11 Jun
Dios de Nietzsche:
La “Muerte de Dios” es la idea reguladora de todo el proceso de limpieza y destrucción de la cultura occidental que realiza Nietzsche. Representa el afán que tenía éste por destruir todo lo creado por la cultura occidental desde que se abandonó el ámbito de la sabiduría trágica por el de la científica, es decir, desde la época de los primeros filósofos griegos, con lo que supone la destrucción total de todo conocimiento filosófico por haber sido orientado mal desde un principio. La idea de Dios representa la concreción máxima de los valores de la cultura judeo-cristiana. La demostración de la vaciedad de tal concepto, del engaño al que nos somete y de la infravaloración de lo humano a que impulsa, nos obliga a enterrarlo. Pero tras su muerte hay que tener cuidado de no sustituirlo por otros elementos que desempeñen las mismas funciones, como ha sido el caso de la Ilustración con la Razón, el Positivismo con la Ciencia y el Liberalismo con el Estado. Si Dios ha muerto, la moral occidental no tiene ningún sentido: hay que transmutar todos los valores sostenidos por el resentimiento de la moral de los esclavos, por los valores de la vitalidad y la fuerza de la moral de los nobles o señores. Desterrado el concepto de verdad, sustentado en la existencia de Dios, la voluntad es aquello que comprende y empuja el auge de la vida: acepta la voluntad de poder y su repetición. El sentido de la vida ya no es conocer una verdad muerta con Dios, sino reconocer que la vida por sí misma es su sentido, la fuerza del deseo, de la voluntad hace que lo que ella quiere se torne en realidad. La voluntad es un sentimiento vital que en vez de crear verdades crea algo de más valor: realidades. La conclusión de la muerte de Dios es el nihilismo. El nihilismo no se puede entender como una teoría filosófica, sino como un movimiento histórico y como un proceso psicológico. Como movimiento histórico representa toda la evolución cultural de occidente, sustentada en la metafísica platónica y la moral cristiana que despreció la ingenuidad del devenir y el valor telúrico de la vida. Como proceso psicológico es el estado de desasosiego y desorientación en el que el individuo cae al darse cuenta de la ficción en la que cree. Es el punto último en el que desemboca, tras los estados de conmoción y desesperación.
Hombre de Nietzsche:
Concibe a dos tipos de hombres: el hombre nihilista es el último hombre, el que está llamado a ser superado. El super hombre es el creador de valores que superarán el nihilismo pasivo. Está llamado a superar al hombre moderno, es su propio dios ya que crea con total libertad. Para explicar el paso del hombre al superhombre, recurre a la metáfora de la triple metamorfosis: 1. Nos encontramos con el camello, que es un ejemplo de obediencia ciega, humillación y sacrificio. Es el cristiano acostumbrado a llevar su cruz durante toda la vida y también a aquella persona que soporta obligaciones por pura tradición. 2. El camello se transforma en león, este es el gran negador, el crítico. El león, quiere conquistar su libertad pero no es capaz de crear sus valores. 3. El niño es el gran creador porque sus características se lo permiten, no se arrepiente de nada ya que carece de sentimientos de culpa, ni tampoco espera nada del futuro, ni quiere, ni debe, simplemente es; el juego es la actividad humana que carece fin. El juego implica libertad, voluntad de jugar, es decir, voluntad de poder. Juego y arte son creatividad, por tanto, le permite al superhombre, ya que ha creado su propio sistema moral. Por último, la idea del eterno retorno que Nietzsche defiende, está presente en su visión del superhombre. Es un pensamiento que da miedo, pero solo aquellos que viven en la morada de Dionisio podrán soportar las consecuencias que provienen de aceptar este tipo de vida.
Moral de Nietzsche:
La crítica más profunda de Nietzsche a la cultura occidental es la crítica a los valores morales. El principal error de la moral tradicional es su “antinaturalidad”, o sea, el ir contra la naturaleza, contra la vida. La filosofía de Nietzsche es una filosofía vitalista, por lo que todo aquello que niega la vida debe ser eliminado. La base de la filosofía de esta moral contra – natura es el platonismo: el mundo de las ideas sirve de “más allá” religioso para los cristianos, de tal manera que acaba convirtiéndose en la metafísica cristiana. Al afirmar que existe un orden moral del mundo que dirige la historia de los hombres, lo que se ha hecho ha sido afirmar que alguien desde fuera del mundo, fuera de la vida, dirige a los hombres (Dios). Y entonces han prevalecido los valores de los débiles: la compasión, la misericordia, el sacrificio…, en los que se ve la prevalencia de los instintos de decadencia sobre los de superación, sobre el amor a la vida. Nietzsche critica a la moral occidental porque mata la vida, la vida es lo único real… En su obra “El nacimiento de la tragedia”, Nietzsche contrapone a los dioses Dionisio y Apolo: Dionisio: Dios de la vida, del vino, de la embriaguez; es el símbolo de la alegría desbordante de vivir, del desorden y del caos. Apolo: dios de las formas extremas, de la apariencia llena de belleza. Es el símbolo de lo ordenado, coherente, racional, medible, y proporcionado. La nueva moral que Nietzsche propone está basada en Dionisio, en este deseo apasionado de vivir, está apoyada en la exaltación por la vida sin traba alguna. La vida tiene valor por sí misma, y no hay que buscar otra explicación. No hay que imponer ninguna norma a la vida, sino gozar de ella. La nueva moral se traduce en la exaltación de las fuerzas primarias de la vida. Nietzsche distingue dos tipos de moral: Moral de los señores: Es una moral caballeresca, propia de los espíritus elevados, la que ama la vida, el poder, la grandeza, el placer, propia del superhombre, la del que quiere la muerte de Dios, emanada de la idea de lo que representa Dioniso. Moral de los esclavos: Es la inversión de los valores: el dolor, la pequeñez, la humildad, la amabilidad… El esclavo no crea estos valores, sino que los encuentra en sí mismo, por eso es una moral pasiva. Esta moral proviene de lo que significa el dios Apolo, orden, conocimiento y por lo tanto sometimiento a algo superior, a la verdad. Nietzsche examina la historia de la cultura occidental y constata un creciente ascenso de los valores de los débiles frente a los fuertes. Los débiles han tenido fuerza para imponer su criterio a los fuertes. Para superar esta decadencia de los valores cristianos, el occidente va a proponer el supuesto de que aparezca superhombre, libre de toda servidumbre religiosa, de todo dogmatismo católico. Crítica a la religión cristiana: Toda religión nace del miedo, angustias y necesidades de la impotencia que siente el hombre en sí mismo. Por lo tanto, ninguna religión ha contenido jamás ninguna verdad. El cristianismo se ha inventado valores de vida, y se ha inventado un mundo ideal. Solo fomenta los valores mezquinos como la obediencia, el sacrificio, la humildad, que son sentimientos propios del rebaño. Es el enemigo moral del superhombre. Se extravían los instintos y se inventa otro mundo que desprecia este. Habla del pecado, que es un atentado contra la vida. Con el concepto de pecado aniquila las formas y valores más nobles de la vida y pervierte la vida en su raíz.
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