30 Nov

Cada década, entre 1940 y 1970, está marcada por una tendencia literaria dominante, influenciada por el contexto histórico-político y socio-cultural:

  • Años 40: Novela existencial
  • Años 50: Realismo social
  • Años 60: Novela experimental o estructural

Los años 40: La novela existencial

Los años 40, marcados por la posguerra y la dictadura franquista, el aislamiento internacional, la pobreza, el hambre, la represión y la censura, vieron surgir una novela de los vencedores con una visión maniquea de la sociedad, dividida en «buenos y malos». Sin embargo, algunos escritores encontraron en el existencialismo su forma de expresión del desconcierto, el desequilibrio y la angustia vital.

  • En 1942, Camilo José Cela escribe La familia de Pascual Duarte, que inaugura el tremendismo, caracterizado por la descripción truculenta de los aspectos más sórdidos de la sociedad.
  • En 1945, Carmen Laforet publica Nada, donde una joven que estudia en Barcelona retrata, sin tremendismo pero con tristeza, una ciudad y una sociedad impregnadas por el vacío, el desencanto, la mezquindad, las bajas pasiones y la hipocresía social.
  • En 1947, Miguel Delibes recibe el Premio Nadal por La sombra del ciprés es alargada, novela que también explora la frustración y la tristeza a pesar de la resignación religiosa.

En la novela existencial predominan temas como la soledad, la inadaptación, la frustración y la muerte. Los personajes son seres marginados, violentos u oprimidos, a veces con taras físicas o psíquicas, que viven desorientados. Los espacios son limitados y se observa una preferencia por la primera persona y el monólogo.

Los años 50: El realismo social

Con la tímida apertura de los años 50, marcada por el éxodo rural, la consolidación de una clase media burguesa y los conflictos sociales, los autores encontraron en el realismo social su instrumento de denuncia. Este movimiento tiene antecedentes en el realismo español del siglo XIX, la Generación del 98 y la literatura extranjera (neorrealismo italiano y la generación perdida americana).

Hay dos tendencias dentro del realismo social:

  • Objetivismo: Refleja fielmente la realidad, sin interpretaciones del autor. La crítica es implícita. Ejemplo: El Jarama (1955) de Rafael Sánchez Ferlosio.
  • Realismo crítico: La crítica social es explícita. Ejemplo: Central eléctrica de Jesús López Pacheco, que critica las duras condiciones laborales en una presa.

El lenguaje del realismo social es claro y sencillo, con diálogos en estilo directo y coloquialismos. El narrador utiliza la tercera persona omnisciente. La estructura es sencilla, con narración lineal, y los espacios y tiempos son reducidos.

Los años 60: La novela experimental

Los años 60, con el desarrollo económico, el auge del turismo y el cambio de mentalidad, junto con el aumento de la emigración y la oposición al régimen, vieron el desgaste de la novela social y el interés por la renovación lingüística y formal, sin perder la intención crítica.

  • En 1962, Luis Martín Santos publica Tiempo de silencio, que introduce las novedades de la novela experimental: el enfoque existencial extendido a las clases desfavorecidas, la estructura en secuencias, el punto de vista múltiple (monólogo interior, estilo indirecto libre, segunda persona), y un lenguaje experimental y culto, denso y recargado.
  • Otros autores representativos son Juan Benet (Volverás a Región, con un estilo complejo y un espacio imaginario que simboliza una España degradada) y Juan Marsé (Últimas tardes con Teresa).

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