11 Oct

La novela del exilio

Los novelistas de los años 30 se habían orientado hacia un tipo de novela social comprometida con los conflictos políticos que desembocarían en el enfrentamiento de 1936. Muchos autores que defendieron la causa republicana se vieron forzados al exilio. Desde los países de Latinoamérica siguieron escribiendo y publicando, pero sus obras apenas fueron conocidas en España a causa de la censura.

Ramón J. Sender es el autor más representativo de la novela en el exilio. De él destaca Réquiem por un campesino español.

La novela de la inmediata posguerra

Aparece en esta época una novela de carácter tradicional, muy cercana al realismo decimonónico, en la que destacan el inconformismo y el reflejo de la triste realidad social de aquellos años.

En este momento destacan tres hechos de gran importancia, que apuntan ya al renacer de la nueva novela española:

  • La aparición de La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela.
  • La publicación de Nada, novela de Carmen Laforet, con la que ganó el premio Nadal.
  • La publicación de La sombra del ciprés es alargada, de Miguel Delibes.

El realismo social

A comienzos de los 50, empieza a remitir lo peor de la posguerra. En este momento, los autores no buscan crear una literatura de evasión, sino que creen que la novela ha de tener una función social. Por ello quieren plasmar en sus obras la penosa realidad del momento en España y denunciar la situación social, para que los lectores tomen conciencia de ello.

Las características de la novela de este momento son:

  • Utilización de la técnica objetivista en la narración. El autor se limita a contar los hechos, sin opinar.
  • Predomina la situación, el contexto, frente a los personajes y su mundo interior, que carece de importancia.
  • El argumento es una sucesión de anécdotas intrascendentes.
  • Concentración espacial y temporal. Se reduce la historia a un espacio limitado y un tiempo breve.
  • Protagonista colectivo. Es frecuente la utilización de personajes representativos de una clase social (los obreros, los burgueses…).
  • Sencillez estructural y estilística. Las preocupaciones técnicas y formales desaparecen porque se pone el acento en el testimonio y la denuncia social.

Algunos de los autores más destacados de esta época son:

  • Rafael Sánchez Ferlosio, con El Jarama.
  • Juan Goytisolo con Señas de identidad.
  • Carmen Martín Gaite, que obtuvo el Premio Nadal con Entre visillos. En ella ofrece una crítica visión de las jóvenes de una ciudad de provincias, obsesionadas con casarse.
  • Ana María Matute. En sus novelas utiliza un estilo lírico y sensible. Destaca Primera memoria.

La renovación de los sesenta

La principal novedad de la narrativa de los años sesenta consiste en la creación de novelas en las que el lector debe asumir un papel activo, llevando a cabo su propia interpretación.

Las principales características de las novelas de esta época son:

  • El monólogo interior. Los personajes expresan libremente su pensamiento.
  • El perspectivismo. Empleo de la primera y tercera personas narrativas y la segunda persona autorreflexiva que implica un desdoblamiento del yo. Esto permite presentar diferentes visiones de un mismo hecho.
  • Estructura compleja. Es frecuente el desorden cronológico (saltos temporales, anticipaciones, retrospecciones…). También se utiliza el contrapunto (varias historias contadas simultáneamente, relacionadas o no entre sí) y la estructura caleidoscópica (varias historias cruzadas).
  • Libertad de estilo y lenguaje. En ocasiones, ausencia de signos de puntuación. Mezcla de registros lingüísticos (coloquial, culto, vulgar…).
  • Importancia relativa del argumento. Lo fundamental no es la historia que se narra sino cómo se narra.

Autores más representativos:

  • Luis Martín Santos. Con su novela Tiempo de silencio inauguró la tendencia experimental que supuso una ruptura con el realismo convencional.
  • Gonzalo Torrente Ballester con La saga/fuga de J.B.
  • Francisco Umbral. Además de novela escribió ensayos y artículos periodísticos. Utiliza un lenguaje rico y expresivo, con gran variedad de registros. Destacan Mortal y rosa, Las señoritas de Avignon y la trilogía de Madrid.

La narrativa actual

En la narrativa española de las últimas décadas hay una gran variedad de tendencias. No se puede hablar de grupos homogéneos o generaciones, sino de individualidades.

Las características comunes a las novelas de esta época son:

  • Predominio de la vuelta a la subjetividad.
  • Mezcla de técnicas tradicionales y vanguardistas.
  • Los argumentos vuelven a tener relevancia.

Autores representativos:

  • Manuel Vázquez Montalbán con sus novelas protagonizadas por el detective Pepe Carvalho.
  • Luis Mateo Díez del que destacan, entre otras, La fuente de la edad o Días del desván.
  • Juan José Millás. La introspección, la angustia existencial y la incertidumbre son temas fundamentales en obras como Visión del ahogado.
  • Javier Marías quien explora el mundo interior de los personajes a través de complejas intrigas en Mañana en la batalla piensa en mí.
  • Rosa Montero. En sus novelas manifiesta una especial sensibilidad hacia la situación de la mujer. Destacan Crónica del desamor o Te trataré como a una reina.

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