25 Mar
A la Generación del 27 le corresponde llevar a su máxima expresión la literatura vanguardista en España y también el comienzo de un proceso de rehumanización literaria que se vería truncado por el estallido de la Guerra Civil. Los autores más significativos del grupo son Jorge Guillén (Cántico, Clamor, Homenaje),Pedro Salinas (La voz a ti debida, Razón de amor), Vicente Aleixandre (Ámbito, Historia del corazón), Luis Cernuda, Rafael Alberti, Federico García Lorca (Poema del cante jondo, Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, Romancero gitano, Poeta en Nueva York), Gerardo Diego (Alondra de verdad, Imagen, Manual de espumas), Dámaso Alonso (Hijos de la ira), Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. No podemos olvidar las voces silenciadas de las mujeres de esta generación (“Las Sinsombrero”), artistas de todos los ámbitos entre las que destacan las poetas María Teresa León, Ernestina de Champourcín, Concha Méndez o Josefina de la Torre. De entre los diversos nombres que fueron dados al grupo –Generación de la Dictadura, Generación de la República, Nietos del 98…- el más aceptado fue Generación del 27, motivado por le célebre reuníón en el Ateneo de Sevilla para conmemorar el tercer centenario de la muerte de Góngora. También se debate acerca de si forman o no una generación literaria. El grupo cumple algunos de los requisitos “generacionales” (a criterio de Petersen): Edad cercana (sólo hay diez años de diferencia entre Salinas y Altolaguirre, el más viejo y el más joven del grupo, respectivamente) Nivel cultural semejante: casi todos tienen formación universitaria Asistencia a actos comunes, ambientes comunes (la Residencia de Estudiantes de Madrid, sobre todo) Revistas: Litoral, Mediodía, Revista de Occidente Liderazgo externo de Juan Ramón Jiménez Sin embargo también hay requisitos no cumplidos por el grupo: No hay un líder interno, aunque se habla del eje Guillén-Lorca No hay una circunstancia histórica aglutinante, al estilo del desastre del 98 No hay un evidente rechazo a los modelos literarios anteriores El grupo presenta una gran diversidad estilística En cuanto a los rasgos estéticos de la Generación del 27, pueden señalarse algunas carácterísticas comunes a todo el grupo: sentido trascendente de la poesía, depuración del sentimiento, intelectualismo, poesía de contrastes (lenguaje culto / lenguaje popular, hermetismo / claridad, Vanguardismo / tradición), recuperación de las formas métricas clásicas, desarrollo de verso libre… En general se admite el criterio de Dámaso Alonso acerca de la evolución del grupo.Él habla de dos etapas: Hasta 1927: es la etapa eminentemente vanguardista, de poesía pura, hermética e intelectual, basada en la metáfora y en la creación de un lenguaje poético elaborado, bajo el modelo de Góngora. No obstante, en esta etapa ya aparecen las primeras muestras del futuro interés por la lírica popular. Desde 1927 a 1936: es la etapa de la rehumanización, del influjo del Surrealismo. Lo humano vuelve a tener cabida en la poesía: primero en forma de expresión de los sentimientos y luego derivando incluso hacia una poesía política y hasta revolucionaria acentuada por los acontecimientos históricos. Habría que añadir una tercera etapa, tras la Guerra Civil. El grupo se dispersa (Lorca ha muerto, unos se exilian y otros permanecen en España). Los poetas que permanecen sufren las dificultades de la posguerra, pero son capaces de marcar el camino a las nuevas generaciones con una poesía existencial (Hijos de la ira, de Dámaso Alonso) o solidaria (Historia del corazón, de Vicente Aleixandre). Entre los exiliados predomina el sentimiento de nostalgia y desarraigo.
la poesía desde1939 hasta los 70 En líneas generales, la evolución de la poesía española de posguerra es bastante similar a la de la novela: existencial en los 40, social en los 50, experimental en los 60 y abierta a diversas tendencias a partir de los 70. En la década de los 40 , durante la inmediata posguerra, la poesía está muy condicionada por la situación histórica: los poetas buscan un sentido a la realidad, que encuentran en la espiritualidad o en la queja. En general, se trata de una poesía fuertemente individualista. Conviven tres tendencias: una poesía arraigada, conforme con el régimen de Franco: los autores, agrupados en torno a las revistas Garcilaso y Escorial, exaltan el pasado imperial y recuperan temas (religión, paisaje, amor) y formas (soneto) clásicas. Los más destacados son Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco, Dionisio Ridruejo, Leopoldo Panero… una poesía desarraigada, en desacuerdo con su realidad. Como en la novela, esta poesía aborda una temática existencial: angustia, duda, con lo social como trasfondo. El tono es trágico, el lenguaje desgarrado y la forma más utilizada es el verso libre. El núcleo de esta tendencia es la revista Espadaña, que agrupa a autores cono V.Crémer, E.De Nora, V.Gaos, C.Bousoño, J.L.Hidalgo, J.M.Valverde, y poetas del 27 como D.Alonso y V.Aleixandre. poesía vanguardista, ajena a la situación del país y dedicada a la experimentación lingüística y formal. Sus principales representantes son el Grupo Cántico, liderado por Pablo García Baena, y el postismo, último Vanguardismo español, que se define a sí mismo como “Surrealismo ibérico”, encabezado por Carlos Edmundo de Ory. Los poetas del grupo Cántico, muy influidos por Guillén y Cernuda, tratan sobre todo sobre el amor muchas veces manifestado en formas de amor prohibido. Por su parte, los postistas reivindican la libertad creativa y el sentido lúdico de la poesía. En los años 50 la poesía se hace más abiertamente social: se busca el testimonio crítico de la realidad española; los temas son: la injusticia social, la libertad, la explotación política, el trabajo…El lenguaje es llano y asequible. Los autores más importantes son Blas de Otero, Gabriel Celaya, José Hierro –aunque la trayectoria de éste abarca mucho más que esta tendencia y se desarrolla prácticamente durante toda la segunda mitad del Siglo XX- y Ángela Figuera. La poesía social deja a un lado los problemas individuales para centrarse en los colectivos. Del mismo modo abandona el lenguaje esteticista a favor de una poesía clara, e incluso coloquial capaz de llegar a una mayoría de lectores. Durante los años 60 los poetas abordan una renovación del lenguaje, haciéndolo más elaborado y retórico. Aunque no se abandona el testimonio crítico, los temas se orientan preferentemente hacia lo personal: la infancia, el amor, la familia…Los autores más significativos son: Claudio Rodríguez, Ángel González, José Ángel Valente, Jaime Gil de Biedma… Se trata de una poesía escéptica, que asume su incapacidad para cambiar la realidad, de modo que se centra en lo cotidiano e íntimo.En los años 70, tras la revolución cultural del “Mayo del 68”, irrumpe el grupo de los Novísimos (Pere Gimferrer, Félix de Azúa, Vicente Molina Foix,…) que aportan nuevos aires a la poesía, llenándola de mitos de la civilización moderna: el cine, la música y la cultura pop, el cómic, el jazz y, en general, todas las manifestaciones culturales consideradas marginales hasta entonces. Una tendencia muy particular dentro del grupo la constituyen los poetas culturalistas, influidos por la poesía de Kavafis y por la estética decadente de Venecia. Los novísimos son también conocidos como Generación del 68, en referencia a la revolución cultural del Mayo del 68.
Su lenguaje es claramente esteticista y refinado. El estudio de la poesía española en esta etapa debe incluir necesariamente a los poetas que escriben su obra en el exilio. Durante el Guerra Civil y tras su finalización unos 400 mil españoles (muchos regresaron al poco tiempo) de los más diversos niveles sociales y culturales tuvieron que emigrar primero a Francia y después a Hispanoamérica, especialmente a México. Muchos poetas cuya trayectoria había empezado antes de 1936 siguen escribiendo en el exilio: son poetas bien conocidos como Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas, Luis Cernuda o Rafael Alberti. Pero a estos nombres hay que unir otros como León Felipe o Juan Gil Albert. El tema primordial de la poesía en el exilio es España: la evocación de la guerra, la amargura de la derrota o la denuncia contra los vencedores. Pero poco a poco nuevos asuntos van ocupando los poemas: la nostalgia por la patria perdida, el amor, el deseo de volver además de cultivarse temas tradicionales como el paso del tiempo, la muerte, los sentimientos religiosos… En cuanto al estilo, en principio emplean un lenguaje realista y directo como continuación de la poesía de combate, pero pronto se suceden otros estilos como la tendencia surrealista o la recuperación de formas clásicas o tradicionales.
desde los 70 a nuestros días En los años 70, tras la revolución cultural del “Mayo del 68”, irrumpe el grupo de los Novísimos (Pere Gimferrer, Félix de Azúa, Vicente Molina Foix,…) que aportan nuevos aires a la poesía, llenándola de mitos de la civilización moderna: el cine, la música y la cultura pop, el cómic, el jazz y, en general, todas las manifestaciones culturales consideradas marginales hasta entonces. Una tendencia muy particular dentro del grupo la constituyen los poetas culturalistas, influidos por la poesía de Kavafis y por la estética decadente de Venecia. Los novísimos son también conocidos como Generación del 68, en referencia a la revolución cultural del Mayo del 68. Su lenguaje es claramente esteticista y refinado. Desde los años setenta, bajo el influjo de los novísimos, la poesía española presenta una gran variedad de tendencias, tanto temática como estilística. Entre las más representativas están: La poesía experimental (José Miguel Ullán), que recupera las técnicas experimentales vanguardistas, como el collage o los poemas visuales. El culturalismo (Antonio Colinas, Julio Martínez), poesía influida por el clasicismo grecolatino y la Edad Media. El Surrealismo, durante los años ochenta (Blanca Andréu, Ana Rossetti), con un fuerte componente erótico. La poesía metalingüística (Jenaro Taléis, Jaime Siles, Justo Navarro), también llamada poesía del silencio o minimalista, que entronca con la poesía pura y se orienta hacia la indagación sobre el lenguaje. Se trata de una poesía muy depurada, exenta de adornos superfluos. La poesía de la conciencia (Jorge Riechmann), concebida como acción social y política. El “Realismo sucio” (Pablo García Casado), próximo al anterior y bajo la influencia del “dirty realism” norteamericano. En los últimos años la poesía ha tendido a superar la influencia de los novísimos para recuperar la tradición literaria anterior, especialmente los poetas de la generación del medio siglo (Ángel González, Claudio Rodríguez…) Se produce una vuelta a formas clásicas como los endecasílabos o alejandrinos, junto al uso de un lenguaje cercano y cotidiano y elementos irónicos y humorísticos. En cuanto a los temas, destacan los urbanos, junto a la rememoración de momentos de la infancia o adolescencia. Autores representativos de esta poesía son Felipe Benítez Reyes, Luis García Montero, Jon Juaristi o Andrés Trapiello.
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