31 May
La Libertad guiando al pueblo es un cuadro pintado por Delacroix en 1830, del estilo artístico del ROMántico.
El movimiento ROMántico supuso una ruptura con la tradición y el orden establecido en nombre de la libertad personal, aplicable tanto al plano social como al artístico. Puede definirse como un producto de la evolución lenta iniciada a finales del Siglo XVIII y que, en un determinado momento histórico, rompe el orden cultural establecido desde el Renacimiento. Lo racional ahora da paso al sentimiento
. Fue un movimiento caracterizado por la subjetividad, la rebeldía y el triunfo de las pasiones, que influyó en todos los campos de la cultura. Los intelectuales y artistas buscaban la evasión en otras épocas historias, en otros lugares, o incluso se refugiaban en su interior. En muchos casos recurrían a la plasmación de los sentimientos exaltados que provocaban las revoluciones o los fenómenos naturales. El Romanticismo se fundamentaba en tres conceptos relacionados con los sentimientos: – sería bello lo que provocase sentimientos como el amor. Seria sublime lo que produjese un sentimiento de miedo, vacío o tristeza. – Finalmente, lo pintoresco se refiere a la naturaleza, a aquellos paisajes que parecen escapar de las leyes naturales, novedosos y singulares.
El lienzo representa una escena del mismo año en la que el pueblo de París levantó barricadas. Los disturbios iniciales se convirtieron en un levantamiento que desembocó en una revolución seguida por ciudadanos enojados de todas las clases sociales. No existíó un único cabecilla, por eso Delacroix representa a la Libertad como guía que conduce al pueblo. Tampoco está representada de una forma abstracta, sino que es una figura alegórica muy real. El espectador sólo tiene dos posibilidades, el unirse a la masa, o el ser arrasado por ella. El pueblo es la uníón de clases: se representa al burgués con su sombrero de copa y empuñando el fusil, al lado un andrajoso y un herido que pide clemencia a Francia.
Al fondo aparecen brumas y humos de la batalla que diluyen un barrio francés bastante realista. A los pies de la Libertad un moribundo la mira fijamente indicándonos que ha valido la pena morir por ella.
El lienzo representa una escena del mismo año en la que el pueblo de París levantó barricadas. Los disturbios iniciales se convirtieron en un levantamiento que desembocó en una revolución seguida por ciudadanos enojados de todas las clases sociales. No existíó un único cabecilla, por eso Delacroix representa a la Libertad como guía que conduce al pueblo. Tampoco está representada de una forma abstracta, sino que es una figura alegórica muy real. . El pueblo es la uníón de clases: se representa al burgués con su sombrero de copa y empuñando el fusil, al lado un andrajoso y un herido que pide clemencia a Francia. Al fondo aparecen brumas y humos de la batalla que diluyen un barrio francés bastante realista. A los pies de la Libertad un moribundo la mira fijamente indicándonos que ha valido la pena morir por ella.
El tema de la obra es la insurrección denominadas «las Tres jornadas gloriosas») como protesta contra una serie de ordenanzas que restringían libertades ciudadanas.
En el cuadro hay una estructura en forma de pirámide con la libertad en la cima sosteniendo en la mano derecha la bandera tricolor y en la mano izquierda un rifle. Para aumentar la tensión y el movimiento añadió contrastes junto a la oposición de los claroscuros. El color para Delacroix tenía un significado emocional propio, con el que intentaba el sentimiento de las personas. De fondo se ve el cielo de París tormentoso (otra carácterística ROMántica). Se utilizan colores pálidos con pinceladas sueltas destacando el azul, el rojo y el blanco de la bandera.
Los personajes que conforman el cuadro son varios; jóvenes, adultos, clase obrera, burgueses y soldados defendiendo a la libertad. El personaje del sombrero es un burgués, en el que se autorretrata Delacroix a pesar de que no participó en los hechos.
La figura de la Libertad porta dos símbolos revolucionarios: el gorro frigio y la bandera tricolor, que el nuevo adoptó nuevamente. En segundo plano, a la derecha del espectador, encontramos Notre-Dame de París, en una de cuyas torres ondea la bandera revolucionaria, para afirmar el sometimiento de la iglesia. Carácterísticas formales de la obra: Forma abierta, sensación de perspectiva gracias a los edificios del fondo y a la multitud. Los tres elementos (bandera, camisa del muerto de la izquierda y vestimenta del herido que se alza frente a la Libertad) forman una línea recta imaginaria que forma un eje central. La luz del cuadro es irreal para potenciar el movimiento.
Las pinceladas muestran una gran desenvoltura y ondulación. El rojo y el azul de la bandera, de la vestimenta del herido que se alza delante de la Libertad, y de la camisa del muerto de la izquierda resaltan por encima de todo el predominio de las tonalidades ocres y grises del conjunto.
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