08 Oct
LA POESÍA A PRINCIPIOS DE SIGLO. MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98. RUBÉN DARÍO Y ANTONIO MACHADO
1. Introducción
Con el trasfondo de la crisis del 98, surgen en España corrientes de ideas inconformistas:
- Unos se centran en el arte. Su reacción frente a un mundo materialista y gris les hace buscar la belleza, lo raro y lo exótico.
- Otros toman partido frente a la decadencia española y analizan sus causas.
A los primeros se les conoce como Modernistas, y a los segundos como Generación del 98.
2. El Modernismo
A finales del siglo XIX, los escritores hispanoamericanos deseosos de renovar la lírica se llamaron Modernistas. Rechazaban todo lo anterior. En España también hubo renovadores como Salvador Rueda. Rubén Darío fue el impulsor definitivo al llegar a España en 1892 y se convirtió en maestro de autores como Manuel Machado y Juan Ramón Jiménez. Puede considerarse un neorromanticismo.
El Modernismo es la síntesis del Parnasianismo y del Simbolismo, dos movimientos franceses. Del primero hereda la concepción de la poesía como una obra perfecta, y del segundo, el arte de sugerir y la musicalidad. Por encima de todo, el Modernismo busca la belleza. Características: desazón romántica, sensualismo, amor, erotismo, escapismo, exotismo y cosmopolitismo.
Los temas modernistas se reparten en dos direcciones: la exterioridad sensible y la intimidad. La primera justifica la evasión hacia lo lejano, tanto en el tiempo como en el espacio. La segunda, la intimidad del poeta, está animada.
En cuanto al estilo: profunda renovación del lenguaje poético. Los recursos expresivos buscan la brillantez y la delicadeza. Son frecuentes los epítetos, las metáforas y las sinestesias. Los modernistas enriquecen el repertorio de versos, estrofas y rimas, resucitando algunas primitivas e inventando otras. Son frecuentes el alejandrino, el dodecasílabo y el eneasílabo.
Destacan Salvador Rueda (En tropel, 1893) y Manuel Machado (Alma, 1902).
3. La Generación del 98
El concepto fue acuñado por Azorín. Al principio, los principales autores fueron Azorín, Baroja y Maeztu, y más tarde se añadieron Unamuno, Machado y Valle-Inclán.
- Difundieron ideas políticas muy avanzadas.
- Ensimismamiento.
- El problema de España es uno de sus temas centrales. Rechazan la política que lleva al país al suicidio y denuncian los males que lo afectan, como el caciquismo.
El rasgo de estilo más notorio es el sentido de la sobriedad. Otros rasgos comunes son el gusto por las palabras tradicionales y populares que recogen en sus viajes y el subjetivismo.
4. La poesía noventayochista
En común poseen el mismo rechazo de la literatura realista anterior, un lenguaje diferente, claro, preciso y bello, y un espíritu de protesta y de amor al arte. El Modernismo busca la belleza literaria (retoricismo) y la Generación del 98, las verdades, aunque cuidan la belleza de su prosa (antirretoricismo).
5. Rubén Darío
Este autor encabeza el movimiento de renovación poética conocido como Modernismo, que difundió por toda Europa. La primera etapa abarca Azul (1888) y Prosas profanas (1896) y la segunda, Cantos de vida y esperanza (1905). La música y el ritmo son esenciales. Fue un gran renovador de recursos líricos, lenguaje y posibilidades rítmicas del castellano.
6. Antonio Machado
Doble influencia en su poesía: romanticismo y simbolismo. La primera etapa, calificada de modernismo intimista, con su obra Soledades (1903), ampliada en 1907 con Soledades, galerías y otros poemas. La segunda, representada por Campos de Castilla (1912 y ampliada en 1917). La tercera, por Nuevas canciones (1924).
LA NOVELA A PRINCIPIOS DE SIGLO. PÍO BAROJA Y MIGUEL DE UNAMUNO
1. Introducción
Con el trasfondo de la crisis del 98, surgen en España corrientes con ideas inconformistas.
- Unos se centran en el arte. Su reacción frente a un mundo gris les hace buscar la belleza.
- Otros toman partido frente a la decadencia española y analizan sus causas.
A los primeros se les conoce como Modernistas, y a los segundos como Generación del 98.
2. La novela noventayochista y modernista
Para los miembros de la Generación del 98, el género narrativo se convierte en una herramienta idónea para regenerar el país. Sus novelas exploran la realidad nacional y buscan la raíz de sus males. Azorín escribió dos novelas importantes: La voluntad y Confesiones de un pequeño filósofo. Es característica la acción mínima en sus relatos y la escasa evocación de sentimientos.
3. El Novecentismo en la novela
En su afán por abrir nuevos caminos y seguir el modelo de Europa, los novecentistas incorporan a la novela elementos de las vanguardias. Destaca un lenguaje lleno de metáforas y las ideas que Ortega y Gasset defiende en torno a la deshumanización del arte. Esto dio lugar a textos de alto valor artístico e intelectual, pero alejados de la mayoría de los lectores. Ramón Pérez de Ayala fue el principal representante de la novela intelectual. En sus primeras novelas, Tinieblas en las cumbres y AMDG, critica la incultura, la poca educación y la falta de aspiraciones de la vida española. Más tarde, escribió obras de diferentes temas: Belarmino y Apolonio, Luna de miel, luna de hiel o Tigre Juan. Las obras de Gabriel Miró destacan por su riqueza plástica y lirismo intenso. Sus obras más importantes son Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso, en las que se expone el conflicto entre la libertad y las convenciones sociales. Ramón Gómez de la Serna destaca por la originalidad y el humor absurdo de sus obras, impulsado a través de las greguerías. Su obra más relevante es El torero Caracho.
4. Otras tendencias narrativas
En estos años se dan también otros tipos de tendencias narrativas:
- Prolongación del realismo naturalista con autores como Vicente Blasco Ibáñez.
- Novela corta y popular: destaca el éxito del subgénero erótico cultivado por Eduardo Zamacois.
- Los novelistas de la Generación del 27, como Benjamín Jarnés.
5. Pío Baroja
Su producción novelesca es muy extensa (más de sesenta obras) y organizada frecuentemente en trilogías.
- Trilogía La lucha por la vida (Madrid en sus distintos ambientes y clases sociales).
- Trilogía Las ciudades (ciudades europeas que conoció).
- Trilogía La tierra vasca.
- Trilogía La raza (El árbol de la ciencia, La dama errante y La ciudad de la niebla).
- Tetralogía El mar.
- Memorias de un hombre de acción (centradas en las Guerras Carlistas y la historia del siglo XIX).
Los rasgos esenciales de su narrativa son:
- Novelas centradas en un personaje a través del cual nos introducimos en los ambientes.
- Acción y diálogos abundantes.
- Fuerte presencia del autor, lo que permite expresar sus ideas filosóficas, literarias y políticas.
- Descripciones impresionistas.
- Cierto desaliño expresivo.
6. Miguel de Unamuno
Los sucesos que Unamuno narra en sus novelas son el reflejo de sus inquietudes religiosas (San Manuel Bueno, mártir) o existenciales (Niebla). Se acercó a cuestiones como la envidia (Abel Sánchez) o la maternidad (La tía Tula). Las novelas de Unamuno se desarrollan en torno al protagonista. Se presta mayor atención a los diálogos que a la ambientación o al marco temporal. Se reducen al mínimo las descripciones y predominan los monólogos de gran densidad conceptual. Debido a la novedad que suponía esta forma de narrar, Unamuno inventó el término nivola para designarla, pudiendo tener así libertad creadora.
EL TEATRO A PRINCIPIOS DE SIGLO. VALLE-INCLÁN Y FEDERICO GARCÍA LORCA
1. Tendencias generales del teatro anterior a 1939
La renovación literaria que se produjo en torno a 1914 en la narrativa y en la lírica españolas no afectó tanto al género dramático. La incidencia del Modernismo no obtuvo el mismo eco en escena.
El teatro que triunfa en esta época se basa en modelos asentados a finales del siglo XIX que presentan ciertas innovaciones y está destinado a entretener a las clases populares.
- Se desarrolla la comedia burguesa. Destaca Jacinto Benavente, creador de una nueva comedia caracterizada por el realismo y la crítica a la burguesía española. Son importantes La malquerida y Los intereses creados.
- Se cultiva un teatro tradicionalista en verso, centrado en la historia nacional. Destacan Eduardo Marquina con En Flandes se ha puesto el sol o los hermanos Machado con La Lola se va a los puertos.
- Triunfa el teatro cómico entre las clases populares, dentro del cual destacan la zarzuela, el café teatro y el sainete. Destaca la obra de Carlos Arniches (con obras como Los caciques), Pedro Muñoz Seca (creador del astracán y de la obra La venganza de don Mendo) y Mihura (con Tres sombreros de copa).
- Frente a este teatro comercial, a partir de los años veinte se intensifica la tendencia renovadora. La figura más destacada de la Generación del 98 es la de Valle-Inclán, quien durante estos años crea el esperpento. Asimismo, escriben en esta época autores de la Generación del 14 como Jacinto Grau. También surgen las obras de la nueva Generación del 27; destacan Lorca y Max Aub.
2. Ramón María del Valle-Inclán
Fue uno de los grandes renovadores del teatro contemporáneo. Su teatro puede dividirse en cinco periodos:
- Ciclo modernista: obras basadas en la estética decadente modernista. Destacan El marqués de Bradomín (1906) y El yermo de las almas (1908).
- Ciclo mítico: las obras ocurren en un mundo mítico e intemporal, a cuyos personajes les mueve la avaricia, la lujuria y la muerte. Destaca La trilogía de las Comedias Bárbaras.
- Ciclo de la farsa: presenta un contraste entre lo sentimental y lo grotesco. Se trata de un grupo de comedias recogidas en el volumen Tablado de marionetas para educación de príncipes.
- Ciclo esperpéntico: está formado por Luces de Bohemia y Martes de Carnaval. Crea el esperpento, una forma de ver el mundo distorsionando la realidad para hallar la verdadera imagen que se oculta tras ella.
- Ciclo final: en sus obras destaca lo irracional e instintivo, los personajes deshumanizados y el esperpento. La obra más importante es El retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte.
3. Federico García Lorca
Su primer éxito lo consiguió con Mariana Pineda en 1925. Tras su viaje a Nueva York, quiso emprender una profunda renovación teatral en España, creando obras experimentalistas y surrealistas. Sus obras más destacadas son: Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba, caracterizadas por los siguientes rasgos: búsqueda del espectáculo total, combinando verso y prosa, y elementos cultos y folclóricos; acercamiento a un lector popular, intención que ya había manifestado siendo director del grupo La Barraca; protagonistas femeninas frustradas para expresar el amor (Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba) o la maternidad (Yerma); lenguaje sencillo, directo y poético. En estas obras, el autor muestra una preocupación social: la mujer está sometida y marginada, el ambiente social oprime las libertades y la muerte es el desenlace trágico de las frustraciones amorosas. En La casa de Bernarda Alba se expone el enfrentamiento entre el autoritarismo de Bernarda y el deseo de libertad de sus hijas, condenadas al encierro para guardar luto tras la muerte de su padre.
NOVECENTISMO. VANGUARDIAS. GENERACIÓN DEL 27. JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
1. Introducción
La realidad cambiante exige nuevos planteamientos. Al racionalismo anterior lo sustituye el irracionalismo. La vida se percibe como una existencia angustiosa y se reconocen los sentimientos y los impulsos reprimidos como válvula de escape. Ante el malestar existencial y social, la literatura empieza a concebirse de dos maneras: como medio de evasión y como arte comprometido con los problemas individuales, sociales y políticos.
2. El Novecentismo (Generación del 14)
Movimiento cultural español que se opone a todo lo del siglo anterior: el romanticismo, el realismo y la literatura modernista. Se consolida un tipo de intelectual diferente, que se caracteriza por ser un profesional sólidamente formado, titulado universitario y que ha seguido estudios en el extranjero. La Revista de Occidente se convierte en el órgano de expresión de esta nueva intelectualidad.
Las características comunes de estos escritores son: racionalismo (frente al irracionalismo modernista); antirromanticismo; rechazo de lo pasional y lo sentimental; defensa del arte puro (el arte debe proporcionar placer estético y evitar expresar preocupaciones y sentimientos); aristocratismo intelectual (los textos se dirigen a entendidos); estilo cuidado; preocupación por la concepción, estructura y lenguaje de las obras. El género del ensayo será una de sus formas de expresión preferidas. D’Ors, Ramón Pérez de Ayala y José Ortega y Gasset, autor de La deshumanización del arte, brillarán en este género. En la novela, destacan la novela intelectual de Ramón Pérez de Ayala y la novela vanguardista de Ramón Gómez de la Serna. En la poesía, destacan José Moreno Villa, Ramón Pérez de Ayala y Juan Ramón Jiménez. Por lo que respecta al teatro, el más destacable es Jacinto Benavente (Los intereses creados).
3. La Generación del 27
En la década de los veinte, surge en España un grupo de poetas que muestran intereses literarios afines. Recibirán el nombre de Generación del 27, como homenaje a Góngora. Forman el grupo Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Pedro Salinas, Gerardo Diego, Vicente Aleixandre y Dámaso Alonso. La vida del grupo se desarrolla en Madrid, en torno a la Residencia de Estudiantes. Todos compartieron la voluntad de integrar vanguardia y tradición. Se observan diferentes rasgos: poesía pura y sentimiento (persiguen la perfección formal y la eliminación de lo accesorio, pero como un medio para expresar lo humano; destacan Salinas y Guillén); poesía hispana y las influencias extranjeras (muchos admiran a Paul Valéry y a Baudelaire, pero también a autores hispanoamericanos como César Vallejo o Pablo Neruda); tradición y renovación (admiran a los autores contemporáneos y clásicos; Lorca y Alberti destacan con Romancero gitano y Marinero en tierra); estructuras métricas clásicas y el verso libre (emplean tanto el verso libre como esquemas métricos más rigurosos). Podemos establecer las siguientes etapas en su trayectoria común:
- Entre la poesía pura y las primeras vanguardias. Interesados por la poesía depurada de Juan Ramón Jiménez y por Góngora. Conviven el gusto por la tradición con la búsqueda de metáforas más atrevidas.
- Influencia del Surrealismo y rehumanización de la poesía. La admiración por la poesía pura y por Góngora se debilita. Se percibe la necesidad de comunicación, antes que de perfección técnica.
- La Guerra Civil y la dispersión del grupo, tema central. Unos en el exilio y otros asesinados.
4. Juan Ramón Jiménez
La publicación de Diario de un poeta recién casado lo convirtió en el faro para los poetas españoles empeñados en imitar en España el vanguardismo de Europa. Identifica poesía con belleza y conocimiento. Se diferencian tres etapas en sus obras: etapa sensitiva (expresa una poesía emotiva, formalmente perfecta: Jardines lejanos, La soledad sonora, Platero y yo); etapa intelectual (la ruptura definitiva con el Modernismo se produce en 1916 con Diario de un poeta recién casado; la novedad es asombrosa: ha desaparecido el léxico modernista, la adjetivación sensorial, los ritmos sonoros; es una poesía de la que se elimina lo anecdótico para dejar paso a la concentración conceptual; pertenecen a esta etapa Eternidades, Belleza, La estación total); etapa suficiente o verdadera (la expresión poética es cada vez más hermética y abstracta; la poesía se ha convertido en metafísica que sólo puede apreciar la minoría: Dios deseado y deseante).
LA POESÍA DE 1939 A 1975. CLAUDIO RODRÍGUEZ
1. Introducción
La literatura arrastra durante las cuatro décadas del franquismo un triple lastre que la condiciona y empobrece: la ruptura traumática con las tendencias literarias previas, el exilio de gran parte de los intelectuales y la censura.
2. La poesía de los años cuarenta
La Guerra Civil acabó con el espléndido panorama de la poesía española en el primer tercio del siglo. Tras ella, en el exilio o en España, numerosos autores siguieron escribiendo, y entre los poetas que se quedaron en España, Dámaso Alonso estableció dos tendencias: poesía arraigada (son poetas falangistas que expresan una visión satisfecha y ordenada del mundo; su estilo respeta las formas clásicas, la sonoridad, la adjetivación abundante y el uso de metáforas; los representantes más destacados son Leopoldo Panero [La estancia vacía] y Luis Rosales [La casa encendida]) y poesía desarraigada (la publicación de Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, y Sombra del paraíso, de Vicente Aleixandre, abre el camino a un nuevo grupo de poetas que representan la angustia y la desesperación; para estos poetas, el mundo está mal hecho y se culpa a Dios por su indiferencia hacia el dolor humano; su estilo busca el mensaje directo y sincero; destacan Victoriano Crémer [Caminos de mi sangre] y Carlos Bousoño [Primavera de la muerte]).
3. La poesía social o comprometida
La poesía desarraigada deriva, en la década de 1950, hacia una poesía social, que concibe la escritura como una herramienta para cambiar el mundo y dar testimonio de la situación política y de las injusticias sociales. En consecuencia, adopta un lenguaje sencillo y coloquial, debido a la voluntad de comunicarse con un público amplio. Los representantes más destacados son Blas de Otero (Pido la paz y la palabra), Gabriel Celaya (Cantos iberos) y José Hierro (Quinta del 42).
4. La Generación de los 50
Reúne a los autores que, sin rechazar el carácter comprometido de la poesía social, marcan distancias con ella. Se recupera el cuidado de la forma, desatendido por la poesía social, la expresión de la intimidad y de lo amoroso, el humor y la ironía, y se prefiere la perspectiva ética antes que la política.
Entre sus miembros, cabe destacar a Ángel González (Sin esperanza, con convencimiento), Jaime Gil de Biedma (Compañeros de viaje), José Ángel Valente (Poemas a Lázaro), José Agustín Goytisolo (Salmos al viento) y Claudio Rodríguez.
5. La estética novísima
Se define como novísimos a una serie de poetas destacados como Manuel Vázquez Montalbán, Félix de Azúa, José María Álvarez, Guillermo Carnero, Ana María Moix, Leopoldo María Panero, Antonio Martínez Sarrión, Vicente Molina Foix y Pere Gimferrer (Arde el mar).
Estos poetas buscaron una lengua poética exuberante, simbolista y surrealista. El verso que prefieren es largo y con unos ritmos muy marcados. Hay varios rasgos que justifican este agrupamiento generacional: preocupación máxima por el lenguaje; tendencia al esteticismo, por lo que abundan las ambientaciones lujosas y exóticas; uso de la intertextualidad, que convierte el poema en un objeto metaliterario; presencia de los medios de comunicación de masas en las obras (cine, cómic, música pop se convierten en temas poéticos); uso de procedimientos como la ruptura del verso o la supresión de los signos de puntuación.
6. Claudio Rodríguez
Se inició en la poesía en 1953 con Don de la ebriedad y atrajo la atención de Vicente Aleixandre, que se convirtió en amigo y mentor. Era un libro breve, como toda su obra, que el propio autor agrupa bajo el título Desde mis poemas, que reúne Don de la ebriedad, Conjuros, Alianza y condena y El vuelo de la celebración. Es un poeta ruralista que rinde homenaje a Machado en su presentación del campo zamorano. La poesía es un don y la ebriedad es el estado de entusiasmo ante la naturaleza. Destaca la riqueza y naturalidad de su léxico, que produce una poesía sencilla y meditativa. Este carácter meditativo se va acentuando con el tiempo y desemboca en una exploración del destino humano (contradictorio, asombroso y lleno de misterio), que constituye la esencia de Alianza y condena.
LA NOVELA DE 1939 A 1975. CAMILO JOSÉ CELA. MIGUEL DELIBES
1. Introducción
La literatura arrastra durante las cuatro décadas del franquismo un triple lastre que la condiciona y empobrece: la ruptura traumática con las tendencias literarias previas, el exilio de gran parte de los intelectuales y la censura.
2. La novela del exilio
Entre los exiliados, se encuentran algunos de los grandes autores de la novela española. Sus obras estuvieron prohibidas por la censura y entre ellos hay un vínculo más ideológico que estético. Destacan:
- Ramón J. Sender: sus obras se dividen en narraciones realistas, novelas históricas y autobiográficas.
- Max Aub: es el autor que tiene el mejor ciclo narrativo de la Guerra Civil.
- Francisco Ayala: destaca su cuidadísimo estilo y sus temas de carácter político-social, como la corrupción y las dictaduras. Destacan Muertes de perro y En el fondo del vaso.
3. La novela de la inmediata posguerra: realismo existencial
Se mantuvo al margen de las innovaciones europeas. Lleva tres direcciones de interés muy diverso:
- Continuación del realismo tradicional, sostenida por Azorín, Baroja e Ignacio Agustí.
- El acercamiento a la Guerra Civil desde la óptica de los vencedores.
- Realismo existencial: antihéroe enfrentado a una sociedad hostil. Temas: amargura de la vida cotidiana, soledad y muerte. La familia de Pascual Duarte (Camilo José Cela), Nada (Carmen Laforet).
4. La novela de los años cincuenta: realismo social
La literatura de los cincuenta se preocupa por dejar constancia de los problemas económicos y sociopolíticos del país. La novela social española va desde 1951 (publicación de La colmena) hasta 1962 (publicación de Tiempo de silencio) y se han señalado dos corrientes dentro de ella: el realismo objetivo (expresa la conducta externa de los personajes, dejando a un lado cualquier forma de introspección, con lo que se obliga al lector a que saque sus conclusiones; destacan El Jarama [Rafael Sánchez Ferlosio] y Entre visillos y Nuevas amistades [Carmen Martín Gaite]) y el realismo crítico (el autor muestra su compromiso ideológico y resalta las causas y las consecuencias de las injusticias sociales; los personajes suelen ser prototipos: el obrero explotado, el campesino esclavizado o el patrón; destacan La noria [Luis Romero] y Los gozos y las sombras [Gonzalo Torrente Ballester]).
5. La narrativa experimental
Dos factores literarios influyeron en la modernización de la novela española en los sesenta: el descubrimiento de la novela hispanoamericana (con obras como Rayuela [Julio Cortázar]) y la influencia de los grandes renovadores de la novela universal contemporánea. A partir de la publicación de Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos, se generaliza entre los novelistas españoles el uso de recursos de carácter experimental. Los acontecimientos se presentan desde el punto de vista de diferentes personajes. Espacio y tiempo se rompen. La división tradicional en capítulos se sustituye por secuencias.
6. Camilo José Cela
Producción literaria heterogénea y extensa. Se inició en la novela con La familia de Pascual Duarte (1942), inaugurando el tremendismo. La colmena se considera la obra cumbre de Cela y salió en Buenos Aires porque la censura había prohibido su publicación. En esta obra, el argumento se rompe en cientos de pequeñas anécdotas que, en conjunto, crean la ilusión del ir y venir de los individuos de una colmena. El autor refleja la realidad de las clases media y baja. También quiso participar en el experimentalismo.
7. Miguel Delibes
Se inició con La sombra del ciprés es alargada, un relato fatalista de aprendizaje cuya mayor virtud es la captación del ambiente cerrado abulense. El camino destaca por la visión cercana y humanista del mundo rural que se extingue ante las grandes ciudades. Cinco horas con Mario es una novela cuyo tema principal es el análisis de las costumbres y la mentalidad de la burguesía. Los santos inocentes representa la defensa de los inocentes y oprimidos. Se despidió de la creación literaria con una novela histórica, El hereje, homenaje a la ciudad en la que vivió siempre, Valladolid.
EL TEATRO DE 1939 A 1975. ANTONIO BUERO VALLEJO
1. La alta comedia
La influencia de Benavente y de su alta comedia repercutió con fuerza durante la posguerra en una serie de autores que veían con buenos ojos el teatro de evasión, que no daba pie a los problemas por los que estaba pasando España. Son obras protagonizadas por personajes de la clase acomodada, ambientadas en espacios elegantes que sirven de marco a adulterios, enfrentamientos… Predomina el final feliz, con el triunfo de la fidelidad y el amor. Destacan José María Pemán (Los tres etcéteras de don Simón) y Joaquín Calvo Sotelo (La muralla). Mención especial merece Edgar Neville (El baile).
2. El teatro humorístico
Contribuyó, como la alta comedia, a mantener la escena española alejada de los problemas reales. Existe una variedad más ligera, de chiste fácil, cuyos principales representantes fueron Alfonso Paso y Víctor Ruiz Iriarte. Pero, frente a este humor simple, surge una comicidad innovadora, representada por dos figuras principales: Jardiel Poncela (concibió un teatro en el que tienen cabida los hechos y las situaciones más absurdas; destacan Cuatro corazones con freno y marcha atrás, Eloísa está debajo de un almendro y Los ladrones somos gente honrada) y Miguel Mihura (su obra más destacada es Tres sombreros de copa, que combina el absurdo y la reflexión existencial; posteriormente, escribe Maribel y la extraña familia).
3. El teatro social
Los dos dramaturgos españoles más importantes de esta tendencia coinciden en su descontento con la situación política, pero difieren en su modo de expresarlo: Antonio Buero Vallejo prefiere esquivar la censura y Alfonso Sastre defiende la necesidad de combatir pese a la censura. Para Sastre, el teatro fue un instrumento de transformación de la sociedad. Sus principales obras son Escuadra hacia la muerte, La mordaza y La taberna fantástica. Aunque de menor trascendencia que los anteriores, otros autores también participaron de esta visión social y crítica: Lauro Olmo (La camisa) y José Martín Recuerda (Las salvajes en Puente San Gil).
4. El teatro poético
Esta variedad dramática la practican fundamentalmente dos autores: Alejandro Casona (destaca La dama del alba, que introduce el misterio en la figura de una mujer que representa a la muerte) y Antonio Gala (destacan Los verdes campos del Edén y Noviembre y un poco de yerba).
5. El teatro experimental
En los años sesenta, surge una corriente que pretende renovar el concepto tradicional de teatro: el teatro épico, el teatro del absurdo liderado por Ionesco y Beckett, el teatro de la crueldad y el teatro independiente. Fernando Arrabal se marchó a Francia porque consideraba que el público español no estaba preparado para valorar su teatro experimental. En su obra, se mezclan surrealismo, absurdo, teatro de la crueldad, crítica social y humor. Destacan Picnic y El triciclo. Los grupos de teatro independiente, formados por jóvenes críticos con la dictadura, como Els Joglars o Els Comediants, practican un teatro de calle, con montajes espectaculares al aire libre.
6. Antonio Buero Vallejo
El estreno de Historia de una escalera supuso una revelación esperanzadora para nuestro teatro. La temática de las obras de Buero Vallejo gira en torno a la realización humana y a sus limitaciones. Esta temática se enfoca desde dos planos, que aparecen entremezclados en su obra: un plano existencial y un plano social. En su obra, se puede distinguir una primera etapa en que prima el enfoque existencial (en ella destacan Historia de una escalera y En la ardiente oscuridad) y una segunda etapa en que los problemas ya tratados antes aparecen en contextos más precisos, muchas veces de carácter histórico (Un soñador para un pueblo, Las Meninas, El tragaluz).
LA POESÍA DESDE «LOS NOVÍSIMOS» A LA ACTUALIDAD
Últimas décadas del siglo XX
- Gran complejidad por poetas de distintas generaciones y por diversidad de tendencias.
- Publican en revistas, antologías y editoriales poetas jóvenes.
- Irrumpe con fuerza la presencia de mujeres.
1. Los novísimos
Desde 1966 hasta los años ochenta, predominan los novísimos: una poesía novedosa que rompe con la anterior y que se vincula con las vanguardias. Características de la poesía de los novísimos:
- Está definida por el esteticismo y el culturalismo.
- Se huye del realismo y aparecen temas de cultura popular y de los medios de comunicación: evasión, amor, erotismo, se denuncia la guerra, la sociedad consumista y la metapoesía.
- Aparecen rasgos vanguardistas.
- Obras: Arde el mar, de Pere Gimferrer. A partir de la democracia, estos poetas buscan un camino personal y atenúan su actitud culturalista, volviendo al intimismo y a lo clásico, como Jaime Siles, Clara Janés, etc.
2. La poesía desde los ochenta
Publica una nueva generación de poetas nacidos hacia 1960, de todas las tendencias imaginables. Rompen con los novísimos y dan más importancia a la tradición y la emoción. La poesía «figurativa» es la predominante:
- Recuperación del realismo.
- Predominio de matices sentimentales y atmósferas sugerentes.
- Una nueva épica para rescatar una memoria colectiva: Julio Llamazares.
- El neosurrealismo.
- Minimalismo y conceptualismo: Ángel Campos Pámpano.
- Tradicionalismo: reivindicación de la métrica clásica: Antonio Carvajal.
- La poesía elegíaca y metafísica: Juan Lamillar.
A pesar de la pluralidad de tendencias entre ellos, podemos citar algunas características comunes:
• Toman como modelos a autores anteriores.
• Recuperan forma métricas tradicionales.
• Vuelven a la poesía narrativa con lenguaje coloquial.
• Abordan temas subjetivos propios.
• Emplean el humor, el pastiche, la parodia o la ironía como elementos distanciadores.
En los 80 y 90 se imponen: la poesía del silencio, heredera de la poesía pura y del existencialismo y de la experiencia, heredera de la poesía impura, de corte realista que habla de la vida y se cultiva una poesía elegíaca. Hay dos maneras de entender la poesía: la poesía pura (J.R. Jiménez) y la impura (Neruda).
3. LA POESÍA DE LOS AÑOS 90
Resulta difícil sistematizar la gran diversidad de corrientes poéticas de los últimos años del siglo XX: vuelta a la tradición, experimentación vanguardista y algunas se reafirman en su propia individualidad.
Es el conjunto de una nueva poesía de la experiencia, introspección emocional, búsqueda de un nuevo lenguaje, contemplación meditativa, y crítica con la realidad.
4. LA POESÍA DEL SIGLO XXI
Al finalizar el s.XX, se empieza a manifestar un mayor compromiso social frente a un mundo injusto. En nuestra realidad, cada vez más centrada en lo breve y fragmentario, la poesía puede tender puentes entre un mensaje electrónico con toda la tradición literaria. En la nueva poesía española no existe una bandera común, ni una tendencia única, ni un nombre generacional para agruparlos. Luis Antonio de Villena, Elvira Sastre, Luna Miguel…
Los dominios de la poesía en la época en que vivimos se expande:a través de la fotografía (Chema Madoz), la perfopoesía, la obra de algunos de los músicos actuales. La poesía más reciente se mueve en muy diversos frentes que hacen difícil su sistematización. El posmodernismo y el eclecticismo parecen ser los rasgos dominantes.
TEMA 9: LA NOVELA DESDE LA DÉCADA DE LOS 70 A LA ACTUALIDAD. EDUARDO MENDOZA
1- INTRODUCCIÓN
Después de que el Franquismo llega a su fin, la publicación en 1975 de La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza, supuso un giro de la narrativa española, que regresó el placer de contar, el realismo y el interés por la trama argumental.
2. La narrativa en las últimas décadas del siglo XX: características fundamentales
-La trama argumental vuelve a ser importante. Claridad y amenidad esenciales para atraer al lector.
-Abundantes subgéneros narrativos en los que la intriga es el elemento principal.
-Los personajes reflejan la forma de ser del hombre contemporáneo.
-La narrativa se desvincula del compromiso social y político.
-Es característica la presencia del autor en un enfoque intimista y con ciertos elementos líricos.
-Se potencia el aspecto lúdico.
-Brevedad, historias cerradas, abundantes diálogos, escasas interrupciones discursivas, argumentos realistas, procedimientos psicológicos y experimentales, rotura de la secuencia cronológica.
3. Tendencias narrativas principales: Panorama variado, hay una proliferación de tendencias narrativas.
A. La novela histórica: Se recrean: la Edad Media; los Siglos de Oro El capitán Alatriste (1996), de Arturo Pérez Reverte; el final del siglo XIX y el comienzo del XX.Guerra Civil Soldados de Salamina (2001) de Javier Cercas.
B. La novela policiaca o negra: Llena de violencia, crímenes, corrupción política e indecencia moral en barrios miserables. División borrosa de buenos y malos. Investigadores fracasados, desengañados y cínicos que protegen a los débiles y luchan por encontrar la verdad. Manuel Vázquez Montalbán.
C. La novela realista: Novelas de tramas narradas de forma realista siguiendo el estilo de los grandes narradores del siglo XIX. Historias del Kronen (1994), de José Ángel Mañas (cruda vida de los jóvenes)
D. La novela lírica: Subjetividad del autor, estilo cuidado (cercano a la poesía), interiorización y análisis psicológico de los personajes. Manuel Vicent, Son de mar (1999)
E. La metaficción: Se trata de metaliteratura. Otras novelas dan un paso más, pues introducen al autor como personaje dentro del relato (autoficción).
F. La novela sentimental y erótica: Destaca Octubre, octubre, de José Luis Sampedro.
EDUARDO MENDOZA (Barcelona 1943).
Su primera novela, La verdad sobre el caso Savolta (1975), marca el inicio de la nueva narrativa española. En esta «opera prima» se puede observar la capacidad en la utilización de diferentes discursos y estilos narrativos que lo lanzan a la fama. Considerada como precursora del cambio que daría la sociedad española y como la primera novela de la transición democrática. Recibió el Premio de la Crítica. El misterio de la cripta embrujada (1978), marca el inicio de una serie de cinco novelas. El laberinto de las aceitunas (1982), lo consolida como uno de los escritores con más éxito de ventas. Destaca su admirable capacidad fabuladora, el asombroso dominio de los registros lingüísticos, el humor sutil y, de forma excelente, la parodia, todo lo cual se aprecia muy bien en la que es considerada su obra cumbre: La ciudad de los prodigios (1986). Sin noticias de Gurb (1991). Riña de gatos. Madrid 1936 (2010), novela con la que gana los 601.000 € del Premio Planeta. El 30 de noviembre de 2016 se le concede el Premio Cervantes por una lengua literaria llena de sutilezas e ironía.
4. La novela entre el siglo XX y el siglo XXI
A partir de 1990 sigue en auge la orientación existencial propia del siglo XX. Aparecerá un nuevo grupo de novelistas en el que destaca la presencia de mujeres narradoras de gran calidad como ROSA MONTERO, ALMUDENA GRANDES. Reflejo del cambio social. Características que definen esta narrativa de entre los dos siglos:
– Narrador comprometido con lo que cuenta y voz narrativa en segunda persona.
-Personajes se desdoblan y juzgan su propia actitud para denunciar la falta de valores.
-Prolifera la novela-reportaje y la histórica.
-Los temas recurrentes son la intimidad, el espacio como metáfora de la inconsciencia de lo real, desasosiego por asuntos emocionales y morales, el escepticismo y el sentimiento como solución literaria a los conflictos humanos.
TEMA 10: EL TEATRO DESDE LA DÉCADA DE LOS 70 A LA ACTUALIDAD. JOSÉ LUIS ALONSO DE SANTOS
1- INTRODUCCIÓN
Tras el experimentalismo, a partir de la década de los 70, se vuelve a la tradición, en un teatro denominado neorrealista. Se distinguen las siguientes tendencias: Teatro tradicional, paródico, experimental y al margen de estas corrientes, se desarrolla un teatro comercial, destinado a captar al público que no asistía al teatro, adaptando musicales exitosos. El cambio más importante consiste en que desaparece el autor teatral, porque se pone el énfasis en la representación, en los espacios escénicos o en la obra como resultado de un esfuerzo colectivo.
2- TEATRO DE AUTOR
Aunque el autor teatral perdió importancia, destacan los siguientes:
JOSÉ SANCHÍS SINISTERRA. Es uno de los autores más preocupados por la renovación del lenguaje teatral. Su obra más conocida es ¡Ay, Carmela!, en la que dos actores rememoran la representación que se vieron obligados a realizar ante un grupo de condenados a muerte durante la Guerra Civil. Otras obras importantes de su producción son Ñaque o de piojos y actores, y El lector por horas. Sin embargo, su mayor aportación fue la contribución a una infraestructura teatral.
FERMÍN CABAL. Su obra más conocida es Tú estás loco, Briones, en la que resucita el esperpento para proyectarlo sobre la sociedad del posfranquismo.
EDUARDO QUILES. Muy conocido fuera de España, mezcla el teatro clásico con el vanguardista (El frigorífico).
SERGI BELBEL. Es autor y director. Caricias y Después de la lluvia.
JUAN MAYORGA. En sus obras toma algunos temas de Walter Benjamin. Digno heredero del teatro simbólico de Buero Vallejo. Hamelin, y La paz perpetua.
3- EL NUEVO TEATRO
Este teatro surge y madura con las compañías independientes. Cataluña constituye el foco de estos grupos, con representaciones en catalán y en castellano. Sus rasgos generales son: Importancia del director escénico en detrimento del autor. Son ejemplos Josep Mª Flotats en la Companya Flotats, Joan Font en Els Comediants. Rechazo del teatro escrito a priori. Algunas compañías elaboran el texto como actividad colectiva, o encargan propuestas o variaciones a la obra de un autor, tal es el caso de Albert Boadella en Els Joglars. Protagonismo de la expresión corporal, de la imagen y del sonido, muchas veces
por encima de la palabra. La Fura dels Baus: en sus espectáculos no hay texto. Nuevos espacios escénicos. Se rompe la frontera entre sala y escenario, en unos casos, y en otros la calle, plazas de toros, una nave industrial se convierten en escenario de representación. Se usa la alegoría y el símbolo para expresar la crítica contra el poder, el control del ciudadano, el consumismo, la falta de libertad, el paro… siempre con tono satírico y paródico. El espectador ya no es pasivo, se le exige participación interactuando con los actores o descifrando códigos no explícitos.
4- JOSÉ LUIS ALONSO DE SANTOS
Es uno de los más exitosos autores teatrales de la actualidad. Se inició con una obra de ambientación histórica, ¡Viva el Duque, nuestro dueño!, que cuenta como unos cómicos del siglo XVII se ven frustrados porque no pueden actuar en la fiesta del noble porque este prefiere una corrida de toros. La estanquera de Vallecas y Bajarse al moro constituyeron su salto a la fama. Ambas son sainetes que cuentan la lucha entre lo establecido y la actitud rebelde de los marginados sociales. Su mayor mérito es la recreación del habla de la calle, basándose en el Esperpento (de Valle-Inclán, en Luces de Bohemia). Distorsiona levemente la realidad, lo que provoca la risa, haciendo de esta obras parientes cercanos del sainete.
Por la exigencia del autor, abandona la parodia lingüística para afrontar otras visiones. En unos casos, representa el teatro de posguerra, con sus conflictos burgueses y sus diálogos chispeantes. En otros, plantea dramas de carácter moral y filosófico, protagonizados por animales
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