todas las etapas: desde la recolección hasta la elaboración del tejido.

      A diferencia de lo que sucede con otros lugares de Europa, no existe un sistema que tenga en cuenta un gran intermediario comercial, por lo que se carece de una estructura más elaborada que tenga en cuenta los medios de producción. Faltan suficientes comerciantes gallegos que

      hubieran aprovechado esta actividad para generar recursos y beneficios. Esto no significa que no se desarrollara el comercio con América a finales del XVIII, por lo que habrá́ un aumento de la demanda que obligará a depender de las importaciones del Báltico. Los comerciantes mayoristas se encuentran sobre todo en los puertos de Ribadeo, Viveiro y Carril, se encargaran de que los productos lleguen a los minoristas; y de estos a los campesinos. Están más centrados en la actividad comercial que en la propia producción, por lo que los productores no van a reinvertir en su actividad productiva sino en la comercial (los intermediarios no se interesan en la producción).

      Habrá́ un aumento de tareas, de la producción y de la comercialización; hasta tal punto que se acabará por crear un grupo burgués desconocido, pero solo interesado en el comercio. Los productores, poco interesados en mejorar el trabajo, siguieron siendo un cargo desarrollado de manera parcial. Desde el punto de vista económico habrá́ dificultades para competir con los avances ingleses, que dirigí́an su actividad a otros sectores y mejoraron los sistemas de la actividad textil vinculada al lino, por lo que habrá́ diferencias notables entre Escocia y Renania con Galicia:

      • –  Los lienzos son de peor calidad

      • –  Ausencia de una institución y de unos sectores sociales interesados en la producción.

      • –  Problemas técnicos vinculados a la persistencia de formas arcaicas.

        Sectores industriales: PESCA

        Galicia era la región más relevante de España a nivel de pesca en el Siglo XVIII. Es un sector que no sólo atendí́a al mantenimiento de la población, sino que también ayudó a la acumulación de capitales que impulsarían la actividad extractiva y conservera. Por lo que podría haber dado de sí para abrirse al mundo de la industrialización, pero no fue aprovechado por inversores internos, sino externos (catalanes por ejemplo). En época contemporánea es el sector por el que se empieza la industrialización ya en el Siglo XIX. Como en otros sectores, encontramos métodos y técnicas de carácter tradicional mezclados con territorios que introducen algunas innovaciones:

      • –  Cuando se trata de una actividad de subsistencia es realizada por los miembros de una misma familia: liñas, anzois y nasas.

      • –  Cuando hablamos de una actividad comercial se realiza por colectivos: pueden ser de deriva o enmalle; y de cerco.

        La organización es tradicional a través de gremios de mar o de mareantes, encargados de organizar el uso de las artes de pesca, organizaban quién podía participar, el reparto del producto, necesidades religiosas de los agremiados y las familias… De lo que se pescaba se repartí́a una parte para los pagos habituales, otra para los gremios y la otra para el reparto entre los propios pescadores a través de un sistema de quiñones (cuotas que se calculan en función de si se aportan o no piezas de redes para la pesca, si se era propietario de una barca, el trabajo desempeñado….). No será hasta la llegada de los catalanes cuando se introduzca el trabajo asalariado.

        El tratamiento de las capturas van desde lo más simple, que es el secado y el escuchado; hasta las bodegas (en particular Vigo). Las salazones estaban pensadas tanto para la actividad comercial (navegación de cabotaje para el País Vasco, Santander y Portugal) como para el consumo interno inmediato llevado a cabo por los arrieros. Tenemos una actividad que desde la extracción va siguiendo todos los pasos de una actividad que podría haber dado lugar a una mayor producción si hubiera contado con los recursos necesarios. En Galicia se encontraba el 34% de los pescadores de España.

        Esta será la situación de la pesca hasta la llegada de los catalanes alrededor de 1740, habrá́ que huir de la visión idealista de los ilustrados, que opinaban que antes de la llegada de los catalanes la pesca era un sector en el que participaban todos los sectores, con una convivencia pací́fica idealista y que iba creciendo a pasos agigantados. Algunos de estos ilustrados afirman que con la llegada de los catalanes se puso fin a una actividad pesquera tradicional. Esta idealización viene de la mano de querer ayudar los intereses propios. La realidad es que el sector experimentó un crecimiento gradual, dando lugar a ciertas transformaciones que desencadenaron procesos de diferenciación social en el ámbito pesquero antes de la intervención de los promotores.

        Se observó un progresivo aumento en la apropiación privada de los recursos, especialmente en lo que respecta a las embarcaciones. Antes de la llegada de los catalanes, sólo 1⁄3 de los marineros eran propietarios. Esto tuvo repercusiones en el funcionamiento de los gremios y en la aparición de una proto-burguesía litoral (propiedad de las embarcaciones), que se distinguí́a de los marineros. Con la entrada de capital externo, se da lugar a la formación de una hidalguía portuaria, (anterior a la llegada de los catalanes) similar a la hidalguía rural. Esta hidalguía va a invertir capital desde fuera para la propia actividad pesquera y para la comercialización.

        Después de la Guerra de Sucesión, Cataluña económicamente va a empezar a despegar, tanto la industria textil, por lo tanto va a tener una demanda de productos básicos para mantener a un sector productivo creciente. Los inversores catalanes lo que hará́n cuando no encuentren recursos será buscar en otro lugar, y a partir de 1740 tendrá́n a Galicia para comerciar con el vino y aguardiente. Una vez aquí́ se dará́n cuenta de que pueden adquirir pescado y salazones de pescado. El resultado será elprogresivo desplazamiento de los núcleos autóctonos, la alteración de las actividades pesqueras y conserveras, y la apertura de nuevos mercados. Las razones de éxito se deben a la introducción de nuevos métodos conserveros, como el uso del prensado (en un inicio hay una convivencia del prensado, mercado mediterráneo, con el escuchado, mercado cantábrico y portugués). Y por la introducción de nuevos métodos de pesca: introducción de la xávega (arte mediterráneo de arrastre) que necesita menos mano de obra y que aporta más capturas. En resumen, en el fondo se defiende que la presencia de una compañía de pesca podría poner en peligro los derechos adquiridos de los inversores gallegos que habían empezado en siglos anteriores en la actividad pesquera.

        A la altura de 1770 en adelante la presencia de los catalanes, tanto en el norte como en el sur, ya está asentada. A medida que crecen sus actividades se generarán conflictos con los pescadores. En las Rías Altas, sobre todo en A Coruña, hay una formación de una coalición anti-catalana para la defensa del cerco (necesita más superficie y colisiona con la xávega). Los problemas de la presencia de los catalanes en este caso se deben a las preocupaciones de los grupos dominantes por verse desplazados del beneficio pesquero y conservero. La alianza del clero con los propietarios de las embarcaciones, hidalgos e ilustrados dará́ lugar a los motines “ludistas” por parte de los marineros. A los marineros les podía afectar la cuestión de los precios, porque una pesca con menos mano de obra significa que el producto se podía vender a menos precio.

        En las Rías Baixas el problema es menor porque predomina el xeito. Realmente la tendencia que hay es el hecho de mantener el sistema de los catalanes, por lo que la actitud de la protoburguesía litoral no es la misma al haber una tendencia al incorporar la xávega. Es decir, la actitud es algo diferente, por lo que los conflictos cuando se presentan vienen dados por la cuestión de los precios y no porque se entorpezcan unas artes con otras. A la altura de 1775 la pesca va a estar muy marcada por la presencia de estos alborotos y motines intermitentes; y a partir de 1785 solo existe un grupo dominante, el de los fomentadores catalanes. Las causas son las siguientes:

        • –  Superioridad técnica.

        • –  Cierra del mercado portugués desde 1774 al ser insuficiente en el cántabro, cierre de loxes, embarcaciones de cabotaje sin uso… Y sobre todo, quiebras en Vigo.

        • –  Incidencia de la matrícula del mar desde 1748 sobre los marineros gallegos. La matrícula del mar es una imposición de la Corona para sus barcos de guerra, por lo que se decidió́ que los marineros prestasen servicio en la armada obligatoriamente, significaba que teñí́an que prestar un servicio durante al menos 1 año, y si el pescador no se incorpora a la matrícula del mar no podría seguir siendo pescador. Sin embargo, los catalanes, se quedaban fuera de la matrícula del mar, por lo que contaban con una mano de obra fija y constante, mientras que los empresarios y pescadores gallegos no podían tener una mano de obra constante ya que una parte de sus trabajadores estarían prestando servicio en la armada.

        • –  Sin embargo, creció́ el mercado mediterráneo (industrias textiles catalanas).

          Las consecuencias serán que las compañías catalanas pudieron monopolizar la pesca a través del salgado y su comercialización desde Galicia. En cualquier caso, no significó la formación de una industria moderna de manera inmediata; el sector se mantiene hasta la segunda mitad del XIX, inicio de un proceso de industrialización.

          Las actividades comerciales: Caminos, mercados y ferias, intercambios peninsulares y comercio colonial

          Con respecto a la actividad comercial de Galicia vemos una situación paradójica, por una parte nos encontramos con que no podemos hablar de la existencia de un “mercado gallego”en el sentido estricto, ya que carecemos de caminos en buen estado y predomina la economía de autoconsumo. Por lo que al contar con problemas de comunicación interna la mayoría de los intercambios son locales o en un entorno relativamente próximo. Lo último que se salva es la existencia de navegación de cabotaje.

          El consumo de las ciudades de Galicia provení́an de fuera, como Cádiz, Segovia… Es decir, los propietarios de bienes en el ámbito urbano se encuentran productos detallados de fuera. En las ciudades y en las rías de Galicia hay sectores de la población que necesitan una red comercial necesaria para importar granos, por lo que tiene que haber conexiones con Castilla, Portugal… Y luego, están las conexiones marítimas con el Mediterráneo y el Atlántico. Hay asentamientos de marineros, comerciantes e intermediarios foráneos (peninsulares y extranjeros). Esto permite incorporar moneda a la actividad económica de Galicia, por lo que estos intercambios significan que la economía gallega se monetiza, incluso en los mercados locales. En algunas de estas ferias y mercados habrá́ cada vez más comerciantes que van a mover sobre todo dinero, no será comparable con otros lugares, pero eso no significa que no haya existido un comercio.

          Uno de los problemas para la actividad comercial es que las vías de comunicación cuentan con unas estructuras insuficientes. Esta necesidad es general en toda España, por eso, una parte importante del reinado de Fernando VI se basa en promover estas iniciativas, especialmente en el reinado de Carlos III. Se seguí́an estructuras radiales para favorecer la capital. Favoreció́ el impulso de la construcción de caminos reales para hacer frente a las necesidades económicas, militares y políticas. En Galicia, en el Siglo XIX hay caminos como el de A Coruña- Santiago, Santiago- Pontevedra- Tui, pero no existí́an las salidas para el Bierzo y Sanabria- Benavente. Toda esta inexistencia de red de carreteras no facilitaba la existencia de un comercio que se viese integrado con otros territorios, el problema era cómo conectar núcleos de población. La mayor parte de las comunicaciones interiores van a estar en manos de los arrieros (sobre todo maragatos y ancareses). En cualquier caso, en la segunda mitad del XVIII los intercambios van a crecer, presentando dificultades para intercambios a distancias grandes (solo posible en caminos reales). En lo que respecta al mercado estrictamente interior.

          Dadas las dificultades internas, se entiende la existencia de un número muy alto de ferias locales y comarcales. En un expediente de 1789 hay localizadas alrededor de 400 ferias/mercados (los mercados son semanales y las ferias pueden ser mensuales y anuales). La mitad de estas reuniones se encuentran en dos provincias: Santiago y Tui, pero a pesar de su importancia hay una escasa presencia de comerciantes foráneos. Destacamos la concentración en la provincia de Tui, más en concreto las de Porriño, Bouzas y Ponteareas. En las provincias del norte (A Coruña, Betanzos y Mondóñedo) también hay pocos foráneos y una

          mayor presencia de estos eventos se producen en Ortigueira y Pontedeume. Sin embargo, en las provincias del interior (Lugo y Ourense) las ferias solo suponen una cuarta parte del total, pero por lo general hay una mayor presencia de comerciantes foráneos en lugares como Allariz o Trives.

          La explicación de esta distribución se debe a que el número de ferias es un reflejo de la población, y el hecho de que la presencia de foráneos haya sido escasa en las zonas de las ciudades importantes y alta donde no hay ciudades grandes es porque son los lugares donde se hacen los intercambios relevantes (ganado mayor). En lo que respecta a los productos de consumo interno, normalmente se mueven por el intercambio de productos (trigo, maíz…) Lo más relevante es el ganado mayor, el que produce intercambios monetarios y aporta monedas para el pago de rentas provinciales y otros pagos en dinero. Saavedra calcula la salida de unas 30 mil cabezas de ganado.

          Intercambios peninsulares y europeos

          Uno de los intercambios más importantes y necesarios para el mantenimiento de la situación en Galicia sería la importación de grano, existiendo aquí́ un gran déficit hasta comienzos del Siglo XVIII con la introducción del maíz, pero igualmente aún con esta se seguirá́ necesitando la importación de grano. Veremos importaciones de trigo principalmente de Francia y más tarde, a finales del Siglo XVIII y a través del puerto de Vigo trigo de Boston y de Filadelfia, sumándose a los intercambios que se hacen con América y que veremos posteriormente.

          Otros productos que se necesitaban importar serían la sal, el aceite, el azúcar, los vinos catalanes, los tejidos de lana, algodón y seda. Lo que se exportará será principalmente el ya mencionado ganado vacuno, el pescado salado, los lienzos de lino, los chapeus (sombreros) y los curtidos. Tendrá́n gran relevancia aquí́ los intercambios que se realizaron por vía marítima, esto desde la Edad Media y que irán en aumento en la Edad Moderna, esto debido a la participación gallega en el comercio colonial.

          Comercio colonial con América

          Galicia tendrá́ una participación directa en el comercio colonial entre los siglos XVI y XVIII, aunque con una participación de manera discontinua, siendo más frecuente el intercambio con América que el de los productos centroeuropeos. Galicia, debido a la línea de costa que teñí́a, muy amplia, y la situación de sus puertos bien resguardados en muchos casos para el comercio y la defensa de este, tuvo gran relevancia. Estos aspectos positivos, sin embargo, no serían suficientes para que el comercio con América se organizase desde Galicia debido a la falta de lonjas, de corporaciones de prácticos, de pilotos y de otro personal, de escasa actividad financiera, y de la presencia de corsarios principalmente en la zona de Vigo y Baiona.

          Se derivaría así́ el comercio con América principalmente cara a la Andalucía sur y occidental (Sevilla del Siglo XVI hasta el Siglo XVIII y posteriormente Cádiz), pero esto no implicó que Galicia quedase completamente excluida en estos primeros años de comercio con América. Habría en Galicia una primera participación que, a pesar de no tener que ver con América, tiene gran importancia, que sería la Casa de la Especiería creada en el 1522 y que duraría hasta el 1527. Habrá́ un período entre el 1529 y el 1573 en el que sí que se va a permitir despachar productos con América, pero esto a través de Sevilla; y ya en el Siglo XVIII podemos destacar dos modos de relacionarse con América: una forma sería mediante los Correos marítimos desde el 1764 al 1778, y ya a partir de este año mediante la participación en el Libre comercio (Decretos de libre comercio), que permití́an el intercambio desde Coruña a otros puertos americanos.

          La casa de la especiería (1522 – 1527) se trata de un intento que no termina de cuajar por razones políticas. El origen de esta casa serían las Cortes en Santiago en el 1519, teniendo Carlos I la idea de que lo eligiesen como emperador del Sacro Imperio, reuniendo las cortes en Santiago para pedir dinero extraordinario para sus aspiraciones imperiales, lo que implica aumentar impuestos, generándose en un descontento. Esto derivaría así́ en el 1520 en el descontento y la Guerra de las Comunidades, trasladando las Cortes a Coruña. Se reúnen los burgueses en Melide (la Petición de Melide), donde se comprometen a no levantarse pidiendo a cambio a Carlos I que se conceda el voto en Cortes para Galicia (no se concederá́) y que se deje participar a Galicia en el gran comercio exterior. De este modo, Carlos I accede a la participación en el comercio exterior, pero de manera parcial, creándose el 24 de Diciembre del 1522 la creación de la Casa de Contratación de Especiería, no para el comercio con América sino para las especias que vení́an de Las Molucas. Como en el 1529 la monarquía hispánica le vende a Portugal Las Molucas sucede el fin de la Casa de la Especiería.

          Concluida esta iniciativa seguiría habiendo navegación entre Galicia y América en estas primeras décadas del Siglo XVI, pues en el 1529 mediante una Real Cédula Carlos I autorizó a diversos puertos castellanos, específicamente a los de A Coruña y Baiona, de que comerciasen con las Indias envíándoles carga siempre y cuando el viaje de retorno fuese a Sevilla. Este permiso se mantuvo hasta el 1573, cuando se suprimió́, no existiendo durante el tiempo en el que estuvo vigente documentación que nos informe directamente del uso de esta licencia y de cómo se llevó a cabo, aunque habría informaciones indirectas (información de barcos que zarparon desde A Coruña y Baiona, datos sobre mercancías, prohibición de llevar pasajeros en el viaje…). También será relevante como dato el porcentaje de oro y plata distribuido desde Sevilla en Galicia entre los años 1570 y 1571, viendo que a Galicia únicamente le llegaría oro y plata acuñados, reenvíándose a Galicia después del comercio Sevilla-América menos del 1% de estos metales.

          El siguiente período y el más relevante vendrá́ en el Siglo XVIII, donde nos encontramos con tres fases y maneras diferentes de comerciar con américa: a partir del 1734 mediante la Compañía comercial de Galicia (Yucatán y Campeche), a partir del 1764 mediante el establecimiento de los Correos Marítimos, y a partir del 1778 al unirse Galicia al libre comercio con América:

          – PRIMERA FASE (1734):
          Esta sería la primera de las experiencias, que no fue más allá́ del intento de crear una compañía comercial, la Compañía comercial de Galicia (Yucatán y Campeche), creada el 20 de Abril del 1734. La idea de estas compañías comerciales era la de tratar de romper el monopolio gaditano estableciendo un nuevo monopolio, estableciéndose con esta compañía un monopolio en el que los barcos ya no teñí́an que salir de Cádiz sino desde A Coruña, y si esta hubiese triunfado sería la única institución que podría comerciar a Campeche, siendo la idea la adquisición en Yucatán del palo campeche (una planta para hacer tintes). El problema será la poca duración de esta compañía, durando solo dos años debido a los obstáculos puestos por los agentes comerciales que operaban desde Cádiz, que se veían perjudicados. Por otro lado, también los ingleses se veían afectados en Belice por el monopolio gallego del palo campeche, esto sumado a la falta de interés por parte de los inversores coruñeses.

          – SEGUNDA FASE (1764):
          Aquí́ veremos la segunda iniciativa con el establecimiento de los Correos Marítimos con base en A Coruña, un primer paso para el posterior decreto de la libertad de comercio, implicando estos correos la posibilidad de Galicia de enviar navíos sueltos en cualquier momento del año para llevar fundamentalmente correos, aunque también mercancías, de ida y vuelta a América. Estas se situaban al margen del sistema de flotas del comercio con América por parte de Cádiz. Los correos implicaban no solamente que se saliese desde un puerto diferente al gaditano, sino que los navíos eran sueltos, no necesitando montar un convoy con escolta armada (como se hacía en Cádiz).

          Desde coruña se seguirían dos rutas, una primera que enlazaba con la Habana y una segunda que enlazaba con Buenos Aires y Montevideo. No veríamos solo desde A Coruña correos sino también barcos mercantes, eligiéndose Coruña para estos Correos Marítimos por estar lo suficientemente lejos del Estrecho de Gibraltar, manteniéndose fuera del posible foco que pudieran tener los ingleses (época de tensiones con ellos), estando además alejado de Portugal y estando cerca del puerto de Ferrol donde se situaba la armada. Se fomentaría gracias a estos correos hasta el 1778 y 79 la actividad en el puerto coruñés, destacando en este período productos que llegarían a Coruña como el cuero, el azúcar y a mayor distancia otros productos como la lana vicuña (la de las llamas, para industrias textiles y la Real Fábrica de Guadalajara), el café́, el cacao, el pimiento, tabasco…

          – TERCERA FASE (1778):
          Tras el 1778 aparecerá́ la tercera iniciativa mediante la promulgación del decreto de libre comercio (Reglamento y Aranceles Reales, Comercio
          Libre de España a Indias)
          , rompiéndose así́ el monopolio que teñí́a el puerto gaditano y el que teñí́a el puerto coruñés desde el 1764. A partir de este momento el puerto de A Coruña tendrá́ que competir con otros puertos peninsulares (abriéndose 24 puertos de ultramar y 12 peninsulares), de manera que, aunque los primeros años del libre comercio permitieron mantener la actividad coruñesa anterior, nos encontraremos con que progresivamente irá perdiendo competitividad con respecto a los otros puertos. Será incapaz la burguesía gallega de desenvolver una flota mercantil propia, y aunque la industria textil se siguió́ fomentando, comenzó́ a sufrir

          competencia de productos textiles peninsulares y también extranjeros, sumado a la falta de competitividad de las telas de lino que se hacían en Galicia. A pesar de que se mantiene la salida de curtido, otros puertos se incorporaron a este comercio obteniendo licencia, como el caso de Pontevedra en el 1798 y el de Ferrol en el 1802.

          Igualmente, esto no servirá́ para fomentar el desarrollo económico en Galicia, pues la mayor parte de productos que se envían a América no eran creados en Galicia sino de importación (productos que vení́an de Cataluña, País Vasco, Inglaterra), no habiendo una conexión lo suficientemente intensa de esta actividad comercial con la actividad productiva gallega. Con la competencia progresivamente se irán reduciendo las importaciones de Galicia, a lo que si sumamos los problemas bélico-políticos del Siglo XIX (inicio de los procesos de independencia en América, Revolución Francesa, el sexenio absolutista en España…), nos daría lugar a una clara reducción de las exportaciones por parte de Galicia. Se creará de igual manera en el 1785 en A Coruña el Consulado del Mar y en el 1788 la Escuela de la Navegación (por la obligación de establecer una Escuela de Pilotaje y Marinería) como intento de revitalizar el comercio con América.

          La burguesía coruñesa regresará así́, con este fracaso comercial, a la compra de tierras y rentas, siendo especialmente notable a partir del 1784, viéndose potenciado esto posteriormente en el Siglo XIX con las diversas desamortizaciones que suceden; mientras que la actividad comercial y mercantil se verá disminuida a mínimos a finales del Siglo XVIII. Igualmente habrá́ una actividad comercial que se va a mantener que será el comercio de esclavos, por lo que aquellos que van abandonando los capitales en la exportación irán buscando rentas en la tierra, pero también mantendrá́n algo de actividad comercial en la intervención de este comercio esclavista. Una parte importante de las decisiones que tomará la burguesía comercial financiera será, por lo tanto, irse a sectores más seguros (compra de tierras agrarias al proporcionar una rentabilidad segura).

Deja un comentario