10 Jun

El Reinado de los Reyes Católicos (1474-1516)

Fin de la Reconquista y Consolidación del Estado Moderno

El reinado de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, conocidos como los Reyes Católicos, marcó un periodo de profundas transformaciones en la Península Ibérica. Con la toma de Granada en 1492, se puso fin a la Reconquista, un proceso que había durado siglos. Este hito simbolizó la victoria cristiana sobre el Islam y el afianzamiento de la monarquía.

Los Reyes Católicos sentaron las bases de un Estado moderno, centralizando el poder y creando instituciones como el Tribunal de la Santa Inquisición en 1478. Este tribunal, conocido también como Santo Oficio, tenía como objetivo mantener la ortodoxia católica y perseguir la herejía.

Expansión Ultramarina y el Descubrimiento de América

Con el objetivo de encontrar una ruta comercial alternativa hacia Asia, los Reyes Católicos apoyaron el proyecto de Cristóbal Colón. En 1492, Colón llegó a un nuevo continente, América, cambiando el curso de la historia. Este descubrimiento impulsó la expansión ultramarina de España y la convirtió en una potencia mundial.

El Tratado de Tordesillas (1494) firmado con Portugal, dividió el mundo en dos hemisferios para evitar conflictos por el control de las nuevas tierras descubiertas.

Política Interior y Religiosa

Los Reyes Católicos llevaron a cabo una serie de reformas para fortalecer la monarquía. Redujeron el poder de la nobleza, impulsaron la creación de consejos y favorecieron el desarrollo económico.

En el ámbito religioso, la expulsión de los judíos en 1492 y la conversión forzosa de los mudéjares en 1501 buscaron la homogeneización religiosa del reino.

El Imperio de Carlos I y Felipe II (Siglo XVI)

Carlos I y el Auge del Imperio

Carlos I, nieto de los Reyes Católicos, heredó un vasto imperio que abarcaba territorios en Europa, América y Asia. Su reinado estuvo marcado por las guerras contra Francia, el Imperio Otomano y los príncipes protestantes alemanes.

A pesar de los conflictos, Carlos I impulsó la exploración y conquista de América, con figuras como Hernán Cortés, conquistador del Imperio Azteca, y Francisco Pizarro, conquistador del Imperio Inca.

Felipe II y la Consolidación del Imperio

Felipe II, hijo de Carlos I, trasladó la capital a Madrid y continuó la política exterior de su padre. Su reinado se caracterizó por la defensa del catolicismo, la lucha contra el Imperio Otomano (destacando la victoria en la Batalla de Lepanto en 1571) y la anexión del reino de Portugal en 1580.

Felipe II también tuvo que hacer frente a la rebelión de los Países Bajos, motivada por cuestiones religiosas y políticas, y a la amenaza de Inglaterra, que culminó con el desastre de la Armada Invencible en 1588.

Los Austrias Menores y el Inicio del Declive (Siglo XVII)

Reinado de Felipe III y Felipe IV

Los reinados de Felipe III y Felipe IV estuvieron marcados por la figura del valido, un personaje de confianza del rey que gobernaba en su nombre. El Conde-Duque de Olivares, valido de Felipe IV, intentó centralizar la monarquía con el proyecto de la Unión de Armas, lo que provocó revueltas en Cataluña y Portugal.

La expulsión de los moriscos en 1609, decretada por Felipe III, tuvo graves consecuencias económicas y demográficas para España.

Crisis y Declive

El siglo XVII fue una época de crisis para la Monarquía Hispánica. Las guerras constantes, la corrupción, la inflación y la pérdida de hegemonía en Europa contribuyeron al declive del imperio. La independencia de Portugal en 1668 y la Paz de Westfalia en 1648 marcaron el fin de la supremacía española.

La Leyenda Negra

A partir del siglo XVI, se fue forjando la llamada Leyenda Negra, una imagen negativa de España difundida por sus enemigos, especialmente Inglaterra y los Países Bajos. Esta propaganda se basaba en la exageración de la crueldad española en América, la Inquisición y el fanatismo religioso. La Leyenda Negra ha perdurado a lo largo de los siglos y ha influido en la percepción de España en el mundo.

Conclusión

La Monarquía Hispánica, desde los Reyes Católicos hasta el siglo XVII, vivió un periodo de esplendor y expansión, convirtiéndose en una potencia mundial. Sin embargo, las guerras, la crisis económica y la rigidez de sus estructuras provocaron su declive. A pesar de ello, la herencia cultural, artística y lingüística de España sigue siendo palpable en la actualidad.

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