21 May
Introducción
La Guerra Civil supuso una ruptura en la evolución de la cultura española con relación a las corrientes europeas. Tras el conflicto bélico, el panorama cultural se vio condicionado: España queda sumida en un profundo aislamiento tanto cultural como político y se instaura un fuerte aparato de control y censura de las publicaciones. Los escritores jóvenes carecen de modelos estéticos. La escasa producción literaria nacional favorece el auge de las traducciones de los autores poco comprometidos. El auge bélico que caracteriza el momento histórico general, provocó tendencias al escapismo o a la temática de guerra. En los años 50, ciertos cambios socioeconómicos, que se extienden hasta la década de los sesenta, anuncian una incipiente apertura del régimen franquista.
Lírica
La mayoría de poetas exiliados proceden de la generación del 27 (Alberti, Cernuda). También vivió en el exilio hasta su muerte Juan Ramón Jiménez. Cultivan temas recurrentes: el paraíso perdido, la armonía rota por la guerra, etc. Otros poetas son José Moreno Villa y León Felipe.
Teatro
El teatro de posguerra
Dadas las especiales características del espectáculo dramático, se puede afirmar que el teatro vivió durante la posguerra una intensa crisis general: los autores escasean y padecen una férrea censura; por otra parte, el público y los empresarios no están dispuestos a la innovación, lo que hace que el teatro quede reducido a un mero espectáculo para la diversión.
El teatro triunfante
- La alta comedia benaventina
- Teatro de humor: dos son los representantes más destacados: Jardiel Poncela y Miguel Mihura.
Jardiel Poncela
«Cuatro corazones con freno y marcha atrás» «Eloísa está debajo de un almendro» Poncela busca el humor en el planteamiento de situaciones inverosímiles y absurdas.
Miguel Mihura
Su obra más famosa «Tres sombreros de copa», la obra escrita en 1932 contiene tal poder crítico y corrosivo que se impidió su representación hasta 1952.
El teatro comprometido
A finales de los años 40, con el estreno de Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo, se produce una inflexión en el curso del teatro de posguerra. Vallejo combatió en la guerra civil española en el bando republicano hasta que fue detenido y condenado a muerte, pena que le fue conmutada por la cadena perpetua. Sus obras se dividen en 3 etapas:
- Teatro en esencia tradicional, que se la ha calificado de realismo simbólico: En la ardiente oscuridad
- Teatro histórico: Las Meninas, como obra de transición a la siguiente etapa se cita El tragaluz
- El espectador observa la historia desde un punto de vista de un personaje.
Sastre
Fue miembro del grupo del teatro experimental Arte Nuevo. Destacan dos obras suyas: Escuadra hacia la muerte, la obra plantea claras ideas pacifistas; y La mordaza.
La generación realista: teatro de denuncia y protesta
Destacan dos autores:
Lauro Olmo
Se trata de un escritor autodidacta que compone sus dramas a partir de su experiencia. En 1962 conoce el éxito con La camisa, que presenta la mísera vida de los chabolistas.
José Martín Recuerda
Inaugura un realismo con frecuentes tonos esperpénticos, que se observa perfectamente en Las salvajes en Puente San Gil donde se critica la brutalidad de un pueblo andaluz.
Últimas generaciones del dramaturgo
Fernando Arrabal
Combatió el régimen franquista y la sociedad industrializada que destruye al individuo. Desde joven viaja a París, ciudad donde encuentra la atmósfera adecuada para la creación y donde termina por instalarse. Arrabal integra en su arte escénico tanto las influencias hispánicas como las vanguardias europeas. Cultiva el absurdo, el esperpento y, sobre todo, es conocido por la creación del teatro pánico, con el que pretende conciliar lo absurdo con lo cruel. Destacan las obras: Pic-Nic, Cementerio de automóviles.
Francisco Nieva
Ha alternado la creación dramática con la dirección teatral y el trabajo de escenógrafo. Sus obras pueden dividirse en dos grandes grupos: Teatro furioso con La señora tártara, y el Teatro de farsa y calamidad con Funeral y pasacalle.
Miguel Esteo
Reside en Málaga desde hace años. Es uno de los autores llamados “malditos” ya que poseen un gran reconocimiento fuera de España pero no en ella. Su teatro es literario, pues no se puede representar. Su primera obra es Pizzicato irrisorio y Gran pavana de lechuzos.
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