03 May
Con el término Modernismo se designa un movimiento literario fundamentalmente hispano que se inicia a finales del S. XIX y se prolonga hasta la 1a década del S. XX (se considera acabado hacia 1915). Es un movimiento de renovación estética en el que influyen dos corrientes poéticas francesas del Siglo XIX: el Parnasianismo (defiende el culto a la perfección formal, “el arte por el arte”) y el Simbolismo (caracterizado por la sugerencia, a través de símbolos, y la búsqueda de efectos rítmicos).
El Modernismo nace en Hispanoamérica. El poeta nicaragüense RUBÉN DARÍO es el líder y la figura más representativa del movimiento. En Darío la influencia francesa convive con un profundo conocimiento de la tradición española; su poesía integra influencias que podrían parecer incompatibles pero para él el arte es una “armónía de caprichos”. Su trayectoria representa la de todo el movimiento: existe un primer período de gran plasticidad y sonoridad y de temas refinados y evasivos (su primera obra, Azul -1888-, marca el inicio de esta corriente); luego vendría Prosas Profanas (1896) que supone la culminación de ese Modernismo exuberante y en la que introduce temas españoles. Su última obra, Cantos de vida y esperanza (1905) lo sitúa en la línea de un Modernismo más intimista y reflexivo; la crisis personal del autor se muestra en una poesía más honda, sincera y humana, en la que predomina la melancolía, el fracaso y temas como el sentido de la vida. Algunos de los rasgos más significativos de su poesía son:
⮚Temas fundamentales:
▪ Desazón “ROMántica”: la influencia de Bécquer es evidente: rechazo de una sociedad vulgar; parecida sensación de desarraigo, de soledad… La defensa de las pasiones y de lo irracional volverá a dar paso al misterio, a lo fantástico, a los sueños… Pero lo más importante son las manifestaciones de hastío y de profunda tristeza; por ello, la melancolía y la angustia son sentimientos centrales. Reflejo de estos sentimientos es la presencia de lo otoñal, de lo crepuscular, de la noche…
▪ Escapismo: huye de la mediocridad evadíéndose en el tiempo y en el espacio. En el tiempo se retrocede al pasado nacional y legendario, o al mundo sensual de la mitología clásica. En el espacio es relevante el gusto por lo oriental y lo exótico. Descontento con la realidad que se le ofrece, el poeta se refugia en otra, creada por él a su gusto, en escenarios lejanos o inventados.
▪ El cosmopolitismo: el deseo de evadirse, de buscar algo distinto determina el interés por viajar que sintió no sólo Rubén Darío sino todos los modernistas El cosmopolitismo desembocó en la devoción por París, ciudad que representa el mundo al que aspiraban, su vida nocturna, los cabarets, la bohemia,…
▪ El amor y el erotismo: el tratamiento de ambos apunta en dos direcciones: una, la idealización del amor y de la mujer, mundo inalcanzable que sume al poeta en la más profunda insatisfacción y tristeza; otra, el erotismo desenfrenado, encarnado en la mujer fatal, lasciva y dominadora.
▪ El cultivo de temas indígenas e hispánicos convive con el afán cosmopolita. En un primer momento cultiva esta temática –mitos y leyendas de las culturas precolombinas y española- como forma de evasión de la realidad circundante, posteriormente como exaltación de lo hispano frente al poder dominante de los Estados Unidos. Con sus Cantos de vida y esperanza, Rubén Darío exalta lo español como un conjunto de valores humanos y culturales frente a la civilización yanqui.
⮚Renovación estética:
Es precisamente en el culto a la belleza de la palabra donde muestra su ruptura con la tradición
anterior. Enriquecíó enormemente el lenguaje poético mediante la utilización de variados recursos: ▪ Recursos que aportan musicalidad: los recursos de repetición, pero sobre todo aliteraciones y juegos
fónicos variados. Con esta finalidad emplea de forma abundante palabras esdrújulas. ▪ Recursos que aluden a lo sensorial: la poesía se dirige directamente a los sentidos, de ahí la utilización copiosa de
sinestesias (“verso azul”) y la adjetivación referida al color, al sonido, al tacto,… A través de la cual se
intenta captar un mundo lleno de goce y belleza. ▪ Riqueza verbal y capacidad de sugestión: las metáforas deslumbrantes y el adjetivo se convierten en recursos decisivos; además de la utilización
de un léxico extraño, poco habitual: cultismos, neologismos, arcaísmos, palabras exóticas…
⮚Renovación métrica:
La obra de Darío es la más variada y rica en lengua castellana. A la vez que cultiva con acierto composiciones clásicas, introduce en ellas audaces novedades, como el soneto de versos alejandrinos. Además de emplear versos hasta entonces prácticamente inexplorados como los de quince y diecisiete sílabas, Darío recupera el eneasílabo y el alejandrino, versos que habían caído en desuso.
La poesía de Agustini ha sido valorada con frecuencia en relación con su peripecia vital y con su trágico final, lo que ha oscurecido su valor literario. Su poesía se inscribe en la última fase del Modernismo y recoge todos los elementos propios de dicha etapa, pero su escritura refleja una realidad diferente: la femenina, más concretamente la suya propia; y se relaciona con los placeres del cuerpo y el sentimiento: emociones fuertes, pasión, amor, deseo, sexo. Delmira aporta una perspectiva jamás expresada hasta ese
momento en la literatura hispánica: la perspectiva del deseo femenino
Pese a su breve recorrido vital, Agustini ha dejado una obra sólida compuesta por diversas producciones poéticas con alto dominio formal y un osado uso de la temática y los conceptos: El libro blanco (1907), Los cantos de la mañana (1910) y Los cálices vacíos (1913), a los cuales habría que añadir numerosos poemas dispersos publicados en revistas.
El Modernismo, tan vinculado a la obra de Rubén Darío, supone una revolución de alcance
esteticista cuyos frutos se perciben en la obra de la poetisa uruguaya
DELMIRA AGUSTINI, una de las
voces poéticas más originales del Modernismo hispanoamericano.
⮚ Algunos rasgos de su obra poética: evasión (es modernista en la forma en que evade la
realidad del mundo y acude a los sueños), sensualidad (el amor y el erotismo constituyen el eje de la
poesía de Delmira, en la que el reconocimiento del propio cuerpo y la reivindicación del deseo son
elementos fundamentales; con el erotismo de sus versos, invierte los roles tradicionales, adelantando
el tópico de la mujer como sujeto y el hombre como objeto de deseo), pesimismo (el mundo de la
poesía de Agustini es tormentoso y oscuro, poesía de decepción, de amargura).
Los dos autores tienen en común sus inicios dentro del Modernismo y que ambos evolucionarán hacia principios estéticos distintos: Antonio Machado se acercará a la Generación del 98 mientras que Juan Ramón Jiménez se convertirá en el máximo representante del Novecentismo.
Antonio Machado
Tradicionalmente se incluye a Machado dentro de la Generación del 98; pero, desde el punto de vista estético son indudables sus orígenes modernistas, prueba de ello es su 1a obra, Soledades. Es en su siguiente obra, Campos de Castilla, donde además de sus temas constantes (el paso del tiempo, la muerte, el amor,…), aparece el tema de España (preocupación por su decadencia, el amor por sus paisajes y sus gentes, el interés por su historia,…) que motivó su adscripción a la Generación del 98.
SOLEDADES, GALERÍAS Y OTROS POEMAS [1903: Soledades (42 poemas); 1907: Soledades,
Galerías y otros poemas (95 poemas)]. Machado utiliza abundantes recursos carácterísticos del
Modernismo: ambientación en parques, atardeceres, jardines solitarios adornados con fuentes en las
que el agua se estanca; figuras como las aliteraciones, sinestesias…; abundante adjetivación, sobre todo
– Temas: el tiempo (angustia y nostalgia), la muerte, el sueño, el amor, el paisaje (como reflejo de los estados anímicos), la intimidad (dolor, angustia, soledad,…)
– Siguiendo la tradición simbolista, Machado empleará en sus poemas como recurso primordial los símbolos; algunos son:
Paso del tiempo: el reloj, la tarde (espacio temporal preferido, símbolo, también, de tristeza y melancolía), el agua (símbolo de vida cuando brota y de fugacidad cuando corre), los caminos y el
CAMPOS DE Castilla (1912/1917): Los temas fundamentales son la descripción de las tierras de Soria (prototipo del paisaje castellano, austero, árido y gris) y las reflexiones, críticas y dolorosas, sobre
la decadencia española. Aparecen también en este libro:
– evocaciones nostálgicas de Soria y emocionados recuerdos de Leonor muerta en los poemas escritos en Baeza a partir de 1912 (pero incorporados en 1917)
– también hay descripciones del paisaje andaluz.
– “Proverbios y cantares”, una serie de poemas breves que recogen reflexiones y sentencias de
carácter filosófico sobre los grandes temas de la existencia humana.
– “Elogios” poemas dedicados a poetas e intelectuales amigos: Rubén Darío, Unamuno, etc.
– “La tierra de Alvargonzález”, largo romance que relata una trágica historia de codicia y envidia.
La poesía de Campos de Castilla es menos intimista y más objetiva y descriptiva que Soledades. Se da un paso del yo al nosotros, de lo personal a lo general, de lo individual a lo colectivo. La métrica es muy variada: alejandrinos, combinaciones de versos de siete y once sílabas (la silva arromanzada, que ya era frecuente en su 1a obra), etc.
de tipo sensorial; presencia de ciertos tipos de ritmo: dodecasílabos, alejandrinos…
caminante (la vida que pasa y no ha de volver)…
La muerte: las campanas, los cementerios, los cipreses, el agua estancada,…
Otros símbolos: el huerto, el jardín (nostalgia de la infancia); la noria (la monotonía); el jardín otoñal (la melancolía) …
NUEVAS CANCIONES (1924): recoge composiciones escritas en fechas muy diversas y con
temática variada. Los poemas de este libro se caracterizan técnicamente por la influencia de la lírica popular: textos breves, métrica de verso corto y rima asonante, sencillez lingüística general.
En los años posteriores no publica ningún libro de versos, prefiere el teatro (La Lola se va a los puertos) o textos de corte filosófico (Juan de Mairena). A esta última época pertenecen Canciones a Guiomar (dedicadas a su otro gran amor, Pilar Valderrama) o Poesías de guerra entre las que destaca “El crimen fue en Granada”, elegía a Lorca.
Juan RAMÓN JIMÉNEZ
La evolución de su obra está marcada por una fuerte tendencia a la interiorización, una búsqueda incansable (y “enfermiza”) de la expresión desnuda, de una poesía pura y un deseo de perfección que lo llevaba a no quedar nunca totalmente satisfecho de sus poemas. Él mismo, en uno de sus poemas (que aparece a pie de página), reduce su trayectoria a tres etapas: etapa sensitiva, etapa intelectual y etapa suficiente o verdadera. Sin embargo no hay que tomar las diversas etapas de un modo totalmente rígido.
1a ETAPA o SENSITIVA (1898- 1915) (dos momentos)
“Vino primero, pura, vestida de inocencia”: se refiere a las obras escritas entre 1903 y 1907:
Arias tristes (su primer gran libro); Jardines lejanos,… (Olvida sus primeras obras: Ninfeas y Almas de
violeta): poesía sencilla de formas, pero llena de emoción. Predominan los sentimientos de soledad,
melancolía y los temas del paso del tiempo, la muerte. En la versificación dominan los octosílabos y las
sonora; Sonetos espirituales… Típicamente modernistas son: la utilización del color y otros elementos
sensoriales; la adjetivación brillante; el uso de versos largos (ej.: el alejandrino); las metáforas
embellecedoras y las sinestesias. Pero, a pesar de lo que él dice, su poesía nunca llegó a ser tan
“fastuosa de tesoros”, como la de Rubén Darío; es más bien un Modernismo intimista (en el que se
incluye también su obra en prosa poética Platero y yo) 2a ETAPA o INTELECTUAL (1916- 1936)
“Mas se fue desnudando”: la ruptura con el Modernismo se produce de forma definitiva en 1916, con
Diario de un poeta recién casado que surge como fruto de su viaje a América. Su novedad es asombrosa:
desaparecen los recursos modernistas; suprime el adorno exterior para adentrarse en lo profundo, en lo
bello, en lo esencial. Predominan los poemas breves, en versos cortos y preferentemente sin rima. La
adjetivación tiene menos importancia; el sustantivo y el verbo son ahora las palabras esenciales. Le siguen
Eternidades, Piedra y cielo,… Se cierra con La estación total (1923 y 1936) 3a ETAPA o SUFICIENTE (VERDADERA) (1937- 1958)
“Y se quitó la túnica”: Incluye todo lo escrito durante su exilio. Destacan dos libros: En el otro
costado y Dios deseado y deseante. La poesía se hace más trascendente y depurada, si cabe, hasta
asonancias. El lenguaje es sobrio y musical.
“Luego se fue vistiendo de no sé qué ropajes”, se refiere a los “ropajes” modernistas: La soledad
llegar a veces a unos extremos de abstracción que hacen difícil su comprensión. Dios, la belleza y la
poesía son los tres elementos que se conjugan siempre.
Se da el nombre de Generación del 27 –para algunos Grupo poético del 27- a un conjunto de poetas que empezaron a publicar sus obras en la década de los 20, compartieron rasgos comunes (nacimiento en fechas próximas, amistad, gran cultura y curiosidad intelectual, origen familiar acomodado, afinidades estéticas e ideológicas,…) y cuyas obras supusieron un florecimiento excepcional de la poesía. La denominación del grupo procede de un acto celebrado en el Ateneo de Sevilla en 1927 para conmemorar
el 3er centenario de la muerte de Góngora en el que muchos leyeron sus versos en público por 1a vez. Los poetas más conocidos del grupo son: Pedro Salinas, Jorge Guillén, García Lorca, Rafael Alberti,
Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre.
Formaron parte también de esta generación, aunque habitualmente no figuren en los manuales, Las Sinsombrero, mujeres de gran talento, nacidas entre 1898 y 1914, habitualmente olvidadas y silenciadas, incluso excluidas por algunos compañeros de generación. El nombre procede del gesto de quitarse el sombrero en público protagonizado por Maruja Mallo, Margarita Manso, Salvador Dalí y Federico García Lorca en la Puerta del Sol. Era un acto de rebeldía que pretendía simbolizar como llevar sombrero era una construcción social que representaba cómo sus ideas e inquietudes estaban tapadas. La respuesta pública no se hizo esperar: «Nos apedrearon llamándonos de todo», relataba la misma Mallo tras volver del exilio.
Entre las escritoras más destacadas estaban: Concha Méndez, Rosa Chacel, María Teresa León, María Zambrano, Ernestina de Champourcín, Josefina de la Torre, Carmen Conde (novelista y la primera académica de la RAE), y Marga Gil Roësset. Todas ellas reclamaron su participación intelectual, no solo en lo que respecta a su papel social y aspecto, sino también en la vida cultural, política, económica y artística que las rodeaba. Fueron mujeres muy activas, que rompieron con la imagen de la mujer pasiva, dependiente del marido y de los prejuicios sociales y religiosos anteriores.
El rasgo más carácterístico de este grupo poético fue la síntesis entre tradición y vanguardia: aunque deseaban encontrar nuevas fórmulas poéticas, no rompieron con lo anterior sino que aunaron el gusto por lo popular (rasgos de la lírica tradicional, oral –romances, villancicos,…), la lírica culta clásica y la más reciente (desde Manrique, Garcilaso, Fray Luis, San Juan, Quevedo,… A Bécquer, Rubén Darío, y, sobre todo, la poesía pura de Juan Ramón Jiménez) y lo renovador y novedoso procedente de las vanguardias (el mundo ilógico del subconsciente del Surrealismo, los temas modernos del Futurismo y el valor que concede el Ultraísmo a las imágenes). Esta mezcla de elementos se percibe en todos los aspectos de su poesía:
► Temática: siguen cultivando los eternos temas líricos (amor, vida, muerte,…), pero lo hacen desde nuevas perspectivas valorando el ingenio y el humor. Además introducen nuevos temas como los adelantos técnicos, el progreso, las modas, el deporte,…
► Lenguaje: las imágenes se convierten en la base del poema;
Tanto la imagen tradicional, como la imagen irracional (sin relación lógica entre el término real y el imaginario)
► Métrica: queda definitivamente incorporado a la poesía el verso libre, cuyo ritmo se consigue mediante la repetición de ideas, palabras y estructuras semánticas, que combinan con estructuras tradicionales, tanto cultas (sonetos, décimas,…), como populares (romances, letrillas, coplas, seguidillas…)
Se suelen distinguir tres etapas en la trayectoria del grupo:
1a- Hasta 1928: influencia de las primeras vanguardias (Salinas, Lorca, Alberti, Gerardo Diego), de la poesía pura
injusticias.
(Salinas, Guillén) y de la poesía popular (Alberti, Lorca, Gerardo Diego)
2a- De 1928 a 1939: Es el momento de influencia del Surrealismo y de la rehumanización de la poesía para denunciar las
3a- A partir de 1939: El grupo se dispersa debido al exilio de la mayoría de los autores; a lo que hay que
añadir la muerte de Lorca en el 36. Se muestra la nostalgia de España, el dolor, la sensación de haber perdido un hogar.
Pedro Salinas: sus primeros libros, Presagios, Seguro azar, Fábula y signo, poesía pura con gran influencia de J. Ramón Jiménez a la que incorpora temas emparentados con el Futurismo: la electricidad, la máquina de escribir… Tras estos comienzos, vienen sus obras maestras: La voz a ti debida, Razón de amor y Largo lamento; con ellas adquiere Salinas su talla definitiva y su condición de gran poeta del amor: una prodigiosa fuerza que da plenitud a la vida y sentido al mundo. Es enriquecimiento del propio ser y enriquecimiento de la persona amada. Por último su poesía en el exilio, escribe El contemplado, Todo más claro, Confianza. De esta etapa, destaca el poema Cero, suscitado por el horror de la bomba atómica.
García Lorca: Muestra un amplio conocimiento de la tradición literaria, que funde con elementos de vanguardia. Toda su obra gira en torno a un tema único, el destino trágico del ser humano. Sus poemas están poblados de personajes marginados que manifiestan su angustia ante un mundo hostil. Fue un gran poeta y un gran dramaturgo. Como poeta presenta tres etapas: 1a: importancia de lo popular y lo andaluz (Canciones, Romancero gitano, Poema del cante jondo). 2a: influencia del Surrealismo con un componente social de protesta ante las injusticias (Poeta en Nueva York). 3a: últimas obras (Diván del Tamarit, Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, Sonetos del amor oscuro…).
Rafael Alberti: Su primera obra, Marinero en tierra, se inscribe en la tendencia neopopularista de la Generación del 27 y continúa con esta línea en El alba del alhelí. El libro siguiente, Cal y Canto, supone un cambio hacia lo culto y lo vanguardista. A partir de entonces se produce una crisis de ideas y creencias, y en estas circunstancias compone su obra maestra: Sobre los ángeles, en ella emplea la técnica surrealista: imágenes totalmente libres, predominio del verso libre,… El autor expresa un mundo de descomposición. En el que cada uno de los ángeles simboliza los vicios y miserias humanos. Desde 1929 aparece en su poesía una interesante línea social con El poeta en la calle. Ya en el destierro, su obra muestra la experiencia del exilio y la nostalgia. La añoranza de España, la nostalgia de la patria perdida, desde su situación de desterrado es el tema central de Retornos de lo vivo lejano
Luis Cernuda: La clave de su poesía es el enfrentamiento entre deseo (de amor, de felicidad, de libertad…) y realidad (la frustración, la apariencia, el caos…). Reuníó toda su poesía en La realidad y el deseo, donde condensa el sentimiento de desencanto de la vida, el pesimismo y la eterna oposición entre realidad y deseo. Se pueden observar tres etapas en su producción: búsqueda de la poesía pura (Perfil de aire); influencia surrealista y ROMántica (Los placeres prohibidos, Donde habite el olvido). Tras la guerra, amplía los temas sobre los que escribe. Aparece el destierro y la guerra en obras como Las nubes, Vivir sin estar viviendo. Desolación de la quimera (1962) es su mejor obra.
A) ASPECTOS TEMÁTICOS:
1. TEMAS PRINCIPALES
En conjunto, los 18 romances muestran un mundo gitano legendario, abocado a la
frustración, un destino trágico, al dolor, la pena y la muerte que se constituye en el tema central del libro.
1) El mundo andaluz. García Lorca recrea la realidad andaluza: tipos, costumbres y actitudes de los gitanos en su paisaje andaluz. Se inspira en su infancia, en sus experiencias y en leyendas de la tierra. El elemento gitano es el común denominador de todo el libro y representa la libertad, la aventura, la fantasía, la ensoñación y lo que está al margen de la ley. Aparece el gitano idealizado, convertido en mito, prototipo de hombre libre que intenta afirmar su individualidad frente al mundo y que sucumbe ante un destino trágico del que no logra escapar.
El paisaje andaluz sirve de fondo para todas las figuras humanas y actitudes que aparecen en los romances. El elemento gitano es el común denominador de todo el libro y representa la libertad, la aventura, la fantasía, la ensoñación y también lo que está al margen de la ley.
2) Amor frustrado: tema básico, asociado siempre a la pasión erótica, amor que no puede ser, deseo insatisfecho o amor truncado por la muerte. A excepción del romance «La casada infiel» (en el que el deseo es exclusivamente superficial y físico) todos las demás presencias del erotismo en el libro son inquietantes.
3) Violencia y muerte: puede apreciarse, por ejemplo, en el primer y último romance: la luna inaugura el desfile de muerte y lo cierra con la muerte del gitano violador. En medio toda una variedad de violencias innatas al gitano: peleas, reyertas; suicidio; muerte enamorada; muerte violenta; asesinato colectivo y desenfrenado… Ese es el fin de los gitanos de Lorca, todo cuanto ha creado resulta destruido por las fuerzas de represión.
4) El dolor y la frustración. El conflicto entre las instituciones opresivas y el deseo de libertad del individuo. La lucha contra la hegemonía cultural está marcada por el sufrimiento y la frustración. El dolor de los personajes del Romancero manifiesta la opresión y la soledad del individuo. Presenta un mundo donde los personajes van perdiendo su identidad y son despojados de lo material y también se pierden o buscan sin encontrar sentimientos.
5) El destino trágico. Este tema aparece bien definido en el libro y centrado en el personaje de la Pena. Se trata de las fuerzas ocultas y el destino trágico del hombre. La muerte
aparece como desenlace de una situación marcada por el fatalismo. Todos los personajes son seres al margen del mundo convencional y hostil y, por ello, marcados por la frustración y la muerte.
6) Denuncia social. Aunque no es un libro social, este tema está muy presente a través de la figura del gitano y de la Guardia Civil, figuras opuestas que establecen dos extremos del mundo lorquiano. Los romances del Camborio y el de la Guardia Civil son la expresión más clara de esta denuncia social. El romance de La monja gitana manifiesta otro tipo de denuncia: la represión religiosa de los instintos. En San Miguel aparece una crítica a la sociedad de Granada. En Muerto de amor se pone de manifiesto la desigualdad social. En San Rafael aparece la marginalidad que produce la homosexualidad.
2. ESTRUCTURA DE LA OBRA
Su estructura es muy elaborada. Está construido en dos bloques temáticos bien diferenciados:
□ BLOQUE I: Del 1 al 15: Poemas propiamente gitanos: es el bloque más extenso y principal, se abre y se cierra con la presencia de la luna. Contiene la personal visión de Lorca del mundo gitano o su personal invención de un mundo gitano: un mundo mágico y mítico, no identificado exactamente con ninguna realidad existente.
A su vez se puede estructurar en tres bloques:
• Romances 1-7: es la parte más lírica y con dominante presencia de las mujeres.
Dos mitos envuelven a las fuerzas cósmicas: la luna y el viento. Dominan los temas de la frustración amorosa: «Romance de la luna, luna», «Preciosa y el aire», «Reyerta», «La monja gitana», «La casada infiel», «Romance de la pena negra»
• Romances 1-8: en la mitad del libro, tres poemas dedicados a ciudades andaluzas a través de sus patrones (arcángeles): San Miguel [Granada], San Rafael [Córdoba] y San Gabriel [Sevilla]. Estos tres poemas suponen un intermedio del primer bloque y constituyen una exaltación de las tres ciudades andaluzas.
•
Romances 11-15: es la parte más épica en la que predomina lo masculino. Tras los poemas centrales, el libro se inclina a temas con más sangre, violencia y muerte: «Prendimiento de Antoñito el Camborio», «Muerte de Antoñito el Camborio», «Muerto de amor», «Romance del Emplazado», «Romance de la
Guardia Civil Española».
□ BLOQUE II : Compuesto por tres romances históricos que sirven al poeta para dar su versión agitanada de unos cuadros histórico-legendarios bien de extracción literaria (17), bien de contenido religioso (16 y 18): «Martirio de Santa Olalla» – Se refiere al martirio que la gitana Santa Olalla de Mérida sufríó en el siglo III. Responde al deseo de Lorca de dotar de aspectos míticos y legendarios al mundo gitano-; «Burla de Don Pedro a caballo» – Hace referencia a una farsa burlesca de un tema frecuente en el romancero tradicional, parodia y escarnio de un personaje histórico, aparentemente noble, y caballero enamorado; personaje que, al final, muere olvidado; «Thamar y Amnón» Recoge el tema bíblico de la violación y los amores incestuosos entre Thamar, hija del rey David, y su hermano Amnón.
3. PRINCIPALES SÍMBOLOS en el ROMANCERO GITANO
Como ya señálamos el gitano, personaje central del libro, es en sí mismo un símbolo que encarna el conflicto entre el instinto y la sociedad, entre la vida en libertad y la vida sometida a unas normas a las que el gitano, siempre problemático, no se podrá adaptar. Simboliza el conflicto entre primitivismo y civilización, entre instinto y razón y representa los impulsos naturales, lo espontáneo. Por eso, a raíz de esa confrontación, es un personaje abocado a la muerte, cumpliendo así su destino trágico.
Además del valor simbólico de los gitanos, los romances presentan una amplia y rica simbología, en su mayor parte recogida de la tradición y de las creencias populares. Comentamos aquí algunos de los símbolos más repetidos y que hacen referencia a los temas principales de la obra:
– Hay una serie de realidades que tienen un sentido maléfico:
– la luna es el astro de la muerte; cuando la luna aparece suele anunciarla. (Ej.: Romance de la luna, luna)
– los metales, relacionados con el frío de los cadáveres y la materia de los cuchillos que se usan tantas veces en los asesinatos, suelen ser un presagio negativo.
– la cal, usada para evitar las pestes, también se relaciona con los enterramientos,
– las aguas estancadas, aljibes, pozos -suelen ser escenarios propicios para la muerte de alguien, mientras que el río que corre libre suele propiciar encuentros amorosos.
– el mar: puede simbolizar la muerte (Ej.: Romance de la pena negra).
– también determinados colores suelen traer malos augurios (el verde -deseo prohibido que conduce a la frustración y a la esterilidad-, el amarillo y el blanco),
– algunas plantas (las malvas tienen en el habla popular, y también en Lorca, un matiz mortuorio, las adelfas son amargas y de mal augurio).
– algunos pájaros, como la zumaya, que anuncian sucesos maléficos.
– Otros elementos tienen connotaciones eróticas:
– el río que corre libre y los juncos.
– el olivar, las rosas (ambas plantas se relacionan con la pasión amorosa),
– el caballo (suele tener connotaciones eróticas, representa la pasión desenfrenada que conduce hacia la muerte, pues nunca alcanza el destino que añora; también puede representar el mensajero de la muerte que trae malas noticias).
– el mar, ansia de felicidad amorosa (Ej.: El romance sonámbulo)
– el viento, que suele aparecer personificado, es un símbolo cargado de sensualidad y erotismo, asociado con elementos sexuales, en muchos casos con connotaciones dolorosas, de frustración erótica.
B) ASPECTOS FORMALES:
Lo más llamativo de la obra es la mezcla entre rasgos de estilo que están emparentados con la poesía tradicional y con los modos de expresión más habitual del folclore andaluz con otros que son carácterísticos de la vanguardia (riqueza y originalidad de las metáforas que no deben nada al estilo de la poesía de transmisión oral). El Romancero gitano sintetiza lo popular y lo culto, la tradición y la novedad; por una parte responde a la corriente neopopular del Grupo poético del 27, por otra, la novedad de las imágenes, muchas veces irracionales, relaciona la obra con el interés por Góngora y con las nuevas corrientes vanguardistas
TRADICIÓN Y Vanguardismo EN EL ROMANCERO GITANO
a) Lo tradicional
A pesar de la diferencias entre los distintos romances que componen la obra, en conjunto
mantienen numerosos rasgos del Romancero viejo. Rasgos del romancero tradicional:
– hilo argumental. Son composiciones lírico-narrativas, mezclan una historia narrativa, una historia que se puede contar, con la creación de una atmósfera lírica, en la que existe un sentimiento predominante. En palabras de Lorca: «Yo quise fundir el romance narrativo con el lírico sin que perdieran calidad»; en efecto, la fusión de lo narrativo, lírico y dramático en el romancero lorquiano es un hecho de primera magnitud por el perfecto entrelazado de los tres
géneros.
– mezcla de narración y diálogo, en ocasiones sin verbo introductor, ni indicación de
quién habla. Los diálogos confieren un tono de dramatización al poema.
– fragmentarismo: comienzo súbito de la historia narrada y el final, a veces, abierto y
misterioso. Se observa en rasgos como: comienzo con la conjunción «y» o «que» (como si fuera el fragmento de una composición previa: «Y que yo me la llevé al río» de «LA CASADA INFIEL»), comienzo abrupto o «in media res» (ej. Muerte de Antoñito el Camborio); final truncado, sin que sepamos qué fue lo que pasó (por ejemplo, en «Thamar y Amnón»).
– métrica: el verso utilizado es el octosílabo, sólo es sustituido en contadas ocasiones (primer verso de «La casada infiel»: ‘y que yo me la llevé al río’ (10) y el romance «Burla de don Pedro a caballo»: hay versos octosílabos, pero la mayoría de los versos son heptasílabos y hexasílabos; también los hay trisílabos, tetrasílabos, pentasílabos y endecasílabos); con la estructura métrica del romance tradicional: a-a-a-a… Con rima asonante.
– utilización de figuras de repetición: paralelismos, anáforas, epanadiplosis («verde que te quiero verde”), paronomasias («el niño la mira, mira/ le niño la está mirando”), reduplicaciones…
– uso de fórmulas narrativas tradicionales o de preguntas dirigidas a un supuesto auditorio («Pero, ¿quién vendrá? ¿Y por dónde.?)
– La combinación en un mismo romance de verbos en diferentes tiempos; son llamativos los cambios de tiempo del presente al pretérito o viceversa: «la luna vino a la fragua», «mueve los brazos».
Otros rasgos que destacan en la obra:
> Realismo: se desarrollan acontecimientos de base realista que Lorca transforma a través de la imaginación libre; pero detrás de cada imagen hay una realidad identificable.
> Antropomorfización de lo inerte o animal: consiste en humanizar animales, animalizar objetos, accidentes atmosféricos o situaciones (siempre de acuerdo con el estado de ánimo de los personajes).
> Sensualismo y atención a lo concreto: hay una captación del entorno, de lo concreto a través de los cinco sentidos. Consigue convertir conceptos, ideas o sentimientos en algo visible o palpable.
> Simbolismo: la poesía de Lorca es radicalmente simbólica; muchos de los símbolos utilizados proceden de antiquísimas tradiciones, muchos están basados en creencias populares.
b) El Vanguardismo
El carácter vanguardista del «Romancero» se muestra en la abundancia y en la novedad de las imágenes: desplazamientos calificativos («yunques ahumados sus pechos, /gimen
canciones redondas»); comparaciones («La iglesia gruñe a lo lejos / como un oso panza arriba); metáforas («Las piquetas de los gallos/ cavan buscando la aurora»; «Lloras zumo de limón»; «trescientas rosas morenas / lleva tu pechera blanca»; «su luna de pergamino /Preciosa tocando viene»; algunas muy atrevidas, en las que se pone en relación un término real y uno irreal muy alejados «La luz juega al ajedrez/ alto de la celosía” en la que se identifica el enrejado de la ventana del convento con un tablero de ajedrez, a lo que se une la personificación de la luz; algunas tienen forma de aposición: «bronce y sueño, los gitanos»); símbolos («El toro de la reyerta /se sube por las paredes»; hipérboles, personificaciones («en las tejas de pizarra / el viento furioso muerde»); sinestesias («rumores calientes»; «viento verde»; «el agrio verde»)…
Algunas metáforas recuerdan las «greguerías” de Gómez de la Serna (la media luna soñaba / un éxtasis de cigüeña), otras el barroquismo de Góngora (Los densos bueyes del agua /embisten a los muchachos /que se bañan en las lunas /de sus cuernos ondulados), en otras destaca su carácter surrealista y su dificultad para «explicarlas” (como en los versos del «Romance sonámbulo”: ¡dejadme subir! Dejadme / hasta las verdes barandas. / Barandales de la luna / por donde retumba el agua).
Otro rasgo vanguardista es el hermetismo de muchas imágenes. La influencia de Góngora explicaría este hermetismo y la densidad metafórica que aparece en muchos poemas. Quizás los poemas más herméticos sean el Romance sonámbulo (que ha dado lugar a múltiples interpretaciones), los tres romances dedicados a los arcángeles, y el Romance con lagunas.
El amontonamiento de recursos tradicionales y nuevos hace del Romancero gitano uno de los libros más brillantes de nuestras letras. Incluso, al parecer de algunos, excesivamente: la imagen por la imagen, el ingenio por el ingenio, el arte por el arte. A veces, momentos tan dramáticos como el de la muerte violenta resultan llamativos por una deshumanización siempre en aras del lenguaje.
♣ Al estallar la Guerra Civil los poetas participan activamente en defensa de sus ideales. Entre 1936 y 1939 se desarrolló una literatura de propaganda ideológica, que no se caracterizó, en general, por su calidad; sin embargo, debe destacarse la figura de Miguel Hernández:
Antes de la Guerra: escribe su primera obra, Perito en lunas, poesía de tono Barroco, de influencia gongorina y vanguardista. En 1936 publica El rayo que no cesa, libro fundamental que contiene
poemas que expresan el sufrimiento del amor no correspondido a través de imágenes surrealistas y de
símbolos como el rayo o elementos minerales y puntiagudos, como el cuchillo.
Durante la guerra: pone su poesía al servicio de la causa republicana; así nace una poesía comprometida:
Viento del pueblo (aparece el pueblo oprimido y el poeta como viento de salvación) y El hombre acecha (refleja el pesimismo por la muerte y los horrores de la guerra).
Después de la guerra: en la cárcel escribirá Cancionero y romancero de ausencias; el poeta se duele de la ausencia de los suyos y escribe intensos poemas de amor a su mujer; también recuerda una
guerra que sólo ha provocado odio y destrucción, pero aun así no renuncia a la esperanza. Predominan canciones y romances; las metáforas se reducen en busca de una expresión directa y esencial.
♣ El triunfo del ejército franquista significó la derrota de la República y también la decadencia de la actividad cultural: los escritores más brillantes habían muerto (Machado, Lorca), estaban en la cárcel (Miguel Hernández), se habían exiliado (Salinas, Cernuda, Alberti…), o eran condenados al silencio.
LOS PRIMEROS AÑOS DE POSGUERRA (años cuarenta)
Dámaso Alonso ha clasificado a los poetas que se quedan en España en dos grupos:
Poesía arraigada: poetas que se identifican con el régimen franquista, han ganado la guerra y muestran su optimismo por ello (algunos posteriormente se distanciaron del régimen): Leopoldo Panero, Dionisio Ridruejo, Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco,… Frente a una sociedad marcada por el racionamiento, el hambre y el aislamiento internacional, la España que aparece en sus versos es un país idealizado que se refleja a través de un lenguaje clásico y embellecedor, por lo que regresan a formas poéticas tradicionales como el soneto. Temas: el amor, el paisaje, la patria, Dios (aporta serenidad, armónía y confianza).
Poesía desarraigada: para los poetas desarraigados el mundo es un lugar inhóspito, y la poesía, el medio para buscar la salvación. Entre ellos están: Vicente Aleixandre (Sombra del paraíso), Dámaso Alonso (Hijos de la ira), Gabriel Celaya o Blas de Otero. Su poesía refleja la soledad del hombre en un mundo caótico, sin sentido. Los temas serán el vacío personal, la soledad del hombre y el desarraigo. Lo religioso aparece con frecuencia, pero será una religiosidad conflictiva, con dudas y hasta desesperación. Es una poesía de estilo bronco y apasionado, directo y desgarrado con uso frecuente del verso libre y del versículo.
DÉCADA DE LOS 50 (poesía social)
En los años 50, predomina en la poesía el deseo de ofrecer un testimonio crítico de la realidad. Es la poesía social, que parte de la idea de que el poeta debe anteponer los problemas y sufrimientos de los hombres de su tiempo a cualquier otra circunstancia. Creían que la poesía podía cambiar el mundo por lo
que era un instrumento útil; el escritor puro, el que sólo busca la belleza es un irresponsable, ya que todo el que no denuncia la opresión es su cómplice. Los máximos representantes serán: Blas de Otero y Gabriel Celaya. Los temas fundamentales: las injusticias sociales, la solidaridad con los desfavorecidos, la opresión, la lucha por la libertad, etc. En cuanto a la forma, se busca un lenguaje claro y sencillo, desnudo de recursos retóricos, con un tono coloquial. Interesa más el contenido que los valores formales o estéticos.
Blas de Otero: tras una etapa de poesía existencial (Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia), en los años 50 inicia un nuevo ciclo siguiendo las pautas de la poesía social con Pido la paz y la palabra, le siguen En castellano y Que trata de España. El poeta arrincona sus angustias, y el camino que no encontró en la religión lo busca ahora en la solidaridad con los que sufren; es una temática social que se halla presidida por la esperanza y por los deseos de paz y convivencia fraterna. La voluntad de llegar “a la inmensa mayoría” le lleva a adoptar un lenguaje claro y hasta un tono coloquial. A la última etapa de su poesía, con mayor presencia de la intimidad, preferencia por formas métricas más libres y liberación del lenguaje, pertenecen Historias fingidas y verdaderas, Mientras y Hojas de Madrid.
DÉCADA DE LOS 60
Contra la poesía social reacciona un nuevo grupo de poetas que comienzan a publicar a finales de los años 50 (Generación del 50): Ángel González, Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente, Claudio Rodríguez, José Agustín Goytisolo,… Se proponen la renovación del lenguaje poético, con mayor atención a los valores estéticos y formales del poema; defienden una concepción de la poesía como acto de conocimiento propio y del mundo que los rodea. Rasgos comunes:
amistad,… Hay una atención a lo cotidiano, en sus poemas aparecen anécdotas de la vida real. Y el amor es
En el estilo, aunque continúan el estilo conversacional y antirretórico, demuestran una exigente labor de depuración y de concentración de la palabra.
Jaime Gil de Biedma: en su poesía domina el tono confesional (en primera persona) e irónico, con el que se recogen sus recuerdos de infancia y juventud, la visión descarnada de la alta burguésía a la que él mismo pertenecía y el relato de sus experiencias amorosas de carácter homosexual. Todo ello se expresa con un lenguaje aparentemente sencillo, narrativo y coloquial. La voz poética de Gil de Biedma se dirige con frecuencia a un tú o a un vosotros, lo que construye un diálogo que permite una visión irónica y distanciada. Obras: Compañeros de viaje, Moralidades y Poemas póstumos.
Por último, merece mención especial, Gloria Fuertes, autora cuyo nombre está ligado a dos
movimientos literarios: la mencionada generación del 50 y el Postismo, grupo literario de posguerra al que
se uníó a finales de los 40. En los años 50 inició una fulgurante carrera literaria con obras como Isla
Ignorada, Aconsejo beber hilo y Todo asusta. En la siguiente década Los elementos intimistas pasaron a
Al margen de su poesía para adultos, surgida de forma autodidacta, marcada por la tragedia bélica de la Guerra Civil, y enmarcada dentro del postismo y el Surrealismo, en donde con imaginación, dosis de melancolía y puntual sentido del humor, trata temas clásicos dentro de la lírica como los asuntos sociales, la vida, el amor o el dolor, Gloria ha escrito, principalmente en la última etapa de su carrera, literatura infantil, llegando a recibir en 1968 el Premio Andersen por su trabajo.
LA GENERACIÓN DEL 98: BAROJA, Unamuno Y AZORÍN
El Siglo XIX termina con una grave crisis: el final del Imperio colonial español (España pierde Cuba, Puerto Rico y Filipinas). Este acontecimiento provocó una ola de indignación y protesta que se manifestó en literatura a través de los escritores de la Generación del 98, cuyos principales componentes fueron: Miguel de Unamuno, Pío Baroja, Azorín, Antonio Machado y Valle- Inclán. Todos ellos adoptaron una actitud crítica ante la situación política y social del momento. Son precisamente algunos de estos autores los que marcan un cambio en la narrativa, a partir de 1902: Azorín con La voluntad, Baroja con Camino de perfección, Unamuno con Amor y Pedagogía y Valle-Inclán con Sonata de otoño; inician un camino innovador, alejándose del Realismo y buscando la expresión de la realidad personal e interior.
Rasgos de estas novelas son:
Personaje único: la trama se centra en el mundo interior de un solo personaje protagonista y en la lucha interna que sufre (el protagonista es un inadaptado, antiburgués, rebelde, amoral, fracasado, que a veces llega a la destrucción total).
Preocupación por España: Reflejan la inquietud por la decadencia política y social de España.
La historia, lo que se cuenta, pierde importancia (las acciones son mínimas y el espacio y el tiempo están poco definidos). En ocasiones, el paisaje adquiere la importancia de un personaje más. Narración fragmentada: la narración suele fragmentarse en estampas, en una selección de momentos significativos del protagonista, mezclados con reflexiones.
Reaparición de la novela dialogal (el narrador cede la voz a los personajes que a través de sus diálogos expresan sus conflictos existenciales).
Antirretoricismo: las novelas, en general, se caracterizan por un estética antirretoricista, con frases breves que transmiten su pensamiento de forma sencilla.
Pío Baroja
Sus novelas reflejan una concepción pesimista de la vida y del mundo: la vida es incomprensible,
dolorosa, cruel. Muestran su visión crítica del ser humano y su postura hostil hacia la sociedad.
Principales rasgos de sus novelas:
Marcada presencia del narrador a través de comentarios y reflexiones.
Novelas centradas en un personaje: alternan protagonistas inadaptados, insatisfechos,
enfrentados con el mundo que se abstienen de actuar porque toda acción causa dolor con
protagonistas activos, aventureros, arrogantes, que reflejan una aspiración ideal del autor.
Temas más frecuentes: el retrato de las clases más bajas de ciudades como Madrid; la recreación de ambientes y situaciones cotidianas, como si fuera un testigo presencial; la descripción de paisajes en los que sumerge al protagonista; la descripción de sus propias vivencias en forma de
memorias.
Acción y diálogos abundantes.
Descripciones impresionistas a base de pinceladas o unos pocos detalles físicos y psicológicos. Estilo claro, de prosa espontánea y ágil, de frases cortas y párrafo breve.
Fue un prolífico novelista en cuya obra se pueden distinguir tres etapas:
PRIMERA ETAPA: etapa de mayor creatividad. Destacan: Camino de perfección, La busca, El árbol de la ciencia, Zalacaín el aventurero o Las inquietudes de Shanti Andía… Son las novelas que reflejan mejor la personalidad de Baroja y que expresan más claramente el espíritu del 98. Presentan a personajes que intentan buscar sentido a su existencia; algunos son seres en conflicto consigo mismos y con el medio, que acaban sucumbiendo; otros son hombres de acción que sueñan con la libertad.
SEGUNDA ETAPA: Predominan las obras de temática histórica. Lo más interesante de este periodo es la serie Memorias de un hombre de acción, que cuenta las aventuras de un antepasado del autor, Eugenio de Avinareta, conspirador y guerrillero del Siglo XIX. Son un intento de escribir novela histórica en la línea de los Episodios nacionales de Galdós.
TERCERA ETAPA: Desaparecen de sus escritos la fuerza crítica y los ataques a la sociedad. Tampoco aparecen héroes de acción. De esta última época destacan sus memorias, tituladas Desde la última vuelta del camino, escritas con una gran sinceridad.
Miguel de Unamuno
Unamuno concebía la vida como una lucha, como una agonía en busca de una paz que nunca se
encuentra; se sirvió de sus obras para dejar testimonio de su intimidad agónica y de su reflexión sobre ideas obsesivas acerca de la religión, la vida, la muerte y la propia conciencia. Para ello interviene en el relato, dialoga con sus personajes, los convierte en símbolos, interpela al lector…. A muchas las denominó nivolas, cambio de nombre que obedece a su afán renovador que buscaba alejarse de la novela realista. Sus novelas se caracterizan por:
Ausencia de descripciones (no interesa el Realismo externo) Interés por los conflictos íntimos de los protagonistas
Importancia de los diálogos y los monólogos interiores
En 1914 publica la que, sin duda, es su mejor novela: Niebla. Lo que más sorprende al lector es la utilización del juego vida-literatura. El protagonista, Augusto Pérez, es abandonado por su novia cuando iban a casarse. Decide suicidarse pero antes quiere saber la opinión del propio autor de la novela, Unamuno, quien decide matar a Augusto; este se rebela contra su autor récordándole que él también morirá. Plantea el conflicto del hombre supeditado a las decisiones divinas de la vida o la muerte.
Unamuno también se sintió atraído por el tema de la lucha entre hermanos, por la historia bíblica de Caín y Abel; este motivo fratricida sirve de base a su novela Abel Sánchez.
Tras La tía Tula, centrada en las ansias de maternidad de una mujer virgen, Unamuno publica San Manuel Bueno, mártir: cuenta la historia de un cura de pueblo que ha perdido la fe; pero que aparenta tenerla para que sus feligreses mantengan intactas sus creencias religiosas. Aparecen muchos de sus temas recurrentes: la lucha agónica del individuo en este mundo, el creer y el aparentar creer, la soledad, la vida como sueño… Se aprecian rasgos innovadores como la intertextualidad (un narrador que relaciona esta obra con otras del mismo autor) o la invitación al lector a opinar o reflexionar sobre la propia novela, la llamada metanovela.
José Martínez Ruiz “Azorín”
Sus ideas políticas y religiosas evolucionan desde un anarquismo juvenil al conservadurismo de su
madurez. Su filosofía se centra cada vez más en una obsesión por el tiempo, por la fugacidad de la vida… Cultivó el ensayo y la novela, y prácticamente borra las fronteras entre ambos géneros; aunque puso el subtítulo de novela a unos quince libros, estos apenas se distinguen de sus ensayos.
Carácterísticas de su novela:
Carácter autobiográfico: a menudo tienen rasgos personales que le llevan incluso a introducir en ellas un personaje llamado Antonio Azorín, quien representa la conciencia del propio escritor y del que posteriormente tomará su seudónimo.
Paso del tiempo y fugacidad de la vida: la vida se le ofrece a Azorín como un constante caminar hacia la destrucción, por eso en su novela es un aspecto fundamental la contemplación del paso del tiempo con nostalgia y dolor.
Temas: los más frecuentes son el paisaje, sobre todo el de Castilla y la nostalgia que le provoca; el pasado de España, además de las preocupaciones sociales y espirituales.
Estilo: destacan la precisión y la claridad en cada palabra empleada y el uso de frases breves y sencillas. Además, es carácterístico de su prosa el detallismo descriptivo (descripciones minuciosas)
Sus novelas son de dos tipos:
Aquellas en las que predominan los elementos autobiográficos y las impresiones suscitadas por el paisaje. Destacan: La voluntad (su protagonista, Antonio Azorín, agobiado y pesimista, se marcha al campo en busca de una vida contemplativa), Antonio Azorín y Las confesiones de un pequeño filósofo.
En otras, Azorín abandona los elementos autobiográficos, si bien continúa reflejando sus propias inquietudes a través de personajes míticos. Una muestra de ello es Doña Inés (cuenta la historia de una mujer enamorada de un poeta y su posterior renuncia por la presión de una sociedad provinciana). A esta misma etapa pertenece Don Juan, basada en la conversión cristiana del mito.
LA NOVELA ESPAÑOLA EN LAS TRES DÉCADAS POSTERIORES A LA Guerra Civil. CAMILO JOSÉ CELA, Miguel Delibes, CARMEN LAFORET Y MARTÍN SANTOS
LOS PRIMEROS AÑOS DE POSGUERRA (Década de los 40)
Rasgo esencial de la novela de esta época es la total desorientación por falta de unidad generacional. Hasta 1945 hay una serie de narradores que cultivan una novela histórica, de exaltación, que evoluciónó posteriormente hacia una justificación del régimen. Realmente, la historia de la novela española de posguerra se inicia a partir de la obra de dos escritores: Camilo José Cela con La familia de Pascual Duarte inicia el Tremendismo (1942) y Carmen Laforet con Nada que inaugura la novela existencial (1945). Miguel Delibes sigue esta línea con La sombra del ciprés es alargada (1947). Carácterísticas de estas novelas:
reflejo de la vida de posguerra desde una perspectiva pesimista y existencial. Los temas giran en torno a la amargura de la vida cotidiana.
personajes desorientados, frustrados…
falta de crítica directa o de denuncia.
técnicamente, destacan por su sencillez y tradicionalidad.
DÉCADA DE LOS 50 (novela social)
Con la publicación de La colmena (1951) de Camilo José Cela, se abríó un nuevo rumbo: el Realismo social, movimiento literario que se desarrolló a lo largo de esta década. Es una literatura de corte realista, atenta a los condicionamientos histórico-sociales del individuo que, en 1956, con la aparición de El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio queda consolidada. Entre las carácterísticas de esta narrativa están:
estructura aparentemente sencilla y preferencia por la narración lineal. Relato objetivista basado en técnicas cinematográficas.
número elevado de personajes y preferencia por el protagonista colectivo. Concentración espacio temporal.
predominio del diálogo y fidelidad a la hora de recoger el habla de las distintas clases sociales. En cuanto a la temática, interés por testimoniar la situación por la que atraviesa el pueblo.
DÉCADA DE LOS 60 (novela experimental)
A partir de 1960 comienzan a manifestarse síntomas de cansancio del Realismo social; los autores tienen cada vez más en cuenta las aportaciones de los grandes novelistas extranjeros, y pronto causará un fuerte impacto la nueva novela hispanoamericana. En 1962 se publica Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos, que se considera la obra inaugural de esta nueva etapa de nuestra narrativa. A lo largo de esta década, se suceden aportaciones decisivas en la línea de la renovación. Destacan: Miguel Delibes, Cinco horas con Mario; C.J. Cela, San Camilo, 1936; Goytisolo, Señas de identidad; Joan Benet, Volverás a Regíón y Juan Marsé, Últimas tardes con Teresa. Algunas de las novedades técnicas:
Perspectivismo (narrar un mismo hecho desde el punto de vista de los distintos personajes). Desorden temporal (flash back, contrapunto, técnica caleidoscópica…)
Incorporación de elementos extraños: informes, expedientes, textos periodísticos,… Imitación de géneros menores: novela folletinesca, novela policíaca,… → pastiche
Nuevas técnicas para reflejar los pensamientos de los personajes: el monólogo interior.
Su obra muestra un compromiso con la dignidad del ser humano, que combina con el amor a la naturaleza y el rechazo a la deshumanización, al materialismo y al consumismo. En ella abundan los seres indefensos y los ambientes humildes: los niños, los viejos, la vida en el campo, la pobreza de los pueblos y del paisaje castellano. Pero también se fija en la vida de la ciudad de provincias y en la pequeña burguésía. Su estilo se mantiene siempre dentro de la sencillez, lo que no ha impedido que, a lo largo de su extensa obra, haya ido experimentando nuevas técnicas narrativas.
Se inicia con La sombra del ciprés es alargada, en ella el autor se centra en la Castilla rural y en la mentalidad de los hombres que la habitan, personas humildes y marginadas la mayoría de las veces.
En 1950 publica El camino, novela sobre el despertar a la vida de un niño, Daniel el Mochuelo; así como
la vida de un pueblo y sus gentes desde unos ojos infantiles. Una de las obras más significativas del
Realismo social es Las ratas, denuncia la subsistencia y las desigualdades sociales en un pueblo agrícola. Cinco horas con Mario (1966) -su obra maestra- diálogo/monólogo interior de Carmen, mujer de clase media que vela el cadáver de su esposo. El contraste entre Mario, profesor solidario y progresista, y
Miguel Delibes
Carmen, de mentalidad cerrada y convencional, refleja el de la España progresista y el de la tradicional.
Otras novelas destacadas: El disputado voto del señor Cayo, Los santos inocentes y El hereje (la única de carácter histórico: ambientada en el Valladolid del S. XVI, tomando como eje la vida de un personaje, Cipriano Salcedo, y es, sobre todo, un canto apasionado por la tolerancia y la libertad de conciencia).
(Premio Nobel de Literatura en l989)
Aunque su obra es muy variada, se pueden apreciar en ella unos temas comunes: la Guerra Civil y sus consecuencias; y la sociedad española en su conjunto, a la que satiriza grotescamente. Toda su narrativa refleja un profundo pesimismo. Su actitud es la de un espectador distanciado y burlón, con un humor negro, amargo, desgarrado y cruel. Sin embargo, a veces manifiesta ternura por algunos seres desvalidos y adopta un tono lírico. En general, ofrece una visión deformadora del mundo, cercana al esperpento de Valle-Inclán. Su estilo se caracteriza por la riqueza expresiva en la descripción de tipos y ambientes; también se distingue
por su afán de experimentar nuevas técnicas narrativas. Etapas:
Primera etapa (años cuarenta): a ella corresponden La familia de Pascual Duarte y Pabellón de reposo. En La familia de Pascual Duarte se narra la historia de un campesino extremeño quien, condenado a muerte, recoge por escrito su sórdida vida, llena de acontecimientos truculentos, asesinatos, violencia y horrores diversos. Se advierten en ella variadas influencias: la novela picaresca, las novelas naturalistas… Todo ello unido da como resultado una obra que, al seleccionar los aspectos más desagradables de la realidad y recrearse a veces en ellos, propone una nueva estética que se denominó Tremendismo.
Segunda etapa (años cincuenta): introduce el Realismo social con La colmena, considerada la obra maestra de Cela. Lo más destacado es su falta de argumento. El autor ofrece, a través de una acción que transcurre en poco más de dos días de invierno, un panorama colectivo de la vida del Madrid de la inmediata posguerra, en un ambiente de pobreza en el que un gran número de personajes (más de trescientos), fracasados y relacionados entre sí, intentan sobrevivir.
Tercera etapa (desde los años sesenta): se deja influir por la corriente experimental. A esta época pertenecen novelas como San Camilo, 1936, en la que refleja de manera grotesca los primeros días de la Guerra Civil en Madrid y Mazurca para dos muertos, ambientada en la Galicia rural de los años 30.
Ganó, con 23 años, la 1a edición del Premio Nadal con su novela Nada, que obtuvo un enorme éxito de público y de crítica. La novela sigue el itinerario de la joven Andrea, que recién terminada la Guerra Civil española se traslada a Barcelona, cargada de ilusiones y dispuesta a emprender sus estudios universitarios. Sus ansias juveniles y sus expectativas chocan con el mundo gris, cargado de violencia, que representan su abuela y sus tíos que la acogen en su casa. Sin embargo, en la universidad conoce a Ena, que desempeñará un papel importante en su vida, pues con ella aprenderá lo que el mundo exterior puede ofrecer.
La producción literaria de la escritora no es muy amplia. En 1950 publicó La isla y los demonios, novela ambientada en Canarias, donde se había criado. En 1955, La mujer nueva, que refleja sus propias experiencias religiosas, y que tiene como tema central la fe de la protagonista, Paulina, una mujer que pasa de criticar a la Iglesia a practicar la religión católica. Siguió, en 1963, La insolación, primer volumen de la trilogía Tres pasos fuera del tiempo, de la que no llegó a publicar los otros dos tomos.
También escribíó novelas cortas, libros de cuentos y narraciones de viaje. Casi toda su obra gira en torno a un mismo tema central: el enfrentamiento entre el idealismo juvenil y la mediocridad del entorno.
Su formación en las corrientes filosóficas modernas y las innovaciones narrativas lo llevó a replantearse el papel de la novela española de los años cincuenta y a apostar por una renovación del género que incluía la experimentación lingüística y estructural de las obras. Además de Tiempo de silencio, su producción narrativa abarca un libro póstumo de cuentos, Apólogos, y la edición de algunas partes de Tiempo de destrucción, en la que el autor retomó el tema del aislamiento cultural de España.
Tiempo de silencio es considerada la novela que inicia la narrativa experimental en España. El asunto de la obra tiene mucho de relato folletinesco, con rasgos de novela negra y lo original no es el argumento sino el tratamiento que el novelista hace de la historia: Pedro es un investigador que se ve implicado en un aborto clandestino que acaba en muerte, en un suburbio madrileño de chabolas. La policía lo detiene y, al demostrarse su inocencia, queda en libertad. Poco después, sufre la venganza de un chabolista, que mata a su novia. Pedro abandona Madrid y se hace médico rural. Su gran novedad es la forma, el estilo, que supone una ruptura radical y definitiva con el Realismo convencional: se explota el monólogo interior, cuya principal función es caracterizar a los personajes; hay un constante cambio de narrador (1a, 2a, 3a persona); se acude a digresiones para ironizar y criticar sucesos; se ofrecen distintos registros lingüísticos…
LA NARRATIVA PENINSULAR DESDE 1975 HASTA NUESTROS DÍAS. PRINCIPALES TENDENCIAS: ALMUDENA GRANDES, MUÑOZ MOLINA, EDUARDO MENDOZA, ROSA MONTERO.
Coincidiendo con la muerte de Franco y el fin de la dictadura, se buscan nuevos caminos expresivos. Se agota el experimentalismo y se retoman patrones narrativos más clásicos: el interés por el argumento, el desarrollo lineal de la historia y la voz única del narrador. En definitiva se recupera el gusto por narrar, por contar historias. Las novelas que inauguran esta nueva etapa son La verdad sobre el caso Savolta de Eduardo Mendoza y Mortal y rosa de Francisco Umbral, ambas publicadas en 1975.
Conviven durante estos años novelistas de las diferentes promociones y generaciones de posguerra y los que empiezan a publicar a partir de 1975. Es de destacar a partir de los años 70 el notable incremento de novela escrita por mujeres, entre las que se pueden citar a Rosa Montero, Soledad Puértolas, Rosa Regás, Almudena Grandes,…
La variedad de corrientes narrativas y el resurgimiento de las novelas de género (policíacas, históricas, eróticas, de aventuras,…) son carácterísticos del panorama novelístico actual.
Entre las tendencias y los géneros más destacados están:
Novela histórica. Recreación más o menos realista o ficticia de hechos históricos, ambientada en cualquier época y escrita con un lenguaje cuidado: La verdad sobre el caso Savolta de Eduardo Mendoza, Galíndez de Manuel Vázquez Montalbán, Las aventuras del capitán Alatriste de Arturo Pérez Reverté o El hereje de Miguel Delibes. Son muchas las obras dedicadas a la Guerra Civil y la posguerra desde distintas perspectivas: Luna de lobos de Julio Llamazares, Soldados de Salamina de Javier Cercas, El corazón helado de Almudena Grandes o La voz dormida de Dulce Chacón.
Novela de intriga y policíaca. Este subgénero ha resurgido en los últimos años con mucha fuerza. Combina una historia interesante con aspectos sociales y de denuncia; en ocasiones reconstruye momentos históricos en los que se han producido serios conflictos y narra los hechos siguiendo el hilo de una intriga: este modelo nace con La verdad sobre el caso Savolta de Eduardo Mendoza. La serie Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán, El invierno en Lisboa, Beltenebros y Plenilunio de Antonio Muñoz Molina o El alquimista impaciente de Lorenzo Silva son ejemplos de la vitalidad del género.
Novelas de Realismo crítico y social. Cultivadas por autores que ofrecen una visión crítica y comprometida con la realidad histórica de la época. Reflejan la desilusión ideológica de estas décadas: Luis Landero en Juegos de la edad tardía.
Novela intimista. Los valores esenciales son la búsqueda de la perfección formal y la reflexión sobre la propia existencia (La lluvia amarilla de Julio Llamazares, El desorden de tu nombre de J. J. Millás, Corazón tan blanco de Javier Marías o Malena tiene nombre de tango de Almudena Grandes).
Metanovela. La creación literaria se convierte en tema con un personaje escritor que muestra o habla de su novela. Algunos ejemplos de esta tendencia: La isla de los jacintos cortados de Torrente Ballester, Beatus ille de Muñoz Molina o El hijo adoptivo de Álvaro Pombo.
Novela de aventuras. Emplea ingredientes como la intriga, el suspense, la sentimentalidad o la ambientación histórica: La tabla de Flandes de Pérez Reverté o La sombra del viento de Ruiz Zafón.
Novelas de la generación X. Trata los problemas de la juventud urbana con una estética muy cercana a la contracultura: Historias del Kronen de José Ángel Mañas, o Ray Loriga con Héroes.
Estas son solo algunas de las tendencias, pero no toda la producción novelística actual se puede encuadrar en ellas. Además siguen surgiendo y consagrándose nuevos nombres de autores/as.
Se dio a conocer con La verdad sobre el caso Savolta (1975), obra que marcó el inicio de la nueva narrativa. En ella emplea recursos de diferentes subgéneros narrativos (la novela policíaca y el folletín) para indagar en la historia de la Barcelona de principios del Siglo XX, marcada por el enfrentamiento entre la burguésía y la clase obrera. Sus posteriores novelas son muy diversas. La crítica escoge La ciudad de los prodigios (1986) como su obra más destacada; en ella evoca nuevamente la ciudad de Barcelona en los años que median entre las exposiciones universales de 1888 y 1929. Destacan también las parodias de novelas policíacas, llenas de humor, protagonizadas por un detective ingresado en un manicomio (El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas, La aventura del tocador
EDUARDO MENDOZA
de señoras, El enredo de la bolsa y la vida, El secreto de la modelo extraviada).
Otras obras: Sin noticia de Gurb, parodia de la novela de ciencia ficción; El año del diluvio, conflicto interno de una monja seducida por un cacique; o Riña de gatos, revisión del Madrid de 1936.
Su estilo es sencillo y directo, cabalgando entre lo satírico, humorístico, esperpéntico y transgresor, con un lenguaje sutil y lleno de ironía. Muestra gusto por los personajes marginales que miran a la sociedad con extrañeza mientras luchan por sobrevivir. Recibíó el Premio Cervantes en 2016.
Destaca por su hábil construcción del relato y por el uso de la intriga. Su primera novela, Beatus ille, (1986) es una indagación sobre un supuesto escritor de la Generación del 27; en ella figura la ciudad imaginaria de Mágina, trasunto de su natal Úbeda que reaparecerá en otras obras suyas. En 1987 ganó el Premio de la Crítica y el Premio Nacional de Narrativa por El invierno en Lisboa y en 1991 el premio Planeta por El jinete polaco, considerada una de las novelas más importantes de la literatura española del Siglo XX; recrea la historia de Mágina desde finales del S. XIX a finales del S. XX, por ella vuelve a ser Premio Nacional de Narrativa en 1992. Desde 1996 ocupa el sillón u en la Real Academia Española.
Otras obras destacadas son Beltenebros (1989), una novela de amor, intriga y de bajos fondos en el Madrid de la posguerra con implicaciones políticas; Plenilunio (1997), novela policíaca en la que el detective se enfrenta a un asesino psicópata de niñas y adolescentes; Sefarad (2001), novela de novelas sobre las crueldades del Siglo XX; y La noche de los tiempos (2009), recreación de las primeras semanas de la Guerra Civil en Madrid. Su última novela es Tus pasos en la escalera (2019).
Su obra muestra un estilo claro y ambiciosas estructuras, el cuidado uso de la lengua y el dominio de los diferentes registros. Hoy en día está considerado como uno de los principales autores de narrativa de nuestro país. Recibíó el Premio Príncipe de Asturias en 2013.
Ha alternado su faceta de periodista con la de novelista. Desde el año 1977 trabaja para el diario El País. Ha sido galardonada con numerosos premios periodísticos y literarios, entre ellos el Premio Nacional de las Letras en 2017. Sus novelas, de estilo fluido, giran en torno a temas recurrentes como la memoria, la identidad, el paso del tiempo y la muerte.
Entre las más aplaudidas por la crítica y por el público figuran Crónica del desamor (testimonio de los años de la transición democrática), La hija del caníbal (novela de intriga y misterio), Te trataré como a una reina (defensa de la condición femenina), Historia del Rey Transparente (novela de aventuras y de fantasía, ambientada en la Edad Media y protagonizada por una muchacha disfrazada de hombre) y Lágrimas en la lluvia (novela de la detective Bruna Husky en un futuro imaginario próximo en el que mueren replicantes). También es autora de libros de relatos, de ensayos y de cuentos para niños.
Es, además de escritora, columnista del diario El País y contertulia en la Cadena SER.
Se dio a conocer con Las edades de Lulú (1989), Premio La sonrisa vertical de novela erótica. Su 2a novela es Te llamaré Viernes (1991), compleja historia de amor entre dos seres “en un Madrid sin alma”. Malena es un nombre de tango (1994), historia de una niña que lucha contra las normas impuestas por su familia y que logrará descubrir todos los secretos que guarda esta. Atlas de geografía humana, Los aires de difíciles y Castillos de cartón continúan su obra novelística y la convierten en uno de los nombres más consolidados de la literatura española actual. Las tres transcurren en la España contemporánea y en ellas utiliza técnicas realistas y de introspección psicológica con la que muestra la vida cotidiana de los personajes. En 2007 publicó El corazón helado, relato en el que se plasma la vida
de dos familias españolas a lo largo de gran parte del Siglo XX.
En 2010 inicia la serie Episodios de una guerra interminable, un proyecto narrativo que se compone
de seis novelas independientes que narran momentos significativos de la resistencia antifranquista en un periodo comprendido entre 1939 y 1964, y cuyos personajes interactúan con figuras reales y escenarios históricos. El modelo formal y el título son un homenaje a los Episodios nacionales de Galdós; Inés y la alegría da comienzo a la serie, continuada con El lector de Julio Verne, Las tres bodas de Manolita y Los pacientes del doctor García. Recibíó el Premio Nacional de Narrativa 2018.
4.- ESTRUCTURA Y PUNTO DE VISTA NARRATIVO
4.1. LA ESTRUCTURA
➢ La estructura interna de la obra es bastante compleja ya que alrededor de la trama
principal, la protagonizada por Nino, hay otras muchas historias que no por ser secundarias dejan de tener vital importancia en el cambio que se opera en el protagonista, en la pérdida
de su inocencia y en los pasos que le llevan a ser el hombre que quiere ser. Junto con la historia de Nino y la de su pequeño núcleo familiar en una casa cuartel de la Guardia Civil, se cuenta la de todos esos hombres que se echaron al monte, como Cencerro, y, ligada a ellos, la de esas víctimas silenciosas, sus mujeres, que tuvieron que sacar a sus familias adelante, completamente solas, como Catalina, la Rubia.
➢ La estructura externa es aparentemente más sencilla ya que la obra consta de cuatro partes claramente diferenciadas; un análisis del contenido de las mismas nos permite
agruparlas en dos grandes bloques:
❖ Bloque I: formado por las tres primeras partes situadas en años consecutivos de la
inmediata posguerra -1947, 1948 y 1949, fechas que figuran como títulos de cada parte- y en la infancia de Nino: cada una de ellas recoge un año de su vida, según va cumpliendo 9, 10 y 11 años, y la evolución que va experimentado al abrigo de la lectura y de sus relaciones de amistad con Pepe y doña Elena. Este bloque es el que constituye una auténtica novela de aprendizaje o Bildungsroman.
❑ PARTE I: 1947
En 1947 se producen algunos hechos decisivos para su crecimiento físico y
moral.
▪ Conoce a Pepe, El Portugués. Al chico le sorprende lo diferente que es de los demás
hombres del pueblo, alguien libre de ataduras, y, sin dejar de admirarlo, se convierte en su amigo. Para el pequeño, que en este punto de la novela no sabe la verdad sobre él, representa la independencia en su estado más puro. La influencia de este personaje será decisiva en la vida de Nino; así como la lectura, a partir de la obra de Julio Verne que encuentra en su casa, Los hijos del capitán Grant.
▪ Enfrentamientos entre guerrilleros y guardias civiles que Nino, como hijo de guardia civil,
conoce por el gesto y los comentarios que oye de su padre. Se suceden las persecuciones, los asesinatos, las detenciones, las torturas en la casa-cuartel que les llegan a Nino y a su hermana Pepa a través de las finas paredes de la casa cuartel. Conoce la historia de un guerrillero mítico, Cencerro, que despierta su admiración, aunque piense que está traicionando a su padre.
▪ Dada la baja estatura de Nino, tiene pocas posibilidades de entrar en la guardia civil; por
ello su padre toma la determinación de que aprenda a escribir a máquina. Este hecho le cambiará la vida.
Otras historias que se mezclan con la trama principal: la de Filo, la Rubia; la de Miguel Sanchís y Pastora; la de don Eusebio y Elías, el Regalito, el nuevo Cencerro.
❑ PARTE II: 1948
Algunos hechos destacados que ocurren este
año:
▪ Siguen las represalias y las torturas en la casa cuartel (a Filo y a Fernanda, la Pesetilla), de las que Nino y su hermana Pepa son testigos indirectos.
▪ Conoce a doña Elena. El padre de Nino decide que sea ella quien le dé clases de
mecanografía en secreto dado su pasado de “roja” y su relación con las Rubias. Este personaje es decisivo para la evolución de Nino; a través de las lecturas que ella le propone y de sus conversaciones con ella, el muchacho aprenderá a pensar con libertad y se cuestionará muchas cosas, algunas le llevarán a enfrentarse con el maestro, don Eusebio. Además Elena le enseñará taquigrafía y francés.
▪ Descubre que su padre ha matado a Fernando, el Pesetilla, aplicando la ley de fugas.
Pepe, el Portugués, con sus explicaciones, conseguirá que llegue a entenderlo y a perdonarlo. Además lo empuja para que reflexione sobre la clase de persona que quiere ser él de mayor.
▪ Otras historias que se desarrollan: la de las hijas de Michelín, Marisol y Sonsoles, las Mediomujer; la de Catalina, la Rubia, y su familia; la de doña Elena y sus hijas; la de la
familia del padre, de la madre de Nino y del alcalde Vitalicio.
❑ PARTE III: 1949
Se inicia en las navidades de 1948. El 14 de Enero se celebra el undécimo cumpleaños de Nino: cuando su padre lo mide, descubre que ha crecido; aun así le confiesa que no quiere ser guardia civil.
▪ Se descubre que Miguel Sanchís, uno de los guardias civiles más temidos, es, en realidad, un guerrillero; después de asesinar a un delator, se suicida. La versión oficial nada
tiene que ver con la realidad: celebran el funeral con todos los honores y extienden la noticia de que murió en defensa de la patria. Nino se indigna ante este hecho y le dice la verdad a Pepe para que se la transmita a Pastora.
▪ Nino decide ayudar a los guerrilleros que intentan huir a Francia engañando al teniente Michelín con la colaboración de su padre y de Curro.
▪ Despedida entre Nino y Pepe, quien le llama “camarada”, con todo lo que esto significa.
▪ Otras historias que enriquecen la trama principal: la de Joaquín Fingenegocios y Antonio Cuelloduro; la de Elías y Filo; la de Pastora.
❖ Bloque II:
Actúa a modo de epílogo y se observan muchas diferencias con respecto al bloque I: es mucho más breve; se desarrolla en los últimos años de la dictadura y los primeros de la democracia cuando Nino ya es adulto, está cerca de cumplir veintitrés años. Se centra en una única trama, la de Nino, que al final conecta con la de Pepe, el Portugués. Ya no hay aprendizaje, ni evolución del protagonista. La historia se cuenta con un ritmo vertiginoso gracias a los constantes saltos temporales y a la analepsis (flash-back) con la que se resumen de forma muy rápida los acontecimientos de la vida de Nino que se han saltado.
➢ 4a PARTE: Esto es una guerra y no se va a acabar nunca
Se desarrolla 11 años después del final de la 3a parte. La historia que se cuenta abarca desde 1960 hasta 1977, cuando se producen las primeras elecciones democráticas; aunque se amplíe el tiempo para contar hechos sucedidos antes de 1960. Hechos principales:
▪ Encuentro de Nino con una camarada del partido con la que acabará casándose.
▪ Trabajo en la universidad y vida en la clandestinidad.
▪ Años de encarcelamiento y salida de la cárcel.
▪ Reconocimiento de Pepe, el Portugués, como uno de los prisioneros que sale tras laproclamación de una amnistía ya muerto Franco. Ese mismo día contacta con su amigo
de la infancia.
▪ 1977: ambos se presentan a las elecciones, pero no resultan elegidos.
4.2. EL PUNTO DE VISTA DE LA NARRACIÓN
La historia está contada en primera persona por un narrador protagonista; se cuenta a través de los ojos de un niño con todos los inconvenientes y todas las ventajas que puede tener un narrador infantil. Ese fue el gran reto que se encontró la autora, como ella misma reconoce. La de Nino es una mirada inocente, desnuda de todo prejuicio, como la de cualquier niño; por eso su voz es la de un testigo fiable y de excepción, pues no manipula ni distorsiona lo que ve; y hace que la dura realidad que vive nos llegue de una forma más cruda y conmovedora. La historia se cuenta desde la perspectiva que tenía Nino de niño, pero desde la edad adulta, como lo muestran algunas anticipaciones de acontecimientos futuros que encontramos a lo largo de las tres primeras partes de la novela. Solo así se puede comprender la omniscencia de Nino, el que conozca muchos sucesos, que en el momento en que ocurren no podría haber conocido; por ejemplo, la historia final de Pastora. El hecho de que el narrador sea el hijo de un guardia civil resulta bastante original y da una dimensión más dramática a la historia porque se convierte en testigo indirecto de los gritos y lamentos de los torturados conviviendo diariamente con la violencia que, como niño, no entiende y rechaza.
➢ Otros recursos relacionados con el punto de vista que se utilizan:
❖ Diálogos, con voces de otros personajes, insertos en la narración sin seguir las fórmulas tradicionales (verbos dicendi, uso de la raya,…):
«Y cuando la señorita Ascensión nos pagó por fin, hay que ver, Pepe, qué caro te vendes, no sé cómo puede gustarte vivir tan solo, en el molino, sin alternar en el pueblo, no sé, sin venir al baile ni cultivar amistades, con la cantidad de solteras guapas y agradables que hay
por aquí…, seguí riéndome con él» ❖ Soliloquios reflexivos en primeraa persona: se usan para reflejar algunos pensamientos de Nino con palabras textuales que no se
atreve a formular en voz alta
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