19 Jun
El Modernismo fue un movimiento literario desarrollado a finales de Siglo XIX y comienzos del Siglo XX, como reacción frente al Realismo. En su origen recibíó influencias del simbolismo y del parnasianismo y su temática principal responde a un anhelo de armónía y búsqueda de la perfección en un mundo en crisis, de ahí su actitud escapista y su devoción cosmopolita. En el amor se mezclaban la delicadeza y el erotismo, y los autores hispanoamericanos cultivaron temas indígenas. También destacó su actitud esteticista y su gran enriquecimiento estilístico en la búsqueda de efectos plásticos y sonoros. Este movimiento aparecíó en España con la llegada de Rubén Darío en 1892, y comenzó a triunfar en torno a 1900. Se caracterizó por una tonalidad menos brillante y el predominio del intimismo. La importancia que adquiere la poesía explica la extraordinaria renovación que se produjo en la métrica hispánica. El máximo representante fue Rubén Darío con obras como Prosas Profanas (1896) y Cantos de vida y esperanza (1905). El poeta español más importante fue Manuel Machado, del que destacan Alma (1902) o El mal poema (1909). También fueron importantes las obras juveniles de Ramón del Valle-Inclán (Sonatas publicadas entre 1902 y 1905), Antonio Machado con Soledades. Galerías. Otros poemas (1907) y Juan Ramón Jiménez con Arias Tristes (1903). La generación del 98 engloba un grupo de escritores españoles nacidos hacia 1870, que rechazaban el Realismo del Siglo XIX y adoptaron una actitud crítica frente a la realidad del país. La referencia al 98 se debe al “desastre” que supuso la pérdida del Imperio de ultramar. A esta generación pertenecía el llamado “grupo de los tres”, formado por Azorín, que popularizó la etiqueta de “generación del 98” y destacó por obras como La Voluntad (1902) (“antinovela”) o su libro Castilla (1912); Pío Baroja, el gran novelista de esta generación, su obra más destacada es El árbol de la ciencia (1911); y Ramiro de Maeztu. Otros autores de esta generación fueron: Miguel de Unamuno, la mayor figura intelectual, destacó por sus ensayos (En torno al casticismo, 1895 o Del sentimiento trágico de la vida, 1913), y sus “nivolas”, término que utilizaba para referirse a sus novelas, centradas en conflictos existenciales y de personalidad, como Niebla (1914) y San Manuel Bueno, mártir (1931); Valle-Inclán y sus esperpentos (Luces de Bohemia (1920-1924)), siguiendo la línea del expresionismo europeo; y Antonio Machado a partir de Campos de Castilla (1912), con una visión crítica del presente de España y un gran interés por el paisaje castellano.
NOVECENTISMO Y VANGUARDIAS Con la crisis de fin de siglo se pierden los valores espirituales y hay un rechazo al pensamiento burgués. También hay un descontento por las promesas incumplidas de un mundo mejor, unido a la I Guerra Mundial. Esto hace que surjan el Novecentismo y las Vanguardias, que son dos movimientos que responden al mismo sentimiento de rechazo a la realidad de esos años. Se conoce con el nombre de Novecentismo a un grupo de intelectuales que comparten inquietudes en cuanto a la forma de entender la cultura y la literatura. Se caracterizan por el Racionalismo y comparten cierto antirromanticismo, por lo que se expresan de manera razonada. Defienden el arte puro, como mero placer estético. Coinciden en entender que la obra va dirigida a una minoría, capaz de apreciarla. En cuanto a la prosa, está por un lado la novela lírica, que busca la perfección formal y destaca Gabriel Miró, con Las cerezas del cementerio. Por otro lado la novela intelectual, en la que la reflexión cobra un papel protagonista. Ramón Pérez de Ayala con obras como Luna de hiel. Dentro de la prosa, el ensayo fue cultivado por autores como José Ortega y Gasset, destacando La deshumanización del arte. En cuanto a la poesía, Juan Ramón Jiménez se considera el guía y maestro de los autores jóvenes. Su obra es amplia y atraviesa varias fases. Comienza con una etapa intimista (Elejías), más tarde busca una poesía intelectual y pura (Diario de un poeta recién casado) y en su última etapa busca en sí mismo el camino hacia lo absoluto (Dios deseado y deseante). Respecto a las Vanguardias, son un conjunto de movimientos, llamados ´´ismos´´ que aparecen en el periodo de entreguerras. Los ismos se suceden y difunden sus ideas, a través de manifiestos, los cuales comparten carácterísticas comunes. Se apuesta por lo irracional, y no hay reglas para la creación artística. De igual modo es propio el experimentalismo, por lo que todo vale para crear la obra, buscando la originalidad. Algunos ismos han aportado novedades que perduran hasta hoy en día, como el Futurismo: es el primer movimiento de vanguardia de la mano de Marinetti. Se caracteriza por una reivindicación del dinamismo y la lucha. El Cubismo: se caracteriza por la yuxtaposición de planos. El Dadaísmo: Se basa en el rechazo del mundo racional. El humorismo: el arte es juego, por lo que debe tomarse como broma. El Surrealismo: es un movimiento artístico que abarca todo tipo de géneros, y es el ismo más importante. El Creacionismo: el poeta es como un pequeño Dios, y su condición es crear. Las primeras manifestaciones en España de las vanguardias se deben a Ramón Gómez de la Serna, del que son muy famosas sus ´´greguerías´´. En definitiva, el Novecentismo y las Vanguardias suponen una renovación total del arte, influyendo en generaciones literarias posteriores, como la del 27.
España atravesaba un continuo periodo de inestabilidades políticas, económicas y sociales. La novela y la poesía atravesaron una de sus mejores etapas conocida como “Edad de plata” sin embargo el teatro no gozo de la misma vitalidad. Se desarrollaron dos tipos de teatro, el que triunfa en las salas comerciales o el renovador 1. TEATRO COMERCIAL. La comedia burguesa: su autor más representativo fue BENAVENTE, el cual rompe con la grandilocuencia de los dramas de Echegaray y ofrece un teatro con mayor interés por el dialogo y con un tono más realista. El nido ajeno, censura la opresión de la mujer casada en la sociedad burguesa. Destacan, La malquerida y Señora ama siguen el modelo de drama rural, tipo de teatro ambientado en un mundo campesino dominado por la fatalidad, desarrollando un mundo de pasiones no controladas por la educación urbana. El teatro poético: es un teatro de pura evasión sin relación inmediata con la realidad, que recupera temas históricos y legendarios. Destacan EDUARDO MARGUINA con Las hijas del Cid y En Flandes se ha puesto el sol, sus obras evocan una supuesta España eterna. Los HERMANOS Machado escribieron en colaboración obras como La Lola se va a los puertos. Teatro cómico: su finalidad es entretener al público. Destacan Pedro MUÑOZ SECA con La Venganza De Don Mendo y CARLOS ARNICHES presenta en sus Sainetes personajes pintorescos de Madrid con sus problemas cotidianos y su forma castiza de hablar, destacan sus tragedias grotescas, en las que denuncia una serie de lacras sociales como el atraso cultura en España, injusticia social… Los caciques 2. TREATRO DE RENOVACIÓN. VALLE-INCLÁN. Figura central del teatro del 98 que renovó el género. Sus obras más importantes son: Comedias Bárbaras la Galicia mítica y rural es el lugar para desarrollar historias donde os personajes actúan según su instinto y pasiones violentas; Divinas Palabras la avaricia y la lujuria desencadenan los conflictos y Luces De Bohemia obra con la que consagró el Esperpento, en el que creó un mundo basado en las deformaciones sistemáticas de personajes y valores con el fin de denunciar las lacras de la sociedad RAFAEL ALBERTI: contribuyó a la renovación del lenguaje dramático El Hombre Deshabitado. Federico García Lorca: sus dramas giran en torno a la frustración, el deseo imposible Una de sus primeras obras fue El maleficio de la mariposa, que simboliza el amor imposible. En su etapa surrealista Así Que Pasen Cinco Años. Su plenitud como dramaturgo llegaría en los años anteriores a la guerra viajando por el país con su grupo teatral “LA BARRACA” de esta época son sus obras más conocidas Bodas De Sangre y LA CASA DE BEINARDA ALBA, en ellas aparecen criaturas marginales, fuera de la convencíón social y moral, que representan a la vez la inocencia o la pasión elemental pura.
LA NOVELA ESPAÑOLA DE 1939 A 1974. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS PRINCIPALES. La Guerra Civil y la dictadura posterior suponen el abandono de las tendencias impulsadas por los novelistas de la Generación del 98 y por los autores del novecentismo o la vanguardia. El exilio de algunos autores y la censura limitan el desarrollo de la novela en la posguerra. La década de los años 40 es la más dura de la posguerra. La narrativa se ve condicionada por el exilio de novelistas y por el llamado ´´exilio interior´´, ya que España permanece aislada del mundo político y cultural de Occidente. En general se puede dividir a los novelistas de la década en tres grupos: la novela de los vencedores, la de los vencidos (el exilio) y la novela existencial. La novela de los vencedores la forman obras de exaltación de la victoria y de los valores del nuevo régimen. El propio Franco, bajo el seudónimo de Jaime de Andrade escribe Raza, donde expresa sus ideales. En cuanto a la novela de los vencidos, la escriben autores exiliados. El tema central es la guerra y el dolor del exilio. Podemos destacar El laberinto mágico de Max Aub. En España surge la novela existencial, marcada por la dura vida de posguerra. La novela que muestra esta visión de la realidad es La familia de Pascual Duarte (1942), de Camilo José Cela. En la década de los 50, la novela pretende ser testimonio crítico de la realidad española, y servir de denuncia frente a ella. Destaca La Colmena (1951) de Camilo José Cela. En estos años también surge la llamada Generación del medio siglo. Con respecto a la técnica narrativa, la novela social frecuentemente opta por el objetivismo. Se presentan a los personajes sin un narrador que les juzgue. La novela más representativa de esta tendencia es El Jarama (1956) de Rafael Sánchez Ferlosio. También se le da importancia a los diálogos y al uso de un lenguaje directo y sencillo. En la década de los 60 se producen cambios en la sociedad española, como un desarrollo económico y la recuperación de algunas obras de autores exiliados. Es fundamental la influencia de autores extranjeros y el boom de la novela hispanoamericana, dando lugar a la novela experimental. La obra que abre esta nueva tendencia es Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín-Santos. En los primeros años de la década de los 70 continúa la tendencia renovadora, intensificándose la experimentación formal. Con la muerte de Franco en 1975 desaparece la censura y se recupera la obra de los exiliados. Los autores recobran el gusto por la trama y la historia. Un autor que marca este cambio de tendencia es Eduardo Mendoza con La verdad sobre el caso Savolta (1975). En conclusión, el panorama narrativo de estos años se caracteriza por su riqueza y por ser reflejo de las secuelas de la guerra, los problemas existenciales, etc.
LA POESÍA DE 1939 A FINALES DEL S.XX La evolución de la literatura española sufríó un corte profundo a raíz de la Guerra Civil debido a la muerte y el exilio de los modelos literarios; Destacan autores del 27 en el exilio como Alberti (Retornos de lo vivo lejano), Salinas (El contemplado), Cernuda (Vivir sin estar viviendo) o Guillén (Clamor).
La poesía de los cuarenta (generación del 36) está condicionada por la situación histórica española, por la poesía espiritualista y por el tono individualista. La actividad lírica se centra en la colaboración en revistas ( El Escorial, Garcilaso, Espadaña, Cántico y Postimo). La poesía arraigada o de poetas más cercanos al régimen oficial cultivan la lírica clásica con temas como el amor, la religión y España, con autores como Luis Rosales (La casa encendida). La poesía desarraigada (revista Espadaña) agrupa poetas contrarios al régimen, con temas como la preocupación por el hombre enfrentado a un mundo caótico, la religión, la tristeza, la angustia y el dolor de vivir. Poetas como Blas de Otero con Ancia y Ángel fieramente humano, Gabriel Celaya y Leopoldo Luis, siguen como modelos a Dámaso Alonso (Hijos de la ira) y a Vicente Aleixandre ( Sombra del paraíso). La revista Postismo agrupa a autores más vanguardias y reivindica la libertad creativa y el sentido lúdico del arte, tuvieron problemas con la censura (autores Carlos Edmundo Ory, Eduardo Chicharro). En los años 50, la poesía social evoluciona del «yo» poético al «nosotros» en temas de injusticia social y alienación, con una poesía clara para la inmensa mayoría; Gabriel Celaya (Las cartas boca arriba), Blas de Otero (Pido la Paz y la Palabra), José Hierro (La tierra sin nosotros)… En los años 60, algunos poetas se apartan de la poesía social, no creen que la poesía pueda transformar la sociedad y se centran en lo cotidiano, con temas como la libertad y el amor. Parten de experiencias personales: Gil de Biedma (Las personas del verbo), Ángel González (Áspero mundo), José Ángel Valente (Punto cero), Claudio Rodríguez (Desde mis poemas) y Francisco Brines. A partir de los años 70, la antología Nueve novísimos poetas españoles agrupa a poetas que rompen con la poesía tradicional inspirándose en el mundo del cine, del pop, del cómic y de la música. De ellos, destacan Guillermo Carnero (Dibujo de la muerte), Félix de Azúa (Cepo para nutria), Manuel Vázquez Montalbán (Manifiesto subnormal) y Vicente Molina Foix (Los espías del realista). Las últimas generaciones de poetas del Siglo XX serán influidos por los novísimos (o la generación del 68) pero también aparecerán multitud de tendencias; poesía metalingüística (Julia Castillo y Justo Navarro), poesía de la conciencia (Pablo García Casado y Roger Wolfe), experimentalismo ( José Miguel Ullán), Surrealismo (Ana Rossetti) y culturalismo (Aurora Luque), entre otras.
EL TEATRO DE 1939 A FINALES DEL Siglo XX. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS PRINCIPALES Tras la Guerra Civil y la dictadura desaparecen autores renovadores y se da la censura. Fuera de España se desarrolla el TEATRO EN EL EXILIO. Destacar a Alejandro Casona con La dama del alba. Max Aub comienza con un teatro de vanguardia pero cambia a un teatro de cariz existencial y realista. Dentro de España el teatro visible responde fundamentalmente a dos subgéneros: La COMEDIA BURGUESA: es una evolución de la alta comedia de tema burgués que incluye una crítica amable de costumbres unida a una defensa de los valores conservadores. El TEATRO DE HUMOR: desarrolla un humor burgués basado en el enredo y el chiste fácil Miguel Mihura. El teatro de Jardiel Poncela se caracteriza por el alejamiento consciente de los problemas. Las obras de Miguel Mihura muestran la falsedad absurda de las convenciones en las que se basa la sociedad, lo que le hace ser infeliz. En una línea muy distinta nace un TEATRO DE PREOCUPACIÓN. A finales de los 40, este teatro se inserta en una corriente existencial. Supone la renovación del teatro tras la posguerra. Resultan clave Historia de una escalera (1949) de Buero Vallejo la década de los 50 y en los 60 este teatro evolucionará hacia lo social. Buero Vallejo es uno de los autores más importantes de la posguerra española. Sus obras giran en torno al anhelo de realización humana y sus limitaciones; la búsqueda de la felicidad y la verdad, obstaculizada por el mundo en el que el hombre vive. Su teatro plantea problemas pero no impone soluciones. Sus obras de suelen clasificar en: obras existenciales (Historia de una escalera), las sociales (Un soñador para un pueblo) y las experimentales (La fundación). Alfonso Sastre intenta renovar la escena pero opta por la confrontación más directa. A partir de los 70 se da el TEATRO DE VANGUARDIA, donde destacan Arrabal y Nieva. Fernando Arrabal es el fundador del ´´teatro pánico´´, que pretende conciliar en la representación lo absurdo con lo cruel e irónico.. Francisco Nieva crea su ´´teatro furioso´´, antirrealista y provocador, que aborda el tema de la represión de una sociedad que impide al ser humano desarrollarse libremente. Dan importancia a la expresión corporal y buscan que el espectador forme parte activa de la representación, rompíéndose así la cuarta pared. En conclusión, el teatro en estos años se caracteriza por su riqueza y por ser reflejo de las preocupaciones, como las secuelas de la guerra o los problemas existenciales.
LA NOVELA ESPAÑOLA DESDE 1975 HASTA FINALES DEL Siglo XX. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS PRINCIPALES Desde la muerte de Franco 1975, la llegada de la transición y la democracia, y la desaparición de la censura, se aprecian diversidad de tendencias y modas literarias que van surgiendo dentro de la narrativa española. Por otra parte, desde 1975 se hace notar el desarrollo de la industria editorial y el aumento del consumo literario. Además, los libros más leídos suelen ser los más hábilmente publicitados. A esta novela se le conoce como ´´novela posmoderna´´, y el rasgo más notable de este periodo es la recuperación de la trama argumental y la ambientación realista, que tendrá el objeto de servir de marco verosímil de las preocupaciones de los personajes. Este tipo de novela se caracteriza porque los novelistas renuncian a los problemas que no trascienden la individualidad de sus protagonistas. También abundan los protagonistas solitarios y desolados, y se tratan frecuentemente temas de tipo existencial. Por otro lado nos encontramos ante novelas muy bien construidas, a lo que se une la gran variedad de modelos narrativos a los que los escritores pueden acudir; del mismo modo todos los subgéneros siempre han estado presentes en la novela española, como de aventuras, policíacas, etc. El giro de la novela española se produce en 1975 con la publicación de La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza. Es una novela de espionaje y corrupción política, donde evoca Barcelona. También está Francisco Umbral, conocido como articulista de prensa. De sus obras destaca Mortal y rosa, que es una novela lírica donde presenta el problema de la muerte. De Manuel Vázquez Montalbán son muy conocidas sus novelas policíacas. También destacan autores como José María Merino, Luis Mateo Díez y Juan José Millás, famoso por sus ´´articuentos´´, donde mezcla el artículo de opinión con el microrrelato. Javier Marías (1951) es probablemente el escritor español actual que ha alcanzado un mayor reconocimiento internacional, con obras como Corazón tan blanco. En sus novelas se dan cita el Vanguardismo culturalista de los sesenta y el gusto por contar historias propias de las décadas posteriores. Antonio Muñoz Molina (1956) conjuga en sus novelas la intriga, la hábil construcción del relato y un estilo brillante. Una de sus novelas más conocidas es Plenilunio. Además hay otros novelistas de gran éxito, como Arturo Pérez Reverté. Podemos hablar también del creciente número de mujeres narradoras, como Almudena Grandes o Rosa Montero. En definitiva, la narrativa española actual se caracteriza por una riqueza y pluralidad de tendencias y autores sin precedentes en la historia de la literatura anterior.
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